En la audiencia pública para convalidar el fortísimo aumento de las tarifas hubo exposiciones que, si bien con la formalidad del apoyo a la actual política, aprobaron la estrategia del anterior gobierno para el incremento de la producción.
Por Federico Bernal *
@FBernalH
Un Juan José Aranguren visiblemente nervioso y desgastado inauguró la audiencia pública por la nueva tarifa del gas. Su exposición, como era de esperar, no aportó ningún argumento que justifique el tarifazo. Más bien todo lo contrario. Al representante del Grupo Shell en el ministerio, le siguieron Alejandro A. Nicola, ministro de Energía de la provincia del Neuquén, Fernando Giliberti en representación de YPF, Hernán Silva de Total Austral y Daniel Gustavo Gerold de la consultora privada G&G. Sin excepción, los cuatro expositores contradijeron los principales argumentos pro-tarifazo de la cámara de empresas que ocupa el Ministerio de Energía, argumentos que figuran en el documento remitido al Enargas titulado “Informe de situación de los precios del gas”.
¿Cuáles son esos argumentos? En primer lugar y citamos textual del informe mencionado, al de supuestas “condiciones actuales del sistema…” caracterizadas “por la caída en la producción de gas”. ¿Caía la producción de gas? En segundo lugar, al argumento de ausencia de señales para que las empresas inviertan (nulas o insuficientes inversiones); en tercer lugar, al de supuestos subsidios ineficientes (subsidios generadores de déficit y que no lograban mejorar la producción de gas); y en cuarto lugar, a crecientes e insostenibles importaciones que alejaban el autoabastecimiento y empujaban a un agujero negro en cuanto a déficit fiscal.
Pues bien y desde sus particularidades, cada uno de los cuatro expositores que siguieron al máximo representante del Grupo Shell en la Argentina no hicieron sino confirmar, acompañándose de ilustrativas imágenes, los resultados de la exitosa política hidrocarburífera implementada entre 2012 (renacionalización de YPF) y fines de 2015. Podría afirmarse con razón que el tarifazo recibió un contundente “no positivo”, siendo el más impresionante el del ministro neuquino Alejandro Nicola, y que sintetizamos a continuación.
El funcionario comenzó recordando el rol productor de la provincia (aporta el 50 por ciento de la producción de gas) y mencionando las típicas zonceras neoliberales en relación al autoabastecimiento y al crecimiento de las importaciones durante los últimos años (estas últimas como siempre disociadas de los acuerdos gasíferos Menem-Frei de exportación gasífera a Chile a precio vil). Mientas explicaba lo anterior, Nicola exhibía una imagen de la que se apreciaba lo siguiente:
1) Que las importaciones energéticas medidas en dólares presentan una tendencia a la baja entre 2013 y 2015, pasando de 11.046 millones a 5665 millones de dólares.
2) Que para la máxima autoridad energética de la primera provincia productora de gas “el camino a la reducción del déficit energético” (sic) se verifica desde 2013, ya que como se ve del gráfico las importaciones de GNL y gas boliviano se mantienen prácticamente invariables hasta 2014 para luego desplomarse hasta fines de 2015. El pico de los 12.000 millones de m3 de importaciones se registró en 2013.
Nicola mostró luego una imagen en la que se observa el extraordinario repunte de la producción de gas natural promovida por el Plan Gas. Dicho programa permitió no sólo recuperar la producción nacional sino desarrollar los yacimientos de tight y shale oil, lo cual es doblemente meritorio desde que su explotación implica mayores inversiones, mayor costo operativo, mayor riesgo de productividad (más pozos pilotos) y tecnología más moderna. El ministro neuquino realizó una férrea defensa del Plan Gas señalando que “fue una señal de precios distinta, fue un incentivo a la producción; y rápidamente la industria reaccionó en forma positiva. La industria reaccionó rápidamente con una inversión que hizo que empezáramos a producir más, se revirtiera la tendencia negativa de la producción y pudiéramos pasar en promedio a producir un 12 por ciento más de energía”.
Por último y en materia de importaciones y autoabastecimiento, Nicola explicó: “Si calculamos el volumen total que se produjo en Neuquén y lo valorizamos a los precios del gas importado, arroja el número de 4200 millones de dólares que el país se ahorró en divisas que no tuvo que gastar para comprar gas del exterior”. Este número equivale a cerca de un 50 por ciento de las importaciones energéticas en el pico máximo según datos del Ministerio de Energía (alcanzado en 2013, 11.046 millones de dólares).
Finalmente, y según datos del Ministerio de Energía de la provincia del Neuquén, las inversiones proyectadas gracias a la implementación del Plan Gas registraron a nivel de proyectos en no convencionales, nuevamente en palabras de Nicola, “inversiones comprometidas en la fase piloto por más de 5000 millones de dólares”. Si los pozos piloto son exitosos (cuatro años deben pasar aproximadamente), entonces las inversiones en desarrollo se ubicarían en 119.280 millones de dólares, según agregó el mismo funcionario. Y remató: “Ahora esto no fue una casualidad. Aparecieron los recursos no convencionales y también hubo una señal clara de precio que apareció con el Plan Gas que hace posible que esto se materialice. Todos estos proyectos fueron analizados, evaluados y aprobados en base a esos valores de referencia, como les decía en el caso del gas en el Plan Gas. Si mantenemos las condiciones actuales para que los 17 proyectos se puedan materializar podríamos producir en tres años 30 millones de m3 de gas por día, que es la brecha que hoy tenemos que importar (es lo que estamos importando en este momento)”. En pocas palabras: autoabastecimiento para 2019, dos a tres años antes que lo prometido por Macri y sin tarifazo.
* Director general del Observatorio de la Energía, la Tecnología y la Infraestructura para el Desarrollo (Oetec).
Publicado en:
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/cash/17-9662-2016-10-02.html
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