En una sencilla pero emotiva ceremonia los precandidatos a presidente
contrajeron enlace esta semana. Los pudimos ver firmando emocionados el
documento que se les proveyó para que se casaran con TN (hasta ahora era
concubinato). Así vimos a Carrió, Binner, Massa, Macri, De La Sota y
Cobos estampando sus firmas en el compromiso de que en la salud o la
enfermedad –alguien sabrá diferenciarlo– irán a debatir entre toques de
chicharra y el "ahoa le gueda un biduto" del moderador. El que se
destacó fue Cobos, que ahí nomás tiró una idea que lo pinta como el
estadista que es: propuso una ley de debates. Vos lo sacudís un poco a
Cobos y se le caen las leyes como huevos maduros de un árbol. A ver,
probemos: Ley de Debates Presidenciales. Es para ilusionarse. Qué mejor
cosa que un país con todas las leyes kirchneristas derogadas y una Ley
de Debates Presidenciales en plena vigencia.
Art. 1º El presidebatiente
deberá llegar temprano a los estudios de TN por si hay que darle alguna
indicación y para maquillarse.
Art. 2º El presidebatiente que viole
algún artículo de la ley será invitado al programa de Mariana Fabbiani
para que Mercedes Ninci le grite cosas con esa voz que tiene.
Art. 3º El
presidebatiente deberá abstenerse de criticar a la empresa donde se
desarrolla el debate y/o las empresas que auspician y/o las empresas.
Art. 4º Ojo con el artículo anterior.
Art. 5º El presidebatiente debe
dejar el estudio limpio al retirarse, piense que después de usted vienen
otros.
Art. 6º Dicen los camarógrafos de TN que los presidebatientes
deben caer con algo para picar.
Art. 7º No vale cargar a Bonelli.
Art.
8º Ni tratar a Alfano como el segundo de Bonelli.
Art. 9º El
presidebatiente deberá abstenerse de hacer chivos y disimulará que el
debate es un chivo de la empresa para vender a sus candidatos.
Art. 10º
Al presidebatiente que diga algo que no le guste a la empresa, la misma
le dispensará igual trato que al gordo Boudou.
Art. 12º El artículo
anterior se lo hacemos y no nos importa nada.
Dice Ramonet: hoy la información nos oculta la información. Esta
semana la información nos ocultó el prometedor proyecto de ley de
debates de Cobos. Ramonet diría: hoy estamos joya, la información nos
oculta boludeces insostenibles.
Pero como es imposible no enterarse de algunas cosas, esta semana
supe que el diario La Nación no tiene que pagar impuestos porque eso
lesionaría su libertad de expresión. Son 400 millones de pesos que los
dueños del diario se quedan para ellos, porque los necesitan para ser
libres y expresarse. Y me parece muy bien que la Corte Suprema les dé
esa plata que nos pertenece a todos, así Majul seguirá cobrando dinero
del Estado que tiene la obligación de proteger a toda persona que por
algún impedimento deba dedicarse al periodismo. La Corte Suprema ya
estaría preparando nuevas excepciones a otras leyes generales. Parece
que los dueños de La Nación dicen que pagar el papel para el diario es
un montón de plata que lesiona su libertad de expresarse, y dicen que
les están viniendo unas cuentas de luz grandísimas (aseguran indignados
que nadie es culo de apagar su computadora), y que el bar que les trae
el café y los sánguches abusa con los precios, y que Joaquín debe hacer
unos viajes por Europa porque está estresado, que Pagni necesita una
casaquinta con más quincho y que pagarle a la tropa es un gastadero de
guita. Un estado de persecución y censura que la Corte deberá subsanar
lo antes posible fallando con una cautelar "canilla libre" para quienes
han hecho del periodismo gráfico un sacerdocio. Porque hacer que paguen
por las cosas sería ofenderlos, tratarlos como una empresa con fines de
lucro en lugar de lo que son: un templo de honestidad, conocimiento,
verdad, Champagne Veuve Clicquot Ponsardin, decencia, campos, ética,
dignidad, chacras en José Ignacio, estilo, seriedad, relojes Lange &
Söhne y editoriales golpistas.
Y no quiero despedirme hoy sin hacer una pequeña referencia a lo que
le ocurrió en el Coloquio de IDEA al doctor Daniel Sabsay, el
constitucionalista de las empresas. Un señor muy aplomado y
circunspecto, una respetable eminencia que de golpe se transformó en
Jacobo Winograd. Aquel que fuera de sí, refiriéndose a las modelos de la
televisión, emitió el indignado e inolvidable grito de "¡No son gatos,
son pumas de bengala!"
Sabsay, sin la simpatía del original pero con similar manejo del
ridículo, se ha convertido en el Jacobo Winograd de la Constitución. Un
jurista perturbado capaz de generar gran entusiasmo en el público
elevando el tono de su voz: de graves a filosos agudos; y el de su piel:
del rosa pálido al bermellón-granate. Un show inesperado, colorido y
exitoso, aunque un poco bizarro y más bien para adultos. Los empresarios
de IDEA ya deberían estar llevando al constitucionalista al Teatro
Tronador de Mar del Plata este verano. "Te Coloquio esta IDEA" sería un
título acorde al espectáculo. Con Sabsay, Ximena Capristo, Jorge Lanata y
gran elenco.
Publicado en:
http://www.infonews.com/2014/11/02/politica-170280-debatiendo-por-un-sueno.php
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