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lunes, 30 de junio de 2014

Bases Mediáticas en América Latina. Un problema de seguridad regional, por Fernando Buen Abad Domínguez (para "ALAI" del 14-05-14)














Fernando Buen Abad Domínguez

¿Cómo hay que decirlo?
Hoy se comportan como un ejército golpista cada día más coordinado, más veloz y más ubicuo. Son el ariete de las avanzadas invasoras y tienen impunidad absoluta para mentir, en toda escala, incluso con argumentos aberrantes que desafían a toda cordura y a toda justicia. Y una de sus “mercancías” más logradas consiste en hacernos creer que son invencibles y que debemos agradecerles que nos desestabilicen, nos exploten y nos engañen. Ya se ha repetido hasta el cansancio, ya se los ha denunciado en uno y mil foros, los daños están a la vista y los peligros de sus ataques son terriblemente costosos.
¿Qué esperamos para actuar? ¿Nos vence el miedo? ¿Nos derrotan sus mentiras? ¿Nos conviene más no tocarlos? ¿Qué hacer? Esto ya no es un problema sólo de “libertad de expresión, sólo de “diversidad de voces” o sólo de “democratización de las herramientas”, es todo junto y, además, es un problema se seguridad nacional… un problema de seguridad regional. A los pueblos sólo los salvan los pueblos.
Sería suficiente contar con una cifra bien elaborada sobre el volumen de dinero que manejan en toda la región para que eso, por sí mismo, advirtiera la amenaza política que implica la red de “Bases Mediáticas” que ha proliferado sin control. Sería suficiente mostrar los nombres de las “familias” monopólicas y su conducta latifundista dentro del control de medios.
Sería suficiente entender cómo comercian con la tecnología para la transmisión de información, cómo convierten en mercancía el tiempo y el espacio de sus “concesiones”, cómo influyen sobre la “opinión pública” y cómo se han imbricado, incluso con negocios incompatibles… para entender la envergadura de un problema inmenso que ha rebasado toda ley, toda cordura y todo gobierno. Sería suficiente ver cuántos casos y de desestabilización golpista han alentado desde sus “medios” para no demorar más una acción política continental de repudio, freno y redireccionamiento de los medios y los modos de la comunicación. Y sin embargo…
Ha sido un error dejarlos hacer metástasis ideológica y es un peligro ese desarrollo monopólico de las herramientas de “comunicación” que ha proliferado en nuestros países con toda impunidad e impudicia. Es un error obvio y un peligro creciente que deja al descubierto no sólo debilidades e ignorancias, también complicidades -concientes o inconscientes- que cuestan muy caras a los pueblos porque ellos, los monopolios, tienden a radicalizarse y perfeccionarse en sus capacidades de defensa y en sus ataques. 
Las Bases Mediáticas controlan economías enteras (bancos, empresas, turismo…farándula). Controlan escuelas universidades e institutos de todos los niveles y todos los perfiles. Controlan transferencia tecnológica, publicidad, distribución y mantenimiento en materia de comunicaciones. Controlan campañas y procesos electorales y sus rutinas informativas, hora por hora. Controlan la producción de papel, el tiempo libre y el gasto en bebidas embriagantes, locales de apuestas, deportes y espectáculos. Controlan modas y tendencias ideológicas, venta de libros, folletos y opinología de ocasión. Controlan los valores y los antivalores como la “belleza”, lo “feo”, lo “bueno”, lo “malo”, lo “exitoso” más la violencia física y sicológica televisadas sin freno. Controlan el estado del ánimo y cancelan la libertad de expresión. Controlan las leyes, los reglamentos, los códigos, las jurisprudencias y los jurisconsultos. Controlan la agenda temática de cada día y de todos. Controlan lo que debe ser visible y lo que debe ser invisibiizado. ¿Falta algo?
La concentración de los medios de comunicación suele ser reconocida como un obstáculo a la pluralidad. En diversas regiones del mundo existen límites legales a la concentración de muchos medios en pocas manos pero en América Latina ese no suele ser un tema destacado en la discusión acerca de los medios[1] TELEVISA incrementó un 30,7% anual sus ganancias en el segundo semestre del año. Los ingresos se situaron en 18.065 millones de pesos mexicanos (1.403 millones de dólares)[2].  La consultora McKinsey mostró estudios en los que Internet representa un 3,4% del PIB en 13 países (los del G8 -Francia, Estados Unidos, Alemania, Gran Bretaña, Italia, Japón, Canadá y Rusia, más Brasil, China, India, Corea del Sur y Suecia) y contribuyó en un 21% de su crecimiento en los últimos cinco años.[3] El principal servicio informativo en torno al estado de Internet en el mundo, estima que la población de usuarios de la web en el planeta asciende a 1,733,993,741. La penetración mundial de Internet fue establecida en 25.6%.[4] Porcentaje de las frecuencias de televisión que controlan Televisa y TV Azteca en el país: 94%. [5]
Nosotros no podemos seguir equivocándonos. Hemos errado en materia de comunicación, una y otra vez.  Seguimos expuestos al peligro de la “guerra mediática” asimétrica y no logramos, aun siendo mayoría, articular las fuerzas, que sí tenemos, con un programa emancipatorio permanente. Nosotros no podemos cansarnos, ni podemos desistir, de todas las insistencias transformadoras que nos permitan avanzar y nos permitan completar nuestras autocríticas y tareas democratizadoras de la comunicación. Esto es un problema de seguridad de los pueblos, la agresión más brutal de las mafias mediáticas es contra la clase trabajadora y los estragos son  incontables, aberrantes, monstruosos e injustos. ¿Nos quedaremos cruzados de brazos?


Notas
[3] Internet y el G8 sin los usuarios http://www.rebelion.org/noticia.php?id=129208

Dr. Fernando Buen Abad Domínguez
Universidad de la Filosofía
@FBuenAbad

Publicado en:
http://alainet.org/active/73741

domingo, 29 de junio de 2014

BUITRES: El factor “resto del mundo”, por Julián Blejmar (para "INFOnews" del 29-06-14)


La última medida tomada por el juez norteamericano que arbitra en la disputa con los fondos buitre, parece sugerir que la Justicia norteamericana también teme el costo que podría significarle obligar a nuestro país a claudicar frente a ellos.



La decisión del juez norteamericano Thomas Griesa de sugerirle al Bank of New YorK Mellow que devuelva los 539 millones de dólares que la Argentina había depositado para el pago de la deuda a los bonistas que entraron en el canje, fue la primera de la Justicia estadounidense en no favorecer claramente las peticiones de los fondos buitre, que reclamaban el embargo de estos fondos para cobrar sin descuento parte de los bonos de la deuda argentina en su poder. Hasta el momento, la institución judicial norteamericana había fallado en contra de la Argentina en dos oportunidades, a lo que se agregó la decisión de la Corte Suprema de no tomar la apelación argentina. Concretamente, estos fallos representaban la amenaza de embargar los fondos destinados al pago de la deuda con los acreedores que habían aceptado un descuento en sus acreencias (el 92,4% del total) para pagarles compulsivamente a los buitres. Por eso, la decisión de Griesa, si bien mantiene en pie la posibilidad de que la Argentina entre en cesación de pagos (de no levantarse esta última medida de “devolución de fondos” no se podrá abonar a los bonistas reestructurados), exhibió también que la Justicia norteamericana parece tener reparos a alinearse de forma unilateral con los buitres. Al parecer, el respaldo que en este tema tuvo nuestro país de parte de países y organismos tan diversos como Francia, Estados Unidos, México, Brasil, Venezuela y Uruguay, así como el G-77 + China, el FMI, la Unasur, el Mercosur, o la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad), además de medios de comunicación y economistas de todos los arcos ideológicos, demostraría que el costo de una salida del conflicto no negociada, será alto no sólo para nuestro país y las finanzas mundiales, sino también para la propia Justicia norteamericana. “Sería deseable, si es posible llegar a un arreglo”, afirmó de hecho Griesa luego de firmar su resolución, ratificando esta última hipótesis. Sucede que además, una posible cesación de pagos, con todos los perjuicios que ello significa no solo para la Argentina sino para el mundo (el 30 de julio es la fecha tope para que los bonistas reestructurados reciban su pago), se convertiría en la primera que no obedecería a razones económicas sino judiciales.


Importantes pasos. La renegociación de la deuda externa fue otra de las exitosas políticas que el gobierno puede exhibir en sus once años de gestión. La herencia recibida, parecía hacerla inmanejable: en 2003 la misma equivalía al 150% del lo producido por el país en forma anual (PBI), mientras que en la actualidad representa el 40% del PBI, lo cual la sitúa muy por debajo de la de muchos países centrales. Pero además, de ese monto adeudado, la mayor parte es deuda intersector público, lo que significa que está expresada mayormente en moneda nacional y que puede además negociarse en función de los intereses nacionales, y no del de los acreedores privados. De hecho, la deuda mantenida con estos últimos solo representa una cifra cercana al 10% del PBI. Así, en dialogo con este medio a fines del años pasado, el prestigioso economista Aldo Ferrer afirmó que “el país ha logrado una conquista fenomenal que es desendeudarse, lo cual es fundamental porque nadie nos viene a decir qué es lo que tenemos que hacer, ya no estamos subordinados al Fondo Monetario ni a lo que dicen los banqueros y acreedores”. Para alcanzar este logro, el gobierno propuso a los acreedores de la deuda –que desde 2001 no recibían pagos ya que la Argentina había declarado el default–, un canje de bonos (en 2005 y 2010) en el que se efectuaba un descuento del 65%, aunque junto con un “cupón PBI” que la Argentina pagaría anualmente en caso de crecer por encima del 3%. El 92,4% de los acreedores aceptó estos descuentos para poder volver a cobrar, y gracias a que el Cupón PBI se abonó en la mayor parte de los años, el descuento que habían aceptado se redujo del inicial estimado 65% a un 40% real. Paralelamente, en 2006 canceló la totalidad de la deuda con el FMI (al que a diferencia de los acreedores privados, nunca se le había dejado de pagar), para finalmente normalizar otros asuntos pendientes con acreedores privados. El año pasado llegó a un arreglo con algunas empresas privadas extranjeras de servicios públicos –que obtuvieron fallos favorables de los tribunales económicos del Banco Mundial–, en condiciones favorables, ya que la indemnización de 500 millones de dólares no fue en dinero efectivo sino en bonos –lo que implica en los hechos una quita de los montos reclamados–, junto al compromiso de las empresas de reinvertir en el país parte de estos capitales. También fue ventajoso para la Argentina el acuerdo obtenido con Repsol por la nacionalización en 2012 del 51% de las acciones de YPF a comienzos de este año, pues se abonó la mitad (cerca de 6.000 millones de dólares) de lo demandado por la petrolera española. En tanto, el acuerdo por la deuda que también se mantenía con países nucleados en el Club de Paris, pareció ser la primera de todas estas negociaciones donde nuestro país no obtuvo una clara ventaja, ya que los “beneficios” fueron repartidos: si bien se acordó una muy baja tasa de interés para los pagos, a cinco años de plazo, y con un esquema ampliamente flexible, se reconoció el monto de deuda que reclamaban los acreedores (9.700 millones de dólares), diferente al del establecido por el propio gobierno (5.912 millones).
Trastrabilleo final. Hasta el momento, el litigio con los buitres parece ser el primero en el que el gobierno no puede exhibir capacidades estratégicas, sino todo lo contrario, más allá de que la última carta jugada (el depósito a los bonistas que entraron al canje) parece haberle dado un respiro. La falta de plan para el caso de que la justicia norteamericana fallara a favor de estos fondos –tal como efectivamente sucedió– quedó expuesta en esta contradicción: El miércoles 18 de junio el ministerio de Economía emitió un comunicado de prensa en el que señaló que, a raíz de la decisión de la Justicia norteamericana de levantar la medida de no innovar (stay) en el litigio con los buitres, nuestro país no depositaría el pago a los acreedores que entraron en el canje (pago que la justicia norteamericana amenazaba con embargar) debido a que “las órdenes del pari passu (tratamiento igualitario para los acreedores) le impedían a la Argentina efectuar el próximo 30 de junio el pago de los cupones de deuda en cumplimiento a sus acreedores reestructurados”, una semana más tarde, el jueves pasado, anunció que sí había depositado 539 de los 832 millones de dólares por el pago de la deuda (capital e intereses) en las cuentas del Bank of New York Mellow, y que “cualquier conducta que pretenda obstaculizar este pago a nuestros acreedores constituye una actitud violatoria del ordenamiento jurídico del derecho público internacional”. Es decir, una estrategia opuesta a la de la semana anterior, que evidenciaba la falta de un plan estudiado. Un déficit mayor si se hubiera tenido en cuenta en que institución recaía la decisión final sobre el litigio con los buitres: la Suprema Corte norteamericana. Hace dos años, el periodista Horacio Verbitsky citó un ensayo de 1996 del jurista Roberto Gargarella, en el que se hacía referencia al origen del poder de la Justicia en Estados Unidos. De acuerdo a Gargarella “existían minorías que debían ser especialmente protegidas”, en referencia a “uno, y sólo a uno, de los posibles grupos minoritarios de la sociedad: el grupo de los acreedores, o grandes propietarios. Claramente, además, no se estaba hablando de un grupo sin poder efectivo, sino del núcleo de los más favorecidos de la sociedad”, lo cual motivó un diseño del poder judicial tendiente a que sus resoluciones fueran “completamente independientes de las decisiones a las que pudiese llegarse a través del debate público”.
Ni el paso del tiempo, ni elementos tan centrales como la vida de las personas, parece haber modificado las resoluciones de la Corte norteamericana. Por caso, a mediados de 2008, declaró anticonstitucional una ley vigente desde hacía treinta años en Washington, que prohibía tener armas de fuego. En un país donde más de 30.000 personas mueren anualmente por heridas de bala, la Corte se basó en una Constitución redactada más de dos siglos atrás, que según los especialistas permitía la portación de armas para reasegurar la independencia de Gran Bretaña.
La falta de previsión frente a un posible fallo adverso de la Justicia norteamericana, no invalida de todas formas las acciones previas del gobierno en relación con el litigio con los buitres. Un acuerdo previo con estos especuladores, como ahora reclama gran parte de la oposición, habría derribado la clausula RUFO de Derechos Sobre Futuras Ofertas, que implicaba que el 92,4% de los bonistas que aceptó el descuento de la deuda podría demandar a nuestro país si se ofrecían mejores condiciones de pago para el 7,6% restante.

Publicado en:
 http://www.infonews.com/2014/06/29/economia-151461-el-factor-resto-del-mundo.php



Perón, cuarenta años después, por Hernán Brienza (para "Tiempo Argentino" del 29-06-14)

Es hora de que los argentinos podamos homenajearlo como realmente se lo merece: debatiendo su figura.


Por qué razón, a exactos 40 años de su muerte, Juan Domingo Perón sigue tan presente en la memoria de los argentinos, en los debates políticos, en el imaginario popular? ¿Cuáles son los factores que permiten que el fantasma de un hombre nacido en el siglo XIX y muerto en el tercer cuarto del siglo XX todavía recorra nuestro país? ¿Estamos anclados en un nudo histórico o la figura de Perón extiende su sombra por sus propias virtudes? ¿Qué fenómenos políticos, ideológicos, aspiracionales, qué Argentina, qué relaciones sociales, qué correlación de fuerzas interpretó ese general de sonrisa gardeliana que por más de treinta años influyó como nadie en los aconteceres del poder en este surísimo lugar del planeta?
Soy un nieto del peronismo. Mi infancia estuvo atravesada por las muertes de mis abuelos y de ese político omnipresente en la casa de mi familia. De chiquito fui llevado por mis padres a la mítica casa de Gaspar Campos, en Vicente López, y a los alrededores de Ezeiza, en el regreso definitivo de Perón a la Patria. En términos reales, no debería ser más que una fantasmagoría, una anécdota simpática, una música que me llega de otros siglos. En mi juventud, incluso, la cara del peronismo fue esa máscara deforme que significó el menemismo: privatizaciones, trasnacionalización de activos, empobrecimiento, desocupación, miseria, neoliberalismo. Sin embargo –y seguramente por la resignificación que del peronismo realizó el kirchnerismo en estos años– el peronismo continúa definiendo identidades propias y ajenas. El kirchnerismo, sin ir más lejos, le debe al peronismo buena parte de los odios que recibe y también de las simpatías que despierta.
El gran error que cometemos muchos a la hora de analizar el suceder histórico que significa el peronismo en nuestra historia es el proceso doble de categorización y totalización al que lo sometemos para que no nos genere angustia política. Y si hay algo que mantiene vivo al peronismo es esa posibilidad de angustia que genera, de contradicción, de inasibilidad. El peronismo, aun en sus presencias de menor densidad, como puede ser el supuesto "massismo", está en diálogo temporal permanente con la sociedad. De su elaboración estratégica constante extrae su fuerza transformadora. Creemos que el peronismo es algo inamovible, dogmático, y no un suceder; y que no tiende hendijas, contradicciones, grietas, espacios negros, zonas oscuras. Mientras para sus detractores el peronismo, al ser Todo –múltiples opciones– resulta siendo Nada, sus partidarios intentan encorsetarlo en una definición ideológica exageradamente limitada que no explica el proceso general de sus setenta años. La máxima prescriptiva de "el peronismo será revolucionario o no será nada" es una construcción volitiva –política– pero no una categoría analítica. Lo mismo ocurre con la reducción al corpus doctrinario y las tres banderas.
El peronismo "supone", entonces, diálogo, pensamiento estratégico, apertura, escucha y actualización permanente o, para aquellos que no les tienen miedo a las ideas y a las palabras, pequeñas traiciones permanentes.
A mediados del siglo XX, el peronismo, nacido del seno de la disputada revolución del 4 de junio de 1943, surgió como respuesta no liberal a la crisis y decadencia de las democracias liberales europeas que hacían agua en el Viejo Continente. Recuperando elementos de las experiencias nacionalistas de las primeras décadas y munido del cuerpo de la Doctrina Social de la Iglesia, resultó preñado y transformado –plebeyizado– por el encuentro entre Perón, el Movimiento Obrero Organizado, pero también en el abandono que hicieron del convite los sectores dirigentes de la industria. Sin esa combustión, el peronismo no hubiera tenido la potencia transformadora y subversiva que finalmente resultó para los sectores dominantes de la Argentina 
Como respuesta "nacionalista", es decir, como una apelación a una instancia comunitaria por encima del individuo y de sectores sociales cerrados, el peronismo "supone" la constitución de un "pacto social" permanente y que atraviese las diferentes instancias históricas.
Siempre resultan interesantes los análisis políticos sobre la cantidad de peronismos que incuba el peronismo. Dos, tres, cuatro, cinco, tantas posibilidades como definiciones ideológicas puedan encontrarse. Y la clave está en comprenderlo como un suceder, pero en el que el pactismo reconoce diferentes correlaciones de fuerza. No es lo mismo la situación en 1946 con la economía de posguerra, que a principios del '50, ni en 1973, 1989, 2003 o en la actualidad. ¿Cómo se mide la correlación de fuerzas? Difícil saberlo sin medirlo en la realidad empírica, pero puede servir como categoría analítica posterior. ¿Con quién pacta el peronismo? Sencillo: como fuerza política independiente de los sectores dominantes de la economía, utiliza como palanca de negociación la legitimidad electoral propia, las herramientas del movimiento obrero, el aparato bonaerense, para forzar un compromiso redistributivo de los distintos sectores económicos. Esta estrategia es clarísima en los discursos de Perón en los años cuarenta y en la forma en que operó en los años sesenta y setenta para forzar la posibilidad de retorno.
¿Debería haber vuelto Perón en los setenta o debería haber muerto en el exilio como anhelan todavía hoy los sectores progresistas y de izquierda cercanos al propio peronismo? Es imposible responder una pregunta contrafáctica, pero es posible que sin ese regreso, la historia hubiera terminado de borrar por completo el recuerdo de ese viejo líder fallecido en el exilio. Su regreso en 1972 y 1973 dio una nueva existencia –incluso en su sentido trágico y brutal– al peronismo como movimiento histórico.
A esta altura es necesario aclarar que el peronismo, lejos del imaginario representado por los 18 años de prescripción más los siete años de dictadura militar, no constituye un movimiento revolucionario o contracultural en términos de pragmática. Se trata fundamentalmente de un movimiento político de orden, de un orden alternativo al impuesto por los sectores hegemónicos del modelo agroexportador, pero que no renuncia a sus orígenes en cierto tradicionalismo estatista criollo. En última instancia, hay una ligazón entre algunos aspectos del roquismo del ochenta y el peronismo de los años cuarenta. 
¿Pero qué ocurre en los setenta con el regreso de Perón? ¿Es el viejo líder un conservador de derecha, como sugieren los sectores progresistas y de izquierda del peronismo? Definitivamente, no. Lo vengo escribiendo en varias columnas en este diario y me dio gran satisfacción leer un planteo similar en el libro El último Perón, de Javier Garín, y en el imprescindible Perón, de Carlos Fernández Pardo y Leopoldo Frenkel. Los meses fervorosos que van de noviembre de 1972 a julio de 1974 deben ser analizados desde la hipótesis del peronismo como movimiento de orden y al propio Perón como garantía –fallida, claro– de normalización del sistema político. La institucionalización que propone Perón no es una unidad nacional boba. 
Repasemos: desdeña el gran acuerdo nacional con el ejército liberal de Lanusse pero ofrece el abrazo a Ricardo Balbín como líder del otro gran partido popular y democrático, propone un pacto social progresista entre la CGE y la CGT con claras ventajas legislativas, en materia internacional enfrenta la administración de Henry Kissinger, rompiendo el bloqueo a Cuba, e intenta desmilitarizar la represión judicializando los actos de violencia política de organizaciones armadas. Este último punto merece una particular explicación: la inclusión de "terrorismo" como figura delictiva en el Código Penal es sin duda una medida represiva y de orden. Pero también significa poner a esos actos bajo la órbita policial y, contradictoriamente a lo que hizo el gobierno de Isabel Perón con Ítalo Lúder a la cabeza en 1975, quitarles a las Fuerzas Armadas el poder de instalar la noción de "guerra sucia". Perón, contrariamente a lo que dice la izquierda y el "progresismo zonzo" (precisa definición dantesca), desafía la doctrina de seguridad nacional instalada desde el Plan Conintes por el apretado gobierno de Arturo Frondizi.
Perón fue mucho más coherente que lo que sus detractores –de afuera y de adentro– aseguran. Y fue mucho más sencillo, también. Si hay algo que podría definirlo es su concepción de nacionalismo popular pactista –no entendido en sentido peyorativo–, con una fuerte impronta reformista y el componente reivindicativo y simbólico aportado por Evita. La construcción del Perón contradictorio, casualmente, está cimentada en los años noventa con los relatos de los intelectuales del neoliberalismo que necesitaban hacer maleable al General para justificar cualquier tipo de oportunismo estratégico y por los sectores de la izquierda peronista setentista que necesitaban justificar su propio fracaso político, generacional e histórico. 
Por último, el kirchnerismo –basta comparar el proyecto nacional del 1 de mayo de 1974 y el pacto social con algunos puntos del actual modelo económico–, contradictoriamente con lo que dicen muchos de militantes, sus cuadros y algunos de sus dirigentes es mucho más coherente con el peronismo clásico y con el Perón de los años setenta que con los deseos imaginarios que la propia tendencia revolucionaria de la juventud peronista proclamaba en los setenta y que, obviamente, las peripecias interpretativas que realizó tanto el menemismo como la izquierda y el progresismo en los años noventa.
El martes 1 de julio se cumplirán cuarenta años de la muerte del político más importante del siglo XX. Creo que es hora de que los argentinos podamos homenajearlo como realmente se lo merece: debatiendo su figura, traicionando-traduciendo sus dogmas muertos, reelaborando con profundidad su pensamiento, comprendiendo su pragmática y por sobre todas las cosas evitando los lugares comunes, las interpretaciones mohosas y las repeticiones necróticas.

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http://tiempo.infonews.com/2014/06/29/editorial-127304-peron-cuarenta-anos-despues.php

Filósofo italiano propone aplicar "eurochavismo" en Europa, por "Últimas Noticias".


Vattimo propuso la tesis del "eurochavismo" como el impulso progresista que haría falta aplicar en el continente europeo
  


ÚN | AVN.- Para el filósofo italiano, Gianni Vattimo, el continente europeo, que en la actualidad es víctima de una grave inestabilidad económica, debe experimentar el eurochavismo, es decir, atravesar un proceso de cambio a nivel político y social similar a la llamada revolución bolivariana.

Entrevistado por el diario venezolano Correo del Orinoco, Vattimo propuso la tesis del eurochavismo como el impulso progresista que haría falta aplicar en el continente europeo, y de esta manera derrotar al modelo capitalista que durante años ha generado grandes cambios a la economía europea.

"La idea que yo tengo de la Latinoamérica progresista, es que es un modelo de posible revolución -el cual no es palpable- ni en los estados europeos, ni en los Estados Unidos, ni en China", explicó el filósofo.

Vattimo se refirió a Latinoamérica como el continente joven, "con recursos, donde pasaron importantes transformaciones, las más importantes de las últimas décadas (a nivel mundial)", y afirmó que eventos como este es imposible que se den en la India o en China, donde por años se ha desarrollado un modelo capitalista tradicional.



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La justicia de los EEUU discriminó a la Argentina, por Mariano Beristain (para "INFOnews" del 29-06-14)

La batalla entre la Argentina y los fondos buitre se encuentra en un intríngulis.


La batalla entre la Argentina y los fondos buitre se encuentra en un intríngulis. El gobierno nacional ha resuelto pelear en todos los campos sin descuidar el escenario jurídico, uno de los más complicados, tomando en consideración que ya existe una sentencia en firme del juez de Nueva York Thomas Griesa, ratificada por la Cámara de Apelaciones de Nueva York y de forma tácita por la Corte Suprema de los Estados Unidos. La Argentina empezó a explorar con muy buena resonancia internacional la solución política al entuerto. Quiere demostrar que detrás del litigio con los holdouts se pone en juego la soberanía de la Nación. El país consiguió apoyos importantes; Estados Unidos, México, Francia, Ecuador y Venezuela de forma individual a los que se suman el G77+China, la CELAC, el Mercosur, la Unasur y la poderosa Red Jubileo, entre otras instituciones.
La próxima presentación del ministro de Economía, Axel Kicillof, y del canciller Héctor Timerman en la Organización de Estados Americanos (OEA) se inscribirá en este contexto.  Está claro que la Argentina pone en entredicho el tratamiento que le dio la justicia de los Estados Unidos a esta problemática. Desde distintos puntos del mundo empiezan a levantarse voces de alerta sobre el llamativo papel que se arroga la justicia de este país, inclinándose claramente a favor de los buitres en un conflicto en el que le otorgó al Estado argentino un rango inferior a algunos de sus municipios. Ya no sólo preocupa el posible impacto en las reestructuraciones de deuda, sino la potencial injerencia del máximo tribunal norteamericano en definiciones económicas clave en detrimento de otros países.

Es obvio que la Argentina cometió un error o una torpeza cuando insistió en elegir la jurisdicción de Nueva York para emitir los títulos públicos que ahora se encuentran en disputa. Sin embargo, tiene cierta lógica si se analiza desde una relación de fuerza de una quiebra en la que el deudor soberano (Argentina, en este caso) está en situación de desventaja, porque si quiere despertar interés para que el concurso de acreedores sea exitoso, debe crear condiciones que le den todas las garantías posibles a la mayor cantidad de interesados.
Es factible que si la Argentina hubiera decidido hacer los canjes de deuda de 2005-2010 bajo jurisdicción local, el nivel de adhesión de los acreedores hubiera sido inferior y la suma de los dos canjes jamás habría alcanzado el 92,4% final. Lo llamativo de la Corte Suprema de los Estados Unidos es que cuando le tocó expedirse optó por no tratar el tema. Es decir, le dio la derecha a lo actuado por Griesa a sabiendas de que en territorio estadounidense existe una distinción clara entre el tratamiento que se les otorga a las deudas por quiebras que contrae el Estado y aquellas que sufren en igual situación los particulares o empresas.
Un trabajo del investigador vienés Kuniber Raffer, experto en relaciones económicas internacionales, propone que a los problemas de insolvencia producto de la deuda soberana se les conceda un tratamiento similar al que les da en los Estados Unidos a los municipios que ingresan en situación de crisis. El Capítulo 9 de la Ley de Quiebras de EE UU es un procedimiento poco conocido que regula la insolvencia de las llamadas municipalidades, aplicado con éxito durante décadas dentro de los Estados Unidos como forma de solucionar los problemas de los deudores estatales. Según indica Raffer, "este mecanismo de resolución de conflictos de deuda tranquilamente se podría aplicar con éxito a los deudores soberanos".
El Código de la legislación estadounidense (United States Code Annotated, USCA) define a una municipalidad como una "subdivisión política o agencia pública o instru- mentalidad de un Estado". Además, una municipalidad que eleva una solicitud de quiebra debe, entre otras cosas caracterizarse por:
- Ser insolvente o incapaz de pagar los vencimientos de su deuda.
- Desear la confección de un plan de ajuste para la deuda.
- O bien haber recibido la aprobación de la mayoría de cada uno de los tipos de acreedores afectados, o bien haber tratado sin éxito de elaborar un plan, o ser incapaz de negociar con los acreedores por ser ello impracticable.
Sin lugar a duda, la Argentina puede englobarse en cualquiera de estos puntos, particularmente en el último, porque tuvo un amplio apoyo de parte de sus acreedores en los respectivos canjes de deuda.
Pero dentro de la legislación estadounidense hay otro punto que llama poderosamente la atención y que ha sido uno de los ejes del debate entre la Argentina y Griesa. "El problema del poder gubernamental queda solucionado en el párrafo 904. La jurisdicción de la Corte depende de la voluntad del deudor y no puede extenderse más allá de ella", explica Raffer en otro tramo de su trabajo de investigación. Pero eso no es todo. Parafraseando al experto vienés, la normativa estadounidense mencionada anteriormente también indica que "la Corte puede confirmar un plan sólo si éste incorpora una negociación justa (fair) y equitativa, a la cual se llegue de manera abierta y que esté desprovista de engaños, por sutiles que estos sean". En este sentido, interesan especialmente "el carácter público y abierto del proceso de negociación". Este último es otro elemento clave que formó parte de la reestructuración de deuda de la Argentina, donde la convocatoria a los acreedores tuvo un cariz abierto y fue conocida por los interesados.

Lo preocupante de todo esto es que, pese a tratarse de una normativa estadounidense, los tres estamentos de la justicia norteamericana que participaron hicieron caso omiso a las peculiaridades que podían encontrarse con el caso entre la Argentina y los Buitres (conocido ahora como el "juicio del siglo"), se lo haya tratado como un pleito común otorgándole claras preferencias a los acreedores, formulando una intepretación del pari passu que, al obligar a pagar el 100% de la deuda, perjudicó claramente a la Argentina. Es decir, que la justicia de los Estados Unidos violó todas las prerrogativas que les otorgan a sus propios municipios o Estados que atraviesan por situaciones similares, con el agravante de que, si el país cumple con todos los prerrequisitos que exige Griesa, se colocaría nuevamente en una situación de default o impago. Todo esto permitiría inferir que la justicia de los Estados Unidos ha jugado un rol proactivo beneficiando a los intereses de los fondos NML Capital, Aurelius Capital y Blue Angel (y otros), y perjudicando y colocando en jaque la situación financiera de la Argentina. En este marco, se abona la idea de que un poder (Judicial, en este caso) de un Estado extranjero intervino en la capacidad soberana de la Argentina, adoptando un criterio del tratamiento de una quiebra extremo, que ni siquiera aplica en su territorio y que incluso vulnera sus propias leyes federales.

Publicado en:
 http://www.infonews.com/2014/06/29/economia-151503-la-justicia-de-los-eeuu-discrimino-a-la-argentina.php

sábado, 28 de junio de 2014

GARIN PRESENTÓ SU NUEVO LIBRO "EL ULTIMO PERON CUARENTA AÑOS DESPUES" CON GRAN CONCURRENCIA E INTERESANTES DEBATES

28 de junio de 2014 
17:06
El pasado 27 de junio de 2014, en vísperas de cumplirse un nuevo aniversario de la muerte del tres veces Presidente Juan Domingo Perón, el escritor y abogado de DDHH Javier Garin presentó en Buenos Aires su quinto libro, "EL ULTIMO PERON CUARENTA AÑOS DESPUES", publicado por Editorial Dunken.
El nuevo libro de Garin se propone reivindicar el último gobierno de Perón y rebatir los "mitos denigratorios" instalados alrededor de su tercera presidencia, enumerando los notables logros obtenidos en escasos meses entre el 25 de mayo de 1973 -fecha de asunción del gobierno democrático peronista- y el 1 de julio de 1974, día de su muerte.

En la presentación, Garin estuvo acompañado en el panel por el profesor de historia Raúl Isman y por el periodista Ariel Magirena, quienes expusieron y debatieron con el numeroso público presente.
"Estoy más que satisfecho por esta actividad -dijo Garin-. La figura y las ideas de Perón siguen vigentes, convocando a la gente. Hoy han venido participantes de las más diversas expresiones, peronistas de muy diferentes líneas, no peronistas e independientes, compañeros que se fueron de la plaza del 1 de mayo de 1974 y compañeros que se quedaron en ella, y pudimos debatir en forma respetuosa y sin agresiones, más allá de las diferencias. Perón sigue uniendo e interesando a todos, especialmente me alegra que interese a los jóvenes, que tienen derecho, como digo en el libro, a conocer otra visión sobre la vejez de Perón, y no sólo las versiones parciales y malintencionadas que se les ofrecen desde la derecha o desde la izquierda".
El autor explicó que la idea del libro surgió de una serie de polémicas mantenidas en internet y en charlas-debate con Isman y Magirena donde quedó en evidencia "la necesidad de refutar los errores habitualmente difundidos por los cuales se intenta oscurecer la figura de Perón con acusaciones infundadas u ocultando la verdadera orientación y alcances de sus grandes políticas."
Durante el debate los participantes explicaron las líneas directrices del pensamiento antiimperialista de Perón, su tarea permanente a favor de la unidad latinoamericana, su visión geopolítica, su apuesta por el Tercer Mundo, su defensa de la ecología y su clara vocación por la liberación nacional y social. "Perón fue el más grande líder antiimperialista latinoamericano del siglo XX y procer de la unidad continental"- expresó Garin. Por su parte, Isman destacó "el carácter claramente emancipatorio" del último gobierno de Perón, y Magirena resaltó "la personalidad internacional del líder, hombre de consulta de los principales estadistas de su tiempo, tales como Mao, Naser, De Gaulle, y otros referentes mundiales, quien tenía una visión universal y estratégica de la realidad política de su tiempo y una notable anticipación de los desafíos venideros".
En el curso del debate, el público intervino aportando interpretaciones, ideas y sentimientos sobre el último Perón. No faltaron los recuerdos emocionados de viejos militantes de los años setenta, ni las reflexiones autocríticas de quienes, habiendo cuestionado en su momento a Perón, hoy reconocen que "en los principales lineamientos tenía razón, y quizás por nuestra juventud y apresuramiento revolucionario,no lo supimos comprender".

Las presentaciones del libro seguirán en todo el país, continuando el próximo 8 de julio en Tristán Suarez y el 11 de julio en el Museo Histórico Nacional. "Queremos que se le reconozca al último Perón los méritos y el homenaje que debe recibir -explicó Garin, quien agregó-:. Este es uno de los reclamos que se han planteado en el debate, pues los concurrentes pidieron que se lo recuerde y homenajee como se merece uno de los más grandes argentinos".
Garin es autor de los libros "MANUEL BELGRANO, RECUERDOS DEL ALTO PERU", "MANUAL POPULAR DE DERECHOS HUMANOS", "EL DISCIPULO DEL DIABLO, VIDA DE MONTEAGUDO" Y "PROCERES ARGENTINOS POR LA PATRIA GRANDE", obras que agotaron varias ediciones y fueron presentadas en casi todo el país.



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https://www.facebook.com/notes/javier-garin/garin-present%C3%B3-su-nuevo-libro-el-ultimo-peron-cuarenta-a%C3%B1os-despues-con-gran-con/10152469063196413

Deuda y Estado. Lo que se esconde detrás de los fondos buitre, por Mariano Massaro (para "INFOnews" del 28-06-14)


Por mariano massaro

La reciente imposición de la justicia estadounidense al pago inmediato y en efectivo a los fondos buitre trae a discusión consideraciones que se encontraban latentes en el contexto de la globalización actual del capitalismo, dejando expuesto que la cuestión excede a la Argentina. En ese sentido, dos cuestiones resultan esclarecedoras.


1- La imposición de jurisdicción extranjera para la ejecución de contratos con el Estado, como consecuencia de la falta de normativa internacional que respete la soberanía legal de los pueblos, forma parte de un fenómeno más vasto con el cual opera la globalización: la deconstrucción del Estado nación como forma de relación autonómica. La pérdida de soberanía legal, económica, política, la extranjerización productiva de la economía, son manifestaciones de una política delineada con pericia por los centros de poder mundial.
No puede desconocerse que el disciplinamiento al que nos intentan someter articula con elementos intrínsecos a las relaciones políticas locales; caranchos y cipayos serían palabras pertinentes para su caracterización.
Si bien el intento para desmontar el Estado nación no es una novedad, atravesamos una ofensiva con perspectiva de esmerilarlo. Lo que se busca es remover el obstáculo que ha significado en la circulación del capital especulativo.
Políticas proteccionistas para resguardar la industria nacional, impedir el monitoreo extranjero de las cuentas públicas, implementar el anclaje de parte del capital golondrina, políticas hacia el sector bancario para que insufle divisas y el direccionamiento de recursos a créditos productivos, la franca oposición a las áreas de libre comercio con los países centrales, son todas políticas públicas que se basan en la existencia de un Estado nación en términos estructurales con características populares y en expansión. Este es el condimento esencial sobre el cual los líderes latinoamericanos enfrentaron al Alca, comenzando a pensarse seriamente como bloque regional.
La integración regional, con márgenes amplios de complementariedad, asociada a un nuevo modelo de Estado social, exige salvaguardar esta forma de Estado; cualquier modificación de su diseño que ceda prerrogativas nacionales debe estar abordado en pos de profundizar la unidad, generando una institucionalidad supranacional que sea garante de los diversos derechos de los pueblos.
2- Otra cuestión meridional radica en visibilizar la existencia de una trama velada con respecto al rol que juegan los fondos buitre en el concierto de las finanzas globales. El objetivo especulativo no agota la función asumida, sino que se desempeña como máscara que encubre el hecho de ser los arietes de las economías centrales, en la búsqueda de disciplinar a los pueblos que pujan por emerger. La ingeniería desplegada por ellos puede presentar características novedosas en tanto adaptación del estado de desarrollo del capitalismo financiero, pero la función estratégica desplegada es la misma.
En los '80, el instrumento utilizado para dichos fines fue la deuda externa latinoamericana, a través de la cual se forzó la implementación de políticas neoliberales, por las cuales se construyó un modelo de Estado que facilitó la apropiación foránea de los recursos naturales estratégicos, impidiendo cualquier proceso de modificación de la matriz productiva, condenándonos al extractivismo.
En la otra parte del globo, África, la operación desplegada en pos del mismo objetivo se dio con otras características. Las potencias occidentales fagocitaron guerras fraticidas a lo largo de todo el continente, suministrando armas a ambos bandos para mantener fluida la demanda de pertrechos durante largos períodos. Esto generó cuantiosas deudas externas en países que ya eran paupérrimos. El pago de dichas deudas estuvo asociado al acceso de las potencias a los recursos naturales de esos pueblos.
Evaluando la sustentabilidad de las intervenciones militares, puede sostenerse que la ocupación territorial se ha mostrado menos eficiente que la utilización de las deudas externas y la deconstrucción del Estado nación de los países que pujan por emerger, a la hora de reafirmar un orden mundial injusto.
En este contexto, la heterodoxia de la Argentina en el manejo de su deuda, permitiendo acrecentar márgenes de soberanía y conducir la administración en términos nacionales de los recursos, produjo una anomalía en el sistema mundial. Es por este motivo que se pena al país, y el juez Thomas Griesa no resulta ajeno a esos intereses. Por último, resulta difícil pensar en desmarcarse de este estado de cosas, apelando solamente a las herramientas nacionales. La condición de posibilidad de romper las cadenas tiene su eje central en el grado de integración regional que se alcance. Celac y bloque sudamericano son la salida en clave libertaria.

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http://www.infonews.com/2014/06/28/politica-151393-deuda-y-estado-lo-que-se-esconde-detras-de-los-fondos-buitre.php

Griesa, entre Watergate y las Brujas de Salem, por Alberto López Girondo (para "Tiempo Argentino" del 27-06-14)


La idea de que EE UU es un pueblo elegido para intervenir de un modo correctivo y salvador, justifica sus políticas expansionistas en todo el planeta.


Nota de Tiempo Argentino
Los argumentos del juez Thomas Poole Griesa para aceptar el planteo de los fondos buitre contra Argentina resulta irritante y denigra cualquier soberanía, como bien resaltó el gobierno argentino repetidamente. Mucho peor cae a los espíritus nacionales la seca respuesta de la Corte denegando tomar cartas en un asunto que, por lo que dejan en claro con su silencio, entienden que está muy bien resuelto en la primera instancia.
Ya en su primer dictamen, de 2012, Griesa protestaba contra "los más altos funcionarios argentinos que han continuado haciendo declaraciones inflamatorias sobre que las sentencias del Tribunal no serán obedecidas. (… y además) han declarado que Argentina podría pagar a los bonistas que entraron en el canje pero no pondrá un dólar para los que tienen los bonos originales (holdouts). La presidenta Cristina Kirchner hizo declaraciones en tal sentido."
En aquel momento, Griesa involucró al entonces ministro Lorenzino. Pero ahora agregó nuevos discursos de la mandataria argentina y del nuevo titular de la cartera económica para denostar al gobierno y asegurar que no les cree, que Argentina sólo quiere esquivar sus deudas desde hace diez años y que no le da confianza de que lo hará en el futuro. "Habría sido mejor si ella no se hubiese referido a una extorsión. Eso habría ayudado", señaló sobre uno de los últimos discursos de Cristina.
Más allá de la forma en que un simple juez de condado se refiere al gobierno democráticamente elegido de un país independiente, es bueno hurgar un poco en la concepción del mundo que traslucen los fallos de Griesa y la posición de la Corte. Porque tal vez eso sirva para entender la idea que la sociedad de Estados Unidos se hace del mundo y de su propio lugar en él. Una concepción que nace desde sus orígenes, cuando los primeros "peregrinos" desembarcaron del mítico Mayflower en la Bahía de Massachusetts, en 1620. Un dato no menor es que se trataba de un contingente de puritanos, un movimiento religioso surgido en Gran Bretaña que rechazaba tanto a la Iglesia católica como a la anglicana que había "inventado" Enrique VIII. Y que huían de la persecución a que eran sometidos en su patria de origen.
Muchas de estas cuestiones suelen ser ventiladas por Hollywood en series y dibujos animados, al punto que casi forman parte de la formación de generaciones enteras de niños latinoamericanos. El caso es que esos primeros pobladores se fueron dispersando a lo largo de la costa para conformar la llamada Nueva Inglaterra. Hay dos acontecimientos posteriores que marcarían en el futuro del "ser americano" (o, mejor dicho, estadounidense). Uno es el Día de Acción de Gracias, el otro es el llamado Motín del Té o, en inglés, Tea Party. Un tercero forma parte, en cambio, del inventario de los grupos más progresistas, como son los juicios por bujería popularizados con la obra de teatro de Arthur Miller Las Brujas de Salem.
No había pasado un año de la llegada de los colonos cuando según la leyenda compartieron la primera cosecha en tierras americanas con los indígenas wampanoag que, bueno es decir, los habían ayudado generosamente ni bien los vieron llegar. Los wampanoags vivían en comunidad y tenían una economía basada en la distribución de la tierra y los bienes. Desde ese 21 de noviembre de 1621 se celebra el día de Acción de Gracias. Con los años, nuevas camadas de emigrantes fueron desplazando a los pueblos originarios y en 1675 el cacique Metacomet organizó un ejército de wampanoags junto con los pueblos narragansett, nipmuc y pennacook, y atacó los establecimientos de los invasores. Los blancos lo llamaban Rey Felipe y tras derrotarlo fue ejecutado el 12 de agosto de 1676. Su cabeza quedó expuesta sobre una pica, y su mujer y sus hijos acabaron sus días como esclavos en las Antillas.
Poco más tarde, en 1692, se registraron los procesos por delitos de brujería en los condados de Essex, Suffolk y Middlesex, en Massachusetts. No importa tanto la verdad histórica como el enfoque que le dio Miller –quien fue acusado de comunista en el marco de las persecuciones del inefable Joseph Mc Carthy– en su magistral obra de teatro. La caza de brujas macartista forma parte también del "ser estadounidense", tanto en su extremismo como por el rasgo de paranoia que revela. En Las brujas de Salem –por el distrito donde se inició la oleada– Miller cuenta de modo dramático cómo las declaraciones de un grupo de jovencitas influyen en la culpabilización de ciudadanos altamente morales al punto de llevarlos al cadalso.
Otro hecho constitutivo de esa nación es el motín registrado en diciembre de 1773 en la Nueva Inglaterra en rechazo al pago de un impuesto a la importación de té. Tea Party quedó como sinónimo de lucha por las libertades –de hecho, de este movimiento crecieron las primeras luchas por la independencia de Estados Unidos– pero también de un modo de interpretar la realidad. Los grupos Tea Party surgidos en los primeros años de este siglo se inscriben en esta actitud: en términos groseros, recelan de los poderes centrales, del pago de impuestos y de la intromisión de las instituciones en la vida de los ciudadanos. Son individualistas extremos, y con esos argumentos rechazan la ley de salud de Obama y tildan de inmoral cualquier ayuda a los desposeídos.
La idea de que Estados Unidos es un pueblo elegido y que eso habilita para intervenir de un modo correctivo y salvador en cualquier parte del mundo corre paralela y justifica la política de expansión territorial en detrimento de los pueblos originarios primero y del resto del planeta posteriormente. Siempre con su plan sobre lo que una democracia debe ser.
Una democracia representada por un sistema institucional que, como dijera al debatir la Constitución uno de los "padres fundadores", James Madison, tiene a la justicia como control último de posibles abusos de las muchedumbres. La moral media exige que un hombre temeroso de Dios como piden los puritanos, respete las leyes, cumpla los contratos y trabaje de sol a sol, porque no hay nada que discipline tanto como un esfuerzo colosal.
Cualquier desviación a este mandato es moralmente condenable, y especialmente por los medios de comunicación masivos, tan conservadores de las costumbres ellos. En este contexto, una persona que reciba una asignación es un vago sin remedio y el gobierno que la otorgue, un demagogo cercano a la autocracia. Madison pensaba justamente en la defensa de los intereses particulares cuando promovía una justicia independiente de los poderes electos. A través de la Constitución estadounidense, el detalle se expandió y se introduciría en la Argentina, donde los constituyentes de 1853 identificaban en Juan Manuel de Rosas al populismo que el legislador estadounidense recomendaba evitar.
Griesa fue designado por el entonces presidente Richard Milhous Nixon el 15 de junio de 1972 en un tribunal que se estrenaba con él. Tras la aprobación del Senado tomó el cargo el 30 de junio. Entre esos días, el 17 de junio, se produciría un hecho llamado a cambiar la historia moderna de Estados Unidos: cinco hombres caían detenidos por haber ingresado ilegalmente en la sede central del Partido Demócrata en el edificio Watergate de Washington. Estaban espiando para el gobierno de Nixon, quien terminaría renunciando en agosto de 1974. Las acusaciones contra el mandatario republicano no fueron tanto por entorpecer a la justicia, como figuraba en el pedido de juicio político. La peor imputación era por haberle mentido a la ciudadanía. Bill Clinton casi corre la misma suerte hasta que se dio cuenta de que era preferible reconocer "relaciones inapropiadas" con una pasante que admitir que había engañado a la población.
Griesa demostró en los dictámenes contra Argentina que le disgusta el gobierno de Cristina Fernández. Porque los briefs de prensa que le llegan la presentan como una populista cercana a otros mandatarios regionales que están en la mira de Estados Unidos, como los de Venezuela actual y el pasado. Es un conservador y, como juez estadounidense, se sabe intocable. Desde allí emitió su fallo. La Corte lo avala porque también piensa igual: las deudas se deben pagar, no importan otras consideraciones que no sean el papel escrito. Las leyes están para vigilar los intereses de los que tienen en contra de los que quieren arrebatárselos, Madison dixit.
Estas son buenas razones –y mucho más exquisitas– como para castigar a un díscolo gobierno latinoamericano. Como lo son para "purificar" con armas o finanzas al resto del mundo.

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LOS BUITRES NO COMEN VIDRIO, por Alberto Dearriba (para "INFOnews" del 28-06-14)


El fallo que obliga a la Argentina a pagarle el 100% a los holdouts, convierte la debilidad del deudor en fortaleza.


La insólita decisión del juez Thomas Griesa de bloquear el pago de 540 millones de dólares realizado por la Argentina en cumplimiento de las obligaciones derivadas de los canjes de 2005 y 2010, resultó una alternativa favorable al posible embargo de esos fondos y abrió un período de cura de 30 días para negociar con los fondos buitre.
El juez se extralimitó al avanzar con su decisión sobre fondos que no están en litigio ni pertenecen ya a la Argentina, sino a los tenedores de bonos reestructurados, pero no cumplió la amenaza de embargar que hubiera descripto un escenario más complicado.
La decisión que impide el pago a los bonistas pone al país en moratoria previa a un default, que puede ser evitado durante los próximos 30 días, pero revela que el gobierno está firmemente dispuesto a evitar el pago total a los holdouts encabezados por Paul Singer, lo cual desataría una cataratas de demanda por unos 150 mil millones de dólares y llevaría también al default.
Los críticos de la estrategia defensiva del gobierno nacional sostienen que el país está ahora en peores condiciones que antes de los fallos de Griesa y de la decisión de la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos, que convalidó en silencio esas sentencias.
Sin embargo, no sólo el gobierno tiene por objetivo evitar el default, sino que los fondos buitre tampoco quieren tirar la cuerda al punto de no cobrar nada de lo que el juez Griessa les concedió.
La cuestión central de la negociación es que los holdouts acepten una ingeniería posible para salvar los cinco meses que restarían en julio para que expire la cláusula que obliga a la Argentina a un tratamiento igualitario con todos los bonistas.
La cláusula RUFO vence en diciembre y determina que si los buitres que litigaron ante Griessa obtienen el ciento por ciento de los bonos que compraron por chauchas, otros bonistas podrían reclamar lo mismo.
Después de los fallos de Griesa, convalidados por la Cámara de Apelaciones de Nueva York y tácitamente por la Corte Suprema de Justicia, la situación legal de la Argentina se complicó, pero políticamente la relación de fuerza es otra, ya que el gobierno consiguió apoyos impensados como son los de parlamentarios británicos y el propio Fondo Monetario Internacional (FMI).
Los respaldos de países latinoamericanos pueden ser leídos en el marco de las afinidades políticas, pero otros obedecen en realidad al temor por el desbarajuste financiero que puede propiciar el fallo, frente a futuras reestructuraciones de deudas soberanas.
Estos respaldos de países o instituciones que no son precisamente amigos del gobierno argentino, pueden haber sido el motivo que movió a Griesa a no embargar los fondos, sino a pedir que sean devueltos a la Argentina porque el pago a los bonistas reestructurado violas sus fallos.
Por otra parte, el magistrado que jugó permanentemente en favor de los fondos buitre, evitó ahora esa instancia decisiva, porque tampoco quiere tirar excesivamente de la cuerda como para terminar siendo responsable de un desaguisado condenado por el mundo.
Griesa es un conservador republicano que se cree con derecho y obligación de disciplinar a los díscolos del patio trasero que saquen los pies del plato. El kirchnerismo le demostró al mundo que es posible que un país salga del default, sin recurrir a costosas refinanciaciones que otorgan a los centros financieros mundiales pingues ganancias.
Para colmo, la política de desendeudamiento se llevó a cabo mediante el modelo populista que Griesa detesta como buen conservador. Castigó al kirchnerismo todo lo que pudo, pero ahora se topó con las responsabilidades mundiales de sus propios fallos.
Es cierto que a la Argentina no le queda otro camino que negociar con los holdouts, no tanto montos e intereses, sino tiempo para esperar a que expire la cláusula que vence en diciembre. También es cierto que ahora deberá hacerlo con un plazo estipulado en 30 días para no caer en default.
Pero no es la única parte en juego de este berenjenal internacional que pretende un final pactado: ni los holdouts ni el juez quieren que la sangre llegue al río. Para la Argentina,el default, aunque parcial, implicaría un retroceso en el arduo camino trazado durante una década para salir de la condición de paria financiero en la cual cayó en 2001.
Para los fondos buitre implicaría no cobrar nada, pese a haber ganado en la justicia y sobre el juez recaería la responsabilidad de haber propiciado una cesación de pagos que complicaría al mundo financiero.
Los holdouts compraron a precio vil los bonos que poseen y tiene un amplio margen de ganancia para negociar. Griesa no quiere cargar con la responsabilidad del default, pese a que tiene una evidente animosidad contra un gobierno díscolo que discute sus fallos. Y la Argentina puede encontrar,una vez más, fortaleza en su propia debilidad. Todos están empujados a negociar.
Cuando Néstor Kirchner comenzó a reestructurar la deuda en default, solía advertir al poder financiero que "los muertos no pagan".
La advertencia corre hoy para los fondos buitre, que saben que no pueden poner a la Argentina ante la disyuntiva de pagar el 100% de sus acreencias o entrar en default. Porque en la práctica, la disyuntiva sería default o default.
El cumplimiento del fallo de Griesa llevaría a la Argentina al default no por una decisión gubernamental, sino por la imposibilidad concreta de afrontar las demandas millonarias que plantearían otros bonistas en reclamo de trato igualitario.
Pero ese fallo que obliga a la Argentina a pagarle el 100% a los holdouts, convierte la debilidad del deudor en fortaleza porque es de cumplimiento imposible. De modo que la única posibilidad de que la Argentina evite el default está en una negociación razonable con los fondos buitre, que son buitres pero no comen vidrio. Y la clave de esa negociación no radica tanto en montos ni tasas de interés, sino en el plazo que el país necesita para eludir la cláusula RUFO. El objetivo es llegar a fin de año.
Las partes ya están negociando. Del resultado de estas negociaciones depende la calidad de vida de los argentinos en los próximos años.
El tipo de cambio del dólar, la inversión pública, el salario, el consumo y el nivel de empleo dependen en gran medida de ello. Durante décadas, la Argentina pagó con sangre, sudor y lágrimas. Los argentinos bien nacidos no quieren que se repita el escenario que el país dejó atrás. Es el último intríngulis que debe resolver el gobierno para regularizar el frente externo.

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jueves, 26 de junio de 2014

LOCOS, ENGAÑADOS Y SINVERGÜENZAS, por Juan Carlos Monedero (para "Ensartaos.com.ve" del 18-07-12)


Juan Carlos Monedero

Mirando las encuestas de Venezuela, es fácil entender que el presidente Chávez saque más de 20 puntos al candidato de la derecha. Sigue sin tener explicación lógica que haya un 25% de venezolanas y venezolanos dispuestos a votar por aquellos que quieren hacer en Venezuela lo que está llevando a España a la ruina. Servidumbre voluntaria. Pero no todos son iguales. Unos lo hacen por locos, otros por engañados. Los peores, por sinvergüenzas.
En la película Matrix, uno de los luchadores de la resistencia, Cypher, decide traicionar a sus compañeros y a sus propias ideas para entregarse en brazos del enemigo. La realidad le parece demasiado “real” y prefiere condenarse a la felicidad de la mentira que le otorga la Matriz. Cuando negocia su traición, y mientras disfruta en un caro restaurante de una comida falsa, afirma contemplando un trozo de carne pinchado en su tenedor: “Yo sé que este filete no existe. Sé que cuando me lo puse en mi boca, la Matrix le dice a mi cerebro que es jugoso y delicioso. Después de 9 años, ¿sabes lo que he aprendido? La ignorancia es felicidad”. Quiten el filete y pongan un traje, un vestido, un carro, joyas, adornos…
En 1553 Étienne de La Boétie escribía “La servidumbre voluntaria”, un texto contra las monarquías absolutas y, en concreto, contra su capacidad de condenar a los pueblos a la sumisión. ¿Cómo los menos son capaces de someter a los más? En esas páginas, el joven abogado francés recordaba que “la primera razón de la servidumbre voluntaria es la costumbre”. ¿Y no es acaso a través de la educación –o de su ausencia- como lograron las oligarquías de América Latina frenar los procesos de cambio? Que siempre mandaran los mismos. Que hicieran del gobierno una suerte de latifundio regentado por cuatro familias que presentaban la gestión de lo público como una propiedad privada. ¿Cómo iba a gobernar el pueblo? Su argumento siempre fue el mismo: no se puede, si pudieras lo empeorarías, si no lo empeorases estropearías otras cosas. ¡Conténtate con lo que tienes! El mismo discurso repetido desde la Revolución Francesa. El poder reservado para los menos. ¿Gobernar el pueblo? ¡La revolución! Y purpurados que iban de la iglesia a la mesa de los ricos bendiciendo que las cosas no cambiaran.
En 2008, en la estación de metro Miranda, una señora de edad rompía un paquete de arroz y se lo lanzaba al entonces Ministro Samán gritando: “¡Quiero pagar el arroz más caro!”. Como un novio perplejo regado de granos blancos, el Ministro entendía la rabia de la señora del Este de Caracas. No en vano, los alimentos decomisados en los supermercados ladrones se vendían a precios populares en las puertas de los mismos establecimientos.
¿Quién quiere pagar las cosas más caras? Esa mujer, en el fondo, sabía lo que hacía. El problema no es que ella pagase más por los alimentos básicos. Tenía con qué hacerlo. El problema es que todo un pueblo cubriese de manera más fácil sus necesidades, porque, en la cadena de intereses, esa señora, al final, recibiría parte de la renta que pagarían los humildes. ¿Qué problema hay en pagar 10 cuando recibes un millón? Pero si las oligarquías dejaban de enriquecerse al pagar el pueblo un precio justo, esa señora dejaba de ser una privilegiada. Esa era su rabia. La misma que la de los que dieron el golpe en España en 1936, en Chile en 1973, en Venezuela en 2002. La rabia de los menos contra los más.
Esa rabia de las oligarquías contra los pobres ya está en la Iliada de Homero. Es sencilla de entender. Desde que el ser humano se hizo sedentario hay monarquías y aristocracias.
Pero ¿qué hay de la sumisión voluntaria de los pobres hacia aquellos que les empobrecen? ¿Cómo entender los obreros que han votado en España a la derecha? ¿Cómo explicar que un minero haya elegido a quien le expulsa de su trabajo? ¿Cómo dar cuenta del desahuciado que vota en Grecia por el que le ha robado su casa? ¿Cómo explicar que haya gente humilde o clases medias que pueden pensar en votar por Capriles en Venezuela?
En la crisis actual que sufre Europa hay dos salidas: que los ricos mantengan su bienestar sobre las espaldas de las mayorías o que las mayorías salgan a la calle a defender, como hace 100 años, sus derechos, con todo el dolor y el sufrimiento que esa pelea va a traer. Ayer se llamaba en América Latina “Consenso de Washington”. Ahora se llama en Europa, “dictados de la Troika”. Lo ejecuta la derecha. En España, el Partido Popular. Los amigos de Capriles.
Mirando las encuestas de Venezuela, es fácil entender que el presidente Chávez saque más de 20 puntos al candidato de la derecha. Sigue sin tener explicación lógica que haya un 25% de venezolanas y venezolanos dispuestos a votar por aquellos que quieren hacer en Venezuela lo que está llevando a España a la ruina. Servidumbre voluntaria. Pero no todos son iguales. Unos lo hacen por locos, otros por engañados. Los peores, por sinvergüenzas.
A los canallas hay que combatirlos. Quieren regresar al pasado para volver a hacer de Venezuela su hacienda. A los engañados hay que hablarles. Despacio. Sin enfado. Hasta dejarles claro qué país tenían hace 13 años y qué país tienen ahora. A los locos… Hay que dedicar más tiempo a los locos. A los que no se atreven a ser dueños de su propia vida. A los que prefieren la mentira a la realidad. A los que no oyeron que una revolución no es una tarea sencilla y no saben lo que signifícale esfuerzo de ganarla y el quebranto de perderla. A los locos hay que decirles lo que Don Quijote a Sancho Panza: “Procura descubrir la verdad por entre las promesas y dádivas del rico, por entre los sollozos e importunidades del pobre”.
Para que se sumen a los verdaderos locos. Los que hacen real la utopía. Para que se sumen a los que siguen construyendo esperanza en América Latina ahora que Europa está entrando en una negra noche.

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Fondos buitres: Argentina analiza recurrir al Tribunal de La Haya, por INFOnews del 26-06-14

El Gobierno nacional planea llevar “acciones judiciales” ante foros internacionales. Afirmó que la decisión de Griesa "constituye una acción violatoria del ordenamiento jurídico del derecho público internacional".



Frente a la decisión del juez de primera instancia de la justicia de Nueva York, Thomas Griesa, que rechazó el pedido de suspensión (stay) que presentó la Argentina, el gobierno nacional advirtió sobre la posibilidad de llevar adelante "eventuales acciones judiciales" ante foros internacionales como el Tribunal de La Haya y la Justicia ordinaria local.
Esas presentaciones se sustentarían en articulados contemplados en los estatutos de conformación de la Organización de los Estados Americanos (artículo 61), de la Organización de las Naciones Unidas (artículo 2 inciso 1 y 4), el convenio constitutivo del Fondo Monetario Internacional (artículo 4) y se concretarían ante el Tribunal Internacional de La Haya "como sujetos de derecho internacional”.
A través de un comunicado oficial, el Gobierno recalcó que el fallo del juez Thomas Griesa "vulnera el principio de inmunidad soberana vigente en ese país (EEUU) como norma de jerarquía institucional superior e interpreta además en forma antojadiza y absurda el principio de `pari passu`".
"Esta decisión soberana de la República Argentina implica advertir respecto de las consecuencias de sus actos a los Estados Unidos por la responsabilidad internacional que le cabe por las decisiones de su Poder Judicial, al agente fiduciario, a las entidades financieras involucradas, a los litigantes y al mismo juez Thomas Griesa respecto a eventuales acciones judiciales que nos permitan hacer valer legítimamente nuestros derechos como miembro de la comunidad internacional".


El Gobierno pagó este jueves los depósitos para el pago de los vencimientos de la deuda reestructurada, y afirmó que "para la República Argentina y para cualquier país soberano, pagar es: "Depositar los fondos cumpliendo con las obligaciones establecidas en el prospecto de emisión de los títulos de deuda y por lo tanto, es ejercer un derecho en forma voluntaria sin pretender con ello colisionar con otras decisiones emergentes de autoridad judicial que alteran las bases contractuales suscriptas por un país soberano".
"Este cumplimiento se realiza en virtud de la decisión soberana de la República Argentina, que ratifica en este acto su firme e irrestricta voluntad de cumplimiento para honrar sus deudas”, dijo el ministro de Economía Axel Kicillof.
Por último, el Gobierno enfatizó que "el hecho que el prospecto haya establecido una prórroga de jurisdicción en favor de la legislación norteamericana no implica la aceptación de actos jurisdiccionales de cumplimiento imposible" y que "cualquier conducta, que pretenda obstaculizar este pago a nuestros acreedores constituye una acción violatoria del ordenamiento jurídico del derecho público internacional que prohíbe la coerción a otros estados en virtud de la igualdad soberana, cláusula que también rige en Estados Unidos".

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EL ULTIMO PERON 40 AÑOS DESPUES: Presentación del nuevo libro de Javier Garín


ESTIMADOS compañeros/as:
         TENGO EL GUSTO DE INVITARLOS A LA PRESENTACIÓN DE MI NUEVO LIBRO “EL ULTIMO PERON 40 AÑOS DESPUES” EL VIERNES 27 A LAS 18 HORAS EN EL SALON DE LIBRERÍA DUNKEN AYACUCHO 353 CABA. ENTRADA LIBRE Y GRATUITA, CON DEBATE INCLUIDO.
         DESDE YA MUCHAS GRACIAS POR EL INTERÉS, AQUÍ VA UNA BREVE RESEÑA:
……………………..
             “Las nuevas generaciones tienen derecho a conocer otra visión sobre la vejez de Perón, a no escuchar solamente la historia parcial que algunos por derecha y por izquierda se complacen en inculcarle”. Con esta consigna, y un tono polémico y descontracturado, Javier Garin se propone reivindicar al último Perón, rebatiendo uno a uno los “mitos denigratorios” acerca de su figura y su último gobierno.
         “EL ULTIMO PERON 40 AÑOS DESPUES”, quinto libro de Garin, propone abordar el análisis concreto de las políticas reales, demostrando que Perón, al regresar a la Argentina, seguía siendo el líder antiimperialista más importante del continente latinoamericano.
        El autor examina el papel de Montoneros , la figura de López Rega, las responsabilidades en la violencia política, Ezeiza, el asesinato de Rucci, y la Plaza del primero de mayo, pero también se detiene en las grandes políticas desplegadas por Perón: la Unidad Nacional, el Pacto Social, la nacionalización de la economía, la ruptura de las fronteras ideológicas, la Unidad Latinoamericana, el Tercer Mundo, el antiimperialismo, la ecología, el Modelo Argentino. 
         Contra los mitos instalados acerca de una presunta decadencia ideológica y mental, Garin demuestra que el último Perón obtuvo en pocos meses contundentes logros, interrumpidos por su muerte. Se había convertido en un estadista extraordinario de trascendencia mundial: tal vez, el mayor cerebro geopolítico de Latinoamérica en el siglo XX.
Javier Garin es historiador, escritor y abogado de DDHH. Su libro “MANUEL BELGRANO, RECUERDOS DEL ALTO PERU”, agotó tres ediciones y fue auspiciado por el Fondo Nacional de las Artes. Su “MANUAL POPULAR DE DERECHOS HUMANOS” (tres ediciones agotadas) es considerado modelo de educación popular. Sus obras históricas “EL DISCIPULO DEL DIABLO, VIDA DE MONTEAGUDO” (dos ediciones) y “PRÓCERES ARGENTINOS POR LA PATRIA GRANDE” han merecido elogiosos comentarios. Su producción ha sido presentada en todo el país y declarada de interés en varias provincias y en el Congreso Nacional. 
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