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jueves, 28 de febrero de 2013

Discusiones en el bosque, por Gustavo Rosa (para “Apuntes Discontinuos” del 27-02-13)





Como si fuera el protagonista de una fantasiosa película de animación, el Jefe de Gobierno porteño sostiene interesantísimas conversaciones con los árboles de Tecnópolis. Eso sí: pierde la discusión, porque le falta madera… o le sobra. Pero no importa, porque es tan abierto al diálogo que continúa hablando, aunque sea solo. Los arbóreos argumentos esgrimidos por las diferentes especies de Villa Martelli fueron más contundentes que las justificaciones del ingeniero para arrasar con todo. El antojo de incrustar un innecesario metrobús en la avenida 9 de julio es cuestionado por tantos, que hasta el tan prestigioso New York Times le ha dedicado unas líneas bastante duras. Pero mientras Macri hace sus negocios en la CABA con el plan Metrobús para Todos, pasan cosas importantes en el mundo real. La democratización de la Justicia es el tema que ha entrado al debate en estos días de vientos renovados. Muchos conocedores del tema acercan sus propuestas y quienes se sienten cómodos con el status quo dicen cualquier cosa, como siempre. El año judicial comienza con las palabras del Presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti, que en sintonía con las formas, es promotor del programa Titulares para Todos, porque aporta ideas para conformar a todo el espectro mediático. En la Cámara de Diputados, en cambio, el clima no es tan apacible. El último capítulo de la aprobación del Memorando de Entendimiento con Irán promete un compendio de los más explosivos cruces entre oficialistas y opositores.
Pero nada de esto conmueve al Alcalde Deforestador. Enfurruñado porque nadie aplaude la mutilación de la avenida más ancha del planeta, envió una carta al Secretario General de la Presidencia, Oscar Parrilli, para exigir disculpas por sus dichos. Razonable: a nadie le gusta que le digan que es "un mentiroso y un vago irresponsable", por más que haya justificados motivos para pensarlo. Porque hay un conflicto numérico que involucra árboles. Claro, como vecinos, urbanistas, dirigentes políticos y otros más salieron en defensa de la postal más conocida de Buenos Aires, el Líder Amarillo acusa al kirchnerismo por la oposición ante el progreso que viene de su mano. El urbanista Daniel Politi, editor del blog “Latitudes: vistas alrededor del mundo”, del New York Times, afirma que “la capital de Argentina puede estar a punto de perder su postal más icónica: un nuevo proyecto del jefe de gobierno Mauricio Macri está convirtiendo a la avenida 9 de Julio en una sombra de sí misma, en el nombre de un proyecto de transporte público mal concebido”. Sin embargo, desoyendo voces más equilibradas y para justificar la tala de los añosos árboles que garantizan flores todo el año, acusó al Gobierno Nacional por la deforestación en Villa Martelli para construir Tecnópolis. La Presidenta le contestó desde ese lugar -que Macri jamás ha visitado- con una comparación fotográfica y con filmaciones que evidencian que hay más árboles que antes.
Pero el ingeniero insistió y en una luminosa epístola con el metafórico título “La Ceguera”, desplegó su yermo ideario. Con planimetrías bastante amañadas, afirma que  en el territorio que ocupa la muestra de ciencia y tecnología en Villa Martelli, "se redujo en un 62 por ciento el espacio verde". Una manera pueril de hacer política: algo así como si la hermana mayor cortó árboles, él –en lugar de denunciar tal atrocidad- reclama su derecho a des-arbolar la vida. Con magistral muñeca, el Jefe de Gobierno transforma una discusión ecológica en una lección política y afirma que "es casi seguro que no estén en condiciones de verla con claridad, porque su gobierno tiene serias dificultades para percibir la realidad”. Y no conforme con eso, nutrió su escrito con esclarecedores ejemplos: “no pueden ver la inflación. No pueden ver la inseguridad en las calles, a la que han transformado en una 'sensación de inseguridad'. No pueden ver el estado de ánimo social que han creado, aunque multitudes se manifiesten fastidiadas en las calles de todo el país".
Tanto enojo despiertan las fabulaciones de Macri, que hasta los árboles de Tecnópolis le contestaron. "Nos enteramos de que estás muy preocupado y que anduviste hablando de nosotros –ironizan los vegetales- Queremos decirte que tendrías que habernos venido a ver en vivo y en directo en lugar de espiarnos por Internet”. Y para revertir la desinformación del ex presidente de Boca y apologista del Fútbol Para Pocos, los frondosos escribientes le comunican que éramos 2042 árboles (no 1145 como afirmaste) los que estábamos antes de que se iniciara la construcción de este Parque. Y que ahora somos 894 árboles más”. Y para no ruborizar más al Alcalde, le facilitan la suma en la firma: “los 2936 estamos bien”.
En tanto, los que no están hechos de madera ni pertenecen al reino vegetal, intercambian ideas para construir un nuevo sistema de justicia. El Presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti, comenzó el año judicial con guiños y advertencias hacia todos los que participan del debate. En un año electoral como el que está en curso, éste será un tema que permitirá distinguir entre los custodios del Poder Fáctico y los que promueven transformaciones tan cruciales. Los primeros desplegarán ante los micrófonos las generalidades de siempre: el respeto por las instituciones y la independencia de los poderes; defender la libertad de expresión; denunciar las presiones de la tiranía K hacia los influenciables y desvalidos jueces y demás sutilezas por el estilo. Nada dicen de los obstáculos en que se convierten las decisiones de los jueces, sobre todo cuando favorecen a las voraces megaempresas. A partir de un documento difundido hacia fines de año, el movimiento Justicia Legítima hizo pública su intención de construir un nuevo Poder Judicial pensado desde y para la democracia. La Presidenta instaló el debate a finales del año pasado, después de conocerse la sentencia absolutoria en el caso Marita Verón.
Para la Procuradora General de la Nación, Alejandra Gils Carbó, el Poder Judicial sigue siendo “un sistema cerrado, alejado de la comunidad y lo hace permeable y cercano a todas las influencias de sectores de poder”. Según la funcionaria, el punto principal de este debate debe comenzar por “quebrar esta forma de funcionar que nada tiene que ver con los intereses de la sociedad”. No conforme con eso, Gils Carbó consideró que es el poder que menos se ha transformado desde el retorno a la democracia y “sigue teniendo una matriz autoritaria que se ve exacerbada en los últimos tiempos”. Pero además, destacó que “el Poder Judicial ha tenido siempre una función legitimadora de las grandes inequidades como han sido las dictaduras o los vaciamientos del Estado en la época liberal”.
El Supremo, a pesar de sus zigzagueos, aseguró que “no hay que tener miedo a los debates fuertes”. “Nosotros pensamos que el Poder Judicial también debe cambiar y que esos cambios deben ser en beneficio del pueblo”, declaró en representación del resto de los integrantes del máximo Tribunal. Como ejemplo de su intención democratizadora, sólo afirmó estar a favor con que “todos los jueces paguemos Impuesto a las Ganancias”. Pero  no dijo que no hace falta una ley, sino un fallo de Ellos Mismos que elimine una cautelar presentada hace muchos años. Pero el tema crucial que rozó el Magistrado se relaciona con lo que pocos exponentes de la oposición denuncian: “debemos mostrar una clara independencia de los intereses económicos”. Interesante sutileza la diferencia entre ‘mostrar’ y ‘ser’. La orden parece ser “mostremos independencia aunque no la tengamos”. El debate no se agota porque recién comienza. Sólo podrá darse en serio cuando toda la sociedad comprenda que los jueces no son ángeles validados por una elección divina, sino seres de carne y hueso que tienen que cumplir una concreta misión: proteger a los ciudadanos de los descarriados, sobre todo de aquéllos que no tienen límites para hinchar sus arcas con nuestro esfuerzo.

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miércoles, 27 de febrero de 2013

LOS QUE AÑORAN UNA ARGENTINA "GRANJA", por Federico Bernal (para “INFOnews” del 27-02-13)



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Arriba : Supuestos "feos, sucios y malos" versus supuestos "ángeles"... a veces las cosas no son lo que parecen, y debemos ver más allá...

Nos bombardean mediáticamente las metrópolis en decadencia. Y sus repetidoras locales multiplican el mensaje.


Índice de Libertad Económica: puntaje de 46,7 y retrocediendo. Somos, según este parámetro, la 160ª economía libre del mundo de un listado de 177. Índice Internacional de Percepción a la Corrupción: desmejorando. Estamos en la posición 102ª de 176, una de las peores latinoamericanas después de Venezuela. Índice Mundial de Libertad de Prensa: caída abrupta entre 2012 y 2013 (siete lugares), consecuencia de las "crecientes tensiones entre el gobierno y cierta media privada de acuerdo a una nueva regulación de la comunicación mediática". Índice Global para la Inversión en Infraestructura: estamos 38 de un ranking de 40 (abajo nuestro, Grecia y Venezuela). Índice Global de Competitividad: ¿adivine el lector? Caída libre de 10 puestos desde la medición anterior. Descendimos al 94 sobre 144. Sus autores explican nuestra pésima performance debido al "continuo deterioro de las condiciones macroeconómicas del país (ubicación 94), acoplada a una muy mala calidad institucional (138) y a ineficientes funcionamientos del sector laboral (140) y los mercados financieros (131). Según parece, el país falla en el aprovechamiento de su importante mercado doméstico (21). [...] La pobre evaluación de su funcionamiento institucional se explica en la débil eficiencia gubernamental (142) y en una de las más bajas puntuaciones mundiales en términos de 'confianza en los políticos' (143)". No bastaría el día para terminar de recopilar los indicadores de una Argentina eternamente granja.

LOS PUNTOS DÉBILES DEL MODELO... ¿DE QUÉ MODELO?

Arriba, los manuales del comprador escritos por almaceneros. Pero no cualquier almacenero, sino los contratados por los think tanks ultraconservadores más prestigiosos del Occidente "civilizado": Fundación Heritage, CATO Institute, American Enterprise Institute, FMI, Banco Mundial, etc. Entre los últimos tres, 130 millones de dólares en donaciones y fondeos durante 2011. Manteca al techo y manteca a los "especialistas" del subdesarrollo. La grave crisis de la globalización neoliberal así lo demanda. Lobbistas ex funcionarios y técnicos criollos son pues convocados a mantenerse en estado de alerta y movilización. La Nación y el Grupo Clarín replican los pésimos indicadores de la pésima Argentina. Las migajas de los 130 millones están en juego. Miguel Kiguel –que trabajó para Carlos Menem, Roque Fernández y Cavallo, responsable además de la brutal aceleración del endeudamiento nacional a comienzos del nuevo siglo– figura en el pedestal de la ortodoxia mediática. Como los restantes opinadores de los centros financieros y especuladores internacionales, este asesor del FMI se propone –pues así se le ha indicado– convencer a la opinión pública que la economía y las finanzas argentinas están en terapia intensiva. Presenta a la sociedad como "puntos débiles del modelo" las políticas gubernamentales contrarias a la redolarización de la economía, a la reprivatización de la deuda pública y a unas finanzas dirigidas desde Wall Street, Londres y Berlín. En otras palabras, políticas opuestas a una Argentina apéndice y eternamente granja.

¿CUÁLES SON LOS PUNTOS DÉBILES DEL MODELO?
Los think tanks nativos para la colonización pedagógica tienen empleo, mucho empleo (otra explicación de por qué el modelo kirchnerista beneficia a todos y todas). Veamos cómo el "especialista" Kiguel convierte en problemas del ciudadano común los puntos débiles para la supervivencia del modelo semicolonial: "inflación, atraso cambiario, tipo de cambio paralelo y riesgo país", todos temas "destinados al zaguán de los recuerdos" y que sin embargo hoy "retomaron vigencia" para pasar "a ser el centro de las preocupaciones de la economía argentina", afectando "seriamente el crecimiento y la inversión" (La Nación - 24/2/13). La orden recibida por el economista asesor del FMI es clara: hay que frenar como sea una Argentina industrial, económicamente moderna y con un mercado interno poderoso y en expansión. Hay que terminar con el exitoso desendeudamiento. El país que creció tanto debe volver a confinarse a los límites de la República del Estado de la Pampa Húmeda. La Argentina nació granja y así debe seguir. A la cabeza de la bicentenaria cruzada están La Nación y el Grupo Clarín. Las expectativas inflacionarias manipuladas por ellos y dominadas por los oligopolios formadores de precios (aquí sí la inflación como punto débil del modelo vigente), su espada más incisiva. A propósito, ¿calculó el IPC-Congreso cuánto influye en la suba de precios el manejo mediático de las corporaciones mediáticas aludidas? ¿Calculó Bevacqua cómo impacta el accionar de las patronales agrarias y los oligopolios formadores de precios en el mercado cambiario y la corrida al peso?

LOS PUNTOS FUERTES DEL MODELO Y EL DEBATE CULTURAL AUSENTE.

La recuperación del patrimonio público y el aumento de la inversión social; el congelamiento de precios, la desarticulación de los oligopolios y monopolios, el desendeudamiento y la victoria definitiva sobre los buitres; la profundización de un nuevo marco regulatorio energético e hidrocarburífero, la mayor captación de renta agraria, el aumento del empleo, la expansión del mercado interno y la diversificación económica; la autonomía del Banco Central (de Wall Street y la Bolsa de Londres), el descenso de la mortalidad infantil, los mejores niveles de educación, salud, equidad social, etc., los puntos fuertes del modelo vigente. Ahora el gran desafío: ¿cómo lograr que las capas medias vinculen estos aspectos con su propia mejora socioeconómica y la de sus seres queridos? Aproximadamente un mes atrás, el Ministerio de Economía informaba el resultado fiscal primario del sector público nacional: superávit primario acumulado de 6670 millones de pesos. La gacetilla oficial que detalla los resultados llevaba en el título una notable perlita: "Sector Público Nacional. Resultado Primario Sin Privatizaciones". ¡Claro, superávit sin privatizaciones! Del 2003 a esta parte el superávit fiscal ha permitido financiarnos con ahorro genuino sin nuevo endeudamiento ni pérdida del patrimonio público. Doña Rosa, ¿Ud. qué prefiere: cerrar el año con un plus en su billetera producto de haber vendido su auto, hipotecado su casa o pedido prestado a un desconocido, o bien como consecuencia de una mejora en sus ingresos y de una más óptima organización de su economía y finanzas? Por desgracia, la gacetilla no abordaba la cuestión desde los dos modelos en pugna. Apenas lo plantea en su título. No explicaba el daño que las privatizaciones de los '90 causaron a los argentinos. Tampoco los beneficios de su reversión. La política no puede faltar a la explicación económica. Sólo así se logrará subordinar definitivamente la segunda a la primera.
REBELIÓN EN LA GRANJA. Nos bombardean mediáticamente las metrópolis en decadencia. Sus repetidoras locales del país granja –voceras de la servidumbre doméstica– naturalizan y multiplican el mensaje conforme la concepción de progreso y desarrollo aprehendida por el medio pelo. Pero la tarea se les hace cuesta arriba, tal vez como nunca en los 203 años de historia. ¿La vía al progreso y al desarrollo son las medidas de austeridad fiscal y ajuste popular aplicadas en Europa y EE UU? ¿Es realmente el FMI la solución a los "problemas" argentinos, el mismo FMI que en España decide reservar un 3,2% del PBI a las corporaciones financieras, habiendo 6 millones de desempleados y en ascenso? ¿Es realmente votable la oposición al gobierno de Cristina, oposición que exhibe intenciones y discursos similares a los de Rajoy, Merkel y la troika ajustadora? La colonización pedagógica tiene un límite, el límite impuesto por casi ocho años de crecimiento ininterrumpido de la economía, del mercado interno y del aparato productivo, en un contexto social ascendente, con caída de la pobreza y del desempleo. Mal que le pese a la reacción, se vive muy bien, mejor que en los últimos 50 años. Falta que la clase media tome conciencia de sí y para sí, divorciándose de la nobleza sojera y del mercantilismo importador y parasitario. Como sea, la granja que fuimos entre 1976 y 2003 se rebela, y no porque deseemos vivir sin ella sino porque rechazamos que nos viva. Hace nueve años que la granja se diversifica, proveyendo de recursos al país en su conjunto. En efecto, desde fines de 2007 que la granja aporta capitales –antes apropiados por unos pocos– para grandes obras de infraestructura, para mejoras sociales, para la modernización del aparato productivo y el estímulo al consumo a lo largo y ancho del país. La mejor cosecha de esta granja en vías de democratización no son los granos, sino el reverdecer de la propia industria, de un Estado protagónico y de un modelo redistributivo que rescata del pozo a las grandes mayorías vapuleadas durante casi medio siglo. Lógicamente que la rebelión en la granja desagrada a las metrópolis en decadencia y a su servidumbre semicolonial. Piensan y pergeñan: el modelo vigente no puede ser asimilado ni sentido por las clases medias como la tendencia al progreso y al desarrollo verdaderos. Urden y engañan: tenemos que dar la impresión de estar pésimo para que puedan aplicarse las medidas de ajuste, congelamiento y desregulación propuestas por los grandes desmanteladores del Estado benefactor. Una Argentina virtual en pésimo estado o una Argentina real sometida por el neoliberalismo, aquí las únicas garantías para asegurar el retorno de la reacción al poder y contentar al amo extranjero. Así que: ¡apunten, disparen, fuego! Artillería pesada, que es la cultural, la más dañina, la más intrincada y la única que les queda. Que ni crea el pueblo argentino estar yendo por el buen camino.

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martes, 26 de febrero de 2013

La Revolución Ciudadana de Correa no será televisada, POR Federico Bernal (para “INFOnews” del 24-02-13)





Similitudes entre Ecuador y la Argentina: "Ambos son notables y exitosos ejemplos de recuperación económica, sin haberse rendido a los pies de Washington, la Unión Europea y el FMI. Nada peor para la prensa semicolonial."

Salvo honrosas y escasísimas excepciones, la prensa conservadora local y extranjera nada dice de la Argentina sino pestes. Igual trato reciben los procesos revolucionarios en Venezuela y Ecuador. Sin embargo, en este último caso, la censura es casi absoluta. Quítense la crisis con Colombia de 2008, el caso Assange y las recientes elecciones que Ecuador parecería no existir como país para los medios neoliberales argentinos. ¿Qué habrá hecho Correa para merecer semejante trato del clúster mediático de la pobreza y la dependencia? Aquí aventuramos una explicación. 

RESPUESTA POPULAR, NACIONAL Y DEMOCRÁTICA A LA CRISIS.

A pesar de haberse afectado drásticamente sus dos principales fuentes de ingresos en dólares (que además es su moneda local,) la caída del PBI ecuatoriano se restringió sólo a 2008/09, pasando del 7,2 al 0,4 por ciento. Sin embargo, tan temprano como en el primer cuatrimestre de 2010 la economía ya levantaba vuelo. Aquel año cerró con un 3,6%, para a partir de allí escalar sin pausa a los niveles pre-crisis. 2011 terminaba con un 8% (26.928 millones de dólares) y, para el tercer trimestre del año pasado se registraba un incremento acumulado del 4,8 por ciento. También a fines de 2012, el desempleo había caído al 4,1%, su nivel más bajo en los últimos veinticinco años, mientras que la pobreza unos 27 puntos desde 2006. Como en la Argentina, se verifica que el modelo económico ecuatoriano beneficia por igual a todos los sectores de la producción, aunque con importantes logros en cuanto a diversificación. Por ejemplo, se registra desde 2008 un exponencial avance de la participación de la construcción en el PBI a través de un programa masivo y nacional de grandes obras de infraestructura. Para 2011, la construcción explicaba cerca de un 40% del producto bruto. En materia de deuda externa y desde la asunción de Correa en enero de 2007, Ecuador ha registrado un desendeudamiento de proporciones similares a las argentinas. Entre 2008 y mediados de 2009, el gobierno ecuatoriano dejó de pagar unos 3,2 mil millones de dólares y realizó con ellos una quita de un 30 por ciento. El stock de deuda como porcentaje del PBI cayó del 30% al 21% entre 2007 y fines de 2011, mientras que las cancelaciones de intereses también en función del producto bruto se contrajeron en más de un 50% en igual período. Finalmente, cabe destacar la evolución favorable del "gasto público"-en nuestro idioma, la inversión social (IS). Entre 2006 y 2011, la IN se duplicó como porcentaje del PBI, saltando de 4,5% (promedio trienio 2004/06) a un 9,3% para el trienio 2009/11. Los segmentos que lideran la expansión de la IS son: educación, que pasó del 2,6 al 5,2% del PBI y programas sociales, del 0,7 al 1,8% del PBI. En esta última categoría destacan: el programa Bono de Desarrollo Humano, la creación del Instituto para la Niñez y la Familia (destinado a la protección y desarrollo de las familias más carenciadas) y diversos programas de salud, seguridad alimentaria y nutricionales, como por ejemplo el denominado Alimentate Ecuador. Otro de los grandes programas aplicados por Correa es el llamado Bono de la Vivienda, el cual ha permitido incrementar el acceso a créditos hipotecarios en un 47% entre 2008 y 2011. Cabe aclarar que vista la retracción del sector privado, dicho incremento provino en un 100% (600 millones de dólares) del sector público a través del Instituto de Seguridad Social. De todo esto y mucho más se trata la Revolución Ciudadana. Veamos ahora cómo se fondea. 

BANCOS CENTRALES, PETRÓLEO Y SOJA.

A contramano de los consejos del FMI, Washington, Berlín y Londres, el Banco Central de Ecuador (BCE) ganó en autonomía, claro que en función del interés del pueblo ecuatoriano. De hecho, ha sido la recuperación de un BCE "para todos y todas", inserto en un nuevo marco regulatorio financiero, la piedra angular del paquete contra-cíclico y del fondeo de los programas sociales implementados por Correa del 2008 a esta parte. Es más y volviendo a la comparación con la Argentina, la nacionalización del BCE no sólo es similar a la practicada por el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner con el BCRA, sino que además tiene el mismo peso específico que las retenciones a las exportaciones de granos, sin las cuales, el modelo argentino de desarrollo, industrialización y justicia social hubiera fracasado. ¿Por qué? El complejo sojero es tan vital a nuestra economía, como el petróleo y las remesas enviadas desde el exterior (por ecuatorianos residentes en EE.UU. y Europa) lo son a la economía ecuatoriana. Analicemos el primer punto. Ecuador es miembro de la OPEP. Sus exportaciones de crudo explican casi un 65% de sus ingresos externos y 35% de la recaudación nacional. Pero las exportaciones colapsaron en 2008, con una caída del 80%. Recién comenzaron a recuperarse lentamente en 2009. Idéntica situación se verificó con el segundo punto. En 2007, las remesas que explicaban un 7,6% del PBI se derrumbaron al mínimo histórico de la última década, un 3,5% (junio de 2012). Medida en dólares absolutos, la caída representó una pérdida de 800 millones de dólares anuales. ¿Cómo hizo entonces Ecuador para no caer en el abismo? Bueno, justamente y como se dijo, a través de una fortísima política de regulación del sector financiero (estrictos controles a la fuga de capitales) pero con eje en el BCE. A propósito y en primer lugar, cabe recordar que en 2009 Correa obligó a las autoridades del BCE a repatriar más de 1000 millones de dólares de reservas que el mismo tenía en el exterior. En segundo lugar y también en 2009, el gobierno estableció el Coeficiente de Liquidez Doméstica (CLD), a través del cual se obliga a todos los bancos a atesorar un 45% de sus activos líquidos en el país. Desde agosto del año pasado, el CLD aumentó al 60%. Centenares de millones de dólares han sido repatriados en los últimos años, con la consiguiente robustez de las reservas internacionales, beneficiadas también por un impuesto a las remisiones de utilidades al exterior y desendeudamiento progresivo. El sector financiero, antes en manos del FMI y la oligarquía ecuatoriana, pasó a contribuir del 1 al 10% del total de ingresos fiscales entre 2008 y 2012. En suma, sin los recursos frescos e instantáneos que dichas políticas permitieron suministrar, sumados a la elevación de tarifas proteccionistas y de un nuevo marco regulatorio hidrocarburífero, el gobierno de Correa no podría haber suplido las caídas antedichas en dólares petroleros y de remesas, con el consiguiente desmadre social y económico que ello hubiera provocado. En la Argentina, nuestros ingresos fundamentales por exportaciones no dependen del petróleo ni de las remesas enviadas desde afuera (aquí es en sentido inverso), sino del sector agrario (especialmente el sojero). Argumenta el neoliberalismo que el modelo kirchnerista se benefició de los altos precios de los commodities, pero lo cierto es que el país no hubiera podido ni podría sortear con éxito la crisis internacional, ni practicado los planes y programas sociales vigentes a la fecha sin las retenciones a las exportaciones practicadas desde finales de 2007. 

LA REVOLUCIÓN CIUDADANA NO SERÁ TELEVISADA...

El Ecuador de Rafael Correa y la Argentina de 2003 a la fecha presentan enormes similitudes, sobre todo cuando de respuestas a la crisis internacional se trata. Ambos países descuellan como notables y exitosos ejemplos de recuperación económica, pero sin haberse rendido a los pies de Washington, la Unión Europea y el FMI. Los pilares de sus respectivos modelos de desarrollo así como las políticas redistributivas en favor de las clases más necesitadas resultan más que semejantes. Nada peor pues para la prensa argentina vinculada a los centros financieros y especuladores internacionales que la aplastante victoria de Correa. Se queja el neoliberalismo que "ayudando a los pobres, gana cualquiera". Pero como en la Argentina, no sólo ganan los más humildes, sino todas las clases sociales, y especialmente, las clases populares. Por lo pronto, la estrategia mediática de la semicolonia es una sola y es ostensible por demás: la Revolución Ciudadana no será televisada. Porque el día que las clases medias comprendan que lo que sucede en Ecuador, como lo que sucede en su propio terruño, no es otra cosa que "su" programa económico, entonces no habrá propuesta, argumentos ni artilugios opositores capaces de volver a emplazar en la Casa Rosada la dependencia, el subdesarrollo y la exclusión.

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lunes, 25 de febrero de 2013

¿Está “atrasado” el dólar en Argentina?, por Adrián Corbella (para "Mirando hacia adentro")










La inmensa mayoría de los países del mundo tienen su propia moneda. Muchos valores de una economía se manejan en la moneda local, como salarios, servicios e infinidad de mercaderías que la población consume cotidianamente. Pero el valor de las divisas, de monedas “fuertes” extranjeras como el dólar o el euro, influye en todas las economías, porque algunos precios dependen de ellas. Todos los productos que se exportan tienen un valor internacional, que es lo que se paga por ellos en los mercados mundiales. Los productores locales se resisten a vender en sus propios países productos exportables a precios significativamente inferiores al que se paga por ellos en el exterior, debido a lo cual el aumento de estos productos en los mercados mundiales genera habitualmente presiones inflacionarias.
Combustibles, minerales y alimentos son algunos de los productos cuyos valores internacionales se han multiplicado en lo que va del siglo varias veces, en el caso de los dos primeros productos hasta diez veces (1). Los países exportadores de estos productos o han sufrido inflación, o han subvencionado los precios internos, o han aplicado retenciones a las exportaciones, o una combinación de todos estos fenómenos.
Los precios internos de una economía dependen de una compleja combinación de factores entre las cuales se cuentan el valor de combustibles, energía y transportes, la carga impositiva, los salarios, el valor de los bienes exportables y el de los insumos importados necesarios para sostener la producción local. Estos precios locales, medidos en divisas extranjeras, pueden resultar caros o baratos en comparación con los de otros países, en función a cual sea la cotización local de las divisas, es decir de monedas aceptadas ampliamente en el comercio internacional como el dólar, el euro o el yuan.
Argentina ha vivido en las últimas décadas etapas de “dólar caro” y períodos de “dólar barato”.
El dólar es caro en una economía cuando escasea. Cuando esto se produce, los precios internos son muy baratos internacionalmente. Se puede exportar. Pero los salarios de la población local medidos en divisas son muy escasos; por lo tanto viajar al exterior es imposible, y la importación de productos que no se fabrican en el país o de insumos industriales se hace muy difícil.
El dólar es barato cuando hay una gran abundancia de ellos. Esto se produce cuando se exporta mucho, o cuando ingresan dólares vía endeudamiento externo, inversiones productivas, inversiones financieras o privatizaciones. En momentos en que el dólar es barato, es muy fácil viajar al exterior porque todo resulta muy accesible, y lo mismo sucede con los productos importados que ingresan a valores muy convenientes. Pero la economía interna se ve arrasada. La producción local es carísima e invendible. Y a corto o a medianos plazo las políticas de “dólar barato” (la “Tablita” de Martínez de Hoz en los años setenta; el 1 a 1 de Cavallo en los noventa), generan recesión, deflación, marginalidad y conflictividad social e implosionan en crisis como la del 2001 argentina (o la que viven hoy los griegos).
La crisis del 2001 se produjo básicamente porque Argentina agotó su capacidad de endeudarse, no tenía más nada que privatizar y dejaron de ingresar inversiones (productivas o especulativas); al cesar el ingreso de dólares el 1 a 1 se derrumbó.
Las economías de dólar barato son economías abiertas a inversiones financieras especulativas, que generan grandes ingresos de dólares en momentos de bonanza, pero se retiran masiva y rápidamente ante cualquier amenaza de crisis, lo que hace a esos países muy vulnerables ante cualquier temblor internacional.
Por eso lo ideal es una cotización de la divisa que no sea tan barata como para impedir exportar ni tan cara como para inhibir las importaciones de productos necesarios para el funcionamiento de la economía. Este punto de equilibrio, como siempre sucede, es difícil de alcanzar y mantener, más aún en economías como la argentina donde mucha gente tiene la arraigada costumbre de ahorrar en dólares aún en períodos en que dicha inversión no es demasiado conveniente (2)
La Argentina devaluó luego de la crisis del 2001. Esto permitió que la producción local fuera competitiva en el mercado mundial, y que los precios internos fueran atractivos para turistas extranjeros, incluso de países limítrofes.
Muchos economistas liberales vienen argumentando desde hace años que la inflación acumulada, sumada al no tan significativo aumento del dólar (de 3 a 5 pesos, tomando el dólar oficial, legal o “comercial”) ha encarecido la economía argentina en estos diez años, haciéndola menos competitiva. Podríamos señalar que la ecuación no es tan simple, y que también debería tenerse en cuenta la inflación en otros países, el cambio de cotización de monedas como el euro, el real o el yuan, el valor local de combustibles y servicios comparados con el de otros países, y muchas otras variables. Pero, a modo de comprobación, podríamos comparar los precios argentinos con los de una economía vecina, como la uruguaya, para ver si nuestros precios son caros o baratos.
La comparación no es fácil, debido a las diversas cotizaciones del dólar y el peso aquí y en Uruguay.
El comercio argentino, de exportación e importación, se maneja con un dólar de 5 pesos, si dicho comercio se desarrolla por carriles legales. Por lo tanto para transformar los precios locales a dólares tomaremos esa cotización.
Los uruguayos cotizan el dólar a 18,75 pesos uruguayos, por lo que los precios orientales deberían convertirse a esa cotización.
Si uno se traslada a Uruguay, la situación se complica, porque si se cambia en un Banco uruguayo 1 peso argentino, le entregan 2 orientales con diez centavos, y si luego quiere recomprar el peso le piden 3 uruguayos. Sin embargo, si la AFIP le autoriza a comprar uruguayos para viajar a ese país, los bancos argentinos se los venden a 3,7 por peso argentino.
Finalmente, si uno estando en Uruguay paga con tarjeta le cotizan los precios a dólares de 5 pesos más un quince por ciento (lo que hace 5,75 pesos por dólar), porcentaje que luego puede descontarse total o parcialmente si se paga impuesto a las ganancias.
Esto significa que, para el que concurre a Uruguay como turista, hay una multiplicidad de cotizaciones : si se paga con uruguayos comprados vía AFIP se está pagando con un dólar de 5 pesos; si se paga con tarjeta se paga a razón de un dólar de 5,75; y si se cambia pesos por uruguayos en la R.O.U. se está utilizando un dólar de 8,9 pesos argentinos. Por eso para el turista argentino que concurre a Uruguay munido de pesos argentinos, los precios orientales son impagables.
Pero, de cara a comparar los valores de los productos en ambas economías pensando en el comercio exterior (y marginalmente en el turismo), tomaremos las cotizaciones oficiales de cada país : 5 pesos por dólar en Argentina y 18,75 uruguayos por dólar al otro lado del Río de la Plata.
Tomaremos para comparar precios orientales de la semana pasada de dos supermercados importantes : Disco (que también está presente en Argentina) y “Tienda Inglesa” (una cadena uruguaya de alta gama, estilo nuestro Jumbo), así como de un minimercado menor llamado “Cinthia”.
Empecemos por un precio básico, el combustible.
El litro de nafta super (3) cuesta 35 uruguayos (1,86 dólares) y la Premium 50 uruguayos ( 2,66 dólares). Si transformamos esos cincuenta uruguayos en pesos a la cotización argentina, son más de 13 pesos argentinos el litro; si lo hacemos a la uruguaya o con el dólar “blue” (ilegal) argentino, trepa a más de 20 pesos el litro. Hay que señalar que la tercera nafta más cara del mundo es la uruguaya, país que no tiene producción local de petróleo (4).
El valor del combustible y el transporte en general es un caso extremo de diferencias de precios entre los dos países.
En la Tabla que sigue vemos como en otros productos, como calzado o enlatados, los valores son similares a los argentinos (aunque generalmente un poco mayores)





Lo mismo sucede con carnes, fiambres y quesos, donde los precios son similares o un poco mayores a los argentinos, aunque debe señalarse que los cortes ofrecidos de carne vacuna son de novillo, es decir de animal grande, cuando de este lado del charco se consume ternera, que es más cara:




En cambio, en pastas y panificados, los precios uruguayos son mayores:



Finalmente, donde se notan precios muy superiores es en las bebidas, tanto las alcohólicas como las gaseosas:




En definitiva, la mayoría de los precios son en Uruguay superiores a los argentinos, algunos son similares, y alguno aislado puede ser levemente menor. Esto es si calculamos  dichos precios a partir del dólar comercial y turístico (para aquellos que han comprado uruguayos en Buenos Aires con autorización de la AFIP) o si se compra con tarjeta (caso en el cual se debe sumar a estos precios un 15%). Para aquellos turistas argentinos que van a Uruguay con pesos argentinos, los precios son imposibles.
Pero aquí la ecuación es clara: si al turista argentino se le complica concurrir a Uruguay porque los precios son altos, eso significa que el empresario argentino tiene más facilidades para exportar. Por lo tanto, al menos si comparamos los precios argentinos con los uruguayos (5), el dólar no está atrasado (6).


Notas:

(1)   : Sobre la evolución del precio del petróleo en las últimas décadas ver : http://blogdelmarketing.wordpress.com/2011/02/03/evolucion-del-precio-del-petroleo/
(2)   Alfredo Zaiat muestra con claridad en su libro “Economía a contramano” 
 (Planeta, 2012, pags.96 y 97) en que medida el ahorro en dólares no fue un opción conveniente en la Argentina de 2003-13.

(6)   Las Tablas de precios fueron elaboradas por el autor a partir de precios de referencia que se tomaron en la primera mitad de febrero de 2013 en los siguientes comercios:
  • “Supermercado Cinthia” de Maldonado. Ruta interbalnearia km 118, tel.576727
  • Supermercado “Disco”. Avda. Roosevelt y 17 Mts, Maldonado. Tel. 42230830
  • “Tienda Inglesa”. Roosevelt y Los Alpes. Maldonado. Tel. 42490000

AMPLIAR LAS FOTOS DE LAS TABLAS PARA PODER LEERLAS


domingo, 24 de febrero de 2013

Graves fallas en la ejecución del presupuesto de la justicia, por Demetrio Iramain (para “Tiempo Argentino” del 24-02-13)





El fondo Anticíclico y el de Infraestructura crecen con el dinero que no se gasta y no vuelve al Tesoro Nacional


 Edificios sin terminar a pesar de los fondos asignados, ascensos congelados. Los jueces piden administrar sin rendir cuentas de generosos recursos que luego, extrañamente, no ejecutan. 
 


 Cuando a fin de año pasado Cristina Fernández calificó de "magníficos” a los sueldos de los magistrados y "sus jubilaciones de privilegio", señaló además que es esa "presidenta (quien) se encarga de tener los fondos para pagárselos. Y además no pagan ganancias". Naturalmente, el núcleo duro de los jueces, el segmento más conservador de la juricatura argentina, puso el grito en el cielo. Pero lo que dijo la mandataria era absolutamente cierto.
Todos los años la Corte Suprema elabora un pedido presupuestario para el funcionamiento de la justicia durante el año siguiente, que es enviado al Poder Ejecutivo y girado posteriormente al Congreso de la Nación para su aprobación definitiva. En 2010, la rebaja fijada por el Ejecutivo motivó una sonora operación en la prensa hegemónica: "El gobierno somete a los jueces y les impide manejar sus propios recursos", interpretaron los medios de la derecha. En rigor, esos recursos, como el tipo de cambio, son fruto de la actividad económica y el esfuerzo de todos los argentinos. En el caso de la Corte, el agravante es que ese dinero, por el que batalla llegando cada mes de septiembre, no se gasta luego. 
El análisis frío de los números indica que entre 2004 y 2013 los fondos del Poder Judicial crecieron un 733 por ciento. En números redondos: pasaron de 1165 millones en 2004, a 8548 millones para este año. Lo presupuestado comprende, entre otros items, los sueldos de jueces, funcionarios y empleados judiciales.
Si bien en el rubro salarial no se advierten retrasos, sí hay quejas en cuanto al régimen de ascensos y promociones. Son múltiples las demandas de las Comisiones Internas gremiales, especialmente en el fuero de la Corte, por ascensos congelados, otorgamiento demasiado arbitrario de las promociones y consentimiento a dedo de determinados beneficios, como horas extras, que, al igual que el salario normal, tampoco están gravadas con el impuesto a las ganancias.
El aumento de la litigiosidad y las centenares de vacantes de personal sin cubrir, hicieron que en el Poder Judicial sea bastante frecuente encontrar a los empleados trabajando fuera de su horario, aunque sin percibir ingresos extra por esas horas de más. Paradójicamente, en el fuero donde más ocurre esta distorsión es el laboral, encargado de observar las violaciones a los convenios que regulan la actividad asalariada. Los jueces y funcionarios que suelen no cumplir la correspondiente carga horaria que les exige el Reglamento para la Justicia Nacional (seis horas diarias), "habilitan" a su personal, es decir, les ordenan compulsivamente a sus empleados quedarse después de cumplida la jornada. En rigor, el pago de horas extras forma parte de una política de disciplinamiento laboral, y no de justicia social.  
No obstante, lo más grave es el retraso en los gastos previstos para infraestructura. La subejecución del presupuesto asignado anualmente es tan grande que el Fondo de Infraestructura, creado por la Corte Suprema en noviembre de 2008, a través de las Acordadas 32, crece anualmente.
En 2008 el máximo tribunal dictó dos Acordadas similares. Mediante la número 32/08, estableció el Fondo de Infraestructura, y dos Acuerdos después, el Nº 34/08, instruyó el Fondo Anticíclico, cuya finalidad era "atenuar los impactos violentos que suelen generar los ciclos económicos y con ello asegurar un planeamiento con reducción de riesgos". La fuerte crisis económica mundial, por entonces recién desatada, preocupaba a los jueces. El Fondo, además, permitía disimular el permanente déficit de gestión, los errores de administración y mantener cautivo del Poder Judicial ese dinero, que no regresa al Tesoro. 
Si bien el Fondo Anticíciclo se redujo en 145 millones entre 2008 –cuando fue creado– y 2011, no ocurrió lo mismo con el Fondo de Infraestructura, que aumentó 53 millones en el mismo período, pasando de 850 millones iniciales a más de 903. Se desconoce todavía el balance final del ejercicio 2012, pero se presume similar.
Ambos fondos, el Anticíclico y el de Infraestructura (que se sostienen y crecen con el dinero que no se gasta en lo que debiera), no vuelven al Tesoro Nacional, sino que están bien guardados en plazos fijos, convertibles en hasta un 50% en moneda extranjera.
Asimismo, son demasiado conocidas las viejas disputas entre la Corte Suprema y el Consejo de la Magistratura por el manejo de los fondos del Poder Judicial, y por las facultades de una y otro en el gobierno de la Justicia, desde la confección de los reglamentos internos hasta el dictado de la política salarial.
En los últimos años, y de modo creciente, todas las pujas de poder interna se resolvieron a favor de la Corte Suprema. Previendo que tal manejo presupuestario, incrementado exponencialmente desde el año 2004, traería nuevas tensiones al interior de los tribunales, la Corte creó en 2011 un Comité de Inversiones, que integran dos miembros por el Consejo de la Magistratura (el director de Administración y Finanzas  y el subsecretario de Administración), y dos por la Corte (su director de Administración y el secretario general de Administración, el contador Héctor Marchi, que a su vez preside el Comité).
Las consideraciones del órgano administrador son puramente técnicas, de cálculos presupuestarios, pero las decisiones de las que depende su efectivo cumplimiento son políticas y responden, en última instancia, a la voluntad de la Corte Suprema, que mantiene para sí la palabra final en el Comité a través del administrador Marchi, santafesino como Lorenzetti y hombre de máxima confianza del presidente de la Corte Suprema.  


La ciudad judicial es sólo un proyecto



Desde el año 2010, el Poder Judicial presupuesta en cada ejercicio financiero los gastos necesarios para levantar en el predio frente al Hospital Nacional de Pediatría Juan Garrahan, en el cruce de la Avenida Juan de Garay y Combate de los Pozos, el Archivo General del Poder Judicial y mudar 80 juzgados laborales. Era lo que se conocía como Ciudad Judicial en Constitución. 
Desde ese año se han asignado sumas que crecen con cada presupuesto. De los 31 millones fijados inicialmente, se llegó hasta los 100 millones de pesos previstos para 2013. El problema es que allí sigue funcionando el Polo Circo que administra el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. 
No es la única demora. Casos similares ocurren con las obras de la futura Morgue Judicial, cuyas erogaciones llegarán en 2015 a 132,5 millones de pesos; los edificios de Tucumán 1511 y Uruguay 722, los Centros Judiciales de Rosario, de Posadas, y de la Cámara Federal de San Martín, que tiene presupuestados fondos desde el año 2008 pero que no se ejecutan, a pesar de las notorias deficiencias edilicias de la Cámara, donde deben realizarse los juicios a los acusados por delitos de lesa humanidad cometidos en Campo de Mayo. 
También se encuentra retrasada la puesta a punto de la Biblioteca Central del Poder Judicial en un coqueto edificio adquirido en 2008, en lo que fuera la imprenta Cogtal, y que desde entonces permanece en obra. El edificio de la biblioteca ya es patrimonio del Estado. Los libros no están para consulta de nadie todavía.


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MOREAU: "En las legislativas debemos ir con candidatos propios", entrevista de Damián Verduga para “Tiempo Argentino” (24-02-13)




El dirigente radical Leopoldo Moreau defiende la identidad del partido y cree que la derecha quiere reeditar el Grupo A. 
 



 Las oficinas de Leopoldo Moreau, como si fuera cosa del destino, están a sólo 50 metros del lugar en el que el dirigente radical hizo toda su carrera política. Esta casa antigua, en un primer piso, con vidrios esmerilados, techos altos y pisos de madera, cuyas ventanas dan a la Avenida Callao, se encuentra a pocos pasos del Congreso Nacional. El dirigente radical estuvo allí de modo casi ininterrumpido desde 1983 hasta 2001. 
El ex diputado y senador sacudió el avispero de la UCR a principios de este año. Lanzó la Corriente del Pensamiento Nacional Popular y Progresista, de la que forman parte, entre otros, el senador Nito Artaza y el intendente de Mendoza capital Víctor Fayad. El objetivo de este espacio, según Moreau,  es "discutir las posturas de la conducción del radicalismo y mostrar que existen otras visiones en el partido".    
               
–¿Qué cree que se juega para el radicalismo en la próximas elecciones?
–Dos cosas centrales. Una de ellas es de naturaleza política sustantiva: la identidad del partido, no sólo en 2013 sino en 2015. A este punto del debate, el documento que hicimos público a principios de enero, aportó una mirada distinta a la que tiene la conducción de la UCR. Nosotros valoramos muchas de las cosas que hizo el actual gobierno desde 2003 hasta ahora, así como las que hizo el radicalismo del '83 al '89. 
–¿Hay que armar alianzas?
–No hago de esto un dogma, pero creo que debemos ir con lista propia. Primero debemos resolver nuestra identidad. Para ir en un frente con sectores progresistas, debemos definirnos nosotros. Este conflicto no es sólo nuestro. El peronismo también está lleno de corrientes conservadoras. Incluso en el FAP hay situaciones de ese tipo. En los últimos dos años, casi no hubo votaciones en el Congreso en las que hayan coincidido todas las fuerzas que componen ese espacio. Por eso creo que la UCR  debería afrontar la próxima elección desde su individualidad, tomando los ejemplos de (Hipólito) Yrigoyen, (Arturo) Illia y (Ricardo) Alfonsín. Esta elección parlamentaria es la posibilidad de que reaparezca el partido en la escena y con candidatos propios, sin alianzas que generen confusión. Es mentira, una de las tantas de la derecha para forzar un frente electoral, que si vamos por separado nos irá peor. Eso no es cierto en una parlamentaria. Hay más posibilidades de tener bancas si cada partido va por su cuenta.  
–Las votaciones de medio término se prestan para eso.
–Sí. Lo que hay que tener claro es que los grupos de poder que se sienten afectados por las políticas del Ejecutivo están tratando de forzar una unidad, al estilo del Grupo A, para hacerle daño al oficialismo. No es porque le convenga a la oposición. Todos los  argumentos son falaces: que hay que frenar una dictadura, no es cierto, que Cristina va a reformar la Constitución, tampoco.
–¿Cuál sería el objetivo de esos sectores con esta estrategia?
–No están buscando un equilibrio de poder. Quieren hacerle daño al gobierno. Algunos tienen la fantasía de provocar una salida anticipada del poder y otros de obligar al oficialismo a sentarse a negociar ciertos cambios. Nosotros no nos vamos a subir a eso. No vinimos a hacer política para defender facturaciones. Nuestro objetivo es defender el interés general, no a los grupos concentrados. No vamos a ser kirchneristas, pero tampoco  dejaremos de ser radicales para volvernos antikirchneristas. 
–Dice que no haría alianzas. ¿Cómo incluye en esa estrategia la situación de Santa Fe, en la que gobierna una coalición del socialismo y la UCR? 
–En ese caso hay una historia previa. Es una excepción. Habrá que ver cómo se sigue  ese acuerdo. Se puede aceptar esa situación puntual. Pero sigo pensando que debemos ir con candidatos propios en todos los distritos. Hoy es muy difícil definir socios políticos. Primero hay que tener una definición dentro del partido. No me gustaría engañar a mis aliados, así que veo difícil la articulación seria de un frente electoral.
–En la sociedad, dentro de los sectores que no votaron por la presidenta, ¿hay una porción que apueste a una oposición distinta, o todos esperan una postura visceral, al estilo de la marcha del 8N? 
–Ese modelo de oposición contra todo no es lo que quiere la sociedad. Es lo que buscan los medios concentrados y algunos sectores del poder económico, pero no la población. Yo habló mucho con la gente en la calle. Los que no votaron por el gobierno me dicen que hace falta otra oposición y los que apoyaron al oficialismo dicen lo mismo. Cuando llega el momento de la elección, la gente se saca la cacerola de la cabeza y vota por cómo le va en la vida. Una cosa es el humor social, que es muy volátil, y otra la decisión cuando hay que votar y elegir un gobierno por cuatro años. El discurso de la confrontación porque sí, puede generar humores sociales, pero no articular un espacio político. Por otra parte, creo que el radicalismo no debe aspirar a representar el voto de derecha. No me interesa representar a los que agredieron a Axel Kicillof en Buquebus, ni a los que practican gorilismo social. En la última elección, los que representaron ese discurso visceral, (Eduardo) Duhalde, (Elisa) Carrió, fueron los que menos votos consiguieron. 
–¿La alianza con De Narváez fue un error?
–Sí. 
–Pero la acompañaron. 
–Acatamos la decisión. Éramos minoría en el partido. No teníamos la conducción. Habíamos perdido en una elección que nos había ganado Ricardo Alfonsín. Fue una gran equivocación ese acuerdo, porque se perdió la línea histórica de la UCR. Hubo una campaña llena de slogans y prejuicios. Fue un error importante, aunque es subsanable. Y lo más importante es no repetirlo, y menos profundizarlo, como plantean algunos que quieren aliarse con Macri y con sectores de la derecha peronista.
–Dijo que valoraba medidas del ciclo que empezó en 2003. ¿Cuáles?  
–La reforma de la Corte Suprema, el canje de deuda, la Asignación Universal por Hijo,   la reestatización de YPF… 
–Le van a decir oficialista. Esos son los ejes centrales del kirchnerismo. ¿Qué cuestiona del gobierno?
–Hoy criticamos la política económica. Fue perdiendo competitividad porque el gobierno no termina de asumir el tema de la inflación. No es que seamos partidarios de la inflación cero. Sin embargo, hay que asumir el tema para evitar un escenario de devaluación brusca. Si no se quieren afectar los fundamentos del modelo, hay que asumir este tema. Otra cuestión es que durante estos años hubo un proceso de inclusión, pero aún no se consolida un camino de igualdad. Creemos que hay que repasar lo que se hizo en educación. Se está invirtiendo mucho y de todos modos nos encontramos con índices muy altos de deserción escolar. Y cada vez más alumnos van a escuelas privadas, lo que acentúa la desigualdad. También cuestionamos la política de transporte. 
–Usted habló de economía. Pero los radicales, quizás por como terminaron sus gobiernos desde el retorno de la democracia, no suelen hablar de eso. 
–Una de las grandes falencias del partido es que analiza la realidad separando la política de la economía. Debemos recuperar una visión integral, que incluya el mapa de las relaciones de poder en el país y el rol de los grupos del poder fáctico. De lo contrario, se cae en un pensamiento mágico y no estratégico. Por eso es que el partido no encuentra el rumbo. El 10 de diciembre del año pasado organizaron un recordatorio por la democracia con Mauricio Macri. Una semana después convocaron al acto de  (Gerónimo) “Momo” Venegas y Luis Barrionuevo. Esa postura cambiante es por falta de mirada estratégica.  

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La prensa inglesa del s.XVIII refleja la soberanía argentina en Malvinas, por INFOnews del 24-02-13




Una investigación en base a los archivos de los medios ingleses de la época de la invasión sobre el territorio soberano argentino, muestra que la historia es clara en cuanto a la soberanía argentina sobre las islas.
Por:
INFOnews
Entre finales del siglo XVIII y el inicio del XIX aparecen en artículos de la prensa de Reino Unido algunas de las discusiones sobre Malvinas, avalando en muchas oportunidades los argumentos que respaldan los derechos argentinos sobre las islas.

Malvinas Argentinas
Una investigación realizada por la agencia de noticias Télam reveló que dentro de las más de 40 millones de páginas históricas digitalizadas en la British Library (Biblioteca Británica), hay notas que hablan de la soberanía española, la toma de posesión de Buenos Aires tras la independencia y las rápidas protestas formales realizadas luego de la usurpación inglesa de 1833.
Los derechos españoles sobre el archipiélago fueron reconocidos de forma expresa por Francia en 1764, que ordenó a los marinos de Saint-Malo (de ahí el nombre Malvinas), comandados por Louis Antoine de Bougainville, la transferencia del primer establecimiento creado en el territorio.
Así lo reflejó el diario Leeds Intelligencer: “Se ratificó el tratado en el que las Islas Malouines son cedidas por Francia a este reino (España). Bougainville pronto se embarcará desde Ferrol para esas islas, con un Comisariado y colonos españoles, a quienes se les entregará en forma la soberanía”.
No obstante, al poco tiempo, Gran Bretaña erigió de forma clandestina un pequeño fuerte llamado Port Egmont, lo que motivó la protesta de España y la expulsión de sus ocupantes en 1770.
El 14 de diciembre de ese año, la publicación Derby Mercury reprodujo una información de la entonces Oficina de Guerra británica, que manifestó que “una flota española, enviada por el gobernador en Buenos Aires, tomó posesión de Port Egmont” y agregó que en febrero ya se había demandado el territorio “en nombre del Rey de España”.
Por el incidente se esperó, como señaló una editorial del Kentish Gazette de 1771, “una guerra abierta entre España y Gran Bretaña”, sin embargo se firmó un acuerdo donde el país ibérico hizo reserva expresa de su soberanía sobre la totalidad del archipiélago. Como parte de las negociaciones se acordó también que Gran Bretaña se retiraría de Port Egmont en un futuro cercano y así lo hizo.
Varios diarios como el Oxford Journal y el Derby Mercury, manifestaron en julio de 1774: “Es una certeza que nuestra gente abandonó la isla”.
Desde entonces y por las siguientes seis décadas, el Reino Unido no pisó las islas ni tampoco protestó por la autoridad que ejerció España desde Puerto Soledad.
En 1790 ambos países firmaron el tratado de San Lorenzo de El Escorial, en el que Londres se comprometió a no formar ningún establecimiento en las costas de América ni en las islas ocupadas por España, tal como las Malvinas.
El Caledonian Mercury, en una breve nota titulada “Paz con España” de noviembre de ese año, celebró que ese acuerdo “es perfectamente satisfactorio para Gran Bretaña”. A partir de la Revolución de Mayo de 1810, los primeros gobiernos argentinos consideraron las Malvinas como parte del territorio heredado de la metrópoli y una década después, el Coronel de Marina, David Jewett, tomó posesión del archipiélago en nombre de las Provincias Unidas del Sur.
Este último acto público tuvo repercusión en la prensa británica de la época, con notas aparecidas en agosto de 1821 en The Times, el Leeds Intelligencer y en el Morning Chronicle (diario donde trabajó Charles Dickens).
El Reino Unido siguió sin realizar protestas y en 1825 reconoció al naciente Estado argentino con la firma del Tratado de Amistad, Comercio y Navegación, en el que no hizo referencia a ninguna pretensión sobre las Malvinas, ya bajo clara jurisdicción de Buenos Aires.
Un artículo de mayo de ese año del Morning Post (publicación adquirida luego por The Daily Telegraph), reprodujo los discursos de los firmantes del acuerdo, el ministro de Gobierno de Buenos Aires, Manuel José García, y el cónsul general británico, Woodbine Parish.
El diplomático inglés dijo que el tratado pone a Argentina “en el rango de las naciones reconocidas en el mundo” y deseó que “esta amistad sea perpetua”.
Pero ocho años después, en 1833, una corbeta de la Marina Real británica expulsó por un acto de fuerza a las autoridades argentinas y la guarnición que se encontraba en las Malvinas.
Otra vez, el Morning Post, en mayo de ese año, señaló: “Fuerzas británicas tomaron posesión de las islas. Es una circunstancia curiosa tras haberlas abandonado tantos años. Una vez fueron objeto de disputa con España, en manos de quien se las dejó y después quedó como apéndice de Buenos Aires”.
Argentina nunca renunció al reclamo de sus derechos y así lo demostraron periódicos como el London Standard y el Royal Cornwall Gazette, que en noviembre de 1833 subrayaron que el entonces representante argentino en Inglaterra, Manuel Moreno, hermano menor de Mariano, “protestó formalmente contra la ocupación”.
En diciembre de ese año, el Morning Post reprodujo una carta del gobernador de Buenos Aires, Juan Ramón Balcarce, y su ministro de Gabinete, Manual Vicente Maza, dirigida al Parlamento británico, en la que señalaron que se reclamó “una reparación por el daño, la restitución de las islas y el reconocimiento de nuestro derecho sobre ellas”.
De esta forma, la prensa de la época, junto a documentos oficiales e históricos, reconstruye una cronología que prueban los derechos argentinos sobre las islas y obligan a continuar el reclamo por todas las vías diplomáticas.


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