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miércoles, 21 de agosto de 2013

El ataque del imperialismo "médico", por Federico Bernal (para "INFOnews" del 21-08-13


  Síndrome de Hubris


El Índice de Libertad Económica, como el riesgo país tienen ahora su pata "biomédica", que en realidad es mucho peor.

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Cómo responder a este último y novedoso ataque del neoliberalismo criollo? ¿Acaso afirmando que, por haberse diagnosticado por TV a la presidenta, sería entonces incorrecto desde el punto de vista médico? Al día de hoy, el Síndrome de Hubris (SH) carece de toda evidencia científica en el campo de la neurociencia. Es más, la psiquiatría no tiene ningún diagnóstico descripto para él. Y peor aún, la Asociación de Psiquiatría de los EE UU –además de bregar porque los psiquiatras limiten sus juicios sólo a los pacientes por ellos físicamente examinados– no lo incluye en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (algo así como la biblia mundial de la psiquiatría). En conclusión, el SH podría atribuírsele a cualquier persona (el término "diagnosticarse" sería erróneo), por la vía que sea y sin necesidad de tener que examinarla "físicamente" (el término "paciente" también sería erróneo). ¿Por qué? Primero, porque hay libertad de expresión en la Argentina; segundo, porque para concluir que una persona lo padece sólo basta que se cumplan tres de una lista de insólitos y caprichosos 14 comportamientos inventados allá lejos y hace tiempo (uno de los cuales es la tendencia a usar la forma regia de "nosotros" en las conversaciones); y tercero y último, porque no hay obligación que sea un médico quien lo atribuya, puesto que la finalidad del SH –al no ser una patología ni un trastorno de la personalidad– es meramente política. Hecha esta breve digresión, pasemos a la cuestión de fondo: ¿quién fue el creador del SH? ¿A qué presidentes, dictadores, etcétera, se les "diagnosticó" el SH y quién lo hizo? ¿Cuál fue el primer trabajo, artículo, informe, etcétera, en plantear el SH? ¿Quién, en la República Argentina, está no ya enfermo o intoxicado por el poder, sino más bien enfermo de poder: la reacción con sus clases-sectores-corporaciones dominantes que no lo han querido compartir con el pueblo argentino desde 1810 a la fecha, o aquellos gobiernos que tienden a redistribuir el poder y las riquezas priorizando a las grandes masas, a las clases populares, a los millones de postergados?
EL CREADOR: LORD OWEN (DAVID OWEN). El SH y su explotación política fue creación de un tal David Owen, neurólogo inglés nacido en 1938. Su primera investigación al respecto fue publicada en 2006 por la revista oficial de la Royal Society of Medicine (Reino Unido) y titulada "Hubris and Nemesis in Heads of Government". Dicho artículo describía una suerte de "enfermedad de la mente" provocada por el poder. Mencionaba los casos de Hitler, Mao, Milosevic, Hussein, Tony Blair y Bush como potenciales candidatos, a la vez que protegiendo a Margaret Thatcher. En la conclusión se lee: "No se ha encontrado ninguna evidencia sobre el hubris en el campo de la neurociencia, y tal vez jamás llegue a encontrarse... Debemos asumir que el hubris quizás nunca llegue a ser tratado o curado por doctores (sic); únicamente la constante vigilancia y el equilibrio del poder por parte de una democracia activa, proba y bien informada le impedirá continuar dañando la toma de decisiones entre los jefes de gobierno." ¿Reconoce el lector estos argumentos? El referido artículo de 2006 si bien generó mucha polémica, derivó en dos importantísimos libros que catapultaron el SH a escala planetaria: El Síndrome Hubris: Bush, Blair y la intoxificación del poder (2007) y En la enfermedad y en el poder (2008). Desde entonces, Owen ha venido perfeccionando su hipótesis, explicándola sin descanso entre miembros de la comunidad médica y las ciencias políticas británicas e internacionales. Su último trabajo, máxima exposición del SH, apareció publicado por la revista especializada Brain en 2009 y titulado "Síndrome Hubris: ¿un trastorno adquirido de la personalidad? Un estudio de los presidentes de EE.UU. y Primeros Ministros del Reino Unido durante los últimos 100 años".
DE LA NEUROLOGÍA A LA POLÍTICA (WHO IS REALLY MR. OWEN?). Auscultemos ahora la cuestión de fondo de este asunto. ¿Cuál es la historia "clínica" del creador y más ferviente promotor del SH? David Owen fue canciller del Reino Unido entre 1977 y 1979, parlamentario laborista y uno de los principales fundadores de una respuesta armada británica al conflicto de Malvinas. Vale la pena pues recordar su alocución del 14 de abril de 1982 en la Cámara de los Comunes, alocución más que jugosa a la luz de la actual piratería petrolera en la zona: "En varias ocasiones hemos dejado claro que el hecho de retener la administración y la soberanía de las islas Falkland no se relaciona con la posibilidad de hallar gas o petróleo en la región. No estamos allí con una finalidad comercial. No estamos calculando si existen negocios buenos o malos. Estamos allí porque los isleños, a través de su Consejo Legislativo, han expresado claramente que desean que estemos allí". Su apoyo a la aventura guerrerista de Thatcher fue incondicional. Se explica así que en su artículo de 2009 sobre el SH citado en el párrafo anterior, la ex Primera Ministra le mereciera la siguiente opinión: "Margaret Thatcher, creemos nosotros, no desarrolló el Síndrome de Hubris sino hasta 1988, nueve años después de haberse convertido en Primera Ministra." ¡Notable objetividad científica! Su explicación: "Algunos sostienen que ella fue hubrística durante su mandato. [Pero] la evidencia demuestra que fue prudente y templada durante la guerra de las Falklands de 1982, a pesar de haber dicho a la prensa 'Regocíjense, regocíjense', luego de haber recuperado las Georgias. A propósito, se puede argumentar que ella tenía derecho a sentirse aliviada después de lo que podría haber terminado en un desastre...
Asimismo, decidió no utilizar su nueva legislación sindical durante la huelga de los mineros de 1984/85. Recién con su tercera victoria en la elección general en 1987, trató de imponer el impopular impuesto a la comunidad." Para el que no lo recuerde, Thatcher asumió en 1979 y a partir de allí la lucha contra la inflación en lugar de la creación masiva de empleo y su protección, pasó a regir su política de gobierno. De la misma manera que en la Argentina entre 1983 y mayo de 2003, tal decisión implicó ajustes masivos, la destrucción del aparato estatal y del sindicalismo combativo. La huelga de los mineros fue una suerte de protesta como la de Cutral Co y Plaza Huincul pero elevada a la enésima potencia. O si se prefiere, un 19 y 20 de diciembre pero con saldo favorable al gobierno de turno.
DE LA CIA AL NO "DIAGNÓSTICO" DE CFK. Owen no lo cita en ninguno de sus trabajos "científicos" publicados en revistas médicas, pues las referencias bibliográficas utilizadas son, obviamente, médicas. Pero un colega del Tercer Mundo (croata), admirador suyo a la Nelson Castro (foto) sí lo hace. ¿Hace qué cosa? Citar el trabajo madre de todo este esperpento del hubris: "Beware the hubris-nemesis complex: A concept for leadership analysis", de un tal Ronfeldt R., trabajo "elaborado por la Oficina de Investigación y Desarrollo, Agencia Central de Inteligencia, Santa Mónica", año 1994. Allí se describen algunas de las "figuras internacionales" que sufrían de hubris (y nemesis): "Hitler, Fidel Castro, Homeini, Hussein, Khadafi, Milosevic, De Gaulle, Eva y Juan Perón, Noriega, Ghandi, Ernesto 'Che' Guevara, Ho Chi Minh y Martin Luther King", entre otros. ¿Y qué hay de Cristina Fernández de Kirchner? Buscamos la respuesta de un neurólogo en serio. El gran Lord Owen, el mismísimo David Owen nos respondió por email el lunes 19 de agosto esto que transcribimos textualmente: "Tengo como regla absoluta no pronunciarme sobre si alguien tiene o no tiene Síndrome de Hubris sin estudiar cuidadosamente los hechos y la historia médica hasta donde uno puede hacerlo."
EL SH NO TIENE CURA... (EL KIRCHNERISMO TAMPOCO). Cerramos con una reciente frase del notable galeno del Grupo Clarín, tomada de su célebre editorial del hubris: "Ahora ya es tarde para revertir, porque en tres meses el gobierno no va a poder revertir nada porque revertir algo implicaría tomar medidas de ajuste." Sumemos a esto que el Síndrome de Hubris no tiene tratamiento y... ¡bingo! ¡Qué mejor! Dice Owen en uno de sus artículos: "cuando el SH es establecido y la confirmación de su diagnóstico recibe fuerte apoyo, no significa esto que vaya a terminar en un tratamiento efectivo. Resulta improbable que los individuos hubrísticos busquen tratamiento psicológico o biomédico para tratar su hubris, aunque tal vez sí acepten ayuda para sus complicaciones tales como depresión, alcoholismo y dificultades familiares... Como sea, el mejor dividendo de la toma de conciencia social en relación al SH reside en que, conforme vayan cambiando las expectativas [de la sociedad], los líderes sientan una mayor obligación a aceptar, en lugar de resistir, el curso prescripto por la sociedad en cuanto a una restricción democrática, el final de término de mandato presidencial con el límite de los ocho años como en EE UU y, una vez alertados de su comportamiento (es decir, cuando se les "diagnostica" el SH), bajarse voluntariamente del cargo que ocupan o bien no buscar reelección como líder." El Índice de Libertad Económica (analizado en esta columna en enero del corriente), como el riesgo país (analizado también oportunamente), tienen ahora su pata "biomédica", que en realidad es mucho peor. Porque a diferencia del estatismo y el populismo, que se cura con golpes de Estado, reformas estructurales de desregulación, apertura indiscriminada, privatizaciones y exclusión social, el hubris, como el kirchnerismo, no tiene "cura". Es científicamente inobjetable: el imperialismo se ha superado a sí mismo.

Publicado en:
 http://www.infonews.com/2013/08/21/politica-93166-el-ataque-del-imperialismo-medico.php

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