El especialista en política criminal tiene una extensa trayectoria y acompañó a Oscar Parrilli en la Agencia Federal de Inteligencia. Es un dirigente cercano a Cristina Kirchner.
por Ari Lijalad
Juan Martín Mena será Secretario de Justicia. En los hechos, se trata del viceministro de Justicia, una cartera clave. Abogado por la Universidad de Buenos Aires, especializado en política criminal y con una gran experiencia en la gestión pública, su designación no pasará desapercibida. Mena es de estrecha confianza de CFK y, si bien se lo recuerda públicamente por su paso como número 2 de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) durante 2015, tiene una vasta trayectoria en el Ministerio de Justicia. La designación, además, es en un espacio clave en el universo de Alberto Fernández que, al igual que Mena, es abogado penalista y colocó al frente del ministerio a su socia Marcela Losardo.
Ayer, ante la Asamblea Legislativa, el presidente afirmó: “Nunca Más a una justicia contaminada por servicios de inteligencia”. El nombramiento de Mena calza justo para esta decisión. Conoce el Ministerio, entiende las arenas movedizas de los tribunales y fue parte del último intento de limpiar las cloacas serviciales.
Mena fue asesor de la Subsecretaría de Política Criminal desde 2005. En 2009 fue designado Subsecretario de Política Criminal y en julio de 2010 le agregó el cargo de Jefe de Gabinete del Ministerio de Justicia. Cuando CFK asumió su segundo mandato lo confirmó como Subsecretario de Política Criminal, un cargo clave dentro del organigrama del Ministerio de Justicia. Sus tareas incluyen la definición de la política criminal, la elaboración de anteproyectos de reformas legislativas, acciones relativas al Programa Nacional de Protección de Testigos, relaciones con organismos internacionales y una silla en el Consejo Federal de Política Criminal y en el Consejo de Seguridad Interior.
Mena, como subsecretario de Política Criminal, fue parte de la elaboración del nuevo Código Procesal Penal, que ya se puso en funcionamiento en algunas provincias y llegará pronto a los tribunales de todo el país. Por lo pronto, el Congreso ya intimó a los jueces a que apliquen los artículos que regulan la prisión preventiva. Mena estuvo en las reuniones donde se debatió cada palabra de ese código. También en la Comisión para la agilización de los juicios de lesa humanidad.
“Hemos visto el deterioro judicial en los últimos años. Hemos visto persecuciones indebidas y detenciones arbitrarias inducidas por los gobernantes y silenciadas por cierta complacencia mediática”, dijo ayer Alberto en su discurso. El propio Mena es víctima de esta persecución, ya que es uno de los que fue procesado por el juez Claudio Bonadio en la causa iniciada por el fiscal Natalio Alberto Nisman. Pese a que la denuncia de Nisman carecía de sustento y fue rechazada por 5 instancias judiciales, la presión mediática logró que se reabriera, la magia negra de Comodoro Py hizo que recayera en manos de Bonadio y éste la elevó a juicio. Mena no es ajeno a la cuestión AMIA, ya que tuvo bajo su órbita la unidad AMIA del Ministerio de Justicia y es una de las personas que más conoce del tema.
El 18 de diciembre de 2014 Mena dejó el Ministerio de Justicia para asumir una tarea nada fácil: convertirse en el señor 8, denominación con la que se conoce al Subsecretario de Inteligencia que, en los hechos, es quien lleva adelante el día a día de la ex SIDE. Mena fue clave en la reestructuración de la vieja SIDE, que poco después cambió su denominación a Agencia Federal de Inteligencia (AFI). No fue sólo un cambio de nombre. La AFI vino acompañada con una nueva Doctrina de Inteligencia Nacional, un extenso documento de 408 páginas donde se rediseñaron los organigramas de la vieja SIDE, se cambiaron los regímenes profesionales del personal de inteligencia y de aquellos empleados de la casa de espías dedicados a tareas administrativas y por la cuál se eliminó el uso de fondos reservados. El dato es importante hoy, cuando el presidente anunció que derogará el decreto 656 de Mauricio Macri por el cuál desarticuló toda la reforma del aparato de Inteligencia y le devolvió el oscurantismo del dinero a piacere y sin rendiciones. En toda esa discusión, Mena tuvo un rol clave.
Entre 2016 y 2017 fue Secretario Letrado en el Consejo de la Magistratura. Luego armó su estudio de abogados, nada más y nada menos que junto a Damián Loreti (autor de la Ley Audiovisual), Marcos Aldazabal y Elizabeth Gómez Alcorta, la nueva Ministra de las Mujeres, Géneros y Diversidad. El estudio quedará diezmado, pero las incorporaciones de Mena y Gómez Alcorta a la gestión de Alberto son, a todas luces, noticias alentadoras.
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