Carlotto desde México: "Sentimos el mismo dolor"
La presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo charló con Tiempo Argentino. "En los padres de Ayotzinapa me parece oír nuestras voces", aseguró. Además, celebró la aparición del nieto 116.
En el marco de la Feria Internacional del Libro de
Guadalajara, luego de integrar junto a Pilar Claveiro la mesa Derechos
humanos hoy, presentación de la Cátedra Abuelas de Plaza de Mayo
organizada por la Embajada Argentina y la Universidad de Claustro Sor
Juana, y coordinada por Sandra Lorenzano, la presidenta de Abuelas,
Estela de Carlotto, conversó con Tiempo Argentino sobre la restitución del nieto 116 y los 43 desparecidos de Ayotzinapa, estado de Guerrero.
–Estela, estos han sido días muy intensos en la FIL de Guadalajara y también de sentimientos encontrados. Por un lado, llegó la noticia de que fue identificado el nieto 116. Por otro, aquí se está sufriendo la desaparición de los 43 estudiantes. ¿Cómo vive usted estos sucesos?
–En primer lugar me gustaría decir que estoy muy contenta de estar aquí, en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara y de encontrarme con muchos amigos queridos y conocer también otros maravillosos. Cada vez que paso por el pabellón argentino donde está esa gigantografía en la que estoy abrazada a mi nieto, me enternezco, porque para mí el encuentro con él fue un regalo del cielo. Es cierto que fue una larga búsqueda, pero hay muchas otras abuelas que esperan y que no han tenido esa suerte. Aquí todo el mundo me reconoce y han llorado, han brindado y se han emocionado muchísimo con este encuentro y me lo manifiestan. De modo que estoy muy mimada, muy acompañada. Hace poquito se produjo el encuentro del nieto 116 que es una consecuencia del encuentro de Guido. El chico encontrado manifiesta que gracias a que Guido aparece y se produce una gran conmoción social, él se anima a averiguar quién es. Es una historia parecida a todas, pero con ciertos matices. Él no tiene abuelos porque lamentablemente ya han muerto, pero tiene tíos. Seguramente ya se estará recibiendo la información en la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad ( CONADI) sobre quiénes lo apropiaron, cómo fue su historia. Hay que hacer una investigación judicial sobre el caso y luego ver cuándo él quiere conocer a su familia, y convocarlo seguramente el martes a una reunión en la casa de Abuelas. Este encuentro se festejó muchísimo, pero se empaña lógicamente con los sucesos de México.
–Para usted deber ser muy duro escuchar los testimonios de los padres mexicanos.
-Sí, porque me remueve todo lo que viví. Antes de venir a Guadalajara me entrevisté en el Distrito Federal con los papás de estos estudiantes que están desaparecidos. Me parece escuchar las voces nuestras. Son las mismas consignas, el mismo dolor, el no saber qué hacer. Acá hay elementos muy duros. Los padres a los que les llevaron sus hijos viven en un lugar muy pobre, son muy pobres y no tienen una formación cultural que les permita decir "voy acá, voy allá, hago esto o lo otro". Hay que ayudarlos. Yo quise verlos, ellos me quisieron ver, antes de viajar a Guadalajara tuvimos una reunión en el Distrito Federal con un papá, dos mamás y dos compañeros un poco mayores que los chicos desaparecidos y muy claros en sus conceptos. A mí me destrozó el alma el papá que fue el primero que habló desde el corazón, desde el dolor. Le quisieron dar dinero y él dijo que un hijo no se vende. Habló también de lo que quería, de lo que soñaba para ese hijo.
–¿Quién le quiso dar dinero?
–Parece que el Estado le quiso dar dinero, cosa que no aceptó de ninguna manera. Claro, son humildes y por ahí pensarán que así pueden callar voces. Eso es parte de la historia de este país, que no es culpa de este gobierno ni del anterior, sino que viene de muy lejos y que se agrava de manera permanente. Por eso yo invito a las autoridades de México a que den respuestas y al pueblo a que acompañe, porque hoy les tocó a estos padres y madres, pero mañana le puede tocar a cualquiera. Que sepan que si se juntan van a poder triunfar. La aparición con vida que piden me parece lógica. Escuché a una mamá que decía "no duermo pensando si tiene hambre, si tiene frío, cómo lo tratarán, dónde está, qué le hicieron". Es terrible, son las mismas cosas que pensábamos nosotros cuando no sabíamos qué hacer. Yo les dije que para esto no hay receta porque cada país tiene su historia y su forma de vivir, pero les dije también que estamos con ellos, que cuenten con nosotros, que se junten cada vez más, que no excluyan y que les exijan respuesta a las autoridades.
Publicado en:
http://www.infonews.com/2014/12/07/politica-175888-carlotto-desde-mexico-sentimos-el-mismo-dolor.php
"A mí me destrozó el alma el papá que fue el primero que habló desde el corazón, desde el dolor. Le quisieron dar dinero y él dijo que un hijo no se vende".
–Estela, estos han sido días muy intensos en la FIL de Guadalajara y también de sentimientos encontrados. Por un lado, llegó la noticia de que fue identificado el nieto 116. Por otro, aquí se está sufriendo la desaparición de los 43 estudiantes. ¿Cómo vive usted estos sucesos?
–En primer lugar me gustaría decir que estoy muy contenta de estar aquí, en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara y de encontrarme con muchos amigos queridos y conocer también otros maravillosos. Cada vez que paso por el pabellón argentino donde está esa gigantografía en la que estoy abrazada a mi nieto, me enternezco, porque para mí el encuentro con él fue un regalo del cielo. Es cierto que fue una larga búsqueda, pero hay muchas otras abuelas que esperan y que no han tenido esa suerte. Aquí todo el mundo me reconoce y han llorado, han brindado y se han emocionado muchísimo con este encuentro y me lo manifiestan. De modo que estoy muy mimada, muy acompañada. Hace poquito se produjo el encuentro del nieto 116 que es una consecuencia del encuentro de Guido. El chico encontrado manifiesta que gracias a que Guido aparece y se produce una gran conmoción social, él se anima a averiguar quién es. Es una historia parecida a todas, pero con ciertos matices. Él no tiene abuelos porque lamentablemente ya han muerto, pero tiene tíos. Seguramente ya se estará recibiendo la información en la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad ( CONADI) sobre quiénes lo apropiaron, cómo fue su historia. Hay que hacer una investigación judicial sobre el caso y luego ver cuándo él quiere conocer a su familia, y convocarlo seguramente el martes a una reunión en la casa de Abuelas. Este encuentro se festejó muchísimo, pero se empaña lógicamente con los sucesos de México.
–Para usted deber ser muy duro escuchar los testimonios de los padres mexicanos.
-Sí, porque me remueve todo lo que viví. Antes de venir a Guadalajara me entrevisté en el Distrito Federal con los papás de estos estudiantes que están desaparecidos. Me parece escuchar las voces nuestras. Son las mismas consignas, el mismo dolor, el no saber qué hacer. Acá hay elementos muy duros. Los padres a los que les llevaron sus hijos viven en un lugar muy pobre, son muy pobres y no tienen una formación cultural que les permita decir "voy acá, voy allá, hago esto o lo otro". Hay que ayudarlos. Yo quise verlos, ellos me quisieron ver, antes de viajar a Guadalajara tuvimos una reunión en el Distrito Federal con un papá, dos mamás y dos compañeros un poco mayores que los chicos desaparecidos y muy claros en sus conceptos. A mí me destrozó el alma el papá que fue el primero que habló desde el corazón, desde el dolor. Le quisieron dar dinero y él dijo que un hijo no se vende. Habló también de lo que quería, de lo que soñaba para ese hijo.
–¿Quién le quiso dar dinero?
–Parece que el Estado le quiso dar dinero, cosa que no aceptó de ninguna manera. Claro, son humildes y por ahí pensarán que así pueden callar voces. Eso es parte de la historia de este país, que no es culpa de este gobierno ni del anterior, sino que viene de muy lejos y que se agrava de manera permanente. Por eso yo invito a las autoridades de México a que den respuestas y al pueblo a que acompañe, porque hoy les tocó a estos padres y madres, pero mañana le puede tocar a cualquiera. Que sepan que si se juntan van a poder triunfar. La aparición con vida que piden me parece lógica. Escuché a una mamá que decía "no duermo pensando si tiene hambre, si tiene frío, cómo lo tratarán, dónde está, qué le hicieron". Es terrible, son las mismas cosas que pensábamos nosotros cuando no sabíamos qué hacer. Yo les dije que para esto no hay receta porque cada país tiene su historia y su forma de vivir, pero les dije también que estamos con ellos, que cuenten con nosotros, que se junten cada vez más, que no excluyan y que les exijan respuesta a las autoridades.
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