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jueves, 8 de septiembre de 2011

CFK en Tecnópolis : "Esto es un símbolo de lo que nosotros queremos que sea la Argentina del tercer centenario".






Cena por el Día de la industria en Tecnópolis: Palabras de la Presidenta de la Nación

PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN CRISTINA FERNÁNDEZ EN LA CENA, ORGANIZADA POR LA UIA, CON MOTIVO DEL DÍA DE LA INDUSTRIA, EN TECNÓPOLIS, VILLA MARTELLI, PROVINCIA DE BUENOS AIRES.


Muchas gracias, muy buenas noches a todos y a todas; señor titular de la UIA; señor secretario general de la Confederación General del Trabajo; señor presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación; señores gobernadores, también se encuentra acompañándonos el señor director general electo de la FAO, por primera vez en la historia de la FAO un suramericano, un hombre del MERCOSUR, que hoy nos acompaña. (APLAUSOS). Estuve reunida hace unos instantes, antes de venir aquí con él y también estuve reunida con otros empresarios que están hoy aquí, que me entregaron esto, que es muy simbólico: la primera Lenovo, una computadora hecha en la República Argentina, que no se enoje nadie si hay de alguna otra marca, son asociados, es un joint venture entre Lenovo, una de las más importantes marcas globales, asociada con New Sun, en el marco de lo que fue la tan mentada y discutida, en su momento, Ley Marco para la Promoción de Inversión Tecnológica, en nuestra Tierra del Fuego, de modo tal de hacer una zona franca similar a la de nuestro socio del MERCOSUR, en Manaos.
Yo escuchaba recientemente con atención el discurso del titular de la UIA, creo que es la primera vez que cuando voy a un lugar no tengo que responder absolutamente nada de las cosas que se han dicho, lo cual revela creo que un salto cualitativo de todos: de los que nos toca tener la responsabilidad, a partir del voto popular, de conducir los destinos de la Nación y de quienes, a través del voto de los componentes de las distintas cámaras empresarias, son elegidos también para llevar adelante las políticas, las necesidades del sector.
Debo decir, también, así como muchas veces he criticado y calificado de corporativo algunos discursos, debo decir que el suyo – señor presidente de la UIA – no ha sido un discurso corporativo, ha sido un discurso con una concepción colectiva y nacional, que realmente me hace sentir muy bien, porque no es el triunfo de cosas que nosotros venimos discutiendo desde hace mucho tiempo y llevando adelante, yo siento que es un triunfo de los argentinos, que es un triunfo de la marca nacional, que es un triunfo de las ideas que permitieron esto, que es Tecnópolis y que muestra en definitiva, lo que decía recién De Mendiguren, la película. Te vi muy cinematográfico en el discurso con el tema de la película y los fotogramas, pero realmente la Argentina ha sido una película apasionante, por momentos; trágica por otros, pero está en nosotros realmente que esta película siga y siga incorporando fotogramas y siga incorporando actores.
Hoy leía, porque como decía De Mendiguren: “es necesario aprender de nuestros errores para no volver a cometerlos”, en un diario un artículo muy interesante. Era de un historiador que recordaba que ayer, 30 de agosto, se cumplieron 55 años del ingreso de la Argentina al Fondo Monetario Internacional. Exactamente el 30 de agosto de 1956, el entonces gobierno que había depuesto al gobierno del General Perón decidió firmar Bretton Woods y desde allí ingresamos al Fondo Monetario. Hacía una comparación muy interesante: en el momento en que ingresamos al Fondo Monetario la cuota que se nos fijó, que obviamente está de acuerdo con el tamaño – todos sabemos – de cada economía era exactamente o casi similar a la cuota de la República Federativa del Brasil, hablo del año 1956, y hoy obviamente somos el 30 por ciento de la economía del Brasil, que se ha convertido - en buena hora también - en uno de los gigantes de la economía mundial. ¿Qué es lo que pasó? Y pasó que el Pulqui, éramos uno de los cincos países en el mundo que estábamos produciendo, en aquel entonces, aviones a propulsión; supimos ser en la década del 50 el PBI más importante de Latinoamérica; el surgimiento del rastrojero, de la industria nacional, de los Di Tella, de todos esos industriales – que nombró De Mendiguren – eran eso: una Argentina industrial, una Argentina pujante con un fuerte mercado interno.

Y charlando con otro Presidente latinoamericano – con “Pepe” Mujica para ser más exacta – me contaba, cuando inaugurábamos el otro día el tren que cruza nuevamente el Río Uruguay, que había terminado de leer un interesante estudio de un economista que decía que el decrecimiento de la República Oriental del Uruguay había comenzado simultáneamente a partir de que comenzó a decrecer, en 1955, la República Argentina. Y no es una apelación partidaria, por favor que nadie se sienta que estoy haciendo una defensa partidaria e ideológica, es simplemente la objetividad del número y del desarrollo y del alcance de la economía, de la innovación tecnológica. En materia aeronáutica, por ejemplo, nosotros tendríamos que tener hoy la construcción de nuestros propios aviones, porque teníamos un desarrollo aeronáutico muy importante y así podría seguir recorriendo cada una de las cosas que hoy están aquí bajo la forma de piezas de museo y que yo quiero que dejen de ser piezas de museo para que se conviertan en los fotogramas, de los que hablaba recién el señor titular de la UIA, de la nueva película que tenemos que continuar con desarrollo y con profundización, con innovación tecnológica. (APLAUSOS).
Cuando tomamos la decisión de finalizar la conmemoración del Bicentenario, el año pasado, con Tecnópolis - me acuerdo que él me decía: “¿te parece Tecnópolis? Mirá que te salió tan bien el Bicentenario, mirá si sale mal lo de Tecnópolis”. No va a salir mal, Tecnópolis no va a salir mal porque somos - como decía recién, que además con un giro poético llamaste “metáfora de lo que somos, espejo de lo que fuimos y no sé qué cosa de lo que queremos ser”. Bueno, “Vasco” no te conocía realmente esa veta poética, muy buena, pero realmente esto es el símbolo de lo que nosotros queremos que sea la Argentina, del siglo XXI, del tercer centenario. Significa porque aquí también, y lo pueden recorrer en todos los stands, hay maquinaria agrícola, hay importantes sectores de nuestro agro. Es como decía recién, superar antinomias falsas: si el agro o la industria; si el mercado interno o la exportación. Al contrario, es todo junto, sumado, potenciado, incorporándole ciencia y tecnología. Como recién decíamos la innovación va hacer la diferencia de la rentabilidad; el crecimiento que hemos tenido se debe - obviamente en materia de generación de puestos de trabajo, en generación de valor agregado - al desarrollo industrial. Pero esto no significa que el sector primario no necesite de incorporar cada vez mayor valor agregado para poder participar con mayor densidad en la rentabilidad, y al mismo tiempo, asegurarse que la volatilidad o la variación de los términos de intercambio no signifiquen el certificado de defunción para tal o cual actividad.
Recién lo decía con la gente de New Sun y de Lenovo, no hay una única estrategia, es la suma de muchas estrategias donde tenemos que ir sector por sector identificando correctamente dónde tenemos mayores ventajas, dónde necesitamos mayor grado de innovación, dónde se necesita más Estado, dónde se necesita más mercado para poder seguir profundizando esto que hemos logrado y que es tan importante.
Las metas del Plan 2020, al que hacía mención recién el señor titular de la UIA, nos tienen que llevar a lograr que en el año - y aquí las tengo me las anotó la señora ministra de Industria, me voy a poner los anteojos porque si no me voy a equivocar seguro - los objetivos del Plan 2020 tienen que hacer que la inversión, como decía, se ha recalentado y podamos llegar a un 28% del PBI para poder duplicar el PBI industrial en 140 mil millones de dólares para crear un millón y medio de empleos más, que nos hagan reducir el tema del desempleo al 5%, que sería pleno empleo, al mismo tiempo sustituir importaciones por el equivalente al 45% de las importaciones que hoy estamos realizando.
Yo la verdad que cuando ayer, que no pude viajar a San Juan, no sé si estará por acá el Gobernador de San Juan. Ahí lo veo, José Luís no podía faltar; cuándo ayer veía, en la provincia de San Juan, inaugurar una fábrica, también un joint venture de una empresa argentina con Lacoste; Chemise Lacoste que se van a producir en San Juan. Son tres empresas fuera de Francia que tienen Lacoste: en China, Perú y la tercera es aquí en Argentina; con la gente de Lenovo, de las computadoras, somos la sexta en todo el mundo que produce también netbooks y notebooks, aquí en la República Argentina. Cuando ayer veía, en San Juan, esa felicidad de los trabajadores y trabajadoras produciendo camisas no solamente para el mercado interno, sino también para Uruguay, para Chile, para Brasil, para Paraguay, o sea exportar; cuando venía la gente de los Smartphone, los famosos teléfonos inteligentes, los BlackBerry, a decirnos que venían a producir en el país; cuando nos hemos convertido en el país que también genera satélites, que se asocia con la NASA; cuando vemos como el otro día fui a Las Flores también a inaugurar la ampliación de una fábrica de zapatillas, en una localidad de Las Flores, provincia de Buenos Aires – Daniel - donde se llegó a tener un 30 ò 40% de desocupación, cuando quebraron fábricas que allí estaban, en el año 2001. Y estos ejemplos lo saben todos los Gobernadores, lo saben todos los empresarios de los distintos lugares de la República que hoy están aquí. Esta situación se ha y se sigue reproduciendo en todos y cada una de las jurisdicciones.
Cuando yo hablo de industrializar la ruralidad, que es una de las claves y de los desafíos más importantes que tenemos en esto que se viene. ¿Qué es esto de industrializar la ruralidad? Hacer participar al productor primario en la cadena, en los eslabones de producción que le siguen a lo primario para poder también lograr no solamente rentabilidad para ese productor, sino generar trabajo en el pueblo, en origen, al lado de la materia prima para evitar los traslados de poblaciones y el despoblamiento del campo y fundamentalmente también lograr a través de un entramado de pequeñas y medianas empresas la calidad no solamente para el mercado interno, sino también para la exportación.
Nuestras Pymes participan en la exportación muy por sobre la media de lo que son las Pymes, en América latina; las Pymes, en América latina participan en el marco exportador en un 5% de las exportaciones. Nuestras Pymes participan en un 15% del total de las exportaciones argentinas. Ni que hablar del sector industrial que por primera vez está participando mayoritariamente, la manufactura industrial en la exportación por encima de las manufacturas de origen agropecuario y por supuesto también por arriba del sector primario en un 35%, lo cual habla de este desarrollo pujante que hoy tiene nuestra industria y que tenemos que agrandar.
Y les voy a dar un dato que mañana va a dar el señor ministro de Economía, con el titular de la AFIP. Yo sé que hablar de la a AFIP no es simpático por ahí porque bueno ya sabemos…pero mañana que vamos a hacer también una recaudación muy importante de 46.777 millones de pesos; una variación interanual del 35,4%, de mes a mes; en el récord histórico de IVA, también hay un récord en el aumento del sector industrial que participa de ese IVA, en el 43% el aumento del IVA industrial. Estos números son claros y objetivos. También participan fuertemente en lo que es el aumento el sector industrial en ganancias en un 34% del total determinado, lo que también los constituye en grandes aportantes.
Yo creo que el gran desafío que tenemos es lo que yo decía el otro día, cuando me tocó cerrar la Reunión Anual del Consejo del Salario Mínimo, Vital y Móvil, muchas veces hemos dicho que hay intereses contrapuestos entre capital y trabajo y créanme que me he convencido - al cabo de todo este tiempo - que no hay intereses más coincidentes que el de los empresarios con los trabajadores. Por eso creo que tenemos que ser todos lo suficientemente inteligentes para no arruinar lo que son las bases del desarrollo argentino y que es esta Argentina que hemos construido con tanto esfuerzo.
Miren cuando veo el crecimiento de la industria que ha sido en 2 puntos por arriba del crecimiento de la actividad económica; cuando veo unos circulitos divinos que acá me ha preparado Débora, de las heladeras, de cómo por ejemplo, en el año 2003 - cuando él empezó como Presidente de los argentinos - las heladeras nacionales que se vendían eran solamente del 32% y el 68% de las heladeras eran importadas, de los que podían comprar una heladera porque tenían trabajo, no nos olvidemos, que en el año 2003, el 25% de los argentinos no tenía trabajo, o sea que de los que podían comprar heladeras el 68% eran heladeras importadas; en el 2010, el 69%, un 1% más de las que eran importadas son nacionales (APLAUSOS). La tarea que él empezó, porque primero obviamente se empieza por las heladeras, permitió que, por ejemplo, en el año 2008, los teléfonos celulares en la República Argentina, el 98 por ciento eran totalmente importados. Hoy, en el año 2011, el 70 por ciento de los celulares, se están haciendo en la República Argentina. Pero para poder hacer esto con los celulares, primero, hubo que hacer lo otro con las heladeras.
Porque también es una cosa que tenemos que empezar a comprender los argentinos que siempre estamos como queriendo devorarnos y saltar las etapas y las cosas llevan su tiempo, tienen sus estadios y tenemos que aprender a tener paciencia.
También es cierto que la inestabilidad, la política pendular de un modelo de país que iba de un lado para el otro, muchas veces impulsaba a que todo el mundo pensara que tenía que ganar y hacerse la América o ganar todo junto en un año o dos y, finalmente, no hay economía ni modelo macroeconómico que resista que alguien pueda acumular todo en dos años y luego tirarse a la marchante.
La construcción de un país, es una cosa cotidiana y de avance permanente. Y yo creo que esto también es un modelo cultural que nosotros creo que estamos aprendiendo. Creo que estamos aprendiendo –y en esto no hay ninguna connotación futbolera ni tampoco política- que las cosas son paso a paso. Y creo que tenemos que darnos cuenta que todos muchas veces en las negociaciones tenemos que resignar cosas, porque nunca, decía un hombre muy importante, que es imposible obtener el 100 por ciento en una negociación; en todo caso hay que conformarse con el 40 o con el 50 y tratar de que, en todo caso, ese 40 o 50 sea la parte más importante.
Pero tenemos que aprender la necesidad que todos tenemos de articular un proyecto colectivo. Que es imposible que un sector, por más rentabilidad que tenga, puede ser ese sector únicamente el que tenga rentabilidad y el resto del país no. Eso no dura como no duró.
Porque si uno mira la historia de la Argentina, en realidad se da cuenta que siempre se truncaron los procesos que vivíamos por una inestabilidad institucional que tenía su raíz, esencialmente, en una falta de equidad y justicia, sobre todo, en una sociedad como la nuestra que tuvo la suerte de tener educación pública desde fines del siglo XIX, con la educación primaria obligatoria, que tuvo la suerte de tener universidad nacional pública y gratuita a partir del año 40 y pico, 49, creo que fue el decreto de Perón, que tuvo también la suerte de tener una poderosa clase media que nos dio un perfil muy especial hoy, que nos ha convertido también en un país que ha podido tener tres Premio Nobel en ciencia duras, el único en Latinoamérica, que se ha caracterizado por una gran creatividad, por una gran innovación, que la podemos ver acá en Tecnópolis pero que la vemos también en una cosa que hoy está irrumpiendo en el mundo y que ya está, y que como ha crecido, que es la industria del software en Argentina, que dicho sea de paso también, el otro día me olvidé de decir que habíamos sancionado la Ley, cuando la firmamos aquí en Tecnópolis, hoy somos uno de los países modelo en el mundo en materia de desarrollo de software. Y el software que nos parecía que en el pasado iba a ser una cosa únicamente necesaria para una computadora. Software va a necesitar todo, lavarropas, heladeras, ventiladores, televisores.
Cuanto más avance la tecnología, mayor desarrollo tecnológico vamos a tener y nosotros tenemos la inmensa suerte de tener una industria en este sentido, y una creatividad y una materia prima que son recursos humanos únicos en la región. (APLAUSOS)
No sé por dónde estarán los del software, por allá deben estar, pero en unos días más vamos a inaugurar nuevas oficinas de una empresa modelo argentina de software, la primera empresa argentina de software que adquiere una empresa norteamericana de software. Y creo que también eso merece un aplauso, porque la verdad, díganme si alguien imaginaba hacer Chemise Lacoste en San Juan o que alguna empresa de software argentino comprara una empresa norteamericana.
La verdad que yo siempre soñé con esas cosas, pero eran sueños, se parecían a sueños. Porque siempre éramos vistos como alguien que siempre venía a pedir cosas porque era como que no sabíamos nosotros hacer las cosas; y la verdad que cuando yo ahora veo que somos un país donde vamos con nuestras delegaciones empresarias no a pedir, sino a ofrecer lo que estamos produciendo, lo que estamos haciendo, lo que estamos creando y podemos hacer buenos negocios en el mundo, creo que hemos cumplido la mayoría de edad y por eso también tenemos un Documento Nacional de Identidad que nos es propio. Hasta eso hemos logrado: un Documento Nacional de Identidad propio, con tecnología propia, desarrollada por el Estado y también un pasaporte.
Vos, Vasco, que andabas presentando DNI y pasaportes.
Por eso, yo tengo muchas esperanzas, pero no esperanzas basadas en ilusiones; esperanzas basadas en realidades concretas.
Esto que hablábamos también del desarrollo ferroviario. Con lo de Hugo, no te preocupes, porque si llegamos a la matriz de 25, va a ir a disputar a la Unión Ferroviaria y la Fraternidad las elecciones. Así que, no te hagas problemas, no va a ser tampoco un problema, le vas a ir a disputar seguro la elección a los gremios. Seguro. (APLAUSOS)
Pero, sinceramente, lo que nosotros tenemos que lograr, y esto es clave, es diversificar nuestra matriz productiva exportadora, agregarle mucho valor, lograr agregar valor también en origen, en lo que, reitero el término de “industrializar” la ruralidad, seguir adelante con el formidable avance tecnológico que tenemos en el agro argentino.
Hablábamos muy recientemente con el director electo de la FAO, Argentina ha logrado ser punta en materia de desarrollo de maquinaria metalmecánica y también de biotecnología. Esto no nos tiene que detener ahí, nosotros necesitamos avanzar aún más porque tenemos que evitar la primarización de nuestras exportaciones.
Debemos decir que, según informes de la CEPAL, no discurso de esta Presidenta, somos el único país latinoamericano que no ha reprimarizado sus exportaciones, sino que por el contrario, ha aumentado las exportaciones, como antes los mencionaba, del sector industrial.
Por eso, tengo grandes ilusiones. Yo también creo que con los únicos que tenemos que confrontar es con los problemas que tenemos, enfrentarlos, debatirlos y, fundamentalmente, solucionarlos en forma concreta, objetiva y viable.
Logramos superar momentos muy difíciles que pusieron a prueba el modelo. El año 2008 y, fundamentalmente el año 2009, pusieron a prueba el modelo. Y yo quiero recordar que en aquella oportunidad, tuve reuniones con los trabajadores que, con lo que estaba pasando y con lo que se anunciaba que podía pasar en el mundo, había fundados, más que fundados temores de cómo podía impactar esto en la generación de puestos de trabajo y en el nivel de ocupación.
Me acuerdo que tuvimos una reunión excelente en la Casa de Gobierno y me propusieron una serie de medidas que, bueno, era normalmente el menú que podría ofrecerse ortodoxamente acerca de cómo hacer, a través de instrumentos legales u otros instrumentos, lograr paliar eso que parecía que se venía. Y la verdad que nosotros apostamos y les dijimos “confíen en nosotros que creemos que esa no va a ser la salida. Y que si hacemos eso, al contrario, vamos a provocar una retracción muy importante, un temor y va a ser peor el remedio que la enfermedad”. Porque más allá de los buenos objetivos y de las buenas ideas y de las buenas intenciones, en realidad, todos sabemos que el capital y el mercado se rigen por otras cuestiones.
Esto no significa aceptar las reglas que nos quieren imponer; significa, simplemente, aceptar también que algunas cosas son la realidad y sobre la realidad hay que operar y no ignorarla o querer hacer una cosa diferente.
Por eso, yo quiero decirles también a los empresarios, que hemos trabajado mucho en el tema de inversión con el Proyecto del Bicentenario, en el cual ya tenemos proyectos por más de 5.000 millones de pesos financiados en forma conjunta entre los ministerios de Industria y de Economía.
Quiero decirles también a los trabajadores, que vamos a seguir sosteniendo el poder adquisitivo de los trabajadores porque sabemos que la demanda agregada es clave para que haya oferte.
Fíjense cómo ha habido oferta que si uno compara la capacidad instalada industrial de los 10 bloques de julio contra julio, estamos 75 contra 75, con lo cual quiere decir que, debido al formidable crecimiento que hubo, necesariamente para tener los 10 bloques industriales, es porque ha habido una muy buena inversión. Si no, estaríamos con una capacidad instalada prácticamente al tope en todos los bloques. Es más, hay algunos sectores, que fueron los de mayor impacto, como fue el sector de alimentos, donde hoy tenemos en julio una capacidad instalada un poco, inclusive, más alta que la teníamos el año pasado en julio. Quiere decir que ha habido una fuerte inversión y necesitamos más inversión.
Yo sé que la inversión requiere confiabilidad. Nadie invierte un peso si no piensa que se va a llevar por lo menos 1 y medio o 1.20 o 1.30.
Bueno, yo quiero darles la certeza de que estas políticas que hemos implementado desde el año 2003, no solamente las vamos a sostener, sino que las vamos a mantener y profundizar y, además, vamos juntos, a revisar lo que tengamos que revisar para poder seguir adelante y si es que se han producido distorsiones, hacer también las correcciones necesarias, porque es imposible en el desarrollo de una política económica, no tener errores o no producir esas distorsiones en determinados sectores o en determinadas unidades o en determinados rubros.
Por eso, quiero decirles en este Día de la Industria, que es el 2 de septiembre…Me enteré por qué es el 2 de septiembre: cuando visité Santiago del Estero -por ahí estaba divisando al Gobernador, Gerardo Zamora, muy buen gobernador de Santiago del Estero, Gerardo Zamora- para inaugurar un maravilloso centro cultural en Santiago del Estero, allí se conmemoraba, en un salón lindísimo, lo que fue la primera exportación argentina que fue el 2 de septiembre de 1587, y que era de una misión jesuítica. ¿Y a dónde era esa primera exportación? Al Brasil. Esa primera exportación argentina desde Santiago del Estero, ese 2 de septiembre, por eso se conmemora ese día el Día de la Industria fue al Brasil. Y creo que fue un hilado, unos ponchos que se tejieron. Se constituyó esa en la primera exportación argentina.
Miren las cosas que han pasado de una Argentina que desde Santiago del Estero exportaba al entonces Imperio del Brasil, nosotros tampoco éramos Argentina, éramos Virreinato del Alto Perú.
Todo esto revela, entonces, nuestra potencialidad y también los altos y bajos que hemos tenido en estos largos años, que no son 200, sino como todos vemos son un poco más de 200. El mundo avanza a pasos agigantados.
Yo debo decirles algo: la globalización, que hace unos años me parecía como una amenaza, hoy la veo como una inmensa oportunidad para la República Argentina.
Yo creo que y para finalizar, en este tercer centenario, vamos a ver un mundo en el cual van –y lo charlábamos con el director de la FAO- a confluir, por un lado, un desarrollo tecnológico sin par que se patentiza en el lugar, digamos, más sofisticado y que más llama la atención en el mundo de las telecomunicaciones a través de todos esos aparatitos sofisticados que hoy podemos manejar y comunicarnos y hacer cosas y demás y, por el otro lado, el reclamo de alimentos que va a ser también la clave de este siglo XXI. Alimentos que no va a alcanzar con la producción –y lo repito y lo quiero repetir para que se grabe en la mente de todos y cada uno de nosotros- así se cultivaran todas las superficies posibles cultivables del mundo; en el año 2050 no va a alcanzar la producción en materia de alimentos. Por lo tanto, la intervención de la ciencia y la tecnología en la producción de esos alimentos para multiplicarlos, va a ser imprescindible.
Nosotros estamos muy adelantados con respecto al resto del mundo en este país. Con una ventaja: un país maravilloso con su tierra, con un crecimiento vegetativo que nos acerca más a los países europeos que a otros países, lo cual nos permite un excedente más que importante también en esta materia y, por lo tanto, nos convierte en un actor principalísimo en este siglo XXI, de una manera diferente a como lo fuimos a inicios del siglo XX en donde nos sobraban 6 millones de argentinos.
Ahora no queremos que nos sobre nadie de los 40 millones; queremos ser actor principalísimo del siglo XXI, con los 40 millones de argentinos adentro. Este es el gran desafío que tenemos y tenemos que hacerlo juntos, el sector de la producción con el sector de la industria y también, con el sector de los servicios. Porque también es cierto que, debido al avance y desarrollo tecnológico, llega un momento en que únicamente con el sector industrial no alcanza para generar la cantidad de puestos de trabajo que necesitamos y por eso también necesitamos del sector de servicios.
Por eso también estamos dándole una gran importancia a todo lo que es el sector de turismo, a todo lo que es el sector de servicios informáticos, a todo lo que es el sector de contenidos audiovisuales, porque son grandes generadores e intensivos generadores de mano de obra.
Por eso, no hay que pelearse con nadie. Al contrario, hay que sumar a todos, porque los necesitamos a todos para hacer esa Argentina que todos soñamos.
Yo estoy convencida de que militemos en el partido que militemos o en el sector o en la historia que tengamos porque todos tenemos historia, después de todo, nadie ha nacido de un repollo y yo desconfío de los que no tienen historia, no sé qué estarían haciendo, yo desconfío, no es que quiera que todos tengan mi historia, pero yo creo que todos en algún momento tienen que haber estado en algún lado. Y lo importante creo que es saber en qué lado estamos ahora. Y yo creo que el lugar en el que todos nos encontremos, sea este país que estamos construyendo, esta Argentina que se ha convertido en una de las más importantes productoras en muchísimos rubros, una país que es el que más computadoras ha distribuido entre sus educandos, un país que destina el 1,2 por ciento de su PBI al programa de la Asignación Universal por Hijo, que es un programa social absolutamente transparente, que ha logrado emancipar el clientelismo electoral porque nadie depende, simplemente basta que acredite ante una oficina de la ANSES su calidad de desocupado, para obtener ese beneficio para sus hijos a cambio, nada más ni nada menos, de que lo envíe al colegio y además, tenga su Libreta Sanitaria.
Y además, una ecuación que le gusta decir siempre a nuestro ministro de Economía y que también ha sido clave –y aquí termino con lo que empecé-, el Fondo Monetario: en el año 2003, la Argentina destinaba el 5 por ciento de su Producto Bruto Interno a pagar la deuda y solamente el 2 a la educación; hoy destina el 2 por ciento de su PBI a pagar la deuda y el 6.47 a la educación. Ha habido un cambio más que importante.
El retorno de nuestros científicos. Una Argentina que formaba a sus hombres y mujeres en las universidades públicas y gratuitas y que luego se iban por falta de oportunidades o que mandaba a lavar los platos a los científicos del CONICET. Hoy tenemos a nuestros científicos retornando al país, a nuestros jóvenes renovando las plantas de nuestros científicos en CONICET, en la Comisión Nacional de Energía Atómica. En fin, un país en el cual dan ganas de vivir en él.
Cuando el otro día veía un cartel de argentinos que estaban en España, concretamente, con un inmenso cartel que salió creo en la portada de un diario porteño que decía “Cristina ayudanos a volver”. Yo me acordaba que cuando era senadora y volvía del Senado a la noche a mi casa, pasaba por el Consulado de España ubicado allí en la calle Guido, si mal no recuerdo, y veía colas y colas de argentinos, coleros, algunos con carpitas, otros cobrando para poder hacer la cola y para obtener una visa, digo bueno, seguramente nos hemos equivocado, seguramente hemos cometido muchos errores, pero creo que el rumbo y el camino en general, porque nada es perfecto ni nadie es perfecto, es el correcto y es el adecuado.
Quiero decirles a esos argentinos que por ahí no necesitan pedir volver, porque en realidad esta siempre ha sido su casa, la Argentina, que alguna vez no le dio la oportunidad y que ahora quiere volver a darles la oportunidad, no solamente a los que están aquí, sino también a los que se fueron.
Por eso, quiero agradecer las palabras del señor titular de la UIA; quiero agradecer también la presencia de los rectores de nuestras universidades nacionales. Hecho inédito también: por primera vez estamos articulando entre e conocimiento de nuestras universidades entre la ciencia y el sector empresario. Siempre había en las universidades una cierta aprehensión a vincularse con el sector económico, como si esto no fuera lo suficientemente santificado, como si hubiera una suerte de pecado original mezclar conocimiento y ciencia con dinero y que sin recursos nadie pueda investigar nada y sin conocimiento tampoco nadie pueda avanzar demasiado en un mundo como el de hoy.
Por eso también, la presencia de nuestras universidades en estos lugares, en estos espacios, no solamente en lo protocolar o en una cena, sino en proyectos concretos, en asesoramientos concretos, en proyectos con empresas argentinas, es para nosotros también y a mí especialmente también como egresada de la universidad pública nacional, un gran logro.
También, haber logrado un mejoramiento en las condiciones de nuestras universidades, de nuestros trabajadores.
En fin, la verdad que yo, pese a lo duro que muchas veces tiene uno en esta tarea, por cuestiones institucionales, naturales a un cargo tan importante como el de presiente y también por alguna que otra cuestión personal, digo, bueno, por lo menos estamos llevando a cabo lo que siempre soñamos, por lo menos, lo que yo siempre soñé: ayudar a que mi país vuelva a ser lo que alguna vez fue. Ese es mi sueño y que, en todo caso, nos recuerden a todos nosotros, no solamente a esta Presidenta, sino a todos los hombres y mujeres que en distintos estamentos, como empresarios, como académicos, como trabajadores, formamos la parte de lo que yo digo la Generación del Bicentenario para que nuestros hijos y nuestros nietos se sientan orgullosos de sus padres y de sus predecesores.
Ninguna nación, ninguna sociedad puede subsistir o crecer si no tiene orgullo de ser y pertenecer.
Por eso, quiero agradecerles a todos ustedes esta noche, festejar junto a todos ustedes el Día de la Industria y convocarlos a ir por más, siempre por más.
Muchas gracias y muy buenas noches a todos y a todas. (APLAUSOS)

Publicado en :
http://www.presidencia.gov.ar/informacion/actividad-oficial/25370






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