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domingo, 29 de septiembre de 2013

Feliz comparación: la Argentina, Canadá y Australia, por Federico Bernal (para "Tiempo Argentino" del 29-09-13)

 

¿Por qué somos distintos?


Por:
 
Federico Bernal

El desarrollo de un sólido cooperativismo agrícola favoreció el crecimiento de un sector con cariz nacional.  Nuestro país estuvo controlado por multis que dominó desde sus inicios el negocio rural.
En Canadá, el proceso de democratización de la tierra a partir de 1872 creó una base de pequeños productores agrícolas que, con el paso del tiempo, fundaron comunidades rurales sumamente organizadas, cooperativistas y muy politizadas. Las primeras organizaciones rurales datan de 1880 en Manitoba, aunque desprovistas de experiencia y de poca duración.
Pero apenas diez años después, pequeñas cooperativas de agricultores familiares fueron prosperando a lo largo y a lo ancho de las provincias occidentales, llegando a conformar las primeras cooperativas municipales de elevadores de granos y a confrontar con los intereses privados de la Bolsa de granos de Winnipeg fundada en 1887. Carl Solberg en su excelente libro "Las praderas y las pampas. Política agraria en Canadá y Australia (1880-1930)", fundamente semejante desarrollo agrario en los siguientes factores: 1) el tipo de inmigrantes, el alto grado de naturalización y la tradición política que trajeron consigo de su madre patria; 2) los colonos procedentes de Ontario, dueños de una gran experiencia y trayectoria en las reivindicaciones políticas a favor del sector rural; y 3) la influencia positiva de las conquistas alcanzadas por el pequeño agricultor estadounidense, desde 1862 hasta la Primera Guerra Mundial.
Cooperativismo y Estado en el "campo" canadiense. 
Las bases para una actividad agraria cooperativista con fines económicos, la práctica de reunir en un fondo común (pooling) sus esfuerzos productivos y así reducir costos y evitar competencias intra-sector condujeron a la creación de una gigantesca asociación de comercialización de trigo, el Canadian Wheat Pool (CWP), asociación emergida a su vez de la fusión de los pooles de las provincias de Alberta, Saskatchewan y Manitoba. Entre 1924 y 1930, el CWP aumentó su participación en la comercialización de trigo de 28,41% a 51,23% y sus miembros de 91.195 a 140.161 agricultores familiares (cerca de un 50% de los agricultores totales de las provincias occidentales).
Desde esta organización y tan tempranamente como en la década del ´20, pelearon por mejoras en las condiciones de: 1) fletes e infraestructura vial; 2) manejo de granos y elevadores en puertos; 3) mejoras tecnológicas de cultivos; 4) comercialización directa de productos, libre de intermediarios (mercados a futuro y Bolsa de granos) y 5) protección contra las compañías privadas.
En todos y cada uno de estos aspectos, contaron con un importante apoyo del Estado para contrabalancear el poder de las compañías privadas, sin que por ello este último accediera a rebajar un punto de la tarifa proteccionista que por entonces prevalecía y a la que se oponía duramente el sector agrícola-ganadero de las praderas.
Entre 1901 y 1909 se crearon varias cooperativas y asociaciones de agricultores provinciales con gran poder y radio de acción, la gran mayoría de las cuales reservaban a la mujer un papel protagónico en la promoción de la educación rural.
A fines de 1909, las bases del cooperativismo agrario canadiense habían echado fuertes raíces. Contaban con más de 75 mil miembros y se habían convertido en una respetable fuerza política que ningún gobierno local o nacional pudo desatender.
Ese mismo año, una editorial del órgano oficial de las organizaciones de agricultores de las praderas proclamaría: "Mientras las terminales de los elevadores se mantengan en manos privadas, habrá únicamente ganancia privada."
Existe sólo un método posible mediante el cual este sistema que se roba nuestros granos puede ser abolido. Ese método es mediante el control de los elevadores por parte del gobierno federal”. Hacia 1928 el CWP no sólo representaba el negocio más lucrativo del país, sino que era el más grande comercializador de granos en el mundo, con el mayor número de elevadores en tierra (1.642 en las tres provincias) y con 2,5 millones de hectáreas destinadas al cultivo de trigo.
Exportaba granos a 19 países. Algunos años después, en 1935, el CWP incorporó cebada, avena, centeno y lino, recibiendo una mayor protección financiera y comercial por el Estado.
Se creó así el Canadian Wheat Board, organización que recién sería privatizada el año pasado, después de décadas de lucha.
Reacción y concentración en el "campo" argentino. 
En nuestro país, la ausencia de un sistema cooperativista agrario como el canadiense dio rienda suelta a la concentración de la tierra, al latifundio, al atraso socioeconómico rural y al monopolio de la comercialización de la producción agrícola en manos de "grandes consorcios internacionales, enemigos tanto de las cooperativas agrarias como de la intervención nacional del Estado en tales asuntos." (Abelardo Ramos. Revolución y Contrarrevolución). 
Durante las primeras décadas del siglo XX, la exportación de granos del país estaba en manos de tres compañías privadas.
En efecto, Bunge y Born, Louis Dreyfus y Luis de Ridder exportaron el 80% de la producción triguera de la cosecha 1930/31, de los cuales un 43% fue exportado por la primera.
Bunge y Born poseía un verdadero emporio agrario: comercializaba todo tipo de granos, disponía de molinos harineros, talleres textiles y fábricas de bolsas de almacenamiento. En las terminales de embarque no existía ningún control de calidad del trigo exportado, ni limpieza alguna.
La calidad del trigo, y consecuentemente, el cálculo del importe a pagar por la mercadería recibida se efectuaba en los puertos londinenses.
Cooperativismo en el "campo" argentino. 
En 1925, la Argentina contaba con 92 cooperativas rurales de aproximadamente 23 mil afiliados. Quince años después apenas sobrepasaba las 150 con 37 mil integrantes (Solberg).
La penuria cooperativista –consecuencia directa de la ausencia del Estado en el sector rural– dejaba al agricultor medio y bajo de la Pampa Húmeda librado a la suerte de los acopiadores, empleados de las mismas grandes compañías cerealeras o, en el mejor de los casos, agentes enviados por los terratenientes, dueños a su vez de los principales campos y arrendadores de los pequeños agricultores.
Para fines de la década del ´20, cinco empresas de capitales franceses, alemanes, holandeses y británicos controlaban más del 70% de los embarques de trigo, el 73% de los de maíz y el 90% de las exportaciones de lino. La concentración de la propiedad de la tierra en manos de una élite vinculada al comercio de exportación, sumada a la ausencia del Estado en el sector rural fueron los principales escollos que imposibilitaron fundir al pequeño y mediano productor con el Estado, alianza cardinal para el desenvolvimiento de una clase media agraria popular en el marco de un movimiento cooperativista, fundamental a su vez para el desarrollo regional y la edificación de una economía agraria moderna.
La CIA responde a la presidenta. 

Cuando la Presidenta de la Nación comparó a la Argentina con Australia y Canadá, arreciaron las críticas del neoliberalismo criollo. El house organ del granero del mundo tomó la posta, no vaya a ser que se sepa la verdad: ni Australia ni Canadá tienen una entidad como la SRA. De hecho, sus respectivas sociedades rurales pasaron a mejor vida a mediados/fines del siglo XIX como consecuencia del surgimiento y la consolidación de un sector rural cooperativista, estatizado, moderno y en función de la industrialización de las ex colonias británicas.
La SRA fue clave en la perpetuación del atraso y la dependencia del país y, en consecuencia, de la divergencia en cuanto al desarrollo de las ex colonias británicas aquí citadas. La Nación, en artículo del 23 de agosto "La comparación con Australia y Canadá provocó rechazos, críticas y hasta ironías" utilizó un cuadro comparativo cuya fuente principal era la CIA (además del Banco Mundial). Tiene razón Mitre, somos muy distintos. Acá quisimos exponer otras razones. 

Publicado en:
 http://www.infonews.com/2013/09/29/economia-100359-feliz-comparacion-la-argentina-canada-y-australia.php

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