31 marzo, 2021
Ayer en horas de la tarde, los medios de comunicación comenzaron a transmitir que en la reunión de la puesta en marcha del Programa de Emergencia de Infraestructura Municipal de la provincia de Buenos Aires, realizado en la Casa Rosada, tanto del oficialismo como la oposición hablaron de postergar las PASO desde agosto a septiembre y las elecciones de octubre a noviembre debido al incremento de casos de coronavirus, en especial con la llegada al país de las de las cepas de Manaos, Río de Janeiro, Reino Unido y California.
De la reunión habían participado el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, Sergio Massa, Máximo Kirchner, Axel Kicillof y por la oposición Cristian Ritondo, Jorge Macri y la radical Érica Revilla. También estuvieron presentes los intendentes Martín Insaurralde, Mayra Mendoza y Marisa Fassi, más Silvina Batakis, la secretaria de Provincias del ministerio del Interior.
Al enterarse el ala dura del Juntos por el Cambio, comandados por Mauricio Macri, Patricia Bullrich y Alfredo Cornejo, salieron a cuestionar duramente que se “dialogue” con el gobierno. “Estamos en guerra”, son “los enemigos de la República” y otra serie de epítetos sonaron en los celulares de la oposición. Patricia Bullrich no dudo en afirmar en un tuit que “el gobierno tendió una trampa para buscar dividirnos. No podrán”.
La presión fue tal magnitud que Jorge Macri y Cristian Ritondo salieron a desmentir cualquier posible acuerdo y hasta negaron que se hubiera hablado del tema. “En la reunión de hoy llevada adelante en Casa Rosada no hubo ningún acuerdo para posponer las PASO”, escribió Ritondo. Por su parte, Jorge Macri también negó un posible acuerdo para postergar las PASO: “Niego rotundamente las versiones al respecto. Ante el planteo informal sobre el tema, nuestra respuesta fue negativa y que es el Congreso el ámbito para discutirlo”.
En realidad, quienes gobiernan, tanto del oficialismo como de la oposición saben que ir a unas elecciones en plena pandemia sería una tragedia en la población. El mismo Sebastián Piñera, un presidente de la derecha chilena, acaba de pedir que se reprogramen las elecciones constituyentes en ese país.
En la Argentina, 22 de los 24 gobernadores quieren eliminarlas y el gobierno ha señalado que solo lo hará si hay un acuerdo de todos los sectores. Justamente ayer, Máximo Kirchner lo planteó y propuso dialogar con todas las fuerzas políticas y analizar si se prohíben como piden los gobernadores o se atrasan como dice un proyecto del sector de Martín Lousteau.
Por su parte, Sergio Massa había anticipado el domingo en un reportaje en C5N que en Semana Santa convocaría junto a De Pedro y Kirchner a todos los referentes de la oposición para evaluar una posible prorroga, tomando en cuenta el proyecto de Carla Carrizo y Emiliano Yacobitti, hombres de la oposición.
Por ahora, el sector de los halcones con el ex presidente, Patricia Bullrich, Alfredo Cornejo y Elisa Carrió marcan la agenda de “prender fuego” a quien quiera dialogar con el gobierno de Alberto Fernández. “Estamos en guerra no hay dialogo posible”, dicen desde ese sector que invirtió más de 15 millones de dólares en el canal de La Nación+M con una programación incendiaria y mentirosa que cumple con la misión diaria de mentir, mentir, que algo quedará.
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