Panorama parlamentario
No hay nada peor para un partido político o un bloque de legisladores de la oposición que desde la Casa Rosada le marquen la agenda a discutir o, proyectos de ley a sancionar. El atomizado arco opositor sufre el embate de las iniciativas parlamentarias del Poder Ejecutivo. Sobre todo, porque profundizan aun más sus contradicciones. El último ejemplo fue la ley que regula las prepagas. La UCR votó a regañadientes el proyecto, en tanto que el PRO y los seguidores de Carrió creyeron encontrar en la abstensión, una quita al costo político que significa negarse a beneficiar a un sector de la sociedad.
El Frente para la Victoria, que no incorporó un diputado a sus filas pero que mantiene una coherencia al momento enel tipo de leyes que impulsa, se beneficia del desconcierto y las riñas internas de sus adversarios.
La ley que regula a las empresas que prestan servicios de salud privada fue un tema complicado para abordar tanto para radicales, macristas, lilitos e incluso para los peronistas federales que se dejan guiar por Francisco de Narváez. Por un lado, sucedió que los clientes de esas prepagas, provenientes de los sectores más pudientes de la sociedad, son en buena medida sus votantes. Por otra parte, estas compañías, que tienen un poder de lobby más que considerable, suelen tener muchas coincidencias ideológicas con estos bloques partidarios. Tanto es el poder de convencimiento que tienen, que es muy fácil caer en la tentación de elaborar posibles tesis o causas que provoquen una demora de más de dos años en la sanción de la norma.El punto es que estas bancadas se encontraron frente a una dura disyuntiva. Satisfacer los reclamos de las prepagas, que dicen que corren el riesgo de desaparecer con esta nueva ley, o beneficiar a sus potenciales votantes que, por más poder adquisitivo importante que tengan, no dudarán en respaldar una norma que les redunde en una baja de los costos fijos. Para colmo de males, optar por los clientes de las prepagas trae, como efecto colateral no deseado, un beneficio directo para el gobierno nacional que, al fin y al cabo, fue el que tuvo la iniciativa.
Los radicales discutieron mucho este tema. La interna, que no es sólo la presidencial sino también la provincial, ahonda esas discusiones y nadie quiere quedar como el que termina favoreciendo al FPV. El martes pasado, previo a la sesión, el bloque en pleno discutió la estrategia a seguir frente a lo que se veía como inexorable. Fue Aldo Neri, el ex ministro de Salud de la gestión de Raúl Alfonsín, el que los terminó por convencer de que no había otra opción que la de votar a favor: “Esta ley puede que sea imperfecta. Pero les advierto que es lo mejor que hay y es necesario que se apruebe. Hoy no podemos cambiarla, no tenemos poder para hacerlo. Tal vez en el futuro, pero hoy es imprescindible que se regule esta actividad que no tiene control”, les dijo.
La resignación se expresó en el discurso de Ricardo Gil Lavedra. El jefe de la bancada aseguró que “la medicina prepaga es un seguro voluntario de un bien público y, como tal, se establece un riesgo y, según el monto indemnizable, se fija el valor de la prima. Por supuesto, a mayor riesgo, mayor monto y mayor prima. Esta es la ecuación básica de todo seguro.” Si no fuera porque ya había anticipado el voto a favor, cualquiera podría pensar que estaba justificando por qué los mayores de 65 años debían pagar cuotas más caras.
Publicado en :
http://tiempo.elargentino.com/notas/oposicion-sufre-los-embates-de-las-iniciativas-oficialistas
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