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domingo, 13 de noviembre de 2011

Por una reestructuración revolucionaria del sistema financiero estadounidense, por Federico Bernal (para “Tiempo Argentino” del 13-11-11)


Especulación vs. economía real

Publicado en TIEMPO ARGENTINO el 13 de Noviembre de 2011

Por Federico Bernal
Un solo y estratégico lema comienza a imponerse en las manifestaciones, pancartas y expresiones del movimiento Occupy Wall Street: ‘Soberanía significa tomar el control de nuestro dinero.’

Decenas de miles de ciudadanos estadounidenses se han rebelado contra el imperio de Wall Street. Y conforme pasan las horas, la organización, el nivel de conciencia y la incorporación de nuevos indignados crecen sin cesar. Mientras tanto y de manera exponencial, el eje de la discusión se va concentrando en la reestructuración del sistema financiero doméstico. Un solo y estratégico lema comienza a imponerse en las manifestaciones, pancartas y expresiones del movimiento Occupy Wall Street: “Soberanía significa tomar el control de nuestro dinero.” En efecto, el problema de Estados Unidos no es la falta de dinero; ni siquiera lo es su astronómica deuda pública. El problema viene dado más bien porque el dinero que abunda (y por billones) se destina única y literalmente a alimentar al célebre toro de Wall Street, el Charging Bull. Metáfora de lado, la riqueza nacional de Estados Unidos –generada por el trabajo y la producción de sus clases medias y trabajadoras– es confiscada por la gran banca privada, los especuladores financieros y sus colegas de la Reserva Federal. Son ellos quienes deciden las utilidades, la cantidad, la emisión y el suministro de dinero percibido por la sociedad toda. A continuación y en dos partes sucesivas, analizaremos el accionar de la gran banca privada, su control absoluto sobre la Reserva Federal y en qué consiste la propuesta de reestructuración del sistema financiero por parte de los indignados. El pueblo estadounidense necesita volver a recuperar el control sobre su dinero, sobre su moneda y el crédito. La revolucionaria iniciativa no sólo retorna a los postulados y al accionar de Abraham Lincoln en esta materia sino que, además, cuenta con un exitosísimo ejemplo presente: el único banco que las clases populares estadounidenses verdaderamente aman y defienden.

EL CICLO PERVERSO DEL SISTEMA FINANCIERO Y LA FED PRIVATIZADA. Desde hace décadas que el dinero prestado por los bancos no existe como tal. Crean el dinero de la nada, sabiendo que al momento de ser devuelto (cargado de intereses y haciendo lo imposible para que el préstamo jamás pueda ser cancelado), habrán de apropiarse de riqueza genuinamente generada por las clases trabajadoras y populares, verdadero motor de la economía. Seguimos. Una vez realizado el préstamo, la utilidad neta será patrimonio exclusivo de los bancos; los pasivos y las pérdidas, obviamente, todas al pueblo y/o al sector público. Aquí muy sintetizado el círculo perverso del sistema financiero estadounidense, sistema bajo dominio absoluto de la oligarquía financiera y especuladora local. Su consigna: sin una sociedad ni un Estado endeudados no hay posibilidad de “crecimiento”. Ahora bien, y como señalamos en la introducción, que hay dinero hay dinero. La pregunta del millón es: ¿quién lo emite y quién controla su suministro? El sector de los grandes bancos privados a través de la Reserva Federal. ¿Pero acaso la FED no es una agencia estatal? Lo fue. Hoy por hoy y como describe el notable libro de la investigadora Ellen Hodgson La telaraña de la deuda, los 12 bancos que la FED tiene diseminados a lo largo y ancho del país son propiedad de la banca privada. La FED es, por consiguiente, una entidad pública controlada por intereses privados, independiente del control público (autónoma) a pesar de ejecutar políticas que inciden sobre el presente y futuro de la nación en su conjunto. Y no sólo incide sobre Estados Unidos, sino también sobre el mundo entero. ¿Por qué? Si bien a la FED la controlan básicamente cinco grandes “bancos” privados: Goldman Sachs, Wells Fargo, JPMorgan Chase, Citibank y Bank of America, también participan de su control el Deutsche Bank, el HSBC, Merril Lynch, KeyBank y el State Street, entre otros. Sintetizando, la Reserva Federal no es federal (no es estatal). Por el contrario, se trata de una corporación privada propiedad de un consorcio de gigantes multinacionales entre bancos, financieras y aseguradoras, estadounidenses y extranjeras.

DINERO REAL VS. DINERO FALSO. A excepción de las monedas, el gobierno no emite dinero. Los dólares (dollar bills) son emitidos por la Reserva Federal privatizada, dólares que “presta” (léase obsequia) a los bancos, bancos que a su vez prestan al gobierno, a los empresarios e individuos. El dinero tangible (monedas y billetes) no llega al 3% del dinero total suministrado. De hecho, las monedas no superan el 1/1000 del total del dinero circulante. El 97% restante que sólo existe en los monitores de las computadoras es creado por los bancos en forma de préstamos. Como bien nos explica Hodgson: “Este ‘dinero’ que los bancos prestan no es reciclado de depósitos preexistentes. Es ‘dinero’ nuevo, que no existía con anterioridad. Y esto con el agravante de que un 30% del dinero creado por la banca privada es invertido en los propios bancos.” La siguiente frase resume magistralmente el engendro: “El sistema bancario moderno fabrica dinero de la nada. Tal proceso sea tal vez la más increíble pieza de prestidigitación jamás inventada. La banca fue concebida en injusticia y nació pecando. Los banqueros son dueños del mundo. Recuperen el mundo pero déjenle intacta la potestad de crear dinero, y, en un abrir y cerrar de ojos, crearán tanto dinero que volverán a comprar al mundo. Retírenles este majestuoso poder y todas sus fortunas desaparecerán. Pero si quieren seguir siendo esclavizados por los banqueros, pagando además el costo de vuestra propia esclavitud, entonces permitan que ellos sigan controlando la creación de dinero y la generación del crédito.” Las palabras no pertenecen a ningún mandatario populista. Su autor, Sir Josiah Stamp, director del Banco de Inglaterra y segundo hombre más rico de Gran Bretaña allá por 1920, durante una alocución en la Universidad de Texas en 1927.

LA CONCENTRACIÓN Y EL CONTROL DEL CRÉDITO. El sistema bancario estadounidense que alguna vez otorgó préstamos productivos a la agricultura y a la industria, se ha convertido en una monstruosa máquina de apuestas. Se calcula que en la actualidad unos 370 billones de dólares circulan como apuestas de alto riesgo (derivados financieros), es decir, 28 veces los 13 billones generados anualmente por la economía de Estados Unidos (Hodgson, Ob. Cit). Dichas apuestas son fondeadas por los grandes bancos estadounidenses mediante dinero inexistente generado en el monitor de una computadora. Antes de internarnos con la revolucionaria iniciativa de la reestructuración del sistema financiero imperante, una breve radiografía al tema de la concentración y el control del crédito. En la actualidad, existen en Estados Unidos unos 6900 bancos comunitarios (privados), pequeños y localmente administrados. Controlan 1,4 billones en activos financieros o el 11% del total nacional. En materia de préstamos otorgados a la pequeña empresa y al sector agrícola de pequeños y medianos productores, la cifra asciende a 257 mil millones de dólares. De la vereda de enfrente está la gran banca privada de la cual destacan los siguientes cuatro gigantes:
JP Morgan Chase, Bank of America, Citibank, and Wells Fargo. Estos cuatro dominan unos 5,4 billones en actives o el 40% del total nacional. Hodgson nos explica que, “visto que son cuatro veces más poderosos que los 6900 bancos locales combinados, cabría esperar superen en igual proporción los préstamos dados por esos 6900 bancos. Sin embargo, en vez de rondar el billón de dólares, los cuatro gigantes apenas alcanzan los 85 mil millones en préstamos a la pequeña y mediana producción industrial y agropecuaria”. Claro, es que no tienen dinero: entre 2008/09 fueron “rescatados” con 16.115.000.000.000 (16 billones de dólares). ¿Y el pueblo estadounidense? ¿Cuánto recibió?

Publicado en :

http://tiempo.elargentino.com/notas/una-reestructuracion-revolucionaria-del-sistema-financiero-estadounidense

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