La inmensa mayoría de los países del mundo tienen su propia
moneda. Muchos valores de una economía se manejan en la moneda local, como
salarios, servicios e infinidad de mercaderías que la población consume
cotidianamente. Pero el valor de las divisas, de monedas “fuertes” extranjeras
como el dólar o el euro, influye en todas las economías, porque algunos precios
dependen de ellas. Todos los productos que se exportan tienen un valor
internacional, que es lo que se paga por ellos en los mercados mundiales. Los
productores locales se resisten a vender en sus propios países productos
exportables a precios significativamente inferiores al que se paga por ellos en
el exterior, debido a lo cual el aumento de estos productos en los mercados
mundiales genera habitualmente presiones inflacionarias.
Combustibles, minerales y alimentos son algunos de los
productos cuyos valores internacionales se han multiplicado en lo que va del
siglo varias veces, en el caso de los dos primeros productos hasta diez veces
(1). Los países exportadores de estos productos o han sufrido inflación, o han
subvencionado los precios internos, o han aplicado retenciones a las
exportaciones, o una combinación de todos estos fenómenos.
Los precios internos de una economía dependen de una
compleja combinación de factores entre las cuales se cuentan el valor de
combustibles, energía y transportes, la carga impositiva, los salarios, el
valor de los bienes exportables y el de los insumos importados necesarios para
sostener la producción local. Estos precios locales, medidos en divisas
extranjeras, pueden resultar caros o baratos en comparación con los de otros
países, en función a cual sea la cotización local de las divisas, es decir de
monedas aceptadas ampliamente en el comercio internacional como el dólar, el
euro o el yuan.
Argentina ha vivido en las últimas décadas etapas de “dólar
caro” y períodos de “dólar barato”.
El dólar es caro en una economía cuando escasea. Cuando esto
se produce, los precios internos son muy baratos internacionalmente. Se puede
exportar. Pero los salarios de la población local medidos en divisas son muy
escasos; por lo tanto viajar al exterior es imposible, y la importación de
productos que no se fabrican en el país o de insumos industriales se hace muy
difícil.
El dólar es barato cuando hay una gran abundancia de ellos.
Esto se produce cuando se exporta mucho, o cuando ingresan dólares vía
endeudamiento externo, inversiones productivas, inversiones financieras o
privatizaciones. En momentos en que el dólar es barato, es muy fácil viajar al
exterior porque todo resulta muy accesible, y lo mismo sucede con los productos
importados que ingresan a valores muy convenientes. Pero la economía interna se
ve arrasada. La producción local es carísima e invendible. Y a corto o a
medianos plazo las políticas de “dólar barato” (la “Tablita” de Martínez de Hoz
en los años setenta; el 1 a
1 de Cavallo en los noventa), generan recesión, deflación, marginalidad y
conflictividad social e implosionan en crisis como la del 2001 argentina (o la
que viven hoy los griegos).
La crisis del 2001 se produjo básicamente porque Argentina
agotó su capacidad de endeudarse, no tenía más nada que privatizar y dejaron de
ingresar inversiones (productivas o especulativas); al cesar el ingreso de
dólares el 1 a
1 se derrumbó.
Las economías de dólar barato son economías abiertas a
inversiones financieras especulativas, que generan grandes ingresos de dólares
en momentos de bonanza, pero se retiran masiva y rápidamente ante cualquier
amenaza de crisis, lo que hace a esos países muy vulnerables ante cualquier
temblor internacional.
Por eso lo ideal es una cotización de la divisa que no sea
tan barata como para impedir exportar ni tan cara como para inhibir las
importaciones de productos necesarios para el funcionamiento de la economía.
Este punto de equilibrio, como siempre sucede, es difícil de alcanzar y
mantener, más aún en economías como la argentina donde mucha gente tiene la
arraigada costumbre de ahorrar en dólares aún en períodos en que dicha inversión
no es demasiado conveniente (2)
La
Argentina devaluó luego de la crisis del 2001. Esto permitió
que la producción local fuera competitiva en el mercado mundial, y que los
precios internos fueran atractivos para turistas extranjeros, incluso de países
limítrofes.
Muchos economistas liberales vienen argumentando desde hace
años que la inflación acumulada, sumada al no tan significativo aumento del
dólar (de 3 a
5 pesos, tomando el dólar oficial, legal o “comercial”) ha encarecido la
economía argentina en estos diez años, haciéndola menos competitiva. Podríamos
señalar que la ecuación no es tan simple, y que también debería tenerse en
cuenta la inflación en otros países, el cambio de cotización de monedas como el
euro, el real o el yuan, el valor local de combustibles y servicios comparados
con el de otros países, y muchas otras variables. Pero, a modo de comprobación,
podríamos comparar los precios argentinos con los de una economía vecina, como
la uruguaya, para ver si nuestros precios son caros o baratos.
La comparación no es fácil, debido a las diversas
cotizaciones del dólar y el peso aquí y en Uruguay.
El comercio argentino, de exportación e importación, se
maneja con un dólar de 5 pesos, si dicho comercio se desarrolla por carriles
legales. Por lo tanto para transformar los precios locales a dólares tomaremos
esa cotización.
Los uruguayos cotizan el dólar a 18,75 pesos uruguayos, por
lo que los precios orientales deberían convertirse a esa cotización.
Si uno se traslada a Uruguay, la situación se complica,
porque si se cambia en un Banco uruguayo 1 peso argentino, le entregan 2
orientales con diez centavos, y si luego quiere recomprar el peso le piden 3
uruguayos. Sin embargo, si la
AFIP le autoriza a comprar uruguayos para viajar a ese país, los
bancos argentinos se los venden a 3,7 por peso argentino.
Finalmente, si uno estando en Uruguay paga con tarjeta le
cotizan los precios a dólares de 5 pesos más un quince por ciento (lo que hace
5,75 pesos por dólar), porcentaje que luego puede descontarse total o
parcialmente si se paga impuesto a las ganancias.
Esto significa que, para el que concurre a Uruguay como
turista, hay una multiplicidad de cotizaciones : si se paga con uruguayos
comprados vía AFIP se está pagando con un dólar de 5 pesos; si se paga con
tarjeta se paga a razón de un dólar de 5,75; y si se cambia pesos por uruguayos
en la R.O.U. se
está utilizando un dólar de 8,9 pesos argentinos. Por eso para el turista
argentino que concurre a Uruguay munido de pesos argentinos, los precios
orientales son impagables.
Pero, de cara a comparar los valores de los productos en
ambas economías pensando en el comercio exterior (y marginalmente en el
turismo), tomaremos las cotizaciones oficiales de cada país : 5 pesos por dólar
en Argentina y 18,75 uruguayos por dólar al otro lado del Río de la Plata.
Tomaremos para comparar precios orientales de la semana
pasada de dos supermercados importantes : Disco (que también está presente en
Argentina) y “Tienda Inglesa” (una cadena uruguaya de alta gama, estilo nuestro
Jumbo), así como de un minimercado menor llamado “Cinthia”.
Empecemos por un precio básico, el combustible.
El litro de nafta super (3) cuesta 35 uruguayos (1,86
dólares) y la Premium
50 uruguayos ( 2,66 dólares). Si transformamos esos cincuenta uruguayos en
pesos a la cotización argentina, son más de 13 pesos argentinos el litro; si lo
hacemos a la uruguaya o con el dólar “blue” (ilegal) argentino, trepa a más de
20 pesos el litro. Hay que señalar que la tercera nafta más cara del mundo es
la uruguaya, país que no tiene producción local de petróleo (4).
El valor del combustible y el transporte en general es un
caso extremo de diferencias de precios entre los dos países.
En la Tabla
que sigue vemos como en otros productos, como calzado o enlatados, los valores
son similares a los argentinos (aunque generalmente un poco mayores)
Lo mismo sucede con carnes, fiambres y quesos, donde los
precios son similares o un poco mayores a los argentinos, aunque debe señalarse
que los cortes ofrecidos de carne vacuna son de novillo, es decir de animal
grande, cuando de este lado del charco se consume ternera, que es más cara:
En cambio, en pastas y panificados, los precios uruguayos
son mayores:
Finalmente, donde se notan precios muy superiores es en las
bebidas, tanto las alcohólicas como las gaseosas:
En definitiva, la mayoría de los precios son en Uruguay
superiores a los argentinos, algunos son similares, y alguno aislado puede ser
levemente menor. Esto es si calculamos dichos precios a partir del dólar comercial y
turístico (para aquellos que han comprado uruguayos en Buenos Aires con
autorización de la AFIP)
o si se compra con tarjeta (caso en el cual se debe sumar a estos precios un
15%). Para aquellos turistas argentinos que van a Uruguay con pesos argentinos,
los precios son imposibles.
Pero aquí la ecuación es clara: si al turista argentino se
le complica concurrir a Uruguay porque los precios son altos, eso significa que
el empresario argentino tiene más facilidades para exportar. Por lo tanto, al
menos si comparamos los precios argentinos con los uruguayos (5), el dólar no
está atrasado (6).
Notas:
(1)
: Sobre la evolución del precio del petróleo en
las últimas décadas ver : http://blogdelmarketing.wordpress.com/2011/02/03/evolucion-del-precio-del-petroleo/
(2)
Alfredo Zaiat muestra con claridad en su libro
“Economía a contramano”
(Planeta, 2012, pags.96 y 97) en que medida el ahorro en dólares no fue un opción conveniente en la Argentina de 2003-13.
(Planeta, 2012, pags.96 y 97) en que medida el ahorro en dólares no fue un opción conveniente en la Argentina de 2003-13.
(3)
: Combustibles en Uruguay http://america.infobae.com/notas/63120-Uruguay-tiene-el-combustible-ms-caro-de-la-regin
(4)
http://www.diarioelpueblo.com.uy/nacionales/uruguay-tiene-la-tercera-nafta-mas-cara-del-mundo.html
(5)
Sobre precios en Uruguay ver: http://diagonales.infonews.com/nota-192068-Verano-2013--Uruguay-se-prepara-con-precios-accesibles.html
(6)
Las Tablas de precios fueron elaboradas por el
autor a partir de precios de referencia que se tomaron en la primera mitad de
febrero de 2013 en los siguientes comercios:
- “Supermercado Cinthia” de Maldonado. Ruta interbalnearia km 118, tel.576727
- Supermercado “Disco”. Avda. Roosevelt y 17 Mts, Maldonado. Tel. 42230830
- “Tienda Inglesa”. Roosevelt y Los Alpes. Maldonado. Tel. 42490000
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La idea de que el dólar está atrasado es una puja más en la redistribución. Los que acumulan y especulan, como siempre, quieren sembrar un clima de catástrofe, porque ganan con nuestras miserias. Los exportadores presionan para abaratar los costos y incrementar sus ganancias. La peli de siempre. Recomiendo la lectura del libro "La doctrina del shock" de Naomí Klein o al menos, ver el documental, que no se editó oficialmente. ¿Por qué será? Muy buen texto. El historiador se zambulló en la economía dura. Abrazo.
ResponderEliminarA Naomi la tengo agendada para la compra... Gracias por el comentario, Gustavo.
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