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miércoles, 22 de noviembre de 2017

LA FUGA DE CAPITALES DE 2017 SUPERÓ A LA DE 2001, por Ignacio Vila (para "Revista PPV" del 22-11-17)



Por Ignacio Vila – CEPA (Centro de Economía Política Argentina)

El nivel actual de fuga de capitales tiene poco parangón a lo largo de la historia argentina. El histórico matrimonio nacional -deuda externa y fuga de capitales- se encuentra atravesando una fase en la cual difícilmente podamos predecir su final. O más bien, cuándo será su final. Antes que, simplemente, detallar y relatar los pasos del esquema actual, es necesario que la oposición ponga límites y fije castigos a futuro para aquellas personas e Instituciones que ejecutan una política económica inviable.
Entre febrero del año 2002 y octubre de 2003, la Cámara de Diputados de la Nación llevó adelante una investigación a través de la Comisión Especial Investigadora sobre Fuga de Divisas que, entre otros resultados, mostró que durante la Convertibilidad – 1992 a 2001 – se fugaron del país unos 60 mil millones de dólares. En 2001, año en el que estalló la crisis financiera en el país, se fugaron unos 14.977 millones de dólares. Los capitales especulativos son procíclicos, suele afirmar el economista surcoreano Ha Joon Chang: llegan cuando menos se los necesita y se van cuando más hacen falta. Es decir, cuando comienzan a verse los límites en el sector externo, los capitales especulativos rápidamente pegan la vuelta y aceleran los procesos de crisis. El año 2001 fue uno más de tantos ejemplos.
Según datos del propio Banco Central de la República Argentina (BCRA) sobre el Mercado Único y Libre de Cambios y Balance Cambiario, entre enero y septiembre de 2017, la fuga de capitales por ahorro del sector privado acumuló unos 15.626 millones de dólares. Es decir, que en el segundo año de gobierno de Cambiemos, durante los primeros 9 meses ya se fueron del circuito financiero local más divisas que en el año 2001. Un dato de color que vale la pena resaltar: durante 2017 hubieron 3.100.000 compradores de dólares -entre personas físicas y empresas- lo que equivale a menos del 10% de la población.

En este contexto, el peor déficit comercial de los últimos años, al que nos vamos encaminando, no hace más que empeorar la situación. Sin embargo, el bajo ratio entre deuda y PBI sigue siendo garante para que los bancos extranjeros y algunos Organismos Internacionales continúen con los préstamos. De esta manera, la política económica actual puede mantenerse con cierta vigencia, pero no sabemos bien por cuánto tiempo.
En los primeros dos años de gobierno de Cambiemos, ya se fugaron del sistema financiero local casi la mitad de las divisas que se fueron durante toda la Convertibilidad. Paralelamente, la destrucción de ramas de la industria local junto a la apertura importadora garantiza la imposibilidad de poder generar un excedente de divisas vía el comercio exterior. Esto significa que la economía nacional se hace más dependiente del financiamiento externo a pasos agigantados.

La gran pregunta es qué haremos cuando no seamos más sujetos de crédito. No es menor destacar que en la actualidad se han quitado todo tipo de límites para la compra de dólares. Tampoco lo es, resaltar que el stock de LEBACs al tipo de cambio actual, ya supera el valor de las reservas. Las LEBACs son letras que emite el BCRA , y el grueso de ellas tiene alrededor de 30 días de vigencia. O sea, 30 días después de su emisión, el BCRA debe pagar a su tenedor el valor por el cual compró las LEBACs más los intereses acordados. Hasta el momento, la mayoría de los ahorristas decide no quedarse con el dinero en pesos, sino que vuelve a invertir en nuevas LEBACs. Pero también podría decidir cobrar los pesos y luego comprar dólares. En noviembre, por ejemplo, los vencimientos de LEBACs fueron el equivalente a unos 20 mil millones de dólares. No hay que ser un visionario para anticipar que si la Argentina continúa haciéndose más dependiente del financiamiento externo, el momento en que los ahorristas elijan comprar dólares en lugar de renovar sus LEBACs llegará inevitablemente. Si este proceso económico continúa en el mismo sentido irremediablemente explotará una crisis externa, tal vez sin precedentes, y será imposible que alguien se muestre sorprendido.
Hay que ser claros: si se continúa bajo el mismo sendero, no estaremos hablando de una política económica errónea o una mala administración de algunas decisiones, sino que se tratará de un saqueo a la economía local diseñado por un grupo de actores nacionales y extranjeros. Los representantes políticos de la oposición, tienen la responsabilidad histórica de, al menos, intentar “marcar la cancha” para que esto no suceda, porque las víctimas son y serán siempre las mismas.

Fuentes: 
http://dosmiradas.com.ar/?p=11012
https://elpais.com/economia/2003/02/24/actualidad/1046075576_850215.html
http://www.bcra.gov.ar/Pdfs/PublicacionesEstadisticas/Informe_septiembre_17.pdf

Publicado en:
https://revistappv.com.ar/2017/11/22/6190/

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