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jueves, 31 de diciembre de 2015
La excepción y la regla, por Julio Maier (para "Página 12" del 29-12-15)
Por Julio Maier *
Así se llama una pieza teatral pequeña de Bertolt Brecht que no tiene desperdicio y que de vez en cuando podemos apreciar en Buenos Aires, expuesta en teatros independientes o aficionados. Pero lo cierto es que, metáforas literarias y eufemismos excluidos, los sociólogos de finales del siglo XX y comienzos del siguiente, y parcialmente también los juristas, han descubierto que los estados excepcionales se convierten rápidamente en permanentes, en reglas generales, por no decir absolutas. Debido a que quiero seguir pensando como ciudadano, sin atisbo alguno de la “ciencia” que me vio nacer y crecer, prefiero evitar los miles de citas que, con nombre y apellido, se podría enunciar aquí, para indicarles el fenómeno con un pequeño ejemplo de aquello que todavía me es usual y me viene rápido a cuento. La prisión preventiva, pese a los enormes esfuerzos principistas y textos jurídicos declamatorios de los juristas liberales, hace rato que se ha trasformado, incluso según la estadística, de excepción en regla. Algo que es más que un símbolo, pues, como se sabe, al arribar la revolución ilustrada la toma y la destrucción de la Bastilla por los revolucionarios liberales no halló presos o los halló en ínfima cantidad.
Yo me quejé de la aplicación de la excepción como regla en el caso de la señora procuradora general de la Nación. Estaba equivocado, el ministro del ramo parece representar alborozadamente a un defensor del método, que, en sí mismo, no significa otra cosa que un enemigo del Estado democrático: todavía hoy él sigue presionando por todos los medios para que, sin otro ton y son que un nombramiento de su amistad y confianza, la procuradora deje su cargo y le facilite la tarea. No le basta con que la procuradora, designada por una mayoría parlamentaria abrumadora y después del fracaso de alguien previamente elegido por el gobierno anterior, cumpla bien su tarea. Pero allí no queda la cosa: él aconseja al Presidente, seguramente, para que cometa esas acciones locas por las que algún día habrá de responder: me dio lástima que se provocara el alejamiento forzado de Tristán Bauer, a quien le debemos como mínimo Encuentro y Pakapaka, canales de TV que no tardarán en desaparecer, pues el Sr. Macri, a estar a sus designaciones, ni piensa tener, ni tiene por objeto la excelencia cultural, canales que constituyeron un modelo de TV pública. Seguramente él también es responsable de la decisión política de construir una radio nacional que responda a su nombre y a sus posibilidades; abominé asimismo de la destrucción por decreto de la ley de comunicación audiovisual y de tecnología de comunicación, aprobadas por una gran mayoría parlamentaria y luego de un debate cívico ejemplar, que expresamente preveían la autonomía y el pluralismo de sus entes reguladores y, de paso, la expulsión de sus directores y miembros por la policía (¡y lo que es peor: por orden judicial!). Y siguen los decretos y los nombres objeto de expulsión decretal... en momentos en los que una sola palabra presidencial y una agenda limitada podrían poner “la casa en orden”. Temí las balas policiales enfrentadas a una protesta laboral y, ya anciano, temo ingresar nuevamente en el cono de sombra de la expulsión social y la desocupación, también vía decreto de supresión de impuestos para aquellos que no necesitan mayor fortuna y de creación de favores extraordinarios para los custodios y rapaces de esas fortunas.
¡Qué lástima! Creí que mi país era un Estado independiente y voy a tener que resignarme a vivir lo que me queda y a morir en uno dependiente. Pero no nos equivoquemos, los responsables no son los conservadores que, mal o bien, siempre defendieron esos valores. Estimo que los que más deberán rendir cuentas van a ser los del otro lado, hoy aliados, el socialismo y el radicalismo, designados con nombres históricos, que, o bien apoyan estos métodos, como aquellos que abandonan la escena de instituciones autónomas, ratas del barco que se hunde, o bien los aplican, los toleran y hasta los votarán parlamentariamente.
* Profesor titular consulto de Derecho Penal y Derecho Procesal Penal.
Publicado en:
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-289204-2015-12-29.html
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