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jueves, 9 de abril de 2015

La curva de Laffer-Moyano y el sendero del ajuste fiscal, por Federico Bernal (para "Tiempo Argentino" del 05-04-15)


Breve reflexión sobre el paro y el Impuesto a las Ganancias


Según el discípulo de Milton Friedman, cuantos menos impuestos se paguen más empleo y producción generará la economía. El objetivo oculto: un Estado sin capacidad de intervenir.

Arthur B. Laffer se graduó en Economía por la Universidad de Yale (EE UU), en 1963. Se doctoró en la Stanford y dictó clases en la Universidad de Chicago entre 1967 y 1976. Seguidor de Milton Friedman, fue uno de los muchos economistas y tecnócratas paridos por el neoliberalismo en aquel tiempo de irrefrenable auge conservador. Pero el hábil Laffer fue mucho más allá. No sólo fue autor de una teoría que porta su nombre ("curva de Laffer"), y que es la base teórica y argumentación de todo ajuste fiscal, sino que además asesoró a Ronald Reagan, quien por primera vez en la historia puso en práctica su idea. ¿En qué consiste la célebre "curva de Laffer"? Que mientras menos impuestos se paguen (mientras menor resulte la carga tributaria de una economía), más empleo y mayor producción habrá. El resultado esperado: las arcas fiscales rebosarán felices de dinero. Pero sabían, tanto su creador como sus ejecutores, que la recaudación fiscal no era el objetivo de esta medida de política económica conservadora, ni era, paradójicamente, deseable que con ella el Estado recaudara más. Por el contrario, se buscaba justamente empequeñecer al Estado y al gobierno, en una brutal transferencia de recursos desde el sector público al privado y en un contexto de obligado ajuste en el "gasto" para compensar la menor recaudación estatal. A propósito, el maestro Friedman, que apoyó a Laffer,  afirmó: "si una reducción de impuestos aumenta los ingresos del gobierno, es que no se redujeron los impuestos lo suficiente". En otras palabras, achicar al Estado para agrandar la Nación. En el actual debate sobre la política tributaria argentina, ahora centrada en el Impuesto a las Ganancias, vuelve al ruedo la "curva de Laffer", aplicada desde Martínez de Hoz hasta De la Rúa. Tristemente y en esta oportunidad, es el sindicalismo conservador su principal promotor.
RONALD REAGAN Y LAFFER. Las administraciones del presidente actor (sobre todo la primera) hicieron las veces de laboratorio para la teoría de Laffer. El Nobel Paul Krugman sintetiza con estas palabras el discurso de sus adalides al lanzar la iniciativa: "Tasas más bajas de impuestos ponen más dinero en manos de los contribuyentes, que luego gastan. Esto crea más actividad para satisfacer la demanda del consumidor. Acto seguido, las empresas contratan más trabajadores, que a su vez gastan sus ingresos. Este impulso al crecimiento económico genera una mayor base de impuestos, que finalmente compensará la caída de la recaudación por la reducción inicial de impuestos." Teoría del derrame en su versión impositiva. ¿Qué sucedió con la economía en tiempos de Reagan? La reducción de impuestos fue la médula de su plataforma electoral y, efectivamente, al llegar a la presidencia los bajó. El impuesto al ingreso cayó del 70% al 28%, mientras que del 48% al 34% para el corporativo. La caída en la recaudación provocó un fuerte déficit fiscal, que a su vez fue compensado por una reducción masiva en el "gasto público", desregulaciones, eliminación de los controles de precios (heredado de Nixon) y una menor emisión como freno a la inflación. El poder financiero se hizo de la Casa Blanca, lo cual terminó desembocando en la crisis de 1989.
LAFFER DESEMBARCA EN LA ARGENTINA. Margaret Thacther, casi en paralelo a Reagan y luego George Bush (h), profundizaron la poda masiva de impuestos bajo los preceptos de Laffer y la escuela ofertista (contraria a la keynesiana que sostiene que la demanda y no la oferta es el motor del desarrollo). Pues bien y como no podía ser de otro modo, los Chicago Boys importaron las delicias de Laffer a la Argentina, las cuales constituyeron el riñón de los planes de ajuste y destrucción nacional acometidos durante el nefasto cuarto de siglo neoliberal que azotó al país (y a la región) a partir de 1976. Ajuste fiscal (reducción impositiva), liberalización comercial y económica, reforma del sector financiero, privatizaciones, desregulación laboral, etcétera.
LAFFER: VERDUGO DEL PUEBLO ESPAÑOL. Casi 30 años después de su desastroso resultado sobre pueblos y naciones, la escuela ofertista de los Chicago Boys, Friedman y Laffer sigue vigente, ahora ejecutándose a rajatabla en la pauperizada Europa. Los masivos planes de ajuste aplicados en el Reino Unido, Italia, Portugal, Grecia (hasta la victoria de Tsipras) y España (ya lo había hecho Aznar) tienen a los dictámenes de Laffer entre sus primeras y principales medidas. De hecho y sobre esta última nación, cabe resaltar que fue el mismo Arthur Laffer quien en mayo de 2013 recomendó a Rajoy la doble y letal receta: bajar los impuestos... "tienen que bajar los impuestos a los ricos para que creen riqueza y trabajo" y anunciar "un gran recorte de gasto". Sus dichos aparecieron en la portada del diario ultraconservador español El Mundo, el 27 de mayo de 2013, bajo el título "Un solo Gobierno lo hizo muy bien en España: el de Aznar". Se trató de una entrevista a Laffer, cuya bajada señalaba: "El padre de una de las teorías más conocidas y debatidas en materia fiscal defiende que sólo se crea riqueza generando empleo." Lamentablemente para el pueblo español este enfoque dicta la política económica del Partido Popular.
DE RAJOY AL PARO DE MOYANO. Pero sucedía en realidad que el diario El Mundo –perfecto equivalente aquí del diario La Nación mas con la agresividad y barbarie de Clarín– le imponía a Rajoy un nuevo paquete de medidas de ajuste. Se lee en la entrevista: "Laffer analiza con preocupación el presente de España", y luego, en palabras del mismo entrevistado: "Lo que crea riqueza es tener a toda la gente trabajando, no extraer impuestos de los trabajadores para dárselos a los que no trabajan". España padecía entonces 6 millones de desempleados; con Laffer haciendo de las suyas le iría todavía peor. Hoy por hoy, el ex asesor de Reagan y gurú ultraconservador triunfa en el desmantelado Viejo Continente. Triunfa, vale aclarar, porque sus ideas se aplican sin tregua; pero fracasa, porque tal y como se viene verificando en los países donde más impuestos se pagan (Dinamarca, Austria y Suecia) tanto más se recauda y menos déficit económico hay. ¿Y en la Argentina? La última y más reciente opereta –el paro por ganancias– toca justamente el tema impositivo y lo hace imbuido de lafferismo. Sergio Massa y Mauricio Macri prometen eliminar este impuesto (y otros) a toda la clase media. Y no es que se solidaricen con los pobrecitos choferes o amas de casa que pagan en cuotas su nuevo auto (algo así expresó el primero). Sucede más bien que los Chicago Boys que a ambos asesoran y a los que ambos responden les explicaron que el reclamo de Moyano coincide con uno de los pilares de todo programa económico neoliberal: el ajuste fiscal vía reducción impositiva.
LA CURVA DE LAFFER-MOYANO. El objetivo de reducir masivamente los impuestos –una medida que a priori podría ser considerada popular– es en esencia un artilugio conservador, inteligente y sutil. Se trata de una medida que por lo general suele ser socialmente muy aceptada pero que busca privar al Estado de recursos, inclinando la balanza hacia una situación de déficit fiscal permanente y progresiva, situación que es tomada como excusa perfecta para la reducción del "gasto" público, el congelamiento económico, el endeudamiento y las privatizaciones. La experiencia histórica no nos deja mentir. Y ya que hablamos de historia, cabría analizar si durante los ajustazos de Reagan, Thatcher, Aznar y Rajoy, algún sindicato respaldó las medidas de reducción de impuestos. Por lo pronto, y hasta que aparezca una evidencia contraria, el moyanismo en la Argentina es el único movimiento sindical que reclama una reducción masiva del impuesto a las ganancias (Laffer hacía hincapié en este mismo impuesto), asociado políticamente a un presidenciable que exige y promete su eliminación total (como para las retenciones). En otras palabras, promete la implementación a rajatabla de la doctrina tributaria de Laffer, por cierto y desde el paro de esta semana, rebautizada "Laffer-Moyano". En el actual escenario, de ataque especulativo-financiero tanto interno como externo, presionar para que el Estado y el gobierno nacional pierdan la friolera de 30 mil millones de pesos coloca a los autores de esta nueva maquinación al nivel del peor de los buitres contemporáneos.

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