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viernes, 7 de marzo de 2014

VENEZUELA Y LAS VISIONES ENCONTRADAS DE SU DEMOCRACIA, por Max Murillo Mendoza (para “Alainet” del 13-02-14)




  
Las oligarquías venezolanas, son partes de las mismas oligarquías y colonias que se distribuyeron estos territorios, en función de sus intereses regionales. Se inventaron países para ser los reyecillos en esos territorios. A lo largo de su vigencia las características de sus moldes coloniales, confluían mucho tiempo después con las democracias occidentales de corte gringoide, y absolutamente elitista. Esas élites venezolanas que se consideran los herederos y legítimos representantes de la democracia gringa, no aceptan que la periferia (pobres, obreros y clases medias pobres) de la Venezuela profunda sea la encargada de dirigir, de gobernar y organizar el Estado de Venezuela. La profunda lucha de clases y de visiones, y de costumbres sociales, se agudiza. Y exige a los gobernantes de Venezuela a tomar posiciones más claras, contra esos grupos de complotadores, que a todas luces no entenderán los acontecimientos sociales de Venezuela. Los estribillos de los gringoides de Venezuela, son los mismos que se gritan a lo largo de los países de Latino América: “dictaduras”, “totalitarismos”, “indigenismos”, “comunismos” e “indianismos”. Recetas aprendidas en los barrios ricos de todo el continente latino americano. Sus medios de incomunicación se encargan que esas recetas, cotidianamente, tengan contenidos ideológicos.

Desde la distancia asistimos otra vez en estos días, a los golpes de baja intensidad de estas oligarquías, contra el proceso de Venezuela. Utilizan a los hijitos de papá, universitarios de sectores privados, y demás jóvenes de clases medias altas para desestabilizar a la sociedad venezolana. Ni qué decir de sus medios de incomunicación tristemente célebres, que difunden propaganda “anticomunista”, como si se tratara de la lucha del bien contra el mal. Esquemitas sacadas de la guerra fría; pero que siguen funcionando en las mentes de las conservadoras oligarquías latinas. Los medios de incomunicación gringos atacan, cómo no, en sus “análisis” de sus especialistas a la economía venezolana: que no funciona, que su inflación es la más alta del mundo, etc. Y nada dicen de los enormes programas sociales de Venezuela, donde han resuelto el 27% de su pobreza. Esas noticias sociales no son importantes para las mentalidades gringas, y todavía peor para las mentalidades retrógradas y coloniales de las oligarquías latinas.

Los venezolanos también tienen que ajustar cuentas con su pasado. La revolución nicaragüense fracasó al perdonar a esos sectores retrógrados. Porque después se volcaron, esos perdonados por los cristianos nicas, contra la revolución y bañaron en sangre a Nicaragua con ayuda gringa y armas norteamericanas. Jamás debieron confiar los revolucionarios nicas en los representantes de la oligarquía. Porque esos especímenes no tienen patria ni tierra ni cultura, sino sólo olfato de riqueza para cumplir con sus patrones del norte. Los nicaragüenses se equivocaron, y eso les costó demasiado. Venezuela está en la encrucijada. Si seguir confiando en esas mentalidades retrógradas y coloniales de las clases altas y medias, o definitivamente destruirlas y exiliarlas para siempre en Miami o París. Las experiencias históricas nos insisten en que no se puede confiar en estos sectores sin cultura ni identidad con nuestro pasado. Son demasiado peligrosos y en sus vocablos y lenguajes coloniales, sólo está presente la conquista y la guerra de apropiación. No la convivencia ni el entendimiento civilizado con otras culturas, y maneras de ver el mundo. Venezuela ya no puede confiar en esos segmentos que sólo complotan contra Venezuela. Que siguen siendo  la punta de lanza de las oligarquías norteamericanas. Que siguen nostálgicamente soñando con ser los representantes del colonialismo gringo. El pueblo de Venezuela está en un momento crucial. De seguir alargando la vía crucis de confiar en esos sectores retrógrados, o definitivamente resolver esas pulsetas históricas. Los sectores retrógrados no descansarán en su complot. En los 15 años del proceso venezolano, ya son varios golpes de estado y sangre provocada por estos sin patria. Suficiente experiencia para resolver por fin con estos anti latinoamericanos, racistas y señoriales. No pueden ya confundirse en las confianzas, y las medidas deben ser contundentes, y ojalá definitivas.

Solidaridad con el pueblo venezolano, que otra vez resiste los golpes arteros y traicioneros de las mentalidades coloniales, señoriales,  y racistas.

                                                                                     La Paz, 13 de febrero de 2014.
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