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miércoles, 3 de julio de 2013

Hacia un Consejo de Defensa Económico y Social, por Federico Bernal (para "INFOnews" del 03-07-13)


 Integración suramericana


Este proyecto político no es el del "crecimiento con endeudamiento" de los noventa, a merced de cualquier sacudón regional o internacional. 

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En enero de este año y bajo el título "Las lecciones que da el Manual del Perfecto Cipayo Latinoamericano", analizamos el denominado Índice de Libertad Económica y a su creadora, la Fundación Heritage. Imagínese con semejante título (el del índice) la opinión que le merece la dictadura totalitaria y nazifascista K. Un mes después y con el título "Los que añoran una Argentina granja", profundizamos el estudio de otros muchos indicadores económicos, comerciales, financieros e institucionales creados por demás usinas ultra conservadoras políticas y académicas de EE UU y Europa occidental. Sin excepción, la Argentina registraba entonces una pésima performance, con una tendencia progresivamente negativa. Hoy, los números ya se ubican por el piso. La semicolonia, desde sus medios de comunicación, su partidocracia y su ejército de lobbistas ha venido contrarrestando culturalmente los avances y logros del pueblo argentino en la última década valiéndose, por supuesto, de tales indicadores y parámetros. Los números del país real eran demasiado alentadores. Sin embargo, sucedió que en los últimos meses, producto de la desaceleración de la economía argentina, la reacción doméstica se olvidó de los magros porcentajes que la civilizada civilización nos tenía reservados, y contraatacó con los informes del Indec. La algarabía les duró poco y la pesadilla de Sanz no se hizo esperar. Como era previsible, la desaceleración dio paso a una pronta recuperación. Ellos creían que sí, pero este proyecto político no es el del "crecimiento con endeudamiento" de los noventa, a merced de cualquier sacudón regional o internacional por culpa de la total pérdida de independencia y autosuficiencia económicofinanciera. En fin, las elecciones se acercan y la recuperación se vigoriza. La Pandilla del Barranco vuelve a recurrir a los indicadores y parámetros que Friedman y discípulos pergeñaron para el monitoreo de las semicolonias que intentan ser otra cosa que semicolonias, esto es, naciones. ¿Cómo responder técnica, política, institucional y culturalmente? ¿No es tiempo de crear e imponer los propios indicadores y parámetros, acorde al cambio de época, en función de los intereses populares, nacionales y unionistas de la Argentina del Bicentenario y de la Unasur libre y unida nacida en Mar del Plata? Si la Patria Grande es subdesarrollada porque ha sido dividida, si resiste unida y como ningún otro bloque de poder a los embates de la crisis del capitalismo financiero y especulador, ¿por qué no dar un nuevo paso y crear un Consejo de Defensa Económico y Social Suramericano? ¿Acaso el reverdecido colonialismo no centra su ataque en lo económico, en lo financiero y cultural? 
LA NACIÓN Y LOS RANKINGS INTERNACIONALES. Fiel a su tradición histórica como fuerza anti unionista y semicolonial al sur de la América del Sur, el órgano oficial de la oligarquía argentina es el primero en retomar la bajada de línea del Primer Mundo ante el repunte de la economía doméstica. La editorial de La Nación del miércoles 26 de junio comienza así: "La notoria caída de los principales factores de competitividad y el profundo deterioro institucional que sufre nuestro país han quedado plasmados en dos recientes rankings internacionales, que sitúan su desempeño en las últimas posiciones, con bajas importantes respecto de mediciones anteriores". ¡Rankings internacionales! Sigamos. "Uno de ellos es el publicado por la escuela de negocios suiza Institute for Management Development (IMD), en cuyo Anuario 2013 de Competitividad Mundial, la Argentina aparece en el puesto 59° sobre un total de 60 economías industriales y emergentes. Ese ranking da cuenta de que nuestro país ha descendido en cuatro componentes clave de la competitividad: infraestructura (pasó del puesto 46° al 53°), desempeño económico (del 50° al 55°), eficiencia gubernamental (figura en el penúltimo puesto, sólo por encima de Venezuela) y eficiencia empresarial (en el 54°)" Nótese cómo nos describen: la Argentina es una "economía" y no una Nación. En realidad y retrucándoles: somos una economía nacional y no una dependiente y satelital. ¿Y qué hay del Institute for Management Development? Se trata de una de las principales y más renombradas escuelas de negocios de Occidente y para Occidente. Galardonada con copiosa devoción por el Financial Times, Wall Street Journal y Forbes, brotan de allí los CEOs de las máximas corporaciones financieras y empresariales del hemisferio norte. Sería interesante calcular cómo participa el oro argentino —importado y refinado por Suiza— en el financiamiento de las instituciones educativas de dicha nación europea. ¿Se verá afectada su competitividad si les cortamos el chorro y destinamos nuestro propio oro a engrosar nuestras reservas oficiales?

LA "PRESTIGIOSA" FUNDACIÓN LIBERTAD Y PROGRESO. Más lágrimas del llanto mitrista: "El segundo ranking en el que nuestro país ha sido reprobado es el del Índice de Calidad Institucional (ICI), que desde 2007 elabora la prestigiosa Fundación Libertad y Progreso. En esa nómina, la Argentina quedó en el puesto 127° entre 191 naciones (detrás de Paraguay, que se situó en el 126°). El descenso de nuestro país fue de 34 puestos en los últimos seis años en que se elabora ese ranking, habiendo retrocedido cinco posiciones respecto de la medición de 2012. El ICI mide el grado de respeto por las reglas de juego políticas y económicas, la vigencia del derecho, la percepción de la corrupción y la libertad de prensa, y la competitividad y libertad globales. La mala performance de nuestro país en esos dos índices tiene como antecedentes inmediatos su lamentable actuación en otros muchos rankings internacionales. Como hemos hecho notar desde estas columnas, sólo el año último nuestro país figuró en los puestos menos destacados de mediciones relacionadas, por ejemplo, con inversiones. Al respecto, un estudio de Heritage Foundation, con sede en Washington, advirtió sobre la 'fragilidad' del escenario local para atraer inversores frente a una creciente 'corrupción' oficial y las cada vez más desembozadas 'intervenciones' del poder político". Si bien analizamos a la Heritage tiempo atrás, conviene recordar que esta democrática fundación fue pieza clave intelectual e ideológica del modelo conservador implementado por Ronald Reagan y Margaret Thatcher a partir de los ochenta, su exportación al mundo e imposición a la Periferia desde entonces. Su única "patrona" es nada más ni nada menos que la ex primera mandataria británica. Vamos ahora con la "prestigiosa", al decir de Bartolomé Mitre en su editorial, Fundación Libertad y Progreso. Autoridades: Aldo Abram y ... Manuel Solanet. El primero, "socio director general de consultora en Economía que asiste a importantes bancos, empresas", es magíster en Economía por el CEMA. ¿CEMA son las siglas de la Cámara de Empresarios Madereros y Afines? Obviamente, no. CEMA es el think tank fundado por los Chicago Boys en la Argentina de 1978. CEMA fue la plataforma académica, técnica, cultural y política desde donde pusieron en práctica y modelaron, directa o indirectamente, el proyecto político ejecutado en nuestro país entre 1976 y 2002. ¿A Manuel Solanet es necesario presentarlo? Seguimos. Consejeros académicos de la prestigiosa fundación: Alberto Benegas Lynch (h), Marquitos Aguinis, Jorge Ávila, Richard López Murphy y un tal Ludovico Videla, jefe de asesores del ministro de Economía (J. M. Dagnino Pastore, 1982), director del BCRA en 1983 y vicepresidente segundo del BCRA en 1989. No quedan dudas: prestigiosísima fundación esta, la de la libertad y el progreso.
CONSEJO DE DEFENSA ECONÓMICO Y SOCIAL. Refiriéndose al país nuestro de comienzos del siglo XX —y que bien se aplica a lo que fuimos entre 1955 y mayo de 2003— el historiador francés Maurice Crouzet opinaba: "La Argentina, 'el sexto dominio británico', es el ejemplo clásico de un Estado que disfruta de una independencia nominal pero que en realidad es la semicolonia de un país industrial: las fábricas de gas, los ferrocarriles, los tranvías, las grandes empresas frigoríficas, las fábricas de conservas, son de propiedad inglesa y son los barcos ingleses los que transportan a Europa —principalmente a Gran Bretaña— los productos agrícolas: trigo, carne, cuero que son exportados, y los que llevan a la Argentina los productos manufacturados necesarios, ingleses en su mayor parte" (La Época Contemporánea. Pág. 16). ¡Definición de una Argentina semicolonial si las hay! Los índices de los think tanks ultra conservadores antedichos, y a los que la oposición argentina mete mano con renovada desesperación (manotazo de ahogado, para ser más precisos), no son nada más ni nada menos que los indicadores y parámetros que los intereses colonialistas elaboraron para el monitoreo de la semicolonia que supimos ser y de la cual persisten muchas y muy fuertes raíces. Somos un país soberano desde 2003, más no totalmente independiente. La segunda independencia precisa del triunfo de un federalismo de masas de expresión y extensión continental, artiguista, belgraniano, sanmartiniano y bolivariano. Si existe un Consejo de Defensa Suramericano —entre cuyos objetivos está el de "construir una identidad suramericana en materia de defensa, que tome en cuenta las características subregionales y nacionales y que contribuya al fortalecimiento de la unidad de América Latina y el Caribe"— nada más oportuno y perentorio que la construcción de una identidad suramericana en materia económica y social, para el fortalecimiento de la unidad del Mercosur, el ALBA y la Unasur, conforme exige esta maravillosa, revolucionaria y efectivamente democrática hora popular.

Publicado en:
http://www.infonews.com/2013/07/03/mundo-84265-hacia-un-consejo-de-defensa-economico-y-social.php

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