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jueves, 31 de enero de 2013

Más sobre 678 y lo que está faltando, por Carlos Balmaceda (para “Tirando al Medio” del 30-01-13)



Gerardo Fernández en “Tirando al Medio”
El lector Carlos Balmaceda dejó dos comentarios en el post anterior que reproduzco ya que enfoca con justeza el problema de la comunicación kirchnerista (las negritas son mías)

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Más sobre 678 y lo que está faltando, por Carlos Balmaceda:

1) No es la primera vez que Hugo Presman hace ese reclamo en 6.7.8 (Acá está el video del programa)  Atinadísimo por varios motivos:

a) la TV pública no tiene un programa político que con un formato novedoso, tal como 6.7.8, convoque al análisis y al debate en términos no partidarios, sí que ideológicos.

b) Cuando hablo de partidarios, me refiero a que la cortinita "si te veo amor del otro lado..." con banderas unidas y organizadas de fondo, no puede convocar más que a los convencidos, y me parece que el programa podría hacer algo más. Hoy el argentino medio rechaza toda imagen de movilización salvo las que vengan con cacerolas y carteles de "morite yegua". Que el programa se presente así, o con el latiguillo "mááás buenas noticias", necesariamente pone en fuga a cualquier gorila medio pelo, y cuando digo medio pelo me refiero a los que todavía no tienen "pelo entero", esos que incluso desde 6.7.8 se los podría si no atraer, al menos no espantar.

c) el problema es que, según los panelistas, y Barone es el desideratum de esto, el discurso partidario/ideológico de 6.7.8 se termina mordiendo la cola, y por la misma dinámica de rancho aparte y cerrado, se termina dando por buena y maravillosa toda política gubernamental. A ver, estoy generalizando, esto no siempre ocurre, pero insisto, en la dinámica de charla que se cierra sobre sí misma, la que uno podría tener con sus amigos en un asado, esto termina por ocurrir. A veces hay demasiada complacencia, demasiadas palmadas un "todo va fenómeno, por eso nos queremos mucho".

d) Presman sabe lo que dice: En "El tren" le cedieron alguna vez todo el espacio del programa a Eliaschev, y los oyentes, con muy buen criterio y argumentos poderosos, lo refutaron. Conclusión: Presman y Yomal preservaron las formas republicanas tan pedidas por la oposición y los medios hegemónicos, y Eliaschev quedó como lo que es. 

2) Cynthia García se ganó un lugar en 6.7.8 destruyendo a Pablo Sirvén en TN. Eso se lo está perdiendo la TV pública, esa bandera que además complacería tanto los valores republicanos de la clase media. Creo que es algo que un periodista del perfil de Gustavo Sylvestre podría hacer, sumándole obviamente al propio Hugo Presman y algunos de ese talante.

3) Algo parecido pasó con Dolina y Pinti en "Argentina para armar"; Pinti quedó como el mediocre antipolítico y tía vieja y rezongona que es, gracias a Dolina, claro, pero en el contexto, otra vez, de TN. 

4) En conclusión, tenemos más discurso, más coherencia, más inteligencia, mas análisis y más honestidad intelectual de este lado que de aquel. ¿Por qué guardarse con cierto temor ante los brulotes que puedan venir de allá? Si los brulotes llueven siempre sobre nuestras cabezas, pero para la tribuna de ellos. Es decir, Pagni, Morales Solá, Kirschbaum y Majul hacen jueguito para los foros, esos antros tumefactos de la imbecilidad y la mala leche. Saquémoslos a la luz. ¿Qué puede decir un Aguad en una discusión mínimamente equilibrada y honesta con cualquier funcionario o militante del kirchnerismo?

5) El espacio de debate en 6.7.8 está bien, pero no es mágico: Jozami, de buen tipo que es, por caballero, y quizás para no caer en el estereotipo del crispado le dejó el campo orégano a un reaccionario como Bergman, al que simplemente había que revelar como lo que es; un cultor del neoliberalismo y partícipe de todos los ámbitos de la derecha reaccionaria y conservadora. 

La cuestión es que en ese debate no se habló nada en concreto y entonces el infeliz de Bergman pudo hacer su show mediático sin que se le moviera un pelo. Pónganle un eje claro a Bergman, un solo tema de discusión, ya se trate del Fino Palacios de la represión del PRO, de los aumentos de tarifas desmesurados en la ciudad, o incluso, del papel reaccionario de la conducción de la AMIA que ayudó a entronizar (lindo debate que podría darse con un Wainfeld, o un Sztranjrajber, que activa en otros lugares de la comunidad judía) y van a ver cómo se presenta como lo que es. Basta de discutir con Fernando Iglesias sobre el INDEC, pónganle adelante un perro de presa especialista del pensamiento de izquierda, y que hablen de eso, de qué es ser de izquierda, y van a ver también lo que pasa. 

6) Finalmente, 6.7.8 sufre el vértigo de la TV, la bulimia de imágenes y de información, aderezada por el condimento de la binariedad, enfermedad a la que son empujados los panelistas por el carácter de los informes. Por caso, Pinti, con su desmentida, pasa a formar parte de "este lado", de alguna manera, cuando por la mañana Aníbal lo ponía de "aquel lado". Ni tanto ni tan poco. Pinti es, como el mismo 6.7.8 mostraba un día después, un cultor de la antipolítica, definido así por Alejandro Dolina. Siempre lo fue, y si hoy se llama a silencio por sus monólogos, no es, queridísimo Barragán, porque es criterioso. No. No es boludo y sabe que su público, esa clase media de mierda que toda la vida le dio de comer, lo que le está pidiendo es sangre, quiere un Lanata arriba del escenario. Y un poco por negocio, pero reconozcámosle algo, otro poco por olfatear sus propios límites, hace un paso al costado. 

El discurso político lo reveló como lo que es, pero también, el discurso politico se hizo denso en Argentina. Ya no están dadas las condiciones para la serie de generalidades y estereotipos que el tipo desgranó cuatro décadas. 

En este dominó o rompecabezas que armamos todos, el tipo puso una piecita importante, y es la de dimensionar como se debe "la sangre helada" de Adrián Suar y recordar a la Triple A. Pero Pinti no está de este lado, y no va a hacer un puente sobre el mar solo para vos para venir de acá. 

La binariedad, qué tema, amigos, quizás con un par de jefes de edición que editorialicen más finamente, podría mejorarse. Digo, esa persistencia en ponerte de acá o de allá, que ¡ay! por qué no podemos evitarla para transitar por ese margen finito, formal, sí, qué se le va a hacer, pero tal vez estratégicamente inteligente, por el que podemos llegar a ganarnos unos gorilas de medio pelo que por ahí quién te dice hacen un puente sobre el mar.

Por Carlos Balmaceda

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