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miércoles, 27 de junio de 2012

La sombra de los golpes en América Latina, por Infonews del 27 06 12


Los recientes hechos ocurridos en Paraguay con la destitución de Lugo y el amotinamiento policial en Bolivia se suman a un proceso de resistencias por parte de los sectores tradicionales y conservadores a los procesos de cambio en la región, con Honduras como emblema. Los intentos de desestabilización.

Por:
INFOnews

El 28 de junio de 2009, el presidente de Honduras, Manuel Zelaya, era secuestrado de la Residencia Presidencial por un grupo de militares y llevado fuera del país. Comenzaba así el golpe de Estado en Tegucigalpa, tras la decisión de la Corte Suprema de declarar inconstitucional el referéndum convocado por el mandatario para reformar la Carta Magna del país.

Rápidamente, el Congreso hondureño ratificaba la decisión de desplazar a Zelaya del poder y nombraba en su lugar de forma interina al titular de la Cámara, Roberto Micheletti. Quedaba en claro de esta manera que los hechos no respondía una decisión arbitraria de un grupo, sino a una acción articulada entre los sectores más conservadores de la sociedad hondureña.

Los recientes hechos ocurridos en Paraguay revisten ciertas similitudes con ese proceso: la rápida -por no decir vertiginosa- destitución de Fernando Lugo en el Parlamento a través de un juicio político “express” revela un acuerdo para desplazar al mandatario por parte de los partidos representantes de los sectores más concentrados de la economía paraguaya, específicamente, en materia de acaparamiento de tierras.

Nuevas formas de golpismo

Los mecanismos para desplazar gobiernos difieren del “viejo golpismo” que tuvo lugar en la región durante décadas pasadas, donde la acción –si bien apoyada por sector del poder- era comandada por las Fuerzas Armadas.

Actualmente, se registra un intento por presentar el “neo-golpismo” como un mecanismo de recambio previsto en la Constitución. O al menos, que mantenga algún grado de institucionalidad. Ese proceso comenzó en 2002 cuando la oligarquía venezolana intentó derrocar al gobierno de Hugo Chávez. La acción fracasó, a pesar de contar abiertamente con el apoyo de EEUU y España, porque el mandatario gozaba de un amplio respaldo popular tanto entre la población como entre las Fuerzas Armadas. Sin embargo, el precedente quedaba establecido.

Luego, en 2008, el gobierno boliviano del presidente Evo Morales sufrió el asedio de la llamada Media Luna, donde se llegó a una polarización social que estuvo cerca de desatar un conflicto de características cercanas a la guerra civil. Basta recordar la Masacre de Pando orquestada por grupos paramilitares de la oligarquía.

La fuerte adhesión de los sectores populares al ex líder cocalero y su movilización hicieron desistir a los –mal llamados- líderes autonómicos que propugnaban por una secesión del país.

Tan solo 2 años después, a finales de septiembre de 2010, un amotinamiento policial secuestraba a Rafael Correa en una intentona golpista, encubierta bajo la forma de un reclamo salarial. La rápida reacción de los gobiernos vecinos logró evitar una tragedia.

La nueva ola de gobiernos surgida luego del derrumbe del neoliberalismo debe hacer frente, por lo tanto, a un proceso de resistencias de los sectores más conservadores y reacios al cambio en la región. La articulación de organismos multilaterales como la Unasur tendrá un rol fundamental para evitar que se imponga la sombra del golpismo que vuelve a recorrer América Latina.

Publicado en :

http://www.infonews.com/2012/06/27/mundo-27308-la-sombra-de-los-golpes-en-america-latina.php

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