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sábado, 31 de marzo de 2012

GOBERNAR PARA EL CAOS, por Gustavo Rosa (para “Apuntes Discontinuos” del 31-03-12)

Mientras Lanata se burla del lenguaje de señas para hipoacúsicos, el senador Aníbal Fernández fundamenta un proyecto de ley para eliminar un poco más de hipocresía. Y Macri, rodeado de sus mayordomos –con o sin micrófonos-, continúa renunciando a gobernar. Total, sus amigos de papel y tinta le perdonan la vida. Tanto que abandonaron por estos días la obsesión por el caos vehicular, ahora provocado por el TC 2000 en la 9 de julio y no por actos K ni desagradables piqueteros. Poca sutileza y mucho cinismo. Como falta más de un año para las elecciones legislativas, el alcalde porteño se puede dar el lujo de des-gobernar la ciudad. Ya tendrá tiempo de arreglar sus tropelías. O al menos, prometer los arreglos. Por el momento pide de todo, recursos, subsidios, seguridad, timba, puerto, como si en su cuerpo habitase el alma transmigrada de un decimonónico unitario; del atril donde recita excusas e incoherencias en publicitarias conferencias de prensa pasa al sillón destacado del obsecuente programa de turno con la misma expresión irritante en su rostro. Para los que consumen ciertos medios, nada malo hace el empresario con aspiraciones a presidente, salvo cerrar cursos, denegar transporte escolar, suspender viandas, abandonar la salud y concretar suculentos negocios. Las promesas de un país en ruinas subyacen en su figura.
Figura tan poco graciosa como la de Lanata haciendo morisquetas en su intención de parodiar a la traductora de señas de los discursos presidenciales. Si no se empeñara en ser tan desagradable, tal vez la promo de su programa en El Trece caería más simpática. Pero no, Lanata siempre busca provocar, aunque sea náuseas. Tan mal cayó el spot que inspiró denuncias en el INADI por discriminación. Y eso es lo que buscaba para poder victimizarse, para jugar al perseguido, para poder declamar diatribas al autoritarismo. “La Justicia exprés obedece a la intolerancia del Gobierno Nacional”, seguramente dirá. Los ecos radiales y televisivos también harán causa común con el sufriente colega. Y se sumarán los políticos de kermese que siempre buscan acertar a algún juego para ganar un peluche. Rostros serios, ceñudos, severos afearán hasta los más delicados diseños de la ingeniería televisiva y el éter se verá poblado de voces indignadas, compungidas y aterradas ante tanta intolerancia gubernamental. Operación que durará lo que permanece un residuo intestinal gasífero en un contenedor de mimbre. Pero son expertos en intentar, aunque con resultados cada vez más insignificantes. Además de lo mal que caen las burlas a la traductora de señas, lo que hace no tiene contenido ni resulta gracioso.
A diferencia del titular de La Nación del viernes: “Marcha atrás con la restricción a libros”. El jueves se había difundido la noticia de que el malvado Secretario de Comercio Interior, el tantas veces demonizado Guillermo Moreno, prohibía la entrada de libros al país. De inmediato, muchos se vieron tentados a reeditar la vieja consigna “alpargatas sí, libros no”. Claro, como Moreno ocupa su día en pergeñar planes malévolos para molestar a los nobles defensores del libre comercio, no tiene tiempo para leer. Entonces, cual si fuera un comisario de la Santa Inquisición, impide el ingreso de libros para sumergir en la ignorancia a todos los argentinos. En realidad, el Licenciado no dio marcha atrás, sino que destrabó un conflicto generado por “interpretaciones erróneas de la legislación” por parte de las empresas de correo. Gracias a la intervención de la Secretaría de Comercio Interior se pudo concretar la entrada al país de productos gráficos procedentes del exterior, que serán distribuidos en menos de una semana. Eso fue todo, pero todo sirve para inspirar un titular.
Aunque no tan inspirado como el senador Aníbal Fernández al presentar el proyecto de despenalización del consumo de marihuana y otras yerbas. En el Salón Arturo Illia del Senado y en consonancia con el fallo Arriola de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, el ex Jefe de Gabinete afirmó que busca “priorizar los derechos humanos de segunda generación: primero atender la salud de quien consume y después atacar el narcotráfico”. La actual legislación, evaluó el senador, “formó parte del fracaso de la política criminal en materia de persecución, represión y sanción de los delitos vinculados con el tráfico ilícito de estupefacientes, al direccionar la operatividad a los más débiles”. Conviene destacar que, desde la aplicación de esa norma a principios de los noventa, el consumo de cocaína y marihuana ha crecido considerablemente. Como en los tiempos de la Ley Seca, la prohibición no sólo alienta el consumo sino que fomenta la clandestinidad. La despenalización del consumo va a contribuir a que las energías se destinen a reprimir el accionar delictivo que el negocio de la droga trae consigo y no a molestar pibes que tienen un par de cigarritos en el bolsillo. Lo que propone el senador está lejos de ser una legalización de la droga, como seguramente propalarán algunos malintencionados. El proyecto de ley no impulsa una facilidad en el acceso; no dibuja un futuro en el que se pueda adquirir marihuana como si fuera una tira de aspirinas. Simplemente deja de perseguir al consumo privado y no ostentoso y la tenencia en pequeñas cantidades de canabis y hojas de coca. La discusión en torno a este tema será muy interesante y seguramente movilizará a los ciudadanos a intercambiar opiniones y experiencias. Un poco más de oscurantismo que comienza a esfumarse.
Quien parece esfumarse es el Jefe de Gobierno Porteño. Con cada aparición se desdibuja. O se dibuja algo que por primera vez se ve en estas tierras: un gobernante que se niega a gobernar. Macri clama por el federalismo con una actitud totalmente unitaria; habla de lo que no entiende; dice que hace lo contrario de lo que hace; exige diálogo cuando lo que quiere es obediencia. En la nada que expresa se esconde un todo. Esto es y será. Un gobernante para el caos que no duda en perturbar todos los mecanismos institucionales para satisfacer sus caprichos y facilitar negocios para sus amigos. Algunos consideran que cuando Los PRO confunden ‘gobierno nacional’ con ‘gobierno de la ciudad’ están expresando un deseo de que gobiernen por ellos. Puede ser un fallido con doble sentido. Pues esa confusión también puede basarse en que piensan que la CABA es todo el país, en una concepción absolutamente unitaria. Por eso reclama la administración del puerto, aunque por ahí pasen productos cuyo origen y destino es la totalidad del territorio nacional. Por eso no quiere el sistema de transporte, porque no será utilizado por “su gente” y presenta pocas posibilidades de hacer negocios. Lo que Macri quiere es que todo el país esté a disposición de Su Fortaleza, que no es toda la ciudad, sino una parte, algo más que un barrio cerrado. Por eso exige el traspaso de la Policía Federal a su jurisdicción, para poder destinarla a su concepto discriminatorio de seguridad.
El empresario gobierna para una ciudad chiquita pero con habitantes selectos. La sueña como una maqueta inmaculada y brillante, inmune a las fealdades de la periferia, rodeada de edificios imponentes que constituyen una muralla inexpugnable. Esbirros poderosos custodian sus límites, auxiliados por vociferadores mediáticos que señalan a los invasores. Esto lo sueña de noche. De día, actúa como si ese sueño fuera realidad. Para mantener la fortaleza debe ahorrar en la periferia. Por eso la suspensión del transporte escolar y de las viandas para chicos en situación de calle; por eso el cierre de cursos y la falta de vacantes en las escuelas públicas; por eso el incremento de los subsidios a escuelas privadas y el abandono de los establecimientos educativos estatales; por eso todo lo que hace y dice. Mauricio gobierna para un paraíso minoritario y genera un caos en el resto, que es lo que molesta pero en cierta forma, sirve. Mal que le pese, toda esa fealdad pululante cumple un rol. Entonces exige que Otro se haga cargo de controlarla, de contenerla, de administrarla, de ofrecerle algo parecido a la felicidad. Pero detrás de ese manto de desprecio con el que el alcalde mira al anónimo, hay ciudadanos con derechos y deseos. Deseos y derechos pisoteados hasta la humillación por un maniquí de escaparate disfrazado de gobernante, que pretende extender los límites de su vidriera.

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“No nos deje sin revolucionarios, David Viñas” , dijo Norberto Galasso hace un cuarto de siglo , por Adrián Corbella

“una tropa mugrienta… una masa de carnes sudadas y de pelambres hirsutas, oscura como lo desconocido y negra como el terror. Y eso olía a transpiración, a suciedad, a alcohol, gritaba groserías, se reía muy fuerte, meaba contra las paredes, se lavaba los pies y la axilas en las fuentes de la histórica plaza. Ocupación, penetración, violación …bandas de atorrantes de rostros patibularios, obreros de los frigoríficos que tenían el olor a animal pegado a los cuerpos y parecían salidos de ‘El Matadero’ de Echeverría. El diputado radical Ernesto Sanmartino no hizo sino expresar un disgusto compartido, cuando llamó ‘aluvión zoológico’ a ese pueblo que, al fin, el 17 de Octubre, mostró su verdadero rostro”.

Alicia Dujovne Ortiz, pag. 127 de “Eva Perón. La Biografía” (1996). Libro escrito por la autora en París, donde residía desde hacía veinte años…


“A nosotros nos llamaron fascistas en 1943, nazis en 1946 y comunistas en 1955, sin que fuéramos otra cosa que buenos argentinos deseosos de liberar a nuestro país. Al coronel Arbenz lo declararon también comunista y así Guatemala pudo ser ocupada por fuerzas organizadas por Foster Dulles que era el principal accionista de la United Fruit . Es lógico ahora que Fidel Castro y los patriotas que le acompañan sean también ‘comunistas’ desde que se han atrevido a decir la verdad, liberar a su pueblo y poseer la firme decisión de vencer a sus verdaderos enemigos”.

Carta de Perón a Cooke, 31 de julio de 1960.



Las obras de arte, las piezas literarias y las de análisis político-ideológico o historiográfico, no siempre son valoradas en el momento en que se crean. Son famosos los casos de pintores que padecieron severas carencias económicas porque nadie quería sus cuadros, y hoy esos cuadros valen millones…

Ayer me topé con un librito de menos de cien páginas de Norberto Galasso, titulado “Verdades y mentiras acerca de Perón y Eva Perón. Una polémica abierta”, publicado por la Editorial Ayacucho en 1996. En esa pequeña obra, Galasso analiza algunos libros que habían aparecido por esos años, la última década del siglo XX, acerca de Juan y Eva Perón : novelas como “Santa Evita” o “La Novela de Perón” de Tomás Eloy Martínez, o estudios pretendidamente históricos como “Eva Perón, la biografía” de Alicia Dujovne Ortiz. También incluye la crítica de algunos artículos de José Pablo Feinmann acerca de Perón y su ideología, publicados en esos años en Página 12.

Galasso encuentra en todos ellos una perspectiva ideológica común, que le parece inspirada en el objetivo de destruir a los íconos del peronismo. En las diversas obras, la figura de Perón es denostada con términos y metodologías muy cuestionables, y a veces se exalta a Eva para contraponerla a Perón. Pero esta exaltación destaca a una Eva voluntariosa, con buenas intenciones, esforzada, pero políticamente ingenua, combatida por su marido que aparece como un ser egoísta, calculador, manipulador, desalmado, inhumano, y otras tantas linduras de este tipo, amén de calificarlo ideológicamente de “conservador”, “uriburista” o simplemente “nazi”.

En palabras del propio Galasso, esta perspectiva :

“contribuyó […] a mantener el desencuentro entre clase media y clase obrera, a impedir que la primera reconozca la legitimidad de la tradición de lucha de la segunda, así como su conciencia política.

Ahora, ‘Santa Evita’ –apuntando en el mismo sentido- agrava notablemente la influencia nociva de esta estrategia objetivamente proimperialista.” (Galasso, 1996, pag.28)

Y agrega en otra parte :

“Estos libros no nacen por casualidad. No pretenden tampoco santificar a Evita. No se conforman tampoco con denigrar a Perón. Van clara y directamente dirigidos a demostrar que los trabajadores y el pueblo en general son rebaño ignorante incapaz de protagonizar ninguna gesta, ni llevar adelante la transformación de la Argentina. Y esto es lo grave, lo que otorga importancia a estos libros que, de otro modo, se reducirían a una mera tergiversación histórica” (Galasso, 1996, p.61)

Finalmente concluye que todo esto:

“Define una campaña concentrada sobre los sectores medios –principales consumidores de estos productos- dirigida a dominarlos ideológicamente de manera tal que, aunque el ‘modelo económico’ corroa su nivel de vida, la ideología antipopular obstaculice su confluencia con trabajadores, desocupados y pueblo en general, en un nuevo frente de Liberación” (Galasso, 1996, p.77)

Para llegar a estas conclusiones, Galasso analiza en distintos capítulos del libro las obras, mostrando cómo funcionan estos mecanismos ideológico-mediáticos:

“Tomás Eloy Martínez exalta a Evita para colocarse en una posición aparentemente ‘popular’ o ‘izquierdista’ desde la cual descargar los mayores mandobles contra Perón. Intenta así convencer al lector que sus críticas –no sólo al conductor del movimiento nacional, sino al peronismo, los trabajadores, etc- carecen de ‘gorilismo’ alguno y se trata, en cambio, de un juicio ponderado, tan equilibrado, que admite la importancia de Evita. Avanzada esta maniobra, luego la completa utilizando a la misma Eva para descalificar a Perón.

Pero esta ‘santificación’ de Eva se concede, incluso, a medias y exclusivamente en el plano individual, como una heroica monja laica, vaciándola de contenido político y desgajándola del movimiento popular. Lo importante de ella consistiría en que era pasión, autenticidad, martirio, mientras él era negociación, pragmatismo, maniobra política.

En el terreno estrictamente político Eva –integrante del peronismo y vertical a su jefe- no merece la exaltación de Martínez. Por el contrario, era tan ‘reformista’ y ‘conservadora’ como él.

[…]

De este modo, estos científicos sociales reducen 40 años de vida política argentina a la ambición de ‘dos irresponsables’ –ella, ‘machona’ ; él, ‘maricón’- que lograron ‘conquistar al país’, siendo ambos extremadamente ‘conservadores’. Quedan sin explicar, solamente, bombardeos, fusilamientos, concentraciones multitudinarias, proscripción, veneración popular, odio oligárquico, y algunas pocas cosas más que carecen de significación para la filosofía de la historia practicada por ambos autores.

¡Pobre pueblo argentino! . Tanta sangre derramada, tanta lucha, tantas esperanzas y sufrimientos depositados en un par de ‘trepadores’ y ‘ambiciosos’ que nadie explica porqué razón, siendo ‘conservadores’, no intentaron alcanzar sus proyectos poniéndose al servicio de la clase dominante –como lo hicieron Onganía, Videla y tantos otros-, logrando fama y afecto de esa clase, con sólo gobernar contra el pueblo y reprimirlo” (Galasso, 1996, pags. 28 a 30)

A nosotros, argentinos de la segunda década del siglo XXI, estas reflexiones de Norberto Galasso nos parecen muy actuales, muy contemporáneas. Vivimos y seguimos viviendo en estos años operaciones mediático-ideológicas similares, aunque más complejas, porque ahora la ecuación tiene ya no dos integrantes sino cuatro … Y el juego de quien es que, del rol que juega cada uno, de contraponer a dos figuras que trabajan codo a codo por un proyecto pretendiendo enfrentarlas, es algo que lo hemos vivido en carne propia…

Pero quizás la parte más interesante del libro de Galasso sea el capítulo I, que remite a una polémica aún más antigua, de 1988, que el autor tuvo con el ya desaparecido David Viñas. Viñas publicó el 29 de marzo de 1988, en el Diario “Página 12”, un artículo titulado “Eva Perón subversiva”. Este artículo, que Galasso reproduce completo en el libro de 1996, fue contestado por el referente ideológico de la Izquierda Nacional en otro titulado “No nos deje sin revolucionarios, David Viñas”, que apareció en la revista “El Despertador” de junio del mismo año 1988.

En el mencionado artículo, Galasso, aunque critica la postura de David Viñas, emite un juicio personal favorable acerca de él, al afirmar que :

“ha intentado un camino de lucha para oponerse a la clase dominante, ha enjuiciado más de una vez a los monstruos sagrados tipo Borges o La Nación y, además merece profundo respeto porque ha regresado del exilio trayendo el dolor de seres queridos desaparecidos, y no se ha plegado al bando dominante, ni recluido a llorar su tragedia en la soledad del escritor “ (Galasso, 1996, pags.15-16)

Este capítulo, el que incluye la polémica con Viñas, es seguramente la parte más grandiosa y actual del trabajo de Galasso. Porque los argumentos que el fundador del Centro Discépolo utiliza para contestar a Viñas parecen escritos no en 1988, sino en 2012, ya que pegan en el núcleo de muchísimas disputas de fuerzas políticas e intelectuales “de izquierda” o “progresistas” en relación al kirchnerismo.

Le contesta Galasso a Viñas, quien sostenía en su artículo de Página que Eva no fue revolucionaria :

“Viñas considera que para ser ‘revolucionario’ necesariamente hay que ser socialista y esto, que es verdad en Europa y Estados Unidos, no lo es en la mayor parte del planeta, ocurriendo, para desgracia de Viñas, que él lo sostiene en un país que integra el sector de ‘los países oprimidos’, según los calificara Lenin. Aquí y en todo país colonial y semicolonial donde el imperialismo y sus aliados nativos conforman el bloque opresor, hay revolucionarios antiimperialistas (que pueden no ser socialistas) y hay revolucionarios socialistas (que lo son, realmente, si además son antiimperialistas). Y ahí está el gran equívoco de Viñas.

Usted debió decir, Viñas, ‘Eva no fue socialista’, y estábamos de acuerdo.

[…]

El error suyo al decir ‘no fue revolucionaria’ consiste en suponer que la única revolución posible para América Latina es la socialista. El viejo Lenin le hubiese advertido seguramente que en los países sometidos por el imperialismo la tarea esencial es la revolución nacional y que los socialistas, en vez de menospreciarla, deben luchar, desde su propia perspectiva y tras sus propios objetivos, junto al resto de luchadores antiimperialistas, porque ese es el camino hacia el socialismo. Mao le hubiese dicho, asimismo, que la tarea de la revolución china consistía en ‘una revolución nacional y en una revolución democrática’. Es decir, que son ‘revolucionarios’ quienes enfrentan al imperialismo (revolucionarios nacionales en colonias y semicolonias) aún cuando no sean socialistas. Porque, además, fíjese lo siguiente Viñas : Si descalificamos a Perón y a Eva Perón como ‘revolucionarios’ –a ellos, que acaudillaron el proceso de liberación nacional más profundo llevado a cabo en la Argentina-, entonces no hay ningún ‘revolucionario’ en nuestra historia. Ni San Martín, Dorrego, ni Felipe Varela, que, por supuesto, no eran socialistas, ni Yrigoyen cuya concepción nacional era agrarista (ni siquiera industrialista),ni los dirigentes de la izquierda nacional que no consiguieron, en un siglo, obtener la confianza de los trabajadores.

Pero además, no sólo barremos con las luchas sociales, con la dramaticidad de los militantes jugados ( pidiendo armas para dar ‘la vida por Perón’) y con las grandes jornadas de lucha popular en la Argentina, sino que incluso arrasamos –de un plumazo- con la historia viva de la nación latinoamericana pujando por quebrar las cadenas coloniales. ¿Fue revolucionario Martí? ¿Y Bolívar? ¿Y Sandino? ¿Y Artigas? ¿Y Morazán? ¿Fue revolucionario Fidel en Sierra Maestra cuando sólo pretendía derrocar a una dictadura proimperialista? ¿Son revolucionarios los nicaragüenses de hoy? ¡Qué países tristes los nuestros, Viñas, con tantos luchadores antiimperialistas que apenas son ‘rebeldes’ o ‘subversivos’, pero a los que desde un izquierdismo abstracto, les retaceamos la categoría de ‘revolucionarios!” (Galasso, 1996, pags.16-17. Escrito en 1988).

Y luego Galasso cierra un análisis cuya profundidad sorprende, pese al paso de los años, preguntándose :

“¿Qué significó Perón? ¿Fue el líder de los trabajadores exclusivamente, como sostienen algunos peronistas? ¿Fue socialista como creían los chicos de la J.P.? ¿O fue el líder de un movimiento nacional policlasista, donde confluían empresarios nacionales, curas, soldados, peones, clase media de pocos recursos y los trabajadores? Y si era eso, ¿cómo manejaba el poder : como directa expresión de la burguesía, de los obreros o de una manera bonapartista, colocándose por encima de las clases, aunque concretando el proyecto de una burguesía nacional débil y traidora? Y ese capitalismo nacional desarrollado entre 1945 y 1952. ¿era acaso semejante al clásico o tenía un carácter redistribucionista, basado en la confiscación parcial de la renta al sector agrario, al tiempo que cubría buena parte del aparato productivo con empresas estatales, en detrimento del capital extranjero? ¿Quebró o no la predominancia del capitalismo inglés en la Argentina? ¿Impidió o no su reemplazo por el imperialismo yanqui? ¿Nacionalizó o no el comercio exterior, los depósitos bancarios, el Banco Central, el Seguro, etc? ¿Repatrió o no la deuda externa?

Todo esto hay que discutir, Viñas, para entender por qué los obreros son peronistas y en vez de exaltar a Rosa Luxemburgo, como usted quisiera, rinden homenaje a Evita” . (Galasso, 1996, p.18-19. Escrito en 1988)

Estas consideraciones que Galasso hacía, hace 24 años, acerca del artículo de Viñas (intelectual cuyo recuerdo a mí también me merece el mayor de los respetos) podrían hoy aplicarse perfectamente, sin cambiar una coma, a otros intelectuales y políticos “progresistas”, “de izquierda”, “socialistas”, que adolecen de las misma falencias que aquejaban a Viñas. Hoy, en 2012, a quien le quepa el sayo que se lo ponga…

Evidentemente, el peronismo es el emergente de problemas sociales muy profundos que nuestra sociedad no sólo no lograba resolver sino siquiera encarar. La incapacidad de los sectores políticos tradicionales, de derecha, de centro y de izquierda, para encarar y resolver esas cuestiones fue clave. Perón ocupó una suerte de “Fortaleza Vacía”, desempeñó un rol que era fundamental y nadie estaba en condiciones de asumir. Porque fue justamente el vacío en torno a esas problemáticas lo que transformó en imprescindible la emergencia del peronismo. Y es lo que explica su persistencia, pese a bombardeos, proscripciones y torturas, fusilamientos, traiciones y a la desaparición física de muchos de sus principales dirigentes.

El peronismo llegó para cumplir con unas tareas de las que nadie se quería hacer cargo. Por eso para nuestros intelectuales, sin importar mucho su signo ideológico, siempre fue tan presentable en sociedad como una mucama. Siempre fue “cabecita negra”, “aluvión zoológico”, y veces simplemente “los negros”.

Sin embargo, mientras no se cumplan esas tareas, mientras los argentinos no resolvamos nuestros serios problema de integración social, mientras no logremos reemplazar el viejo modelo agroexportador y financiero por un esquema industrial que nos permita ser auténticamente independientes, mientras no rechacemos del todo los esquemas neocoloniales que nos sumergen en el imperialismo, mientras no logremos volver a ser parte de la Patria Grande que llevamos “en la sangre”, el peronismo, hoy en su versión kirchnerista, seguirá siendo el eje de nuestro sistema político.

Eva Perón lo dijo hace muchos años : “Volveré y seré millones”.

Y Evita siempre cumplía con sus promesas…

Adrián Corbella, 30 de marzo de 2012.

viernes, 30 de marzo de 2012

UNA SEMANA DE PURA MEMORIA, por Gustavo Rosa (para “Apuntes Discontinuos” del 28-03-12)


Esta semana está atravesada por el recuerdo de la dictadura. Mucha memoria. También reconstrucción. En diez días se conmemoran dos fechas clave para la historia de nuestro país: el golpe de Estado y la guerra de Malvinas. Una historia que atraviesa casi cuatro décadas y que, como si fuera un catálogo, nos revela –como anti ejemplo- lo que hay que hacer para avanzar hacia el país con el que todos soñamos. O casi todos. Precisamente son los “casi” quienes se convierten en un pesado lastre y –oh casualidad- muchos de ellos aparecen como impulsores, colaboradores y beneficiarios de los años más dramáticos del último cuarto del siglo XX. La Justicia está avanzando y promete revelar un accionar insospechado, pergeñado para engrosar bolsillos a costa de vidas vulneradas de la peor manera. En la provincia de Jujuy la justicia se niega a avanzar. Por el contrario, está detenida en los tiempos en que no había justicia. Pero la historia oscura explota en la cara de los que pugnan por la desmemoria. Los falcon escondidos en la Base Naval de Puerto Belgrano sacuden el polvo acumulado durante todos estos años para exigir más memoria y más justicia. Y en medio de tanta historia no resuelta hay mucho de futuro, como para no decir que el nuestro es un pueblo que sólo mira el pasado.
Pero el pasado es ineludible cuando está atravesado por las más bestiales hazañas. La semana pasada, la revista Veintitrés reveló por primera vez la lista de los pilotos que participaron de Los vuelos de la muerte en tiempos de la dictadura. Todos los miércoles, los aviones Electra sobrevolaban el río no para arrojar cadáveres, sino personas secuestradas, desnudas, torturadas y adormecidas con pentotal. Un día a la semana, los pilotos estaban dispuestos a realizar el “traslado” de los prisioneros desde la ESMA hasta algún lugar del río. Los cuerpos inertes se amontonaban en la parte trasera del avión como desechos, pues eso significaba la carga para los visionarios de la dictadura. Más de cuatro mil ciudadanos desaparecieron de esa manera, como un capítulo más de los horrorosos empeños para eliminar aquello que obstaculizaba los planes de una minoría sumamente inescrupulosa y angurrienta. Las víctimas eran arrojadas al vacío en las coordenadas establecidas, sembrando de muerte las aguas del Río de la Plata. Los 24 pilotos pertenecían a la Escuadrilla Aeronaval de Sostén logística Móvil que contaba con tres aviones Electra Lockheed 188, dependientes de la Escuadra Naval 5.
Otro símbolo del horror apareció esta semana: los falcon verdes. Estos automóviles que en la década del sesenta comenzaron a poblar las calles de las principales ciudades, se transformaron años después en el siniestro vehículo elegido por las fuerzas represivas para vigilar y castigar a los ciudadanos indefensos. El juez federal de Bahía Blanca, Eduardo Tentoni, secuestró 43 de estos autos más un chevy que estaban en galpones de la Subjefatura Intendencia de la Base Naval Puerto Belgrano. El porqué estos coches fueron guardados durante todos estos años en una dependencia naval lo revelará la investigación judicial, al igual que los responsables de tan macabra colección. Pero estuvieron allí, aguardando el momento oportuno para ver la luz y aportar una nueva pieza de este rompecabezas que poco a poco va tomando forma y muestra lo que durante tanto tiempo se trató de ocultar.
Y los que trataron de ocultar tanto horror con poco éxito están a la vista. Muchas de las publicaciones que todavía siguen circulando en los kioscos se vieron beneficiadas con suculentas tajadas del botín extraído a un país sangrante. No respondieron sólo con el silencio, sino que se convirtieron en los voceros incondicionales del régimen que había usurpado el Estado Argentino. “Para saber a dónde va el Proceso, lea Somos”, alardeaba la revista de Editorial Atlántida que actuaba como la Secretaría de Prensa de los genocidas. Cierto sector de la prensa se acomodó a la nueva situación no por miedo, sino por plata. La pauta oficial era entonces suculenta y merecía el trabajo de oficiar como publicistas del horror. No hay que creer que actuaron como lo hicieron por meros intereses económicos; también había coincidencia con los objetivos de ese accionar homicida. La Nación, Clarín y la revista La Semana, de Editorial Perfil, recibieron fortunas en concepto de pauta oficial durante los siete años en que gobernaron las sucesivas juntas militares.
A través de propagandas disfrazadas de mensajes institucionales o de notas periodísticas, estos medios gráficos difundieron el ideario de la dictadura, a través de consignas difíciles de olvidar. “Los argentinos somos derechos y humanos”, “achicar el Estado es agrandar la Nación”, “sobre la base de un pueblo sano construimos una Nación fuerte” son algunas de las frases que forman parte de la memoria colectiva. Durante la guerra de Malvinas, además de la publicación de un talón para depositar en el Fondo Patriótico, los ejemplares difundían fotos con pulgares en alto con la leyenda “Argentinos a vencer”. Este ignoto profesor de provincias recuerda un spot televisivo que después se reproducía en los medios gráficos, en el que se mostraba una serie de escenas cotidianas con una canción de fondo cuya letra aún estremece: “no te borrés, que te necesitamos. Si te quedás y confiás vas a ver que ganamos”. Este estribillo con tonada pegadiza que se repetía varias veces se difundió en los primeros años de la dictadura y trataba de sumar voluntades al plan de aniquilación que ya se estaba concretando.
Pero estas complicidades mercenarias verán la luz en los próximos juicios que tendrán como objetivo avanzar sobre los civiles que se vieron beneficiados por el accionar de la dictadura. Sin embargo, una provincia parece ajena a la búsqueda de la verdad y la justicia. Jujuy es la única provincia en la que ninguna causa por delitos de lesa humanidad llegó a la instancia del juicio oral. Con 158 víctimas del terrorismo de Estado, 127 de los cuales son detenidos-desaparecidos, el Juzgado Federal N°2 elevó a juicio oral diez causas con sólo diez imputados, sobre casi ochenta. En esta provincia productora de azúcar, muchos de los que hoy desarrollan con total tranquilidad sus actividades económicas están acusados de ser autores de delitos de lesa humanidad. El Ingenio Ledesma, de Pedro Blaquier, ha aumentado su poderío en los últimos años y parece que su crecimiento patrimonial no tiene límites. Sin embargo, gran parte de sus logros se ha producido en tiempos de la dictadura, con asesinatos y desapariciones en el caso conocido como “La noche del apagón”. El sábado pasado más de sesenta mil personas se movilizaron por el centro de San Salvador de Jujuy para exigir que la Justicia avance en la búsqueda de la verdad.
En cambio, en la provincia de Santa Fe las cosas son diferentes. El ideólogo del terrorismo de Estado, el comandante del 2° Cuerpo de Ejército y después funcionario de la dictadura, Ramón Díaz Bessone, obtuvo la semana pasada su primera condena a prisión perpetua a los 86 años. A pesar de los infundados pedidos de inimputabilidad, el pesado jerarca pasará sus últimos años en la cárcel. También fue condenado a perpetua José Lofiego, temido torturador del Servicio de Informaciones, un centro clandestino de detención por donde pasaron unas dos mil personas entre 1976 y 1979.
La conmemoración de cada 24 de marzo presenta un tono distinto, aunque siempre con la idea de justicia y verdad. A medida que se avanza en los juicios, a medida que son más los condenados la fecha se torna más luminosa. Nunca será festiva porque encierra mucho dolor. Quizá lo festivo estará dado en un futuro no muy lejano cuando ya no queden oscuros personajes amparados en un inexplicable manto de impunidad. Entonces sí, la fecha estará inundada de regocijo por haber superado en forma colectiva ese siniestro pasado, por haber vencido a aquellos que todavía intentan ocultar tanto horror, por haber sembrado semillas que en el futuro nos brindarán miles de flores.

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miércoles, 28 de marzo de 2012

Diputados hizo ley el traspaso del subte a la Ciudad, por Infonews del 28-03-12.


Los legisladores dieron sanción definitiva a la norma por 162 votos afirmativos contra 54 negativos. Se transfiere el servicio de subterráneos, el Premetro, el tranvía de Puerto Madero y 33 líneas de colectivos al ámbito de la Ciudad. Ahora se tratan los artículos en particular.

La Cámara de Diputados convirtió en ley el traspaso del servicio de subterráneos, el Premetro, el tranvía de Puerto Madero y 33 líneas de colectivos al ámbito de la Ciudad de Buenos Aires, por 162 votos afirmativos, contra 54 negativos.

El presidente del bloque de diputados del Frente para la Victoria, Agustín Rossi, aseguró durante el discurso final que "la ciudad de Buenos Aires es la única que no administra sus sistema de pasajeros" y se preguntó: "por qué el gobierno porteño no puede hacerlo?".

"La Ciudad de Buenos Aires es el único gobierno local que no administra su propio sistema de pasajeros, porque todas las otras intendencias, hay más de dos mil, manejan su propio sistema de pasajeros", argumentó Rossi, en la Cámara de Diputados.

Agregó que "parece un capricho del jefe de Gobierno (Mauricio Macri) y las excusas son casi irrisorias para cualquier ciudadano del interior" y destacó que "lo que pasa en la Ciudad de Buenos Aires no ocurre en ningún punto del país".

En el marco del debate, el diputado radical Mario Negri expresó: "Nos sentimos absolutamente competentes para tratar el tema en cuestión", principalmente por el cumplimiento del artículo 75 de la Constitución que involucra al Congreso en el traspaso de competencias a las provincias.

En tanto, el legislador del Frente para la Victoria, Roberto Feletti, criticó a la "derecha liberal" y subrayó la inversiones realizadas por el Ejecutivo Nacional: "Este Gobierno ha hecho notables esfuerzos, a diferencias de lo que cree la derecha liberal, para corregir las inequidades de las fuerzas del mercado", dijo.

En torno al problema de los subtes, sostuvo que es "bastante poco sustentable que el Gobierno de la Ciudad no acepte administrar los subtes". Además, ironizó: "¿O alguien que quiere ser presidente no puede administrar seis líneas de subte?".

Feletti denunció que la Ciudad tomó deuda para construir subte, pero señaló que de los 40 kilómetros de subte prometidos por el macrismo en las campañas electorales sólo se inauguraron cuatro estaciones.

Por el Frente Peronista, la diputada Graciela Camaño anunció el retiro del dictamen que firmara su bloque en el plenario de comisiones. En su opinión, el debate en el seno del Congreso de la Nación es "ocioso", ya que le corresponde jurídicamente a la Legislatura porteña.

La diputada porteña de Unidad Popular, Liliana Parada, adelantó la abstención de su bloque, justificando que el debate en torno a los subtes es "una disputa política" entre los gobierno nacional y porteño "en la cuál están metidos los usuarios y los trabajadores".

En este marco, recordó la audiencia pública que organizó su bloque en el Parlamento, para escuchar la opinión de usuarios, trabajadores, especialistas y organizaciones sociales. "No puede ser que estemos trabajando a espaldas de la gente", criticó.

El titular de Proyecto Sur, Fernando "Pino" Solanas, advirtió que el Congreso estaba "dejando de lado" a los usuarios y que no denunciaba el "corrupto" sistema de transporte "que sigue gobernador por los Roggio y los Cirigiliano".

En tanto, adelantó el rechazo de Proyecto Sur a los dictámenes en consideración, justificando que "en este traspaso ni le están dando la posibilidad (a la Ciudad) de acabar con la concesión de Metrovías". "Le están traspasando a la Ciudad una farsa cargada de deuda. No podemos hablar de la defensa del público o del pueblo si no defendemos sus derechos", manifestó "Pino".

El proyecto

Tal como vino del Senado, el proyecto obtuvo este martes el dictamen favorable de las comisiones de Asuntos Constitucionales, Asuntos Municipales, Transporte y Presupuesto, en un debate marcado por recurrentes apelaciones a la Constitución y con críticas a las políticas de Macri y el Gobierno nacional.

A pesar de las objeciones, el proyecto oficial no busca ratificar el acta sino aprobar la "transferencia a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires de los Servicios de Transporte Subterráneo y Premetro" que fuera avalada por el convenio celebrado el pasado 3 de enero.

Además señala que "corresponde" a Buenos Aires "ejercer en forma exclusiva la competencia y fiscalización de los servicios públicos de transporte de pasajeros, a nivel subterráneos y Premetro; de transporte automotor y de tranvía, cuya prestación corresponda al territorio de la Ciudad Autónoma".

Por último, el texto establece que dentro del plazo previsto en el acta firmada en enero, que es de 90 días, se efectivizará la culminación del proceso de transferencia.

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http://www.infonews.com/2012/03/28/politica-15834-diputados-hizo-ley-el-traspaso-del-subte-a-la-ciudad.php

martes, 27 de marzo de 2012

Homenaje a Arturo Enrique Sampay, por Eric y Alfredo Calcagno (para “Miradas al Sur” del 25-03-12)

Miradas al Sur. Año 5. Edición número 201. Domingo 25 de marzo de 2012

Por

Eric y Alfredo Calcagno Diputado nacional / Doctor en Ciencias Políticas

politica@miradasalsur.com

En su última sesión, la Cámara de Diputados de la Nación rindió homenaje a Arturo Sampay. Miradas al Sur ya lo había hecho en julio de 2011, con motivo de cumplirse cien años de su nacimiento. Reiteramos el homenaje ahora, ya que siempre es reconfortante recordar a los grandes pensadores.
Uno de los temas en los que más insistía Sampay era el de “la revolución de nuestro tiempo”. Observaba que por primera vez en la historia, todo el género humano puede participar de los beneficios de la civilización y hacer suyas las condiciones de vida ofrecidas por la civilización científica; pero sólo pueden aprovechar esta posibilidad gran número de habitantes de los países desarrollados y una minoría privilegiada de personas de los países subdesarrollados.
Planteaba entonces la pregunta vital para nosotros: ¿puede la Argentina realizar la revolución de nuestro tiempo? Su respuesta –que sigue siendo válida– es incuestionablemente afirmativa: poseemos las riquezas naturales necesarias; tenemos una población con un buen índice de salud y un elevado nivel intelectual; la estructura jurídica del Poder Ejecutivo es robusta; y los sectores populares, en especial nuestra organizada clase obrera, con máxima inteligencia política, se proponen operar la transformación necesaria. Ahora podemos agregar que tenemos un gobierno que está consolidando un modelo de desarrollo económico con inclusión social.

Soberanía nacional. Dos de los ejes de ese modelo están hoy en la discusión pública y fueron considerados con lucidez por Sampay: la soberanía nacional y la intervención del Estado. Vale la pena recordar algunas de sus observaciones.
Sampay analizó los casos en los que el eje de la dominación es comercial, económico y financiero. En 1964 sostenía que “la manera moderna con que el país de desarrollo avanzado controla, gradúa y conforma la economía del país indesarrollado, no es ya mediante la anexión pura y simple del territorio de éste, como fue el método durante los siglos XVIII y XIX, sino manejándole su propio crédito y moneda. En efecto, el desarrollo de un país se desenvuelve a través de su política de inversiones, y quien da las órdenes sobre el crédito y sobre la expansión o contracción de la circulación monetaria, tiene en sus manos el desarrollo de ese país y lo maneja de manera imperceptible pero firme, como los dedos del titiritero los movimientos del títere” (La revolución de nuestro tiempo).
Un cuarto de siglo después de su muerte, se empezaron a cumplir varios de sus anhelos. El primero fue la paulatina recuperación de la soberanía económica y financiera. La Argentina la había enajenado a través de la deuda externa, la renuncia a fijar el valor de la moneda nacional (con la convertibilidad) y la sujeción al Fondo Monetario Internacional (FMI). Esos tres factores fueron eliminados: se salió de la convertibilidad; se renegoció la deuda externa, con una quita del 65%; se ejecutó una política de desendeudamiento (en 2002 la deuda externa del sector público nacional era el 95,3% del PIB, y en 2011, el 15,9%); y se pagó toda la deuda al FMI, con lo cual ya no puede influir más en la política económica interna. El Estado recobró su soberanía para elaborar y aplicar su política económica y financiera.
Pero debe entenderse bien la cuestión, como lo hizo Sampay. El endeudamiento externo y el constante drenaje de recursos hacia el exterior no reflejan una pugna entre argentinos y extranjeros, sino que son el resultado del saqueo del país cometido por el establishment económico nacional e internacional, en contra de la Nación y el pueblo argentinos. “El aliado interno de nuestro dominador es el pequeño grupo designado oligarquía. (…) Al participar de los beneficios de la explotación extranjera sobre la gran masa de los sectores populares y al moverse a guisa exclusiva de sus intereses individuales, se hacen adictos francos o vergonzantes del statu quo inicuo, y partidarios del ostracismo político de esos sectores populares, ostracismo al que ineludiblemente tiene que recurrir la oligarquía para gobernar” (La revolución de nuestro tiempo).

El estado. El análisis realista de Sampay se refiere también a la acción del Estado: En su discurso como miembro informante del despacho de mayoría en la Convención Constituyente de 1949, expresó que la no intervención del Estado en materia económica, “significa dejar libres las manos a los distintos grupos en sus conflictos sociales y económicos, y por lo mismo, dejar que las soluciones queden libradas a las pujas entre el poder de esos grupos. En tales circunstancias, la no intervención implica la intervención a favor del más fuerte, confirmando de nuevo la sencilla verdad contenida en la frase que Talleyrand usó para la política exterior: ‘la no intervención es un concepto difícil; significa aproximadamente lo mismo que intervención’”.
Esta no es sólo una disputa teórica, porque en el fondo lo que se discute es el problema del poder o, con más precisión, quiénes lo van a ejercer. La tendencia neoliberal busca transferir el poder de decisión del Estado al mercado, lo que equivale a dejarlo en manos de los grandes grupos económicos privados, como si eso fuera inevitable o deseable; de tal modo, los conglomerados que detentan el poder económico avanzan sobre el poder político.
En tales condiciones, una política de fortalecimiento del Estado responde a una necesidad de salvaguarda de la soberanía (democracia) y la unidad nacional (solidaridad social); se enfrenta así a un problema que excede en mucho a la discusión sobre la amplitud o restricción de las atribuciones del Estado.
El propósito de fortalecimiento del Estado fue permanente en Sampay y se materializó en la Constitución Nacional de 1949. Dentro de ese contexto aparece el tema de las empresas del Estado, que Sampay trata con sabiduría. Era impensable entonces la liquidación del sector público estatal que se cometió en el decenio de 1990.
Sostiene Sampay que es “correcta la institución de empresas estatales dirigidas a promover un desarrollo integral y armónico de los recursos naturales, humanos y financieros con que cuenta el país, apuntando exclusivamente al bienestar moderno de toda la población”. Agrega: “Creo muy reflexivamente que la empresa estatal, inserta en una economía políticamente planificada, es el instrumento adecuado para que los sectores populares ejecuten el tramo inicial y fundamental de la revolución de nuestro tiempo”. Sintetiza: “Sabido es que cuando los particulares manejan como propiedad privada la capacidad social de trabajo y el trabajo social acumulado, los vuelcan a lo que les acarrea inmediatas y máximas ganancias”. (Las citas son de La revolución de nuestro tiempo).

La constitución de 1949. La sabiduría y el sentido nacional y popular de Sampay se sintetizaron en la Constitución de 1949, que institucionalizó las conquistas del primer peronismo. Se ratificó así “la irrevocable decisión de constituir una Nación socialmente justa, económicamente libre y políticamente soberana”. En su discurso como miembro informante de la mayoría, sostuvo que la reforma económica propuesta tenía dos fines: primero, la supresión definitiva de la desocupación cíclica provocada por las sucesivas depresiones económicas; y segundo, brindar a todos los habitantes las condiciones materiales necesarias para el completo desarrollo de su personalidad. Al mismo tiempo, consideraba a la justicia social como “el fiel que balancea el uso personal de la propiedad con las exigencias del bien común”.
En síntesis, puede afirmarse que así como Alberdi fue el mayor jurista político argentino del siglo XIX, Sampay lo fue en el siglo XX. Cuánto ayudaría ahora en el siglo XXI, su presencia de filósofo y cientista político, conocedor de la naturaleza humana y de la historia, de la filosofía y del derecho, de la política y de la economía. A un siglo de su nacimiento y 35 años de su muerte, sus escritos siguen marcando el rumbo.

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http://sur.infonews.com/notas/homenaje-arturo-enrique-sampay

Los destinos posibles para YPF, por Damián Verduga (para “Miradas al Sur” del 25-03-12)


Miradas al Sur. Año 5. Edición número 201. Domingo 25 de marzo de 2012

Por

Demián Verduga

dverduga@miradasalsur.com

Repsol-YPF vale hoy un 30% menos que hace dos meses. Las acciones se desplomaron desde mediados de enero. El activo neto de la empresa es el mismo que en 1991. Cuáles son los costos y beneficios de reestatizarla.

El viernes pasado, el gobierno de Mendoza anunció que le quitaba la concesión de los yacimientos Ceferino y Cerro Mollar a la empresa Repsol-YPF. Cuatro días antes, el lunes, la provincia de Neuquén anunció que le anulaba las áreas de Chihuido de la Salina y Portezuelo Minas a las misma empresa. Estas quitas se suman a las que ya habían Santa Cruz y Chubut los primeros días de marzo. Todas estas áreas juntas –hay que señalarlo– no representan más del cuatro por ciento de la producción que tiene Repsol-YPF en todo el país; sin embargo, el efecto político y comunicacional ha sido enorme. Uno de los motivos que explica el impacto es el nivel de coordinación de las provincias productoras entre sí y de éstas con el Estado Nacional. Los interrogantes que quedan flotando son: ¿cómo puede avanzar el Estado en el control de la política petrolera y cuáles son los costos y beneficios?
Antes de hablar sobre el futuro, un breve repaso por el diagnóstico. Los gobernadores ampararon su decisión en la Ley de Hidrocarburos, la 17.319. La norma, sancionada a mediado de 1967 y reformada a fines del ’89 para la privatización, dice en el artículo 31: “Las empresas concesionarias deben garantizar la máxima producción compatible con la explotación adecuada del yacimiento y una conveniente conservación de las reservas”. Los números de Repsol-YPF, por lo tanto, muestran que la empresa está “al margen de la ley”. Las cifras son conocidas: la producción de esa empresa cayó casi un 40% de 1999 hasta el 2010 y sus reservas en el mismo período retrocedieron 52%.

Destinos posibles. Las opciones para que el Estado comience a recuperar el control de la política petrolera en el mediano plazo no son infinitas; a grandes rasgos, se reducen a dos: la creación de una nueva empresa pública o la recuperación de YPF.
“La reestatización se puede hacer a la vieja usanza, por una ley del Congreso en la que se fije el precio. El otro modo, menos compulsivo, es comprar la mayoría de las acciones de la compañía”, le dijo a Miradas al Sur Mariano Barrera, especialista en política económica e investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso).
Una cuestión clave para evaluar la segunda posibilidad es saber cuánto vale la petrolera. El precio de mercado, según el valor de las acciones al cierre del viernes, rondaba 11 mil millones de dólares. Hace dos meses valía 16 mil millones. El retroceso se debe a que las acciones vienen en picada desde mediados de enero. Barrera, sin embargo, tiró otras cifras sobre la mesa a la hora de evaluar el valor. “El patrimonio neto, es decir, todos los activos menos las deudas, ronda los 4.500 millones de dólares. Es el mismo que tenía en 1991”. El investigador explicó que esto se debe a que la compañía aumentó enormemente su deuda los últimos cuatro años. “Pasó de deber 9 mil millones de pesos a casi 30 mil millones”. Este aumento de la deuda coincide temporalmente con el ingreso a la compañía del Grupo Petersen, propiedad del empresario argentino Enrique Eskenazi, que controla el 25% de las acciones. “Argentina vendió la compañía a más de 7.000 millones de dólares y el activo neto era mayor al de hoy –remarcó Barrera–. Además hay que hacer una auditoría para ver cuál es nivel real de reservas de petróleo y gas que tiene la empresa. Con todo eso sobre la mesa se podrá poner un precio, que a mi criterio jamás podría superar el monto por el que Argentina la vendió”.
La compra de la mayoría accionaria tampoco es soplar y hacer botellas. Los cepos puestos por el neoliberalismo de los años ’90 son varios. Uno de ellos, pensado justamente para evitar la recompra de la empresa por parte del Estado, lo estampó en el estatuto de YPF José Estenssoro, que fue presidente de la compañía durante los primeros años de la privatización. “Hay un cláusula por la cual para poder comprar más del 15% de las acciones es necesario hacer una oferta por el total y además pasar por la aprobación de la asamblea accionistas”, le dijo a este medio Ignacio Sabbatella, politólogo y becario doctoral del Conicet. “Esto obliga a la negociación. De todos modos, en el contexto actual, no es posible guiarse por lo que indica el valor bursátil, ya que ahí hay un fuerte componente de especulación financiera, que nada tiene que ver con el valor real”.
La reestatización, claro, tendría consecuencias diversas. Aquí se analizarán las económicas. “Las multinacionales suelen hacer frente a este tipo de conflicto presentándose en tribunales internacionales y en el Ciadi”, remarcó Barrera. (El Ciadi es un organismo del Banco Mundial supuestamente diseñado para resolver conflictos entre los estados nacionales y el empresariado global). “Estas presentaciones, luego, son usadas como excusa por el sistema financiero trasnacional para no otorgar créditos a un país –agregó Barrera–. Las multinacionales presionan de ese modo a los estados a la hora de las disputas de intereses”. El investigador, sin embargo, remarcó: “En el caso actual de la Argentina, la situación es que el Estado de todos modos tendrá que intervenir y pagar costos económicos”.
La encrucijada a la que se refiere el investigador de Flacso es así: Argentina está importando combustibles por unos 10 mil millones de dólares anuales, es decir, que ya está perdiendo divisas. La pregunta –que este cronista no puede contestar– es: ¿tiene sentido evitar una tensión con el sistema financiero para poder acceder a préstamos y que parte de estas divisas al final se usen para importar combustible porque YPF no invierte? “Si se lograra comprar la ex petrolera estatal por un precio razonable –remarcó Barrera–, podría relanzarse la exploración y reducir de a poco la importación. El Estado terminaría ganando en el mediano plazo, sino, las divisas se pierden igual”.
En un párrafos anterior se mencionó, como posibilidad, la creación de una nueva empresa pública de hidrocarburos. Esto evitaría los conflictos legales de una reestatización, pero también tendría costos. “Una nueva petrolera podría explotar los yacimientos que se le den de baja a los privados –remarcó Barrera–. Cuando se hace una reversión, las empresas están obligadas a dejar toda la maquinaria que usaron”. “Sin embargo –agregó el investigador– habría que montar varias cosas de cero. YPF ya tiene tres refinerías y a los trabajadores formados para sus funciones. Armar eso desde el principio puede ser más caro como recomprar la ex petrolera estatal”.

El debate político. La tensión entre el Gobierno Nacional y las provincias productoras con Repsol-YPF todavía no se traduce en un debate parlamentario, pero referentes políticos de distintas fuerzas han comenzado a tomar una posición.
Leonardo Grosso es diputado del Frente para la Victoria, tiene 27 años y es miembro Frente Nacional por la Soberanía Energética. “Creemos que es el momento de comenzar a discutir cómo ponemos YPF al servicio del proyecto de desarrollo económico e industrial de los últimos ocho años –le dijo el joven diputado a Miradas al Sur–. El mecanismo deberá encontrarlo el Gobierno, que ha demostrado sobrada capacidad de gestión. El objetivo estratégico debe ser que el Estado y la Nación recuperen niveles de hegemonía sobre la política petrolera”. Grosso puso el acento en una cuestión que considera central para fortalecer en el corto plazo. “Hay que buscar mecanismos para que los yacimientos dejen de estar fragmentados por provincia. Debemos seguir reforzando la Organización Federal de Provincias Productoras de Hidrocarburos (Ofephi), ya que la desregulación hizo que cada estado provincial, con menos espalda que el Gobierno Nacional, se vea obligado a negociar solo con multinacionales muy poderosas”.
El dirigente del Frente Amplio Progresista (FAP) Horacio Alcuaz también habló con este semanario. “Lo primero que debe reconocer el Gobierno es que esto es parte de una política que permitió a las empresas no hacer lo que tenían que hacer.”, dijo. Luego se refirió a las posibilidades futuras. Su visión, más allá de alguna leve coincidencia, fue bastante diferente a la de Grosso. “Nosotros podemos acompañar todo lo que no provoque alguna situación de déficit para el país –señaló–. La estatización de Aerolíneas Argentinas terminó en un juicio en el Ciadi, que a lo mejor vamos a perder. En aquel momento nosotros propusimos crear una nueva línea de bandera para evitar el juicio y las deudas. La recuperación de YPF no puede implicar perder millones de dólares. A lo mejor, el camino es crear otra compañía. Hay que buscar mecanismos que no ahuyenten a los inversores internacionales.
–¿Pero hay un modo de nacionalizar un recurso estratégico sin generar tensiones?
–Los contratos tienen mecanismos para los incumplimientos. Hay que aplicar hasta el último recurso legal para no quedar expuestos y que no parezcamos caprichosos, que cambiamos las reglas de juego porque sí.
Sabbatella, el investigador del Conicet, intervino en este punto. “Debemos avanzar en una empresa pública, que puede ser YPF. Esa compañía debe actuar en toda la cadena de producción, desde la exploración hasta la comercialización, y debe ser preponderante en el mercado”. “Además –agregó el investigador– se pueden superar algunos conflictos de la etapa anterior de la YPF estatal. Podría darse participación a las provincias en el directorio y también a los trabajadores.”
Como se ve, el debate sobre el futuro de YPF recién empieza.

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JOSE “PEPE” MUJICA : “El Estado uruguayo reconoce su responsabilidad institucional por la desaparición forzada (de personas)”, en “Miradas al Sur” .


Arriba : José Pepe Mujica, Juan Gelman y su nieta.

Sostiene Mujica

Miradas al Sur.Año 5. Edición número 201. Domingo 25 de marzo de 2012

Por

José Pepe Mujica Presidente de Uruguay

contacto@miradasalsur.com

  • Texto leído por el presidente uruguayo ante la Asamblea General del Parlamento el 21/03/2012.

Estoy aquí en cumplimiento de lo resuelto por la Corte Interamericana de Derechos Humanos en sentencia de 24 de febrero de 2011, en el caso “Gelman vs. Uruguay”. De acuerdo a ese fallo, “el Estado uruguayo debe realizar, en el plazo de un año, un acto público de reconocimiento de responsabilidad internacional por los hechos del presente caso”.
Comparezco entonces en representación del Estado en mi carácter de presidente, jefe de Estado y jefe de gobierno y mando superior de las Fuerzas Armadas de este país.
El Estado uruguayo confirma su obligación jurídica de dar cumplimiento a la sentencia dictada. En uno de los primeros actos legislativos posteriores al restablecimiento democrático operado el 1º de marzo de 1985, reconocimos por ley que aceptábamos la competencia contenciosa de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Con este acto, libre y soberanamente consentido, el Poder Ejecutivo de la época, actuando en nombre y representación del Estado, adoptó un compromiso político institucional para el Uruguay ante los organismos del sistema interamericano de protección de los derechos humanos.
Uruguay, como Estado Parte de la Convención Americana de Derechos Humanos, que reconoció la competencia de la Corte de acuerdo al artículo 62 de la Convención, se somete a ese ordenamiento jurídico y debe cumplir las decisiones impuestas, actuando bajo el principio de buena fe ante otros Estados Partes que adhirieron a la Convención Americana y frente a todos los individuos sujetos a su jurisdicción.
Ello no es sino la afirmación del estado constitucional de derecho, que impone obligaciones y límites al poder soberano del Estado especialmente en la realización y protección de los derechos humanos. Ratifica su adhesión al sistema regional de promoción y protección de los derechos humanos y su compromiso de continuar sus esfuerzos para el fortalecimiento de los mecanismos regionales y universales a ese respecto.
Como víctimas de violaciones a los derechos humanos, María Claudia García y su familia tienen el derecho que obliga éticamente al Estado al reconocimiento, asunción de responsabilidad y reparación por los actos que padecieron.
A tales efectos, avanzamos hacia el cumplimiento de la sentencia dispuesta, removiendo los obstáculos jurídicos que impedían la investigación y adoptando todas las medidas necesarias para favorecer e impulsar la misma hasta la ubicación definitiva de María Claudia García Iruretagoyena de Gelman e individualización de los responsables de los hechos. En ese mismo sentido, resolvimos afectar el local donde en el pasado funcionó el Servicio de Información de Defensa, para que allí se establezca y funcione la nueva Institución Nacional de Derechos Humanos.
El 21 de marzo, en cumplimiento de lo dispuesto por la sentencia, descubrimos una placa en memoria de María Claudia García Iruretagoyena y otras víctimas y sobrevivientes, que permanecieron, fueron interrogados o desaparecidos, en dicho centro clandestino de detención.
Sobre estas bases, jurídicas y éticas, el Estado uruguayo reconoce su responsabilidad por los hechos del presente caso. El Estado uruguayo reconoce que en el pasado se cometieron en el país acciones violatorias de los derechos humanos.
Tal como acredita el presente caso, al amparo de la llamada doctrina de la Seguridad Nacional se llevó adelante una política sistemática de represión a las organizaciones sociales, sindicales y políticas así como la persecución de sus integrantes y el control de la entera sociedad civil, expresión todo ello del denominado “terrorismo de Estado”.
En el desarrollo de esa doctrina de la Seguridad Nacional, el Estado uruguayo integró el Plan Cóndor, una coordinación internacional con Argentina, Brasil, Chile, Bolivia y Paraguay para desplegar persecución por razones ideológicas a los habitantes de los países referidos y proceder a su detención y traslado clandestino o decidir desaparición o asesinato de los detenidos.
De muchas de estas personas aún no se sabe su paradero, ni su suerte, todavía no se conoce su destino, ni se hallaron sus restos.
María Claudia García Iruretagoyena, ciudadana argentina, de 19 años de edad, fue detenida ilegalmente en Buenos Aires el 24 de agosto de 1976, junto a su esposo Marcelo Gelman, permaneciendo ambos privados ilegítimamente de libertad en el Centro Clandestino de Detención Automotores Orletti, en la ciudad de Buenos Aires. Posteriormente, María Claudia –embarazada de ocho meses– fue trasladada a Montevideo y llevada al centro clandestino de detención que funcionaba en la sede del SID, permaneciendo hasta el día de hoy desaparecida.
Durante su detención ilegal, María Claudia dio a luz a una niña, quien, pocas semanas después de su nacimiento en cautiverio, fue sustraída y a la cual se sustituyó su identidad para ser entregada a una familia –que no era la suya–, permaneciendo desaparecida por más de 20 años. En febrero de 2000, fue localizada Macarena.
Los hechos que fueron conocidos por la Corte Interamericana comenzaron a perpetrarse en colaboración con fuerzas de seguridad y autoridades argentinas en el marco del Plan Cóndor. En ese contexto de cooperación, centenares de personas fueron víctimas de detenciones arbitrarias, torturas, ejecuciones y desapariciones forzadas, como parte de una práctica sistemática de terrorismo de Estado.
Por ello, en nombre de la República Oriental del Uruguay como entidad colectiva y en el marco de los principios de continuidad y sucesión del Estado, independientemente del ámbito temporal y material en que ocurrieron los hechos, el Estado uruguayo reconoce su responsabilidad institucional por la desaparición forzada de María Claudia García Iruretagoyena de Gelman, por lo cual violó sus derechos al reconocimiento de la personalidad jurídica, a la vida, a la integridad personal y a la libertad personal.
Asimismo, el Estado es responsable por la supresión y sustitución de identidad de María Macarena Gelman García Iruretagoyena, ocurrida desde su nacimiento hasta que se determinó su verdadera identidad, y expresada como una forma de desaparición forzada, por lo cual, en ese período, violó sus derechos al reconocimiento de la personalidad jurídica, a la vida, a la integridad personal, a la libertad personal, a la familia, al nombre, a los derechos de los niños y niñas y a la nacionalidad, y por haber puesto en riesgo su supervivencia y desarrollo, afectando su proyecto de vida.
También el Estado es responsable por la violación de los derechos a la integridad personal y a la protección de la familia en perjuicio del señor Juan Gelman, padre de Marcelo Gelman y abuelo de Macarena, como consecuencia de los sufrimientos ocasionados por estos hechos y su búsqueda de justicia.
El Estado reconoce su responsabilidad por la violación a las garantías judiciales y a la protección judicial por la falta de investigación efectiva de los hechos del presente caso, y el juzgamiento y sanción de los responsables, en perjuicio de Juan y Macarena Gelman, como consecuencia de la interpretación y aplicación que el Estado dio a la Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado respecto de graves violaciones a los derechos humanos.
Uruguay asume su responsabilidad jurídica internacional por los hechos reconocidos en la Sentencia. Reconoce además su responsabilidad ética por dichos hechos. Conforme a ello, el Estado condena los mismos y afirma su compromiso con la justicia y su voluntad de que hechos similares no vuelvan a repetirse. Con este fin, el Estado da, y seguirá dando pasos firmes a efectos de reparar el daño.

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lunes, 26 de marzo de 2012

El dictador tiene quien le escriba, por Cynthia Ottaviano (para “Tiempo Argentino” del 25-03-12)




En el diario La Nación, aún se expresa una parte minúscula pero influyente de la sociedad argentina.

El general Mitre lo concibió como una “tribuna de doctrina” (en lenguaje coloquial, un medio para bajar línea) de una élite que miraba al extranjero como único modelo de progreso. La irrupción del yrigoyenismo primero, y el peronismo después, convirtió a sus páginas en sábanas donde el sueño conservador se refugió hasta despertar absolutamente reaccionario, cuando las mayorías populares accedieron a los derechos más elementales de una democracia moderna.

Hoy en La Nación escribe Mariano Grondona, el censor del gobierno de Guido y redactor del comunicado 150. El otro columnista dominical es Joaquín Morales Solá, que también tuvo a su cargo la censura de la tira Clemente en el Clarín de la dictadura. La coherencia antidemocrática no es un valor, y así como no deja de ser coherencia, tampoco deja de ser antidemocrática, lo cual implica un disvalor.

El rechazo que provocó el amigable encuentro entre el general genocida Jorge Rafael Videla y el periodista Ricardo Angoso, reproducido por la revista española Cambio 16, se explica, entre otras cosas, porque 29 años después del retorno de la democracia, sus palabras sirvieron de fulminante regreso a la caverna; en fin, a los tiempos de la supresión de derechos y la cacería del otro por pensar distinto.

Más revulsiva se vuelve entonces la coincidencia ideológica de los editoriales del diario de Mitre en el siglo XXI con las expresiones del genocida preso. La similitud espanta porque habla de un horror pasado, pero también presente. Los párrafos podrían intercambiarse y no se notaría la diferencia. El suplemento que tienen en sus manos es prueba de ello. Los que se oponen a las políticas de Memoria, Verdad y Justicia de hoy son los mismos que avalaron las violaciones de los Derechos Humanos durante la última dictadura cívico-militar. Releyendo sus editoriales, comparándolas con la arenga tardía del dictador, se confirma que no sólo fueron cómplices de la masacre, sino partícipes necesarios en busca de beneficios económicos concretos: así se quedó La Nación con parte de Papel Prensa, y por eso Bartolomé Mitre, junto a Héctor Magnetto, Ceo de Clarín, están siendo investigados judicialmente por el despojo a los Graiver en el marco de una causa de lesa humanidad.

El 11 de febrero pasado, Videla le habló a su tropa leal desde Cambio 16: “Hoy hay que ganar la guerra política a través de los mensajes y los medios de comunicación y ésa es nuestra función: no quedarnos de brazos cruzados”.

Por más que La Nación intente guardar las formas bajo ropajes periodísticos, sus editoriales son fallidos freudianos permanentes, que por suerte nos recuerdan quiénes son, qué quieren y qué modelo de país defienden sus accionistas.

Son los mismos editoriales que el genocida preso lee cada mañana para inflarse el pecho de aire y pensar que no todo está perdido.

El dictador tiene quien le escriba.

Kirchnerismo, un gobierno totalitario

Videla:

“Un gobierno arbitrario, con espíritu totalitario, y que no se detiene ante nada y ante nadie, que ha perdido la vergüenza.”

La Nación:

“El país avanza hacia un régimen más autoritario, con un poder concentrado (...) es parte sustancial de ese cuadro una corrupción sistematizada. (...) El avance autoritario del Estado ha contado hasta ahora, en general, con el silencio de las víctimas. (...) La sociedad ha actuado como un protagonista paralizado.” (“De mal en peor”, 11-03-12).

Una oposición débil

Videla:

“No veo el actor, el líder. (...) La política se hace con hombres e ideas y ahora no los hay, ahora Argentina no los tiene. Hemos perdido una gran oportunidad en las últimas elecciones de sentar puntos de apoyo a una oposición sólida y que actuara responsablemente para cambiar el estado de cosas a la que me refería.”

La Nación:

“Nada de lo expuesto se explicaría de haber existido una oposición articulada y coherente y con más figuras dispuestas a la firme defensa de las instituciones y a correr menos detrás de la agenda gubernamental.” (“De mal en peor”, 11-03-12).

El miedo

Videla:

“Todo es miedo y temor y vivimos permanentemente bajo ese miedo. Y cuando una sociedad vive bajo el miedo no puede esperar que esté en una actitud de coraje para enfrentar un gobierno que de por sí no tiene reparos y no se detiene ante nada.”

La Nación:

“En los últimos años se ha ido construyendo en nuestro país, una creciente sensación de que es mejor callar lo que uno piensa, sobre todo si esto contraría las acciones del gobierno nacional (...) miedo a verter opiniones. Es por eso preciso desmitificar el clima de miedo e invitar a todos los sectores a actuar con coraje cívico, respondiendo a quienes bregan por la consolidación de un pensamiento único mediante atropellos autoritarios.” (“Vencer el miedo”, 13-03-12).

Las “dos partes”

Videla:

“El gobierno sólo reconoce a las víctimas de una de las partes, pero se les niega los derechos a las otras. Se reivindicó a los combatientes, también se trabajó en la reivindicación de los presos políticos, que somos nosotros, y ahora se trabaja en esta última reivindicación, en la de las víctimas del terrorismo. Al margen de los combatientes y muertos, y de los presos políticos que estamos pagando un servicio a la patria, faltaban las víctimas del terrorismo y hay ya gente que está trabajando en este asunto, en la búsqueda de esa reivindicación, aunque si bien es cierto que todavía no se ha tenido éxito en lograr ese justo y merecido reconocimiento a ese colectivo por el que usted pregunta. Es un trabajo en el que se lleva trabajando desde hace años, pero este gobierno se niega a reconocer sistemáticamente que existieran víctimas del otro lado, ya que si lo hiciera tendría que juzgar a los terroristas que produjeron aquellos hechos y actos que provocaron la existencia de víctimas.”

La Nación:

“Hay un extendido reclamo debido a la inequidad en la que se encuentran miles de ciudadanos que se convirtieron en víctimas del terrorismo y que no sólo no han sido indemnizados, sino que también han carecido de reconocimiento e incluso han sido rechazados. (...) La negación del Estado de reconocer estos derechos a estas personas constituye una violación masiva de derechos humanos que una democracia que se precie de tal no debe permitir (...) sumiéndolas en una doble victimización: primero la perpetrada por las organizaciones terroristas y ahora la que el Estado produce al negarles sus derechos. Como si esto fuera poco, además las discrimina al otorgar el pleno goce de los derechos y abultadas indemnizaciones a algunos de sus propios victimarios.” (“Discriminación entre víctimas”, 01-10-11).

La cantidad de desaparecidos

Videla:

“Hay una gran disparidad en las cifras que se ofrecen, como usted dice, lo cual le resta credibilidad a lo que se presenta o se intenta hacernos creer. No se puede pasar de un extremo a otro, es decir, de 32.000 que presentan algunos a 7.000 cifrado por otras comisiones. Creo que este asunto tiene mucho que ver con las compensaciones o el resarcimiento económico que se le dio a las víctimas, o a los supuestos desaparecidos (…) Este dato demuestra que asistimos a una clara manipulación en el asunto de los desaparecidos.”

La Nación:

“Graciela Fernández Meijide dice que el número de desaparecidos no es 30.000. En rigor, de las investigaciones de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de las Personas (Conadep), hechas en 1984, se desprende que las víctimas serían 8961. En 2006, el gobierno de Néstor Kirchner revisó, corrigió y actualizó esa cifra, llevándola a 9334. (…) La evidente falsedad del número coloca a quienes lo esgrimen en la sospecha de que buscan más potenciar el efecto político de su actuación, que luchar por la verdad y por la aparición o la reivindicación de las personas. (…) No se trata de negar unos hechos y de destacar otros, sino de exponerlos a todos en su esencia y en su debido contexto. De lo contrario, no se hará justicia plena y perdurarán la venganza y la confrontación. (“Una contribución a la verdad”, 08-08-09).

Menem y los Kirchner

Videla:

“El juicio a las Juntas creo que fue un error y concluyo ya: nunca debió realizarse. Menem luego desenredó ese error, en cierta medida (…) había paridad y cierto respeto a las fuerzas de las dos partes que lucharon o se enfrentaron en aquellos años, incluso emite varios decretos que tienen una dirección simétrica hacia las dos partes. Reconoce con exactos argumentos a las dos partes. Pero el gobierno actual se ha caracterizado por la asimetría (…) Nuestro momento peor, hablo para los militares, es con la llegada de los Kirchner al gobierno. Ha habido una asimetría total en el tratamiento a las dos partes enfrentadas en el conflicto. Fuimos señalados como los responsables, ni más ni menos, de unos acontecimientos que no desencadenamos.”

La Nación:

“La represión nació como una reacción ante una acción previa. (...) Carlos Menem dictó los indultos, tanto a militares como a subversivos. Sin embargo, en estos últimos ocho años se desanduvo fuertemente ese camino. El presidente Néstor Kirchner presionó al Parlamento y la Justicia para la anulación de las citadas leyes y de los indultos. Apareció entonces la figura de la imprescriptibilidad por la calificación de lesa humanidad, pero sólo para una de las partes. (...) De esta manera la Justicia pareció convertirse en venganza demorada.” (“La necesaria pacificación y reconciliación”, 21-08-11).

La revancha de los Kirchner

Videla:

“Así llegamos al matrimonio Kirchner, que vuelve a retrotraer todo este asunto a la década de los setenta, y vienen a cobrarse lo que no pudieron cobrarse en esa década y lo hacen con un espíritu de absoluta revancha. (…) Aquí no hay Justicia, sino venganza.”

La Nación:

“Este nuevo intento revanchista de sectores kirchneristas presenta serios riesgos para la sociedad.” (“Vamos por todo” 24-03-11). “Anticiparon las mañas que habría para avivar el rencor, y allí donde anidara, los deseos de revancha por los años de dictadura.” (“La violencia armada de los 70”, 30-07-11).

Escarbar en el pasado

Videla:

“Está la pretensión permanente de seguir escarbando en el pasado, colocándonos a los militares en la vereda de enfrente como unos indeseables.”

La Nación:

“Una condición esencial es superar una permanente mirada hacia el pasado, teñida de las interpretaciones sesgadas, asimétricas y vengativas.” (“La necesaria pacificación y reconciliación”, 21-08-11).

Recuperar la paz y el diálogo

Videla:

“Hay que comenzar a pensar en el futuro, pero sin concordia no hay futuro. En consecuencia, creo que tiene que haber un diálogo amplio (…) hay que dejar de lado todas tensiones y rigideces que nos han paralizado.”

La Nación:

“El país debe apuntar y aspirar hacia su mejor futuro posible, y ello presupone el perdón, la concordia.” (“Consolidar la paz interior”, 11-10-04). “Se hace necesaria la pacificación y reconciliación y un sereno entendimiento. Es imprescindible volcar los esfuerzos y las esperanzas hacia un futuro que deberá construirse con todos los argentinos.” (“La necesaria pacificación y reconciliación”, 21-08-11). “Es imprescindible recuperar ese espíritu de diálogo y de unidad que permitió crear la gran nación que fuimos.” (“Tiempo de reconciliación”, 24-12-07).

El golpe del ’76

Videla:

“Comienza el caos y el terror se adueña, de nuevo, de las calles de Argentina. (…) Vivíamos unos tiempos turbulentos y había que dar una respuesta (…) el acuerdo se firmaba, bajo estos decretos, para combatir el terrorismo en todas sus formas y hasta el aniquilamiento definitivo (...) reducir a la nada (...) el país entra en una guerra, pues no salimos como Fuerzas Armadas a cazar pajaritos, sino a combatir al terrorismo y a los subversivos (...) estábamos en una guerra ante un enemigo implacable. (…) Se había llegado a un claro vacío de poder, una auténtica parálisis institucional, estábamos en un claro riesgo de entrar en una anarquía inmediata. (...) O tomábamos el poder o la subversión se hacía por la vía de las armas con las instituciones (...) cada día el deterioro era mayor.”

La Nación:

“Se omite una pintura fidedigna y objetiva del clima de terror al que estaba sometida la sociedad argentina como consecuencia de los atentados criminales del terrorismo subversivo y de los delitos que se perpetraban a diario: secuestros extorsivos, copamientos de unidades militares, asesinatos de empresarios, atentados con explosivos, muerte masiva de ciudadanos inocentes.” (“Tiempo de reconciliación”, 24-12-07).

El campo

Videla:

“Si algo tiene Argentina es su riqueza agropecuaria, somos o éramos el granero del mundo, y el agro ha sido borrado de la estructura nacional. Este gobierno ha asociado el campo con la oligarquía y como enemigo de ese socialismo que ellos pregonan, no podemos esperar de esta gente una solución.”

La Nación:

“A lo largo de su historia, el país tuvo siempre en claro que en el campo reposaba lo mejor de su creatividad y de su dinamismo productivo. (...) Fue reconocido en todas las épocas como un luchador, factor poderoso de progreso y fuente de estabilidad y continuidad en el desenvolvimiento de las energías espirituales y materiales de la Nación. Quienes conducen la gestión de los asuntos públicos nacionales se obstinaron, en determinado momento, en alentar antinomias destructivas en perjuicio del campo y en convertir al sector en víctima propiciatoria de críticas injustificadas y de presiones tributarias exacerbadas y discriminatorias. Al impulsor de la riqueza agropecuaria le corresponde volver a ser reconocido como el gran protagonista del crecimiento económico nacional.” (“Perfil moral del hombre de campo”, 11-03-06).

Las instituciones muertas

Videla:

“Hoy la República está desaparecida, no tiene Justicia porque la que tiene es un esqueleto sin relleno jurídico; el mismo parlamento no tiene contenidos, está compuesto por ganapanes que temen que les vayan a quitar el puesto y se venden al mejor postor. No hay nadie en la escena política con lucidez capaz de hacerles frente. El país tampoco tiene empresarios porque están vendidos al poder. Hoy las instituciones están muertas, paralizadas, mucho peor que en la época de María Estela Martínez de Perón. Lo que me permite decir que no tenemos República porque no tenemos a las grandes instituciones del Estado funcionando. La Justicia, el Congreso y las demás instituciones, por no hablar de otros aspectos, no existen.”

La Nación:

“No se advierte que exista preocupación extendida por la excesiva concentración de poder ni por las pretensiones hegemónicas ni por la defensa del esencial papel republicano que corresponde a la oposición y a la prensa libre. Tampoco, por la abierta sumisión de algunos miembros del Poder Judicial a los designios del Ejecutivo ni por el abuso reiterado y constante del poder de policía que tiene la administración, que desnaturaliza su razón de ser y los transforma en instrumento de intimidación, cuando no de castigo, a quienes no aceptan el cesarismo que supone imponer el discurso único que se predica incesantemente desde los más altos púlpitos de la conducción política. Ni tampoco por el populismo desenfrenado que, en conjunto, conforma una realidad gravísima.” (“La recesión democrática”, 06-02-12).

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http://tiempo.infonews.com/2012/03/25/especiales-71240-el-dictador-tiene-quien-le-escriba.php