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sábado, 26 de noviembre de 2011

El desafío del Congreso en la descolonización, por Felipe Yapur (para “Tiempo Argentino” del 20-11-11)

Panorama parlamentario

Publicado en TIEMPO ARGENTINO el 20 de Noviembre de 2011

Si tan sólo fuera suficiente con mentar y repudiar al neoliberalismo como para que su influencia y sus consecuencias se terminaran, tal vez los ataques especulativos de las últimas semanas no se hubieran producido. Pero no es así. Esa matriz ideológica ha colonizado no sólo las cabezas de buena parte de la sociedad, con conceptos que llegan a formar parte del “sentido común”, sino que está incorporada en decenas de leyes e incluso acuerdos internacionales que todavía siguen vigentes. En ese sentido, el Congreso que asumirá el próximo 10 de diciembre, tiene el desafío de comenzar a transformar y corregir normas que le dan sustento legal a ese sistema que, en palabras de las presidenta Cristina Fernández, es el anarco-capitalismo financiero a desterrar de la Argentina.
El proceso de colonización tuvo varias etapas. La primera se concretó bajo el signo de la sangre, el terrorismo de Estado y las desapariciones. En esos años se implementaron decretos leyes que fueron produciendo la base de la extranjerización y la dependencia de la economía argentina. Los primeros años de la democracia forman parte de una etapa de debilidad que impidió que esas leyes se osaran tocar. En la década de los ’90, el complejo entramado legal fue asumido y mejorado. Fue la etapa donde este paradigma ya no se ocultó y abandonó ese estado de semiclandestinidad.
Ese pensamiento dominante se expresó en todo tipo de leyes que afectaron los diferentes ámbitos de la economía, la política y la sociedad. Muchas de esas normas, nacidas al calor de la dictadura, fueron corregidas, modificadas y aumentadas en los años de la democracia, pero nunca desactivadas. Uno de esos ejemplos es la ahora vieja y enterrada ley de medios. Es bueno tener conciencia de que aquella ley tiene que ver con este marco conceptual, porque por lo general se piensa que el neoliberalismo es sólo economía y mercado. Incluye conceptos conservadores que se van desactivando como se demostró con la sanción del matrimonio igualitario. Claro, no son suficientes, por eso es preciso que el nuevo Parlamento avance en leyes como la de identidad de género, la despenalización del aborto y otras tantas que hacen a la vida de una sociedad mucho más inclusiva, igualitaria y democrática.
Ahora bien, en los últimos días los ataques especulativos dieron cuenta de la existencia de fuerzas capaces de hacerse sentir para evitar los futuros cambios. Esos que se intuyen para el segundo mandato de Cristina Fernández. Si bien la corrida del dólar no tuvo la magnitud (éxito) que le deparaban los medios concentrados de comunicación, lo cierto es que dio cuenta de la necesidad de tener no sólo un control de cambio, sino la imperiosa urgencia de tomar medidas de fondos para limitar la extranjerización de la economía.
Esa normativa también surgió en los años de la dictadura. Pero en los ’90 se expandió de manera exponencial, cuando en el país proliferaron los Tratados Bilaterales de Inversión. Según rezaba la biblia libremercadista de esos años, estos TBI servían para “generar confianza” y permitir la llegada de inversiones extranjeras donde iban a primar supuestamente reglas claras. Esas normas siempre beneficiaron a los inversores y nunca al país.
Incluso en estos últimos años de crecimiento económico, esa matriz no se había modificado y las multimillonarias ganancias –obtenidas por la fuerza de trabajo argentino– viajaba sin escalas a sus países de origen, donde los dólares eran más que bienvenidos fruto de la crisis económica que viven esas naciones. En ese punto, el nuevo Congreso puede aportar una respuesta clara y contundente: la modificación de la Ley de Inversiones extranjeras, también nacida en los años de la dictadura.
Para alcanzar este objetivo hay respaldo político electoral, fuerza y número suficiente de votos como para que una nueva norma, que regule esta actividad, permita que esos capitales tan necesarios y propios se queden en el país para favorecer la inversión y darle más firmeza en el tiempo, al crecimiento económico. El gobierno nacional dio un primer paso en esa dirección cuando anunció el decreto que obliga a las empresas mineras y petroleras a liquidar sus activos en el país. La medida es importante pero la ley le da el sustento político y la fortaleza legal que necesita el modelo.
Muchas son las normas que expresan y concretan el neoliberalismo en la vida cotidiana de la Argentina. Tal vez una de las más importantes o nombradas en el mundo político es la de entidades financieras, que fuera elaborada por José Alfredo Martínez de Hoz.
Hay en el Congreso un proyecto que busca modificarla desde su raíz. De hecho, hasta le cambia el nombre para pasar a llamarse de servicios financieros para el desarrollo económico y social. Por ahora apenas si pudo discutirse en las comisiones de la Cámara de Diputados. Hasta allí llegaron representantes de la banca local y extranjera, quienes se mostraron contrarios a que les pongan un tope en las tasas de interés, en la obligación de destinar una porción del crédito a las micro, pequeñas y medianas empresas y, sobre todo, incrementar el segmento de los créditos hipotecaros familiares.
La resistencia a la regulación y el direccionamiento de los dineros de los bancos a fomentar el trabajo y la adquisición de inmuebles, es sin duda un claro ejemplo del pensamiento neoliberal. Invertir en empresas que dan trabajo a miles de argentinos y en la construcción de casas es mucho menos rentables que la timba financiera.
El Frente para la Victoria tiene en sus manos estas herramientas con las que puede extender las bases que necesita el modelo para avanzar, entre otros ítems, en la capacidad regulatoria del Estado frente a los poderes instituidos. La resistencia a este cambio será fuerte, son décadas de predominio neoliberal y esas fuerzas no trepidarán en recurrir a lo que sea para mantener y garantizar sus privilegios.
La presidenta lo viene advirtiendo en sus discursos. Los tiempos que se avecinan pueden ser complejos, pero también maravillosos.

Publicado en :

http://tiempo.infonews.com/notas/desafio-del-congreso-descolonizacion

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