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lunes, 22 de agosto de 2011

ATAMISQUI, LA CAPITAL NACIONAL DEL KIRCHNERISMO, por Agustín Álvarez Rey (para "Tiempo Argentino" del 22-08-11)



El 93,25% de sus habitantes votó la fórmula del FpV en las Primarias


Atamisqui, el pueblo que se convirtió en la capital nacional del kirchnerismo


Publicado en TIEMPO ARGENTINO el 22 de Agosto de 2011
Por Agustín Álvarez ReyPara Tiempo Argentino


El intendente Brandan encontró una tan sencilla como clara explicación al abrumador apoyo a la presidenta: “Hoy se vive mejor, todos vivimos mejor.” El jefe comunal destacó la AUH, las jubilaciones y la creación de puestos de trabajo.


Atamisqui se podría definir como la capital nacional del trabajo golondrina, está ubicada al sur de Santiago del Estero y cuenta con poco más de 9000 habitantes, de los cuales sólo 2500 se encuentran dentro de lo que los censos definen como población urbana. Desde allí, las distintas semilleras y los dueños de las grandes plantaciones se llevan 3000 hombres por temporada. En este pequeño pueblo que vive de la producción agropecuaria, el kirchnerismo hizo su mejor elección: cosechó el 93,25% de los votos. De las 5555 personas que votaron en las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) el 14 de agosto, 5180 lo hicieron por la formula Cristina Fernández–Amado Boudou.
Para el intendente de Atamisqui, Roberto Brandan, las razones para que el oficialismo se haya impuesto con ese porcentaje son muchas, sin embargo es capaz de definirlas en pocas palabras: “El gobierno nacional les devolvió la dignidad”, afirma. Brandan explica que “en Atamisqui ha crecido el trabajo, se nota la inclusión que aporta la Asignación Universal por Hijo y tenemos muchos de los abuelos que se han podido jubilar gracias a la gestión del kirchnerismo. Hay que pensar que muchas de las personas que hoy se han podido jubilar y que antes no podían hacerlo, trabajaron durante gran parte de su vida en tareas que más de uno considerarían inhumanas. A estas personas les habían robado la juventud, hasta la niñez y el gobierno nacional les devolvió la dignidad.”
La realidad que el pequeño pueblo de Santiago del Estero vive hoy contrasta con lo que allí se sufría a fines de la década de 1990. “Durante años, este municipio a lo único que se dedicaba era a repartir bolsones de comida y planes, ya sea en los tiempos de Alfonsín o en los Menem. Hoy acá hay trabajo y el municipio se dedica a la forestación, a la limpieza de las calles y a atender las necesidades de los atamiqueños”, subraya el intendente, y explica que “hoy en Atamisqui no hay comedores, porque no los necesitamos. Hoy tenemos trabajo en blanco. Los trabajadores que van a los campos hoy, gracias al control que ejerce el gobierno nacional, están en blanco tienen sus aportes, comen como corresponde en los establecimientos agropecuarios. Antes, el patrón les pagaba lo que se le daba la gana y los tenía en condiciones infrahumanas. Hoy eso se terminó.”
El neoliberalismo se sintió con tremenda crudeza en Atamisqui. El modelo que se cristalizó en los ’90 y que se profundizó hasta estallar en los primeros años de 2000 dejó al poblado del sur de Santiago sumido en la pobreza. Por eso, en las elecciones de 2003, Atamisqui fue uno de los departamentos en donde la fórmula encabezada por Néstor Kirchner se impuso. El Frente para la Victoria sumó poco más del 60% de los votos. Por que entonces los trabajadores del campo votaban en contra de un modelo que los había esquilmado, que habían sufrido en carne propia y les había arrebatado la dignidad.
El recuerdo está latente y la comparación se hace inevitable. “En la puerta del municipio se veían colas muy largas de gente pidiendo bolsones de comida y medicamentos. Eran épocas muy difíciles, en donde, para que se den una idea, no teníamos ni nafta para mover los pocos vehículos que tenía el municipio”, recuerda el secretario de Gobierno Eduardo Acosta.
Sin necesidad de recurrir a complejas explicaciones Brandan sintetizó: “Hoy se vive mejor en Atamisqui. Todos vivimos mejor.”


Los números


Durante las PASO, en Atamisqui se votó en 27 mesas.
El Frente para la Victoria que presentó la fórmula Cristina Fernández-Amado Boudou obtuvo 5180 votos de los 5555 emitido, el 14 de agosto pasado. Un respaldo que representa el 93,25% de los sufragios.
En segundo lugar quedó el Frente Popular con 160 votos, un respaldo que ascendió al 2,88%.
La Unión para Desarrollo Social que lleva la fórmula Ricardo Alfonsín-Javier González Fraga sólo obtuvo 110 votos de los 5555 emitidos (1,98%).
El precandidato de Compromiso Federal, Alberto Rodríguez Saá, cosechó 30 votos (0,54%).
El Frente Amplio Progresista (Binner-Morandini) y la Coalición Cívica (Carrió-Pérez) sólo lograron 25 y 20 sufragios respectivamente.

El trabajo esclavo ya es parte del pasado


“Si algún día fuimos noticia por las condiciones precarias de trabajo, eso ya es parte del pasado.” La referencia del intendente Brandan tiene que ver con una nota públicada en el diario Página/12 el lunes 11 de enero de este año. Aquella nota enumeraba los distintos reclamos de los trabajadores que habían salido de Atamisqui para trabajar en el desflore. “Ni siquiera sabemos cuánto nos van a pagar la hora.” “Ni siquiera sabemos cuántos días vamos a trabajar.” “Ni siquiera sabemos cuándo vamos a volver.” “Cuando alguien se quejó, castigaron a toda la cuadrilla.” Eran las quejas de los trabajadores rurales que regresaban de hacer sus tareas para Monsanto y Nidera. Esa realidad es la que, aseguran desde el municipio, es parte del pasado.
Durante el primer semestre de 2011, los controles del Estado destinados a detectar el trabajo esclavo en zonas rurales se hicieron más visibles. La información respecto de las denuncias sobre la hiperexplotación de trabajadores rurales a lo largo de todo el país se multiplicó. La provincia de Buenos Aires, Salta, Jujuy, Misiones, Mendoza, Catamarca y Entre Ríos fueron algunas de las provincias desde las que llegaron las crónicas detallando, según el caso, el negreo sistemático, las condiciones de virtual esclavitud, la pésimas condiciones sanitarias, el descuento de horas arbitrario, la escases de comida y la imposibilidad de expresar ningún tipo de reclamo.



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