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jueves, 30 de junio de 2011

CRISTINA Y MÁS ALLÁ LA INUNDACIÓN, por Demetrio Iramain (para "Tiempo Argentino" deñ 30-06-11)

Miserias y virtudes del escenario electoral

Publicado en TIEMPO ARGENTINO el 30 de Junio de 2011

Por Demetrio Iramain
Director de Sueños Compartidos-Madres de Plaza de Mayo.

Quienes capitanean el proyecto nacional y popular siempre están un paso más allá que sus enemigos. Adonde la oposición va, el gobierno ya fue y vino. Esa distancia no es nueva.


La presidenta Cristina Fernández dijo que sabía que iba a ser candidata a su reelección desde el 28 de octubre pasado, cuando el cuerpo de su marido aún no había terminado de acomodarse a las sombras y una multitud conmovedora salía a las calles para saludar el ejemplo de vida del ex mandatario y transmitirle fuerza a su esposa. Pocas declaraciones con tanta frialdad y ardor, pasión y lucidez, dejan ver la cualidad conductora de la mandataria.Quienes capitanean el proyecto nacional y popular siempre están un paso más allá que sus enemigos.
Adonde la oposición va, el gobierno ya fue y vino. Esa evidente distancia en la visión política y estratégica de unos y otros no es nueva. Por caso, se verificó en los días que siguieron al 28 de junio de 2009, cuando la oposición destituyente se frotó las manos especulando con la caída del gobierno, y Cristina respondió contragolpeando eficazmente sobre los puntos más sensibles de sus detractores: Ley de Medios, Fútbol para Todos, Asignación Universal por Hijo y reestatización del sistema previsional, volviendo virtuosos y productivos los fondos de los trabajadores.
En sólo un año, un oficialismo apenas si rasgado por aquella no del todo convincente performance electoral arremetió con victorias clave en los terrenos simbólico-cultural y político-económico.
Cristina es por ella misma, por mérito y capacidad propios, pero también por debilidad intrínseca de sus contrincantes, cuya falla de origen no está en la pobreza de sus argumentos, ni siquiera en la nula destreza de sus portavoces, sino en la notoria imposibilidad de ofrecer un plan superador al actual para beneficiar a las mayorías populares, y no únicamente a las clases dominantes.
Incurablemente, la derecha no leyó bien los reclamos redistributivos que en 2001 llovieron como pus sobre esta democracia.La designación de Amado Boudou indica la decisión y el carácter político del oficialismo. Si bien no fue una sorpresa, tampoco resultó una obviedad. Como tampoco fue una extrañeza total la edificante incorporación de Gabriel Mariotto al binomio bonaerense.
El proyecto nacional y popular en curso desde 2003 es versátil en sus extremos, y concentrado en su conducción. Las contradicciones las resuelve en camino de su profundización. Siempre. La oposición, al revés.La versión más vetusta que supo alcanzar la derecha alguna vez, quiere leer que Cristina desairó al “peronismo” en beneficio de La Cámpora. Como si La Cámpora no tuviera su anclaje en el peronismo; como si toda expresión heterodoxa, joven, de nuevo orden que atraviesa la política argentina concluyera en esa agrupación, y sólo aspirara a un cargo electivo.
¿Cómo se explica si no este diario, que cumple un rol decisivo en la batalla comunicacional, dirigido por un grupo muy joven y calificado de periodistas, entre tantos emprendimientos similares, en variados soportes? ¿Cómo subsumirlo todo a un mero rasgo generacional si son las Madres de Plaza de Mayo uno de los actores principales de este proyecto? ¿Cómo obviar las experiencias sindicales de base, cuyos protagonistas son deliberadamente ninguneados por el núcleo duro de sus dirigencias y no progresan como correspondería en sus gremios, y que también conforman esa nueva juventud maravillosa, ubicada al otro lado del puente generacional que Cristina une con grandeza?
Qué raro, no obstante, que la corporación mediática no haya titulado así: “La CGT le impone el vicepresidente a Cristina”, en virtud del apoyo de Moyano a Boudou en su precandidatura a jefe de gobierno porteño. Por ahí podría haber discurrido su delirio, pero no. Eligió el camino opuesto.
No reparan en la candidatura a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires de Facundo Moyano, hijo del camionero, y su seguro ingreso a la Cámara Baja. Su nombramiento es muy significativo, tanto como lo fue aquel grosero error de la dirigencia sindical: haber firmado una declaración de apoyo al duhaldista Momo Venegas, grave desliz del que todavía mana humo y que habrá pesado, y mucho, en la conformación final de las listas electivas.
Porque, como dijo Cristina, la lealtad no debe ser a una persona o un cargo, sino a un proyecto colectivo. Ser leal no equivale a ser corporativo. El proyecto ha madurado lo suficiente como para ya no andar con vueltas en sus definiciones ideológicas, lo que supone el nombramiento de los mejores hombres y mujeres (y la referencia también incluye una renovación etaria), que han de llevarlas adelante, eso que se le reclamaba con vehemencia al oficialismo desde 2005, cuando obtuvo su primera victoria electoral.
Claro que la corporación mediática, sólo leal al dinero y a los duros intereses de sus accionistas, no lo entiende así.
En su relato, Cristina pasó de ser “la esposa de” a gerenciar un “unicato”. De ser una presidenta pintada al óleo, gobernada por su marido, a dirigirlo todo, con absoluta prescindencia de su entorno, y hasta de sus aliados políticos. Todo ello sin reparar en la escasa durabilidad que alcanzaron quienes auguraron un viraje en la política oficial respecto de los Derechos Humanos ante el caso Schoklender. ¿River se fue al descenso y no hubo fórmula presidencial para sacar a los millonarios de la calle de la amargura, como se afirma sin dudar una coma en Clarín el domingo 26? Quizás ese era el deseo de quien lo aseveraba, confesa aficionada a la parcialidad riverplatense, que sabe que “el malhumor nunca es buen aliado de los oficialismos en campaña electoral”, tanto como la desesperación es un salvavidas de plomo para la obtusa oposición toda vez que acontecen circunstancias políticas que podrían profundizar su declive.
Entre tanto, las elecciones en las provincias continúan y el cristi-kirchnerismo se impone con total contundencia. ¿Entonces?

Publicado en :
http://tiempo.elargentino.com/notas/cristina-y-mas-alla-inundacion

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