Asumimos como valor fundamental a la democracia en su sentido más amplio y profundo, entendiendo que no solamente se articula en lo político, sino que en el ejercicio de la política esencialmente se extiende en lo económico para el desarrollo humano. En tal sentido Cristina Fernández de Kirchner, marcó claramente un objetivo en relación a la democracia económica, cuando dijo que los trabajadores deben participar del 50% de la renta nacional Argentina, tal como participaron a mediados del siglo pasado.
Comencemos a llamar a las cosas por su nombre. El Estado hoy se pone a la cabeza de las políticas públicas. El modelo neoliberal quiere un Estado desprestigiado, mínimo, de eso ya bastante sabemos los argentinos. El incremento de los salarios no determina el aumento generalizado en el nivel de precios (inflación), el denominado “costo laboral” es ínfimo con relación al costo de los insumos. Los que determinan el nivel de precios son algunos empresarios, y como la estructura económica en casi toda su cadena se encuentra concentrada y monopolizada, producto del modelo neoliberal impuesto durante la dictadura militar de 1976, parte de ese empresariado se constituye en formador de precio. Ahora bien, dada esta realidad económica, el empresario-formador de precio dispone incrementar los precios más que proporcionalmente al incremento de salarios y la rentabilidad media del sector, obteniendo ganancias extraordinarias, derivando en algunas oportunidades en escalas inflacionarias; sobre todo en aquellos productos que tienen una demanda inelástica como correctamente lo caracterizo nuestra presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Esto es absolutamente visible. Además de los precios estacionales, cada vez que se acerca la discusión de las paritarias, los empresarios aumentan los precios “por las dudas para cubrirse”, según dicen.
En síntesis la inflación no la generan los trabajadores a través de sus salarios, menos aun el Estado Nacional, sino el capital concentrado monopólico en sus diferentes estadios de la cadena de extracción, producción y comercialización.
Ante este escenario, nuestro gobierno nacional, mantiene la firme convicción de democratizar nuestra economía, y avanzar en procesos de desconcentración económica, que eviten la distorsión de precios que deriven en apropiación extraordinaria de ganancias para algunos sectores monopólicos de la economía argentina vinculados al capital trasnacional.
Es pertinente y oportuno clarificar quienes son los formadores de precios en nuestro país ya que nos permitirá también comprender a que modelo de país apuestan y como y porque actúan corporativamente en relación a intereses comunes. La mejor forma de caracterizarlos es definirlos en términos de alianza social compuesta por la oligarquía terrateniente vinculada a los agro-negocios y el sector financiero, la cadena agroindustrial, el capital trasnacional invertido en la industria pesada y el complejo monopólico mediático. Es en el seno de esta alianza social donde reside el poder económico hegemónico, concentrador de la ganancia empresarial, y la consecuente formación de precios. Responde al modelo neoliberal y pretende formarnos culturalmente formando nuestra opinión publica, deformando nuestra conciencia nacional y popular, algo tan simple como deformar precios para formar un país sectario y excluyente. Por otro lado y como expresión del proyecto nacional y popular encontramos la segunda alianza social compuesta por el Estado Argentino, movimiento obrero organizado, movimiento cooperativo y mutual, y las fracciones del capital nacional de las pequeñas y medianas empresas.
Así vemos como se despliegan diversas estrategias, que operan sobre la primera alianza social, como fue el ultimo anuncio de la presidenta en relación a acuerdos de cooperación para el desarrollo de mercados concentradores regionales, mecanismos que se orientan a atenuar la dispersión, disminuir la distorsión y evitar el aprovechamiento por parte de determinados grupos de poder en la comercialización de productos alimenticios básicos y mejorar el poder adquisitivo del salario.
por Alicia Kirchner
Ministra de Desarrollo Social de la Nación
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bue-ní-si-mo
ResponderEliminarque se pongan de acuerdo. El tema de la inflación no es quién la genera. Cristi no quiere admitir que existe, ESE es el tema.
Y Alicia sí ?
La inflación EXISTE EN TODO PAÍS QUE CRECE. La única economía sin inflación es una economía moribunda, en recesión e inflación. Por supuesto que en carne-leche-gaseosas los aumentos han sido exagerados, pero eso tiene que ver con los formadores de precios y los muchachos del campo, que suben como protesta política. ¿Quién dice que la inflación no exista?... Lo que se discute es el porcentaje ... ¡Y nunca nadie le creyó al Indec -que promedia la leche y la coca con el champan demisec y el cognac-, sólo que ahora los medios lo ponen en tapa!
ResponderEliminarDiscrepo : el tema no es la inflación, sino la capacidad de compra de TU SALARIO ; el tema no es la inflación sino el crecimiento ...
Al menos eso pienso yo. Te recomiendo en este blog, bajo la etiqueta "Inflación" un excelente artículo de Chitarroni Maceyra, algunas cosas muy buenas de Heller, y alguno más modesto con mi firma...
Adrián
FE DE ERRATAS : léase "en recesión y deflación".
ResponderEliminarBrasil creció creo más que ningún país de sudérica, sin embargo no tiene la inflación que tenemos nosotros.
ResponderEliminarEstoy totalmente de acuerdo con que el tema no es la inflación, sino los salarios, pero los salarios no han aumentado en la misma proporción que la inflación.
Exportamos alimentos, a diferencia de Brasil, que vienen subiendo en todo el mundo desde el 2008, desde que la plata de la burbuja inmobiliaria yanqui se volcó a la especulación en alimentos. Y los productores de alimentos , los grandes, están subiéndolos a propósito, porque buscan desestabilizar. Los aumentos de la carne, por ejemplo, no tienen ninguna lógica...
ResponderEliminarRespecto a lo otro, yo trabajo en lo mismo desde hace años (soy docente) , con la misma carga horaria, y levantándome todos los días a las cinco o seis -sólo los lunes y jueves, los demás días a las 5- de la mañana, y mi salario no compra menos que hace dos o tres años.
Respecto al comentario que hiciste en la otra nota, me parece que te enojaste, y agrediste sin motivo. No suelo publicar comentarios con agresiones. Te aclaro que en mi vida estuve en el Calafate, ni en Santa Cruz, ni en la Patagonia en general (ni siquiera en Bariloche). Y en mi vida alguien me pagó un peso por escribir. Como tampoco creo que a vos te paguen por dejarme comentarios en el blog.
Respecto al 82%, incluso Proyecto Sur reconocía que para pagarlo había que crear nuevos impuestos (proponían aumentar aportes patronales). Tal como lo votó el grupo A, el 82% hubiera producido en meses el quiebre del ANSES y el regreso de las AFJP ... ¡ Y ahí si que los jubilados se iban a morir del hambre !
Vos ves el vaso medio vacío ; yo veo el vaso medio lleno... (si, la frase es de Heller, pero es muy buena)
Evidentemente, vemos las cosas de forma distinta...
No tengo inconvenientes en publicar tus comentarios y contestarte lo mejor que me salga si evitás agresiones verbales. Yo creo hacer lo mismo, y si algo te resultó ofensivo te pido humildemente disculpas.
Adrián