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domingo, 10 de octubre de 2010

EMIR SADER : “Fue la mejor votación que jamás la izquierda había tenido en Brasil” , entrevista por Dolores Álvarez (para "Tiempo Argentino" 09-10-10)


Hombre cercano al Partido de los Trabajadores, el secretario ejecutivo de Clacso explica las razones que impidieron el triunfo de Dilma Rousseff en primera vuelta. Afirma que el oficialismo venció a una derecha rancia del Senado.


Parecía que Dilma Rousseff se coronaría como la primera presidenta del Brasil sin demoras. Pero los hechos demostraron que, en política, los votos no tienen dueño y, contra todos los pronósticos, la pupila de Lula tendrá que enfrentarse a José Serra en un ballottage el próximo 31 de octubre. Para Emir Sader fueron tres los factores por los cuales las cosas no salieron como se pensaba: las denuncias de corrupción, el complejo sistema de voto y, sobre todo, la salvaje campaña de difamación del ala más conservadora del catolicismo. Sader –compañero de militancia de Rousseff en los ’60– recibió a Tiempo Argentino en su oficina, en la sede de Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso) y habló del por qué se llegó a esta instancia, de los desafíos para el nuevo gobierno y aseguró estar convencido de que Lula eligió a Dilma porque reconoce en ella a la principal artífice de sus éxitos.


Dolores Álvarez : –¿Qué piensa que pasó?


Emir Sader : –Fue la mejor votación que la izquierda jamás tuvo en Brasil. Dilma Rousseff, nunca antes candidata, tiene más votos que Lula en primera vuelta. Todos los gobernadores que apoyan al gobierno, salvo uno, se reeligieron en la primera vuelta. Se reconquistó Río Grande do Sul, que es simbólico, se va a ganar Brasilia. Se desarticuló totalmente una oposición fuerte de derecha en el Senado, una generación entera de políticos derrotados que se vuelven a casa. Fue un voto muy perceptivo. La expectativa de ganar en primera vuelta se frustró por la pérdida de votos a último momento por tres factores. Primero por las denuncias sobre irregularidades en el gobierno, que desgastan, sean reales o no. En segundo lugar, la fuertísima campaña religiosa contra el tema del aborto, agarrando entrevistas de Dilma del pasado que se decía a favor de las despenalización. Hubo una brutal campaña sobre todo de la Iglesia, con cultos, misas. Y, por último, hubo una sorprendente abstención, voto nulo y en blanco, un 26 %, principalmente por dos razones: una ley que disponía que la gente debía votar además de con el documento electoral, que no tiene foto, con otro documento que sí la tuviera. Lo cual ya es medio raro, porque hay una cantidad de gente que no se entera, o que se olvida. La gente estaba confusa, con miedo de votar. La segunda causa fue el sistema de voto.


D.A.: –¿El voto electrónico?


E.S.: –Exacto. El voto era múltiple, se votaba por seis cargos distintos en 27 regiones. Había que marcar cinco números en la computadora para cada cargo. Es el único país que da derecho de voto al analfabeto pero exige que sea alfabetizado. En muchos países se elige entre colores, emblemas o fotos. Y el voto evangélico…


D.A.: –Fue muy importante para Lula en su momento, ¿por qué lo perdieron?


E.S.: –No fue tan importante en aquel momento. Lo que pasó es que empezaron a plantear el tema del aborto diciendo que Dilma está a favor de la despenalización. Todo mentira. Ellos están canalizando los votos de la criminalización del aborto. Dicen que Dilma tiene cáncer, que va a morir sufriendo mucho y que el vicepresidente asume y va a satanizar al país. Otros en el púlpito dicen que no le darán la bendición a los que han votado en contra de la vida. La posición del programa del PT, a favor de la ley que está ahí, muy minimalista, favorece al aborto en casos extremos.


D.A.: –¿Y qué diferencia hay con la ley vigente?


E.S.: –Dilma está en contra de la criminalización. Esa es una política de salud pública: dar la opción a quien quiera, de hacerlo.


D.A.: –A nivel regional, que Serra fuese el presidente sería un gran cambio…


E.S.: –Él empezó diciendo que era el mejor continuador de Lula. Después cuando Dilma empezó a tomar fuerza empezó a atacar por derecha. Marina (Silva, la ex candidata por el Partido Verde que se alzó con casi el 20% de los votos) es propicia para eso. Porque Serra no subió nunca en las encuestas. Es un mal candidato, no iba a subir nunca, quedó ahí, y para tomar los votos de los indecisos, lo ideal era Marina. Tiene un núcleo ecológico, Leonardo Boff está en eso, y tiene jóvenes contra la política tradicional, contra la sociedad civil, contra el Estado, y un contingente que le subió los votos en las últimas semanas que fueron los evangélicos. Porque ella es súper reaccionaria: contra el aborto, contra la unión de los homosexuales, contra células tronco, creacionista. Era fácil canalizar hacia allí ese tipo de votos.


D.A.: –¿Marina no dejó el gobierno por la Ley de protección de la Amazonía?


E.S.: –No fue por eso. Ella siempre quería imponer su postura, imponer sus criterios más duros, más rigurosos contra las grandes inversiones públicas. Nunca presentaba alternativas.


D.A.: –¿Cuáles son las transformaciones más importantes que logró Lula y qué temas quedan pendientes para el nuevo gobierno?


E.S.: –Lo más importante es que Brasil es el país más desigual de América Latina, casi el más desigual del mundo, y nunca cambió eso. Pero por primera vez mejoró la distribución de rentas, la desigualdad social. Por eso Lula tiene tanto apoyo, sin tener nada de prensa a su favor. La mayor parte de la población está en el medio de la pirámide, no abajo, no en la base. Esto no significa que sean clase media, porque hay temas pendientes en transporte, educación, salud, pero el acceso a los bienes es masivo. Y en un país desigual este es el tema más importante.


D.A.: –¿Y lo pendiente?


E.S.: –Quebrar el monopolio del dinero, de la tierra y de la palabra. Primero, disminuir un poco el rol del capital financiero, que sigue siendo hegemónico, con una tasa de interés muy alta que atrae al peor capital, el de la especulación, que no genera bienes ni empleo. Segundo, el monopolio de la tierra, los falsos terratenientes, la demanda de la soja, es incontrolable. Es soja para exportación, transgénica, en desmedro de la soberanía alimenticia, la provisión de alimentos para el mercado interno, acceso a la tierra. El gobierno impulsó mucho a la pequeña y mediana empresa, el microcrédito, la producción familiar, pero no a un ritmo comparable al de la demanda china. Ese es un tema que no se puede borrar de la noche a la mañana. Y el tercero, el monopolio de la palabra, de los medios.


D.A. : –¿Van a hacer una ley de medios?


E.S.: –No. No está planteada. Yo le pregunté eso a Lula. En el proceso electoral quedó en claro que hablando todo el tiempo en su contra, sin embargo, Lula tiene sólo 4% de rechazo. Eso se llama haber hecho política social. (El ex presidente Fernando Henrique Cardoso tenía toda la prensa a su favor y al final de su mandato tenía casi un 51% de rechazo.)


D.A.: –Dilma fue la principal heredera de gran parte de la popularidad de Lula, ¿se puede gobernar con votos transferidos?


E.S.: –A pesar de todo eso, Lula cambió los términos de la opción electoral. No fue tanto “yo” contra “Cardoso”, sino “mi gobierno” contra “el gobierno de Cardoso”. Y la gran responsable es Dilma Rousseff. Fue una transferencia no en el sentido de Perón-Isabelita, que obtuvo el cargo sólo por ser su mujer. En este caso se debió a que ella era la responsable de los cinco años de éxito. Fue un reconocimiento a su esfuerzo. Ella fue la responsable y su candidatura fue producto de sus méritos reales.


D.A.: –¿Por qué cree que atacan tanto a Dilma? ¿Tiene algo que ver con que sea una mujer?


E.S.: –No, no hay prejuicio en ese sentido. Lo que apareció fue un intento de calificarla como terrorista. Era lo que la dictadura decía de nosotros. Buscaron parientes, víctimas de acciones armadas, amigos relacionados.


D.A.: –Dicen que es autoritaria.


E.S.: –Ella es muy competente, pero para gobernar, para conducir, para coordinar, hace falta un poco de carácter… Yo se mucha gente que se quedó dolida por ella. Ella se enoja con quien no cumple, es exigente.


D.A.: –¿Por qué la prensa ataca tanto a este gobierno?


E.S.: –Este es un gobierno moderado, como el de los Kirchner. Los empresarios pueden convivir con ese gobierno, no hay choques tan abiertos, hay crecimiento económico. Pero si existe una alternativa de tener llegada con ministros que resuelven las cosas por teléfono… Apropiarse de las estatales, que son una joya de riqueza, el Banco de Brasil, Petrobras, Electrobras, eso sería una maravilla, ¿no? Lula dijo durante la campaña muy fuertemente: “Se puede gobernar un país sin almorzar con los dueños de los medios.” Aunque los empresarios se llevan bien con el gobierno, si tienen una alternativa, la prefieren. Porque así podrían mandar su gente y nunca habría, por ejemplo, un dirigente sindical como ministro de Trabajo. Cardoso dijo: “Este gobierno es subperonista.”


D.A.: -¿Cree que Dilma puede perder?


E.S.: -Riesgo hay. No se puede decir tenemos 47 % nuestro, consolidado. Siempre hay riesgo. Circula una encuesta que dice que será 55% a 45% para Dilma. Sería un buen resultado para Serra, si es cierto.

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