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viernes, 24 de marzo de 2023

40 AÑOS, Y ALGUNOS NO APRENDIERON NADA, por Adrián Corbella

Semana Santa de 1987: Ante la amenaza golpista, Antonio Cafiero, 
principal referente de la oposición peronista, 
apoyó incondicionalmente al Presidente Alfonsín.


Hace 40 años se elegía un gobierno democrático tras 7 años de
dictadura militar. A primera vista era un hecho repetido. Desde
1930 se sucedían golpes y elecciones, y casi ningún gobierno elegido
terminaba el mandato.
Los golpes los ejecutaban los militares, pero había siempre civiles
detrás: empresarios, políticos de las fuerzas que no estaban en el
poder, la iglesia. El poder judicial no siempre quedaba bien
parado: es famosa la acordada que la Corte Suprema emitió en
1930 reconociendo al gobierno del dictador José Félix Uriburu
porque controlaba el territorio y porque… HABÍA PROMETIDO
RESPETAR LA CONSTITUCIÓN (que acababa de violar sacando del
poder a Yrigoyen).
Los golpes tuvieron un nivel de violencia creciente. Los golpistas
de 1930 parecen niños de un jardín de infantes al lado de
quienes en 1956 fusilaron 37 personas, en 1966 reprimieron en
las universidades o en 1976 generaron miles de desaparecidos,
cuyos cuerpos fueron ocultados.

También fueron comunes las proscripciones: los militares de
1930 prohibieron la participación en el sistema político del
radicalismo. La UCR les parecía un partido populista peligroso y
corrupto.
Lo mismo hicieron con idénticos argumentos, los golpistas de 1955 con el peronismo: lo proscribieron por 18 años.
Todos los golpes se hacían con esos argumentos tan repetidos. El
gobierno desplazado, poco importa de que partido fuera, era
acusado de no respetar la Constitución, de ser autoritario y
corrupto. Y se hacía un golpe en nombre del sistema
democrático y la República.

Escribía en 1964 el derrocado presidente radical Arturo Frondizi:
“Durante los solitarios meses de mi confinamiento en Martín
García, regresé a las abandonadas lecturas de nuestra historia
patria, tan coherente en su apariencia turbulenta y
contradictoria, que los hechos de hoy conservan asombroso
parentesco con los de antaño. En todo tiempo, quienes quisieron
empujar el país hacia adelante fueron acusados de mala
conducta administrativa, de cohecho y malversación. Como
también a mi gobierno se le habían formulado idénticos cargos,
me propuse trazar esquemáticamente esa constante que
podemos llamar ‘de la calumnia’ y que en mi caso se había
cebado no tanto en mi persona, a la que algunos adversarios
generosos eximían de culpa, sino en mis más cercanos y
eficientes colaboradores y, especialmente, en Rogelio Frigerio y
sus amigos.”
La elección, a fines de 1983, del también radical Raúl Alfonsin,
marca el comienzo del período más largo de gobiernos
democráticos en la Argentina. Nadie podía saber en ese
momento la significación histórica de esa elección, pero hoy, ya
pasadas muchas décadas, y habiéndonos abandonado casi todos
los protagonistas de esos hechos, nos damos cuenta de su
importancia. Visto en perspectiva, pudo haber durado poco, ya
que luego del juicio a los militares responsables de la violación
de derechos humanos, el gobierno radical debió enfrentar la
amenaza de los militares golpistas que se hacían llamar
“carapintadas”. La historia es la experiencia colectiva de las
sociedades, y pensando en estos hechos no podemos olvidar a
otros protagonistas de esos días, ya que cuando el gobierno se
vió amenazado por un golpe, el principal referente opositor de
ese momento, el recordado dirigente peronista Antonio Cafiero
le dio un apoyo absoluto al presidente Alfonsin.

Alfonsin y Cafiero nos dejaron una importante enseñanza:
cuando está en juego el sistema democrático, los dirigentes
políticos que comulgan con el deben dejar de lado las diferencias
partidarias y trabajar codo a codo.
Importa poco cual sea la fuerza que amenaza al sistema
democrático. Cuando esto ocurre, los dirigentes políticos deben
dejar de lado las disputas mezquinas, y unirse en defensa del
gobierno elegido por el pueblo.
Aprendamos de estos 40 años, y repitamos una vez más: Nunca
Más.

Adrián Corbella
14 de marzo de 2023
 

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