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sábado, 29 de octubre de 2022

LA CASA DEL DRAGÓN SOPORÍFERO, por Adrián Corbella




En ocasiones se escribe porque uno tiene algo que decir, algo que es propio. Pero muchas veces, y este es el caso, sucede que una lectura nos genera tantos rechazos y cuestionamientos que terminamos respondiendo una nota escrita por otre. La lectura de “Cómo La Casa del Dragón corrigió las críticas a Game of Thrones” de Camila Alfie, publicada en “Página 12” el 28-10-22 me generó la necesidad de marcar mis discrepancias.

Voy a citar textual dos largos párrafos que son el eje de la argumentación de la autora, y que me generan enormes diferencias:

“Esta serie no solo superó las expectativas de los seguidores, sino que también ‘corrigió’ algunas de las mayores críticas que gran parte de ellxs le hicieron al relato original. Entre lo más reclamado: la falta de diversidad en el elenco y las excesivas escenas hiperviolentas y de male gaze, (es decir, que buscan satisfacer el deseo de una mirada esterotípicamente masculina y heterosexual). En otras palabras: demasiadas mujeres -con cuerpos ultra hegemónicos- desnudas que no tienen nada que ver con la trama. Además de violaciones explícitas y una cantidad infinita de prostitutas deshumanizadas, que son retratadas como esclavas, explotadas, asesinadas y maltratadas de forma gratuita y grotesca.

En ese sentido, HOD vino a ‘arreglar’ algunas de estas falencias y darle a sus fans más de lo que ellxs pedían: mayor dinamismo (lo que se logra con saltos temporales de varios años en la trama), diversidad, perspectiva de género y, obviamente, más dragones. Incluyó dentro de la historia a personajes negros (una decisión que fue fuertemente resistida por ala racista y conservadora del fandom), y planteó otras miradas con respecto a la experiencia de las mujeres: los arcos de las dos figuras más importantes, Alicent Hightower y Rahenyra Targaryen, son la búsqueda de ambas por dejar de ser commodities dentro de un sistema patriarcal, para empezar a reconocer sus propias voces y reclamar su poder.”

Vayamos por partes. Uno puede entender la crítica a que los desnudos sean todos de mujeres y respondan a, cito, “de una mirada esterotípicamente masculina y heterosexual”. Pero pasar de eso a un escenario de “todo el mundo vestido, todo el tiempo” no me parece una perspectiva de género, sino solo una mirada pacata, o sea un giro no hacia una visión no machista y sexualmente más diversas sino simplemente más “moralista”, más “políticamente correcta”.

Respecto a las escenas hiperviolentas, parecen acordes al universo “guerrero” planteado. La historia de la humanidad está llena de ellas. Y la violencia de GOT incluye por ejemplo castraciones de varones y amputaciones (estoy pensando en Theon Greyjoy y Jamie Lannister). Es decir: las víctimas de esa violencia extrema no son siempre mujeres.

Luego la nota empeora. Cito: dice la autora que la Casa del Dragón logra “mayor dinamismo (lo que se logra con saltos temporales de varios años en la trama)”. Absoluto desacuerdo. La Casa del Dragón tiene un estilo cinematográfico europeo, lento, pausado, aburrido. Está llena de escenas del tipo “el mira, ella mira, el perro los mira a ambos, los dos miran al perro, y luego se miran entre sí. Entonces ella dice ‘Hola’ y el, tras poner durante varios segundos cara de que le preguntaron acerca de la cuadratura del círculo responde ‘Hola’”. Tiene un ritmo insoportablemente lento. Cero dinamismo. Los saltos temporales, sumados a los incomprensibles cambio de actrices en personajes clave, tornan la trama muy confusa. Además de que, a diferencia de GOT, donde había 3, 4 o 5 relatos paralelos que se terminaban cruzando, en “La Casa del Dragón” es todo más lineal, con una sola historia que se desarrolla todo el tiempo.

La cosa sigue empeorando. Alfie destaca la diversidad. Y allí también no veo grandes mejoras. En GOT no había gran diversidad en cuanto a orientaciones sexuales, todos eran al parecer heterosexuales, y cuando surgían dudas continuaban en el misterio. Pero al menos se tenía un enano entre los cuatro personajes centrales. Y Tyrion es protagonista desde el primer al último episodio. En La Casa del Dragón aparece un príncipe homosexual, pero tiene un rol muy secundario en la trama y lo sacan de juego tras muy pocos episodios. Si queremos darle cabida a una perspectiva de diversidad, debería ser un personaje como Tyrion, central, y no salir de escena tan rápido.

Respecto a lo que la periodista de “Página 12” llama “personajes negros”, me parece que el error es aún más profundo. Las casas nobiliarias que aparecen en la serie son profundamente endogámicas. Se casan todo el tiempo entre ellos. Todos son más o menos parientes. Corlys Velarion se casa con Rhaenys Targaryen. El hijo de ambos forma pareja con una sobrina, otra Targaryen, Rhaenyra. Mientras que las dos hijas son prometidas a hijos de esta última princesa, o sea a sobrinos nietos.

Ante semejantes niveles de endogamia en las casas nobiliarias, la diversidad étnica es un absurdo. Si todos son más o menos primos, todos deberían parecerse mucho. Cualquier extremo en el aspecto físico, alguien de apariencia muy “nórdica” o excesivamente moreno, parece fuera de lugar. Las diferencias entre unos y otros deberían ser muy menores.


La endogamia de las casas nobiliarias produce fenómenos como éste: Nicolás II de Rusia, Jorge V de Inglaterra y Guillermo II de Alemania eran primos hermanos. Los dos primeros son casi idénticos. El alemán se les parece mucho.


Para cerrar un cúmulo de opiniones con las que no coincido, cerramos con la perspectiva de género que menciona la autora. En GOT dos de los 4 principales protagonistas son mujeres de una personalidad muy fuerte, como Danaerys y Cersei. Y aparecen otras, como la lunga guerrera Brienne de Tarth, Arya Stark, la bruja Melisandre, o Asha Greyjoy. No logro entender desde que perspectiva los personajes femeninos de La Casa del Dragón serían más acordes a una perspectiva de género que estos de GOT. Quizás sea una incapacidad mía. Es posible.

La periodista de Página 12 nos dice: “Contra todo pronóstico (los primeros capítulos se caracterizaron por un guión cansino y predecible), HOD pudo levantar vuelo y construir su propio relato, despegándose de la historia original, que había dejado una vara altísima”. Quiero manifestar, con todo respeto, mi desacuerdo total. El ritmo cansino no se agotó nunca. Por otra parte, considero que si HOD no fuera una precuela de la exitosa GOT, ya hubiera pasado al olvido. Los fans le están dando una oportunidad por estar vinculada a la otra serie, a la que se añora. En caso contrario, hubiera sido un fracaso estrepitoso.

Hay muchos dragones, si. Pero nos duermen.


Adrián Corbella

20-10-22

LA NOTA DE CAMILA ALFIE



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