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viernes, 26 de noviembre de 2021

Tensión entre el kirchnerismo y el denominado “peronismo territorial”, por Melisa Molina (para "Página 12" del 26-11-21)


Alberto Fernández y Axel Kicillof con funcionarios e intendentes de la porvincia de Buenos Aires.. Imagen: Prensa Presidencia

Los que ya se anotan para las PASO en 2023

En Casa Rosada consideran que fue un error no ir a internas y proyectan que haya competencia en 2023. El rol de los gobernadores e intendentes. La posición de La Cámpora.


Por Melisa Molina

26 de noviembre de 2021


El Frente de Todos, luego de las elecciones de medio término, transita un momento de tensiones internas, fundamentalmente entre el kirchnerismo y lo que se autodenomina “el peronismo territorial”, conformado por sectores más ligados al albertismo, entre los que se ubicarían un grupo de intendentes del conurbano, de gobernadores y la CGT. Si bien no hablan de una ruptura y ponderan la unidad, se trata de espacios que leen que la derrota en las PASO se debió a la obturación de candidaturas para competir en las internas dentro del Frente de Todos. Creen que deberían existir “sí o sí” en 2023 y que hasta ahora no ocurrieron porque “a La Cámpora no le conviene”, ya que –según ellos– con esta metodología perderían espacios. Voceros de este grupo, que está reclamando más lugar, piden que exista una mesa de discusión dentro del FdT en la que todos tengan la misma voz y voto. Desde el kirchnerismo sostienen que el debate se tiene que dar hacia adentro y “no en los medios”. En diálogo con Página/12, referentes del espacio de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner ya habían puntualizado que “hay que volver a analizar la génesis del FdT” porque “desconocer que el Frente se conformó con la convocatoria de Cristina es una tontería”. En paralelo, jefes comunales del oficialismo le piden al Presidente que impulse la modificación de la ley que impide las reelecciones indefinidas en suelo bonaerense.


Las rispideces comenzaron a verse más claramente después del 17 de noviembre, cuando Fernández encabezó el acto en Plaza de Mayo y debajo del escenario se encolumnaron Movimiento Evita y Camioneros, mientras que La Cámpora y su líder más importante y presidente del bloque oficialista en la Cámara de Diputados, Máximo Kirchner, quedaron alejados. Desde “el peronismo territorial”, como se denominan los voceros de ese espacio que pretende disputarle poder a La Cámpora, especifican que la agrupación que conduce Máximo Kirchner “no es lo mismo que la vicepresidenta” y que “el kirchnerismo tiene un proceso de acumulación limitado”, por eso ellos serían necesarios. “Una cosa es La Cámpora y otra Cristina”, repiten.


En esa línea, destacan que en la actualidad CFK está cerca del Presidente y que el jefe de Estado no tiene ninguna intención de discutir o romper con ella. Además, ponderan que la vicepresidenta está de acuerdo con las negociaciones que viene llevando adelante el ministro de Economía, Martín Guzmán, de cara al acuerdo con el FMI. También vaticinan que “no va a haber más cartas porque La Cámpora y todo el kirchnerismo quedaron muy marcados de forma negativa luego de ese suceso”, en referencia al mensaje de la vicepresidenta después de las PASO.


Los sectores ligados a CFK, sin embargo, consideran que la famosa carta fue de mucha utilidad porque propició un cambio de actitud en el Gobierno que permitió “endurecer el discurso” ante distintos actores, como los formadores de precios, y frente a la negociación con el FMI. También ven como positivas las modificaciones de ministros que se realizaron luego del cimbronazo de las PASO y opinan que eso sirvió para remontar en las elecciones generales.


Para el sector de intendentes y gobernadores, en cambio, la remontada, lejos de tener que ver con la misiva –que consideran que fue algo tan malo como la foto del Presidente en Olivos durante la cuarentena–, fue mérito exclusivamente del trabajo territorial que ellos realizaron. “La elección se ganó por el cuerpo a cuerpo, algo que hicieron los intendentes y gobernadores”, destacan. Ahora, con eso en mente, los intendentes están dispuestos a “pasar factura” por el trabajo realizado y uno de los pedidos que llevan como bandera –además de exigir que en 2023 haya PASO– es la posibilidad de volver a ser reelectos.


Desde el “peronismo territorial” aseguran –al igual que lo dijo Fernández en el acto por el día de la militancia– que quieren que en 2023 haya internas para todos los cargos, desde concejales hasta el Presidente. “En estas elecciones eso no se permitió y generó muchos problemas. El cierre de listas fue muy complicado. Antes de la veda, uno siempre se junta a comer y celebrar con los compañeros, pero este año nada de eso sucedió. Hasta último momento te llamaban desde las intendencias para quejarse”, explican cerca del Presidente.


En esa línea, otros dos sectores que reclaman más lugar en la alianza oficialista son los gobernadores, que se ven fortalecidos con la figura de Juan Manzur ocupando el cargo de jefe de Gabinete, y la CGT. Los gobernadores, incluso, no descartan que en unas internas alguno de ellos pueda disputar puestos importantes, hasta quizás alguno como Sergio Uñac, de San Juan, o Jorge Capitanich, de Chaco, podría llegar a querer pelear por la candidatura presidencial. Si bien falta mucho para 2023 los nombres ya comienzan a circular. Lo mismo querrían realizar los intendentes con la gobernación bonaerense: poner como candidato a un referente de su espacio para competir en las PASO. Otros que también quieren reclaman espacio son los lìderes de la CGT. El martes, representantes de la Confederación se reunieron con el Presidente en Olivos y compartieron una cena. “Están haciendo política para que su espacio esté más representado y lo están trabajando desde ahora, no dos semanas antes de que cierren las listas”, detallan sobre el encuentro cerca del mandatario.


En medio de la tensión, muchos jefes comunales no quieren perderse la posibilidad de continuar sus mandatos en los municipios. Por eso le están pidiendo al Gobierno cambiar la ley que fue impulsada por la exgobernadora María Eugenia Vidal en 2016, que limita a los intendentes bonaerenses a una sola reelección.


“La elección se dio vuelta desde abajo y ahora los intendentes piden reconocimiento”, aseguran cerca del Presidente. Fernández está de acuerdo con apoyar el reclamo para modificar la ley vigente y que puedan volver a reelegir los jefes municipales, pero hay otros sectores dentro del FdT que no lo acompañan. Uno de los que ya se manifestó públicamente en contra es el massismo. Sucede que el actual presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, apoyó en su momento la sanción de la norma y ahora no puede, ni quiere, contradecirse. La Cámpora tampoco estaría de acuerdo. El gobernador bonaerense, Axel Kicillof, en cambio, acompaña el reclamo de los jefes comunales. Los intendentes habrían conversado de este asunto en la cena que sostuvieron con el Presidente en Olivos, tras el acto del día de la militancia.


“Sería un mandato más, no la reelección indefinida”, indican cerca de Fernández sobre este tema y evalúan que en el Senado provincial el oficialismo tiene 23 bancas contra 23 de la oposición –desempata la vicegobernadora Verónica Magario–. Lo que hay que tener en cuenta, alertan, es que dentro de ese número hay senadores del massismo con los que el oficialismo no podrá contar para realizar la modificación de la Ley por vía legislativa. “La herramienta sería la vía legal. Que un juez vea que es un pedido de toda la dirigencia política. Los del PRO, los radicales, etc.”, opinan representantes de los intendentes. Esto no sería descabellado ya que, de los 87 intendentes que se quedarían sin la posibilidad de la doble reelección, 47 –es decir la mayoría– pertenecen a Juntos por el Cambio.


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