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sábado, 11 de septiembre de 2021

Despidos baratos y argumentos de goma, por Raúl Dellatorre (para "Página 12" del 10-09-21)


La OIT analizó la flexibilización laboral en 63 países y su inutilidad para crear empleo. 


Héctor Recalde advirtió que sería inconstitucional suprimir las indemnizaciones


Un documento de la OIT de 2015 ya refutaba que la flexibilización laboral creara empleos. Recalde señaló la inviabilidad y los graves baches conceptuales de la propuesta de abaratar despidos.


Por Raúl Dellatorre

10 de septiembre de 2021


Una investigación de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre las políticas de flexibilización de la legislación laboral aplicadas fundamentalmente en países europeos frente a la crisis financiera de 2008, ya demostraba la inutilidad de dichas medidas como presunto estímulo a la creación de empleo y la recuperación económica. El estudio de la OIT, publicado en 2015, abarcaba la experiencia de 63 países, entre los cuales estaban por supuesto los más avanzados, pero también muchos casos de economías emergentes y en vías de desarrollo. Ni los resultados de las investigaciones especializadas ni la propia experiencia argentina parecen haber sido tomadas en cuenta por Juntos por el Cambio para volver a levantar la propuesta de precarización de los derechos laborales, en este caso la eliminación de las indemnizaciones por despido, como vehículo para crear empleo. 


"Con flexibilidad o sin flexibilidad, el empleo crece cuando lo impulsa el crecimiento económico", señaló a este diario Héctor Recalde, experimentado abogado laboralista que fuera referente en la materia de la CGT, el MTA y del Congreso como diputado nacional durante los gobiernos kirchneristas. "A esto también se aplica lo que decía Bill Clinton, "es la economía, estúpido", no es con precarización laboral que se genera empleo, es con crecimiento". 


"Querer suprimir la indemnización por despido es anticonstitucional", afirma Recalde, al recordar que la Constitución consagra la progresividad del derecho laboral, es decir que no se pueden introducir modificaciones que "vayan para atrás" en los derechos del trabajador. 


Incluso en la hipótesis, descabellada por cierto, de querer otorgar "el beneficio a los empleadores" de suprimir la indemnización por despidos a los nuevos contratos laborales, admitiendo su validez sólo para los contratos vigentes, "se provocaría una discriminación intolerable que, además, alentaría la sustitución de los viejos por los nuevos contratos", explicó Recalde. 


Por la situación de presión a la que se sometería a los trabajadores, este tipo de propuestas resultan no solamente en términos constitucionales, sino además socialmente inviables.


La indemnización por despido, como institución del derecho laboral, funciona como un límite en el ejercicio del empleador en la relación laboral, precisamente porque fija un castigo monetario --además de la compensación al despedido-- para quien decide un despido sin causa. La propuesta que enarbola Horacio Rodríguez Larreta disuelve esa barrera. Un despido sin causa no tendría costo alguno para el empleador que lo dispusiera. En vez de castigar, prácticamente se estaría premiando la arbitrariedad.


Otra acotación de Héctor Recalde con respecto al proyecto de Juntos por el Cambio, que propone sustituir la indemnización por despidos por un Seguro de Garantía de Indemnización, es que también resultaría perjudicial para el empleador que no proyecta despedir empleados. "¿Por qué debería estar obligado a aportar para un seguro de indemnización quien no va a despedir personal?", se interrogó. 


Tampoco resulta muy plausible la comparación que hizo Larreta con las prácticas en la actividad de la construcción en materia de flexibilización laboral. "Larreta alude a lo que es un mal ejemplo de relaciones laborales, no un ejemplo a imitar, que es el sector de la construcción. Es uno de los sectores de mayor precariedad laboral, con niveles prácticamente del 80% de empleo en negro, y con algunas condiciones más flexibles de contratación por la naturaleza propia del trabajo", señaló Recalde. 


Recordó que es una actividad "que puede incluir tareas que representan una contratación por 20 días, o de tres a seis meses en muchos casos, porque en su mayoría son oficios o especialidades que no se requieren a lo largo de todo el tiempo que dure la obra". Por  todo ello, remarcó que "no es el mejor ejemplo para defender su proyecto; por el contrario, diría que los bruscos cambios en la contratación de empleados de la construcción cuando baja la actividad y cuando sube, es otra prueba de que la ausencia de derechos laborales no es lo que genera empleo, sino el crecimiento económico". 


Publicado en:

https://www.pagina12.com.ar/367281-despidos-baratos-y-argumentos-de-goma

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