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miércoles, 10 de febrero de 2021

12 horas (o toda una vida) para sobrevivir, por Mina Peroggi (para "Erase una vez en Peronia" del 09-02-21)


Esto no es un simulacro. Este es el Sistema de Transmisión de emergencia 

anunciando el inicio de la Purga Anual aprobada por el gobierno de Estados Unidos. 

Comenzando la sirena todo crimen, incluyendo el asesinato

 serán legales durante las próximas 12 horas. 

Policías, bomberos y los servicios médicos de emergencia no estarán disponibles 

hasta mañana a las 7:00 AM cuando concluya la Purga. 

Armas de clase 4 y menores han sido autorizadas para usarse durante la Purga. 

Todas las demás están prohibidas. 

Funcionarios del gobierno nivel 10 se les ha concedido inmunidad

 de la Purga y no deben ser lastimados.

Dios bendiga a nuestros nuevos Padres fundadores y a América, 

una nación renacida.

Que Dios los proteja.



La saga de La Purga o 12 Horas para Sobrevivir (según la traducción que elijamos) nos propone que nos sentemos en el sillón para ver un clásico del cine pochoclero norteamericano. Inclusive puede tentarnos a una maratón. Con un guión distópico excelentemente logrado, una propuesta innovadora, actores que hacen justicia en algunos casos y una fotografía que nos ayuda a sumergirnos en el caos; podemos dejarnos atrapar y pasar un buen momento por una serie de películas clase B distintas y más atrapantes aún, aunque muchas veces se quede en buenas intenciones solamente y no le haga justicia a un planteo maravilloso que salió de la mente del escritor/creador de la saga.

James DeMarco nos enfrenta a nuestra propia condición humana. ¿De qué somos capaces si se nos permite? Sin limites legales. La Purga es una solución innovadora y descarnada a un conflicto apocalíptico capitalista que tiene todos los condimentos para salir mal, pero.... que termina bien y con la bandera yanki ondeando bien alto, demostrando su superioridad y el status quo reinante para que, luego de los títulos, nos vayamos a dormir tranquilos sabiendo que hay un país superior, que vela por nosotros. Porque claramente, desde nuestro sillón, no nos imaginamos ser cazados. Nunca nos imaginamos marginados, siempre nos identificamos con los protagonistas que se salvan y no están en peligro. No nos deja tranquilos, pero cumple con la fórmula de los héroes sin capa que vienen a cambiar el mundo, salvando una vida a la vez. 

El día después de La Purga va a ser el que nos deje la imagen más vivida. El que más nos va a exigir a nivel conciencia. ¿Cómo se puede volver a la normalidad luego de las atrocidades cometidas la noche anterior? ¿Cómo nos saludamos con el vecino que salió con un machete a descargar sus frustraciones sociales con quienes no son capaces de proveerse seguridad? Porque la purga no es más que eso, y dejaré un resumen de un dialogo de la primer versión para ejemplificar:


“Su casa me dice que son gente buena, como nosotros. Personas pudientes. 

Queremos tratarlos justamente, así que escuchen bien. Nos presentaré. 

Somos unos jóvenes buenos y muy educados. 

Nos pusimos disfraces aterradores igual que todos los años

 listos para violar, aniquilar y limpiar nuestras almas. 

Pero las cosas dieron un giro. Nuestro blanco se nos escapó, 

y varios vecinos suyos nos informaron que ustedes, 

los Sandin, inexplicablemente le dieron refugio.


El hombre al que dieron refugio es un cerdo sin hogar.

 Una amenaza a nuestra sociedad justa

 quien tuvo la audacia de defenderse matando

 a uno de nosotros cuando tratábamos de ejecutarlo. 

El cerdo no sabe cuál es su lugar y necesita una lección.

 Necesitan devolvérnoslo. Vivo. 

Para poder purgar como tenemos derecho.”


Ahora bien, cuando nos sentamos a ver La Purga como vírgenes de la saga, terminamos un poco incómodos. Sin querer entender que, la solución que nos ofrece la película a los problemas capitalistas actuales, es darnos piedra libre una vez al año para matarnos entre nosotros. ¿Shockeados? 

La trama se basa en distintas historias habilitadas a tal fin que se mueven dentro de los márgenes legales de La Purga. Pero la constante es una: siempre son los menos afortunados, los que menos tienen, los que están marginados, los que sobran en la sociedad. O también quienes quieren cambiarla y el resentimiento al extrajero, a los nuevos ricos, a quienes forman parte de un sector social al cual no pertenecían anteriormente. Aquellos que saltaron escalones en la escala social. Quienes de una manera u otra desafían la comodidad el status quo.

En los márgenes, los desafortunados, no tienen solo el problema de sobrevivir con trabajos mal pagados, con salarios míseros, emprendimientos miserables, sistemas de salud precarios y escasez de comida; ahora también tienen que sobrevivir a que los cacen como animales, como desahogo bestial de la violencia contenida durante 364 días del año. 

Les dejo un link muy interesante sobre lecturas filosóficas de La Purga y las relaciones de poder (http://www.eticaycine.org/la-purga). Si necesitan, les recomiendo pochoclos salados para acompañar y recuerden, si el vecino no les poda el árbol o si ese compañero de trabajo se sigue haciendo el dolobu y terminan recargados ustedes, falta poco para el 21 de marzo...

Publicado en:

https://eraseperonia.com/category/numero-siete/

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