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miércoles, 25 de marzo de 2020

Sin recurrir al estado de sitio, el Gobierno analiza endurecer las medidas para autorizar las salidas de casa, por "Info135" del 24-03-20)


24 marzo, 2020 


Alberto Fernández está cada vez más convencido de que se hace imprescindible profundizar los controles, y endurecer algunas de las medidas adoptadas hasta el momento, en el marco de las restricciones impuestas para intentar frenar el avance del coronavirus en el país.

Alentado por el reconocimiento internacional que elogia las políticas que en esta dirección se están adoptando en Argentina, el presidente busca que la inevitable oleada de nuevos casos que se prevé para mediados de abril, no lo sorprenda, y que el sistema de salud esté lo suficientemente preparado como para afrontar esa situación.

Cerca de Alberto subrayan que el mandatario apunta que, pese a que se está logrando un alto nivel de concientización entre la ciudadanía, todavía faltan aceitar algunos engranajes, para que el resultado sea todavía más positivo. En tal sentido, en las últimas horas les transmitió en tono de queja a sus allegados que “en las recorridas por algunos lugares ves las avenidas vacías, y en las calles interiores gente circulando”.

Por eso mismo, ante el inminente fin del feriado largo y el retorno-limitado al máximo- de quienes intentan volver al área metropolitana, el Gobierno analiza endurecer los controles de cumplimiento de la cuarentena en zonas urbanas, con especial foco en las “salidas prolongadas” de quienes llegan a negocios de cercanía o utilizan el formulario de excepciones para realizar actividades no permitidas en la cuarentena.

Por ejemplo, no se descarta la confección de un nuevo formulario de declaración jurada para realizar las compras del día, con un horario fijo. Asimismo, se analiza acortar todavía más las horas de funcionamiento de los supermercados, porque -aseguran- “las corridas de los primeros días, con el miedo del desabastecimiento, se terminaron”.

En tal sentido, se señala que “hay gente que dice que va a comprar leche, o a pasear al perro, y se queda afuera de su casa por varias horas, varias veces al día y a veces bastante lejos de su hogar. Pero el policía, hoy, no le puede decir nada”.

Al respecto, cerca del presidente enfatizan que el objetivo apunta a “apretar y presionar todo lo que se pueda” para reforzar el cumplimiento de la cuarentena.

Hasta el momento, los exceptuados de la cuarentena pueden circular con un salvoconducto o documento que demuestre tal excepción. “No podemos cortar todo, pero hay algunos excesos, la gente se aprovecha”, afirman desde el Ministerio de Seguridad nacional, y avalan el cierre de 59 accesos a la ciudad de Buenos Aires, que se materializaron hoy.

Y, por ejemplo, recurren al caso de Francia, uno de los países más afectados por la pandemia, donde se estableció que nadie puede circular más allá de un kilómetro de distancia desde el domicilio fijado para realizar la reclusión voluntaria.

Mientras tanto, crecen las expectativas y los interrogantes acerca de cómo será el fin del feriado largo y el eventual retorno de muchos rubros autorizados para trabajar, lo que lógicamente provocará mayor movimiento de gente en las calles y medios de transporte.

“Los miles que se fueron a la Costa no van a poder volver, pero algunos que fueron a sus countries cerca de la ciudad lo van a intentar, y habrá más movimiento. Es lo que tenemos que intentar frenar”, reconocen en el Gobierno.

Publicado en:
https://info135.com.ar/2020/03/24/sin-recurrir-al-estado-de-sitio-el-gobierno-analiza-endurecer-las-medidas-para-autorizar-las-salidas-de-casa/

1 comentario:

  1. Un día, dentro de algún tiempo, cuando ya sea tarde para corregirlo, nos vamos a dar cuenta de que la mitad de estas medidas están mal tomadas y que van a haber causado más daño que bien.

    Pero no sabemos cuáles: quizá no sea necesario aislar tanto a la gente, quizá no sea suficiente. Quizá sería mejor permitir los cajeros de los bancos para que no queden cientos de miles de jubilados sin cobrar, quizá lo mejor sería desinfectar todos los billetes, todos los días. Quizá no sea necesario impedir el regreso de los chotos que se fueron a la costa, o quizá deberíamos haber impedido la entrada de todos los que estaban fuera del país. Quizá deberíamos autorizar a los electricistas a hacer reparaciones (no se puede vivir sin heladeras ni agua en los edificios), o quizá lo mejor sea que absolutamente nadie circule por la calle, ni siquiera los deliverys. Quizá lo mejor sería permitir las visitas a los geriátricos, aunque mueran algunos más, porque es peor que se pasen dos meses sin ver la cara de sus hijos; o quizá sea mejor que mueran solos, pero que mueran algunos menos.

    Estamos haciendo todo esto en base a una lógica deductiva, sin experiencia previa sobre la cual afirmarnos. Jamás en la historia del mundo un país entero ha estado en cuarentena; el aislamiento era para una persona, o unas decenas o centenas de personas, nunca fue para todos. No sabemos qué va a resultar de esto, no sabemos si vamos a morir más por los efectos indeseados de la cuarentena (de los detalles de esta cuarentena en particular) que de coronavirus. No sabemos si nuestra respuesta es peor que no haber hecho nada, o haber hecho apenas lo mínimo.

    Y ni siquiera vamos a saberlo después: no va a haber un testigo con el cual compararlo, porque ningún país va a quedar fuera de la cuarentena. Por lo menos, ninguno comparable al nuestro en algún aspecto (posiblemente Somalía, Nauru o Bután, pero no nos sirven para comparar). No sólo no tenemos antecedentes: ni siquiera vamos a poder aprender de esta experiencia.

    ¿Se podría haber hecho otra cosa? Quizá, pero me inclino a creer que no. ¿Se podría haber hecho mejor? Seguramente, pero hoy no sabemos qué deberíamos cambiar. Si alguna vez tenemos una respuesta, será en el futuro y no en estos meses. Y probablemente no la tengamos nunca.

    Cuando tengas una certeza, volvé a pensarlo: lo más probable es que haya varios puntos de vista que estás dejando afuera. La vida siempre fue una experiencia sin ninguna certeza, y hoy hay menos certezas que nunca.

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