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miércoles, 4 de marzo de 2020

JUAN ALONSO: "Voy a tratar de resumir las características psicológicas y literarias de la revelación de Carlos Pagni"


por Juan Alonso
@jotaalonso

Mar. 03, 2020 

Luego de tener un diálogo esclarecedor con un amigo cuya inteligencia supera la media, voy a tratar de resumir las características psicológicas y literarias de la revelación de Carlos Pagni con respecto a la supuesta amenaza de @LANACION a jueces para que condenen a Jaime. Hilo.

Si analizamos la conducta de Pagni no sólo busca la redención y se reconvierte tras la mini era macrista, sino que su revelación explosiva sobre Py es la consecuencia de las tropelías que realizó en su contra la banda nunca dormida de Antonio Horacio "Jaime" Stiuso en la SIDE.

Pagni deja desnuda a la conducción periodística de @LANACION y a los empresarios Saguier y Mitre. Si hubo presiones de ese diario contra jueces federales para que condenen a "funcionarios K" estamos hablando de dos delitos: prevaricato y amenazas con extorsión del medio.

El delito de prevaricato consiste en que "una autoridad, juez u otro servidor dicta una resolución arbitraria en un asunto judicial a sabiendas de que dicha resolución es injusta y contraria a la ley". ¿Los jueces que condenaron a Jaime lo hicieron bajo presión mediática?

De ser así se cumple lo que afirmó el Presidente @alferdez sobre "los sótanos de la democracia". Es decir: la presión mediática y de agentes de inteligencia sobre jueces para obtener determinados fallos a medida del poder real, quebrando la independencia de la Justicia.

¿Pero qué motiva a Pagni a revelar semejante enjuague ahora? Su psiquismo parece orillar con énfasis intelectual algo semejante a lo que solía realizar el escritor Truman Capote con el jet set estadounidense y el conflicto con su madre. En el caso de Pagni, la madre es el diario

Pagni rompe con el diario y quiebra el statu quo del orden del silencio pragmático. No hay nada de "periodismo puro" ni "independiente". Pagni -un intelectual de centro derecha sólido- rompe el esquema de la conveniencia nominal y arrastra la red con todos los peces imaginables.

No muere como Capote con alcohol y pastillas, sino que anuncia una declaración no aceptada para la granja. Pagni completa una auténtica rebelión en la granja y tiene lazos con una trama de George Orwell: el gobierno de los cerdos almuerza con los humanos y pacta una lógica.

En el clásico de Orwell, los cerdos fundan un Gobierno basado en mandamientos que los liberan de la explotación y el salvajismo humano, pero después con su líder Napoleón fundan una dictadura de cerdos con las mismas prácticas de sus antiguos victimarios y hasta adoptan sus ropas

No sólo las ropas. Los cerdos se paran en sus patas traseras y dejan de andar en cuatro patas. Explotan a los caballos -el proletariado- y maltratan a las gallinas y las ovejas -los campesinos iletrados- aprovechándose de que son seres que se llaman a sí mismos "apolíticos".

En esta trama literaria, Pagni podría cumplir el rol del Señor Pilkington de Orwell. Se trata de un personaje intrigante que logra unir a los humanos y a los cerdos de la granja controlada por Napoleón para encauzar la paz. ¿Cómo lo logra? Con un simple juego de cartas.

Claro que algo podía fallar y en el momento clave, Pilkington y Napoleón sacan la misma carta: un As de Espadas. Entonces el lector arrastrado a la locura por Orwell comprende que durante el juego hubo una trampa. Sucede que el poder no se comparte. La metáfora china del tigre.

En el documental "American Factory", que ganó un Premio Óscar, un empresario chino dice que "no pueden coexistir dos tigres en un misma montaña". La frase encierra la lógica capitalista de que el poder no se comparte. Y está referida a los sindicatos y sus demandas legales. Sigo.

Pagni a través del personaje que simula ser Churchill en la ficción de Orwell viene a confrontar con la lógica del poder real. El cerdo Napoleón instaura 7 mandamientos de los animales que luego culmina en uno solo. Y el único animal que sabe leer es un burro llamado "Benjamín".

Esa Constitución de la granja primero estipuló que "ningún animal podía matar a otro animal". Pero cuando el cerdo Napoleón -en la primera edición francesa el personaje era Julio César- fue ganando posiciones, se dijo que "ningún animal podía matar a otro animal sin motivos".

Para finalizar la ficción de Orwell sobre los animales y los seres humanos donde los cerdos se convierten en humanos y los humanos en cerdos, la única premisa de consenso terminó siendo criminal: "Todos los animales son iguales, pero algunos animales son más iguales que otros".

El cerdo Napoleón es una mezcla de jabalí salvaje que Orwell parodia con Stalin y su compañero revolucionario Snowball -símil de León Trotski-, quien fue expulsado del proyecto de la granja de animales por los perros del cerdo Napoleón. Los perros son la Policía del amo.

El personaje del señor Pilkington se parece a la articulación que busca realizar Carlos Pagni con su revelación espiritual sobre la mugre de Comodoro Py y los sótanos de la democracia. También atrae una manía destructiva semejante a Truman Capote en su momento de apogeo y caída.

El trauma de Capote fue su madre Lillie Mae Faulk. Según la biografía de Gerald Clarke, publicada en 1989, Capote jamás logró superar las fugas sexuales de su progenitora. Como en una novela de Soriano, Lillie se acuesta con el boxeador Jack Dempsey en un tren a ninguna parte.

El padre de Capote inventaba espectáculos destinados al fracaso más rotundo y denigrante. En la biografía Capote narra que su madre Lillie estaba sentada en la primera fila de un cine y de pronto se escapó a la última para tener sexo con un desconocido. La madre se fuga. No está.

La madre podría interpretarse como la seguridad en estos tiempos de avidez y desguace de todo lo que alguna vez fue parte de lo real. Los diarios son reales, pero van camino a fallecer. El poeta John Berger describió este conflicto como una búsqueda entre el placer y el dolor.

"La felicidad humana es algo escaso. No hay períodos felices, sólo momentos felices. Pero la felicidad es precisamente un placer generalizado (...)", escribió Berger, además de recordar que los gatos sienten más placer al relamerse que al comer y los caballos al trotar libres.

En estas cosas pienso al ver a Pagni rompiendo el espejo de la realidad y enumerando hechos muy humanos como las componendas y el armado de causas judiciales para encarcelar a otros seres humanos. Algo muy de cerdos, diría la ficción de Orwell y la "angustia prenatal" de Capote.

Publicado en:
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