El pool petrolero primero y ahora el sector agropecuario meten presión al gobierno para tratar de controlar el timón de la economía y mantener sus privilegios.
por Gerardo Bilardo
Hay un punto en común entre la Pampa Húmeda y la colonia petrolera, con sede en Neuquén. Ambas regiones concentran poderes económicos fuertes y dinámicos que están dispuestos a pelear por el control del timón de la política económica, hasta por la fuerza, con tal de no perder ningún privilegio.
El pool petrolero intentó este verano generar el primer conflicto gremial importante con amenazas de despidos masivos en Vaca Muerta para marcar territorio, pero una negociación a tiempo del gobierno nacional acomodó los tantos. Sin embargo, el sector más concentrado del agro, a través de la Mesa de Enlace, va derecho a la confrontación con una medida de fuerza que comenzará el lunes próximo. “Ellos siempre quieren ganar”, resumió acertadamente el presidente Alberto Fernández al hablar de este conflicto que se disparó en oposición a un decreto que aumenta tres puntos las retenciones a una minoría que concentra más del 70% de la producción (ver nota principal).
El primer acoso fuerte sobre el nuevo gobierno para que nada cambie fue el protagonizado por el pool petrolero, integrado por las empresas del sector, con la colaboración directa de las autoridades de la provincia de Neuquén y un persistente apoyo mediático que traslada a diario el relato crudo de un poder al otro, siempre en línea con los intereses de las empresas.
Desde antes de las PASO, y con acciones más intensas después del triunfo del Frente de Todos, el sector de las energéticas, con las empresas petroleras como punta de lanza y actores del gobierno de Neuquén oficiando de lobistas a tiempo completo, no se cansó de meter presión para volver a las tarifas dolarizadas, las que habían sido pesificadas por el gobierno de Mauricio Macri por urgencias electorales. El grupo también presentó batalla para que Neuquén continuara siendo la estrella del negocio del gas y del petróleo, y para sostener un modelo de desarrollo con foco privilegiado y casi exclusivo en Vaca Muerta.
El gobierno de Fernández demostró autonomía frente al embate petrolero y está trabajando en un proyecto de reforma de la ley de Hidrocarburos. Si bien no hay precisiones sobre la propuesta, lo cual es estratégicamente correcto frente a la ferocidad de los tiburones petroleros, el presidente mostró hasta aquí señales claras de que está pensando en desarrollar un modelo diferente al del macrismo, que le quedó muy cómodo a las empresas del rubro y al gobierno del MPN.
Por declaraciones ya formuladas y por su reciente discurso ante la Asamblea Legislativa, la de Fernández es una apuesta al desarrollo de los yacimientos nuevos y maduros, a las técnicas convencionales y a las no convencionales de todas las cuencas del país, con una mirada puesta en la exportación, pero con especial cuidado por el mercado interno en materia de precios y del abastecimiento.
Ahora sumaron presión, y con ferocidad, los leones del "campo", que van por su tajada con una acción con la que pretenden "aleccionar" a un gobierno de la democracia, un sistema en el que creen solo cuando algún representante de su élite gobierna, porque las organizaciones que los agrupa no han tenido empacho en transformarse en cómplices de dictaduras cívico-militares.
Los dueños del negocio de la alimentación son los que tienen la llave del mayor aporte de ingresos de dólares para la economía y su perfil ideológico los conecta con la Argentina más conservadora. El grupo que lidera el sector tiene mirada de clase, es muy antiperonista y el lunes comienza una pulseada que se dispara por la renta, pero también por el lugar de privilegio que ellos, sus diarios y sus historiadores se asignan en la historia.
La dirigencia que conduce a las patronales del “campo” se formó en el ideario de “tribuna de doctrina”, mira a la política con desprecio y la solidaridad solo se aplica, si es que ocurre, entre ellos.
Hay olor a gasoil en la Pampa Húmeda, pero de eso se está ocupando el gobernador bonaerense Axel Kicillof que, con argumentos sólidos, quiere sumar a Buenos Aires al grupo de provincias que cuentan con recursos de gas y de petróleo, una idea que irrita profundamente al MPN, e increíblemente también a algunos dirigentes de la oposición local.
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