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lunes, 17 de febrero de 2020

No alcanzo a ver otro camino, hoy, a esta hora, en este día tórrido de febrero, por Juanita Roja



Por Juanita Roja:

"Pongámoslo así: supongamos que bueno, que les damos la razón de que hay que hacer algo ya y salimos a la calle todos masivamente a reclamarle al gobierno de Alberto. Con todo, con los tapones de punta. Macanudo. Con una mano en el corazón, quién creen que va a atajar esa fruta madura y llevarla para su molino? Aún los que piensan que Alberto es lo peor de la galaxia, deberían comprender que hoy, febrero del 2020, no digo nunca, digo HOY, es Alberto o el abismo. Así. Directo. No hay matices. No hay margen. No es que me guste, es lo que es. No es verdad que haya una fuerza capaz de articular ahora, ya, el descontento hacia un lugar más progresista. No es verdad. No se mientan más. La única con capacidad para direccionar el descontento hoy es la derecha. Ese es el problema. No es que habemos tibios de un lado, y revolucionarios del otro queriendo salir a comerse todo pero atados por nuestra pequeburguesia reformista. Si eso que dicen que hay que hacer fuera posible, ya lo habrían hecho. No lo hacen porque saben que no es posible hoy. No estoy diciendo que no será posible nunca. Estoy hablando, insisto de febrero del 2020. Hoy eso es imposible. Hoy es Alberto o la catástrofe. No están sujetados por nosotros. Hagan la revolución mañana si quieren. Quién los detiene? Nadie. Claro, dirán que no pueden solos que  nos necesitan. Pero la cosa es que nosotros no pensamos como uds en ese punto. Por qué vamos a salir a poner el cuerpo a una batalla que creemos inoportuna y desfazada? Nadie les impide nada. Hagan. Pero no esperen que salgamos con ustedes. Porque para nosotros, salir a cuestionarle algo a los FF ahora, es entregar al pueblo de pies y manos a una tragedia de proporciones, mucho peor que este desastre. Podemos estar equivocados. por supuesto. Pero es lo que creemos. Por lo tanto no es que no salimos por tibios. No salimos porque no creemos que la salida sea por allá. Si así fuera, salgan, y demuestren que es por ahí. Sin dudar los seguiremos. Pero por ahora sólo vemos gente pataleando como niños la impotencia de asumir al enemigo. Que es enorme, poderoso, siniestro, planetario, y desde hace milenios, muy difícil de enfrentar.  Alberto es un tímido socialdemócrata equidistante de todo, lo sabemos ¿uds creen que somos tan cortos de vista? Pero  Cristina viene detrás. Eso es lo único que tenemos. Ojalá tuviéramos mucho más. Por nosotros y por ellos. Y por ella, que atravesó el abismo y vuelve para hacer justicia, por nosotros. No nos dejó tirados a nuestra suerte. Para bien o para mal, con mejor o peor fortuna, volvió para dar con nosotros la batalla. ¿Va a hacer todo lo que hizo para volver y pactar con todos y una mujer que ya está en la historia, convertirse en un panqueque del montón? Para qué va a hacer eso? Lo pienso, y siento que es la única certeza que tengo. 
Cristina es un concepto, una manera de entender el mundo en el que se avanza en el sentido de subir a todos al bote. Eso fue el kirchnerismo aún con todos sus pendientes, contradicciones, zonas oscuras y desventuras. El kirchnerismo es la política pública que incluye. Uno ve el mapa de políticas públicas de la década K, y es rotundo el perfil universalista. Políticas de avanzada, puestas a rodar en un camino sinuoso. Porque las políticas públicas se diseñan arriba y se implementan abajo. Podés poner la AUH, pero abajo tenés una directora que con cara de desprecio le dice a una mujer que va a anotar a sus hijos q lo hace por el plan. Establecés un protocolo de interrupción de embarazo, pero en el hospital una médica se arroga el derecho de ejercer su profesión conforme le indica su religión y no la ley. Las políticas públicas, que son lo único que tenemos para torcer un rumbo, son complejísimas de implementar en un país con una historia de racismo encubierto y explícito de siglos y de un autoritarismo naturalizado desde la conquista para acá, pasando por la Semana Trágica, el bombardeo del 55, los 30000, donde la derecha impone su proyecto de país cueste la sangre que cueste. 
Cristina es ese país que incluye y pone en cuestión todos los sentidos del sentido común en acto. Y avanza. Poco, tímidamente, lo que quieran, pero avanza. 
Y escucho los anuncios de Alberto, ahora en este escenario, anuncios cortos, poco profundos sin duda, pero que son un paso adelante. Un gesto. Si hubiera ganado Macri hoy 15 de febrero de 2020 estaríamos ya en default con un gobierno asesino que resolvería el caos a los tiros. Miren Chile. Miren Bolivia. 
La ferocidad del mal, y el coraje de ella que representa una bandera, y la templanza de él, su liderazgo, es lo único que tengo para asir y bancar.  Y me subo. No puedo evitar confiar en ellos. No porque me volví fanática. Sino porque dimensiono las variables en juego, y no alcanzo a ver otro camino, hoy, a esta hora, en este día tórrido de febrero."

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