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jueves, 9 de enero de 2020

PABLO PAPINI: "El temor a enfrentar a quienes pudieran contradecirlo fue una constante de Nisman en vida"


por Pablo Papini
‏@Ex_Silenciado

Quienes niegan la obviedad del suicidio de Alberto Nisman, en general, y sin argumentos (tal su bandera), ridiculizan a quienes afirmamos que el ex-fiscal tenía pánico de enfrentar al kirchnerismo en el Congreso, lo que debía ocurrir el día posterior a su muerte.

En realidad, el temor a enfrentar a quienes pudieran contradecir la tesis de su -por así decirle- investigación (pista iranía) fue una constante de Nisman en vida. Así había reaccionado ya cuando le tocó ir a Interpol en 2008 a pedir que se restituyeran las famosas alertas rojas.

Todo se olvida, pero Interpol ya había levantado una vez las alertas rojas contra iraníes acusados por AMIA. En 2004, cuando cayeron el primer juez a cargo de la causa, Galeano; y los entonces fiscales, Mullen y Barbaccia, con quienes Nisman colaboraba en la etapa de juicio oral.

Mullen, Barbaccia y Nisman habían solicitado, y Galeano concecido, la captura de 22 iraníes. Uno de ellos, Hadi Soleimanpur, fue capturado en Reino Unido y puesto rápidamente en libertad por... falta de pruebas. Al poco tiempo, cayeron Galeano, Mullen y Barbaccia en juicio oral.

Recordemos, la caída se produjo porque el tribunal oral no tenía otro camino que anular la primera instrucción, la que acusó falsamente a policías bonaerenses como conexión local, vía prueba fílmica (Galeano coimeando a Telleldín, el de la supuesta Traffic, para que los acusara).


Interpol hizo lo obvio: si el juez y los fiscales que pidieron la captura de iraníes cayeron por nulidad de la investigación, lo mismo debe suceder con las capturas pedidas en virtud de esa investigación reprochada, lo que contaba también con respaldo del antecedente Soleimanpur.

Cuando Nisman quedó en soledad a cargo del caso, pese a la nulidad, mantuvo en esencia la acusación a Irán, y sólo depuró a 13 de los primeros imputados, pidiendo de nuevo la captura de los 9 restantes (sin agregar nada nuevo, se insiste): lógicamente, Interpol rechazó el pedido.

Aquella negativa fue destrabada vía acción diplomática en 2007. Eso sí: de los 9 requerimientos, concedieron 5. 3 los descartaron por tratarse de ex-funcionarios de alto rango (tradición de Interpol), y el restante... porque ya había muerto: delicias del "gran trabajo" de Nisman.

Pero lo central es que Nisman se negaba a ir a la Asamblea de Interpol a defender su pedido. Sólo aceptó hacerlo una vez que el kirchnerismo le aseguró que, por las gestiones diplomáticas emprendidas, tendría éxito. Allí, el primer antecedente del ex-fiscal temiendo a confrontar.

El segundo es, obviamente, su reacción ante el Memorándum. Más allá de la ingenuidad política, reconocida por CFK, de suponer que algún día pudiera darse que Nisman fuese a Irán a tomarles indagatorias a sus acusados, él temía hacerlo per se, no reprochaba candidez del gobierno.

En cuanto al temor de Nisman a presencias opositoras y periodísticas en el Congreso para defender su denuncia contra CFK, sobran mensajes entre él, Patricia Bullrich y Laura Alonso en los que son obvias sus ganas de que la cosa fuera entre amigos y a puertas cerradas. Imposible.

Así que Nisman podía perfectamente estar aterrado a lo que le tocaba el día posterior a su muerte. Por lo de siempre: no podía sostener su acusación contra nadie que conociera mínimamente la causa. Sólo puede negarse ese rasgo de su personalidad en base a ignorancia o mala fe. ✍️

8 ene. 2020

Publicado en:
https://twitter.com/Ex_Silenciado/status/1214997599155036160?s=08

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