30 octubre, 2019
Pasan las horas y el rictus de odio de María Eugenia Vidal se muestra cada vez más marcado. No soporta haber perdido por paliza. Sabe que cuando termine el recuento definitivo serán más de 15 puntos de diferencia, ya que la empresa Smartmatic dejo afuera del escrutinio provisorio 1503 mesas del conurbano.
Quienes la tratan a diario dicen que no soporta que Axel Kicillof diga una y otra vez que la provincia “es tierra arrasada”, que todos los parámetros están peor que en 2015, que fracasó en la salud pública, en la educación, en el cierre de Pymes y fábricas en toda la provincia, que manipuló la Justicia para atacar a los opositores y que deja una deuda millonaria en dólares. Una verdad que los medios hegemónicos habían tapado por las pautas millonarias que recibían. “Te decía que era el “Hada Buena” pero la heladera estaba cada día más vacía”, responden los bonaerenses.
Marcos Peña no duda en responsabilizarla por la derrota de Mauricio Macri. “Lo escondió, no hizo nada en estos meses, no le permitió ir al Gran Buenos Aires”, dicen en la Jefatura de Gabinete de la Casa Rosada. Luego agregan: “Se había creído superior a Macri y no soportó la derrota, por eso no trabajo en el armado y les dio vía libre a los intendentes de Cambiemos, pero finalmente el presidente sacó más votos que ella entre las PASO y las generales”.
En el día de ayer, la gobernadora juntó a los legisladores provinciales de Juntos por el Cambio y les rogó “que no rompan el bloque”. No lo nombró a Kicillof, siempre habló con el desprecio que caracteriza al oficialismo de “ellos” o “nosotros”. “Van a tener que venir al pie a negociar el presupuesto y otras leyes”, les dijo.
Vidal no la tendrá fácil. Durante cuatro años ninguneó al radicalismo, mucho más a los legisladores que respondían a Emilio Monzó. Ya se sabe que la senadora Ana Laura Geloso y el diputado Guillermo Bardón ,que responden al presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, no le atenderán el teléfono.
Gustavo Posse, intendente de San Isidro ya avisó que buscará armar un gran bloque radical y Jorge Macri, el gran ganador de las elecciones en Vicente López, aspira a ser jefe del PRO en Buenos Aires, dejando de lado a Vidal. Tiene una gran relación con los intendentes de Juntos para el Cambio y no se olvida que Vidal, hace dos años, lo dejó afuera de la lista de senadores por pedido de Elisa Carrió.
Y hablando de Carrió habrá que ver a quién responden los legisladores de la Coalición Cívica. Por estas horas trascendió que Carrió avisó que renuncia a la banca de diputados pero antes le tiró un misil a Vidal: “Yo me voy, pero no se les ocurra de poner de jefe del interbloque a alguno que yo tengo denunciado”, en referencia a Cristian Ritondo, ministro de Seguridad bonaerense.
Vidal está nerviosa. Sabe que se le acabó la botonera y los aprietes a la oposición y la Justicia. Sabe que su destino será recorrer los pasillos de la Justicia para explicar muchas cosas inexplicables en estos cuatro años de gestión.
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https://info135.com.ar/2019/10/30/vidal-llena-de-odio-hacia-kicillof-suplica-que-no-la-dejen-sola/
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