13 ago -
Ignacio Fidanza la vio clarita: la Fábula de los Cuadernos puede llevarse puesto al sistema de poder argentino por entero. Lo había dejado entrever antes Carlos Pagni, cuando comparó este proceso con el Mani Pulite italiano y el Lava Jato brasileño, que efectivamente desembocaron en tierra arrasada. El director de La Política On Line recomienda, entonces, pasar el peine fino. Como se hizo en EEUU con la crisis de Lehman Brothers. Seleccionar ganadores y perdedores. A dedo. Y es todo probable. La potencialidad de una barrida amplia existe. También es cierto que hay quienes quieren sacar provecho de esto pretendiendo que no corren riesgo. Pero pierden de vista que, si la bola crece, puede que nadie conserve aptitud de controlar daños.
Como se escribió aquí hace diez días, en las actuaciones abiertas por el operador Claudio Bonadio está involucrada gente de los tres sectores dominantes de la política argentina: oficialismo, peronismo kirchnerista y justicialismo no-cristinista. Por supuesto que los primeros manotazos van dirigidos hacia las filas de CFK. Y no es casual, en ese sentido, que la cosa haya estallado justo cuando crece el número de peronistas de peso ajenos a su conducción que cambian de opinión y reestablecen diálogo con los altos mandos del Instituto Patria. Esto sucede al mismo tiempo que el gobierno de Mauricio Macri se derrite. Esta causa puede, entonces, servir para correr del medio la presencia molesta de la presidenta mandato cumplido. Pero asimismo quizá sea útil para explicar un eventual fracaso amarillo. No será por el modelo sino porque “al final, son todos chorros”. Igual que se quiso fundamentar el naufragio neoliberal de 2001.
Se trata de evitar un que se vayan todos como el anterior. Porque de aquel surgió un Néstor Kirchner, la falla en la matriz que se quiere extirpar. Con la Fábula de los Cuadernos se aspira a otro capítulo antipolítico, pero esta vez controlado por el establishment. Que recomponga la normalidad sin nadie con ganas de cuestionar privilegio alguno.
Será una carrera entre el choque de la economía en curso y el expediente judicial.
En el plano dirigencial, sin embargo, no estaría dando resultado. En la Cámara de Diputados, ni el massismo ni el bloque de los gobernadores tuvieron drama en compartir una sesión junto al Frente para la Victoria para derogar los recortes a asignaciones familiares y el uso de FFAA en seguridad interior. Además, algunos de los coroneles de José Manuel De La Sota salieron a denunciar que estamos ante una maniobra evidentemente orquestada. Y lo más importante: el primer mandatario de San Juan, Sergio Uñac, de los pocos peronistas que superaron bien el test de 2017, y una de las esperanzas de quienes --como Miguel Ángel Pichetto-- anhelan dejar atrás a Cristina Fernández, dijo que la prueba en el caso #Cuadernos le parece endeble, y que en la discusión por la reorganización justicialista nadie debe ser excluido. En el contexto en comentario, eso tiene nombre y apellido: con Ella no alcanza; sin Ella, menos.
A veces el tiro puede salir por la culata. Especialmente, cuando se pone a todos a la defensiva.
Publicado en:
http://actorpolitico.com/nota/8216/boomerang/
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