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viernes, 4 de mayo de 2018

Un manotazo de ahogado, por Raúl Dellatorre (para "Página 12" del 04-05-18)

Imagen: Télam

La economía argentina, condenada al estrangulamiento externo

Con una tasa de interés recesiva, del 40 por ciento, tal como reconoció esta mañana el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, el Gobierno se jugó a frenar la corrida del dólar., que cerrará la jornada a alrededor de 22,28 pesos. Sin embargo, el resultado de la apuesta es incierto y repercutirá de manera negativa en la actividad productiva y en el consumo.
Por Raúl Dellatorre


El Gobierno adoptó medidas drásticas en el área financiera, subiendo las tasas hasta el 57 por ciento anual para colocaciones a un día (pases activos del Banco Central), para competir con la especulación en dólares, y apenas una sola medida regulatoria: limitó la porción del patrimonio propio que las entidades financieras podrán mantener diariamente en dólares. Esta última medida obligará a los bancos a desprenderse, el lunes, de los dólares que tengan por encima del 10 por ciento de sus activos, lo cual inicialmente provocará una oferta excedente de dólares en el mercado mayorista. Este impacto puntual repercutirá a la baja en la cotización del dólar, lo cual ya se anticipó en las operaciones de hoy con una caída de poco más de un peso respecto a los valores alcanzados ayer. A poco del cierre, el dólar mayorista se estabilizaba en 21,69 pesos y el minorista, en 22,28 pesos. El interrogante es qué pasará después. 


Con una tasa de referencia del 40 por ciento (6,75 puntos superior a la vigente hasta ayer, y 11,75 puntos por encima de la vigente hace una semana), y el aumento al 47 por ciento de la tasa para pases activos a 7 días, el Banco Central busca inducir a todo el sistema financiero a que vuelque a la autoridad monetaria toda la liquidez posible, succionando así el dinero que podría dirigirse a la compra de dólares. Es una medida extrema, que en términos de estabilización de la cotización del dólar probablemente tenga efecto a corto plazo, pero a un costo altísimo y con resultados inciertos después de los primeros días. 

Más allá del impacto monetario y cambiario, es indudable --y así lo reconoció el ministro de Hacienda en conferencia de prensa-- que la suba drástica de tasas repercutirá negativamente en la actividad productiva, al encarecer o directamente hacer inalcanzable el crédito para la producción, y en el consumo, porque también significa un fuerte castigo al financiamiento de compras con tarjetas de crédito. 

En cambio, ninguna de las medidas apunta a resolver los problemas de fondo que afectan la estabilidad cambiaria y que condenan al actual programa económico a un seguro estrangulamiento externo: no resuelve el déficit en el comercio exterior, tampoco el déficit en divisas provenientes del turismo, ni limita la salida de capitales al exterior, que se viene dando y acelerando en estos dos años por fuga, remisión de utilidades y dividendos al exterior, o por las exportaciones no liquidadas, para las cuales ya se había eliminado toda exigencia temporal para ingresarlas al país. 

Publicado en:
https://www.pagina12.com.ar/112508-un-manotazo-de-ahogado


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