Imagen: DyN
12 de abril de 2018
Antecedentes de la intervención
Por Fernando Cibeira
Si bien la intervención firmada el martes por la jueza María Servini de Cubría fue sorpresiva para la conducción del PJ, hacía tiempo que se hablaba de la posibilidad. Los conocedores de los entresijos del peronismo recordaban ayer que hará cosa de cinco meses, poco después de las elecciones legislativas, empezaron a circular las versiones que aseguraban que Servini tenía decidida la medida. La intervención siempre había sido impulsada por Eduardo Duhalde, que la imaginaba como un posible trampolín para volver a los primeros planos.
Pero lo cierto es que, para lo que es su historia, desde su normalización en 2016 el peronismo venía cumpliendo bastante bien con sus requerimientos internos por lo que la intervención no encontraba razones. Después de las elecciones legislativas la posibilidad se reactivó y desde el juzgado de Servini sondearon a algunos dirigentes para ocupar el puesto. Uno de ellos fue el ex ministro de Salud Ginés González García, a quien la jueza conoce bien porque ambos son oriundos de San Nicolás. “¿Y por qué lo vas a sacar a Gioja?”, le preguntó entonces Ginés. “Porque es un viejo choto”, le respondió la jueza. Además de decirle que eso no era motivo, Ginés le hizo ver que él tampoco era un adolescente. Por caballerosidad no agregó ningún comentario sobre la edad de la jueza.
Servini de Cubría tiene 81 años. En el peronismo creen que debido a su edad –que superó ya en seis años la línea de jubilación– está presionada a hacer las cosas que le reclaman los operadores del oficialismo. En este caso, mencionan al dirigente radical Enrique “Coti” Nosiglia –compinche de Luis Barrionuevo desde hace añares– como uno de los que pergeñó la maniobra de la intervención junto al sector del peronismo dialoguista que se reunió días atrás en Gualeguaychú, que responde a Miguel Angel Pichetto y a Sergio Massa. El objetivo sería frustrar la unidad del peronismo en 2019, algo que imaginan terminaría beneficiando al kirchnerismo, a quien ven difícil de vencer en una primaria.
Recuerdan en ese sentido el esfuerzo del Gobierno por vaciar el encuentro del peronismo en San Luis de días atrás, cuando el propio Mauricio Macri fue a visitar al gobernador de Formosa, Gildo Insfrán, y el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, le llevó plata para obras al sanjuanino Sergio Uñac, con quien en la Rosada estaban enojados desde la reforma previsional. Insfrán y Uñac eran los dos gobernadores que habían comprometido su asistencia a San Luis y luego de las visitas oficiales se bajaron del convite.
Ayer, el bloque se senadores que encabeza Pichetto distribuyó un comunicado lavado en el que rechazó la intromisión de la Justicia en la actividad partidaria y, deslizó, “más allá de las opiniones y valoraciones que cada uno pueda tener del desempeño de las autoridades del PJ Nacional”. El gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, probable candidato presidencial del “dialoguismo”, directamente fue quien se mostró más favorable a la medida. “Puede ser una oportunidad”, evaluó.
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