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miércoles, 7 de febrero de 2018
Persecución policial en el Microcentro, con dos funcionarios judiciales y un asaltante heridos, por "Página 12" del 07-02-18
Corrientes y Paraná, el escenario del tercer tiroteo. Todavía nadie lo puede creer.
Imagen: Guadalupe Lombardo
Esquivando balas en plena hora pico
Pasadas las dos de la tarde, en la avenida Corrientes y en Tribunales se desataron varios tiroteos entre policías y ladrones, con el saldo de tres heridos: una jueza, un prosecretario y un asaltante.
El Microcentro porteño fue escenario de un intenso tiroteo cuyas impresiones se extendieron durante horas después de haber terminado. Tres ladrones y decenas de policías de la Ciudad intercambiaron más de 70 disparos. En un espacio en el que circulan miles de personas, fue prácticamente milagroso que sólo resultaran heridas tres: una jueza laboral, un prosecretario judicial y uno de los delincuentes. El cruce se inició en la esquina de Libertad y Corrientes, luego que los ladrones robaran una joyería, siguió en los alrededores de Tribunales y finalizó a un par de cuadras, en Corrientes y Paraná, todo eso ante la vista de centenares de curiosos y desprevenidos que corrían el riesgo de formar parte del informe. “No hubo muertos de milagro. Se tirotearon entre toda la gente”, relataron varios vecinos a PáginaI12. Por su parte, los otros dos asaltantes lograron fugarse, uno de ellos supuestamente se camufló en un edificio Uruguay al 400, pero nunca fue encontrado.
Todo comenzó en Libertad 395. Unos minutos antes de las dos de la tarde, una camioneta negra Ford EcoSport estacionó antes de llegar a la avenida Corrientes. Del vehículo bajaron tres hombres: dos de ellos ingresaron a Jony, un local de joyas y relojes, mientras que el conductor se quedó parado en la puerta de un kiosco, de “campana”. En ese momento, cuando los dos delincuentes asaltaban la joyería y decenas de personas caminaban por la vereda, un uniformado de la Ciudad observó el robo, cruzó la calle y se acercó a la camioneta: de inmediato se produjo una balacera entre el policía y los ladrones, quienes salieron de la joyería y escaparon en la camioneta por Libertad, no sin antes fallar un par de veces en el arranque. La persecución recién empezaba.
“Busqué a mi esposa en Tribunales y antes de cruzar Lavalle, sentí que algo chocaba mi auto”, contó a este diario Norberto, un empleado judicial. Lo que no alcanzó a distinguir, en ese entonces, era el impacto de la EcoSport negra que escapaba a toda velocidad por la calle Talcahuano. Su auto quedó atascado en la ochava de la calle. “A ellos lo seguían dos motos de la Policía”, agregó. En esa calle, a unos pocos unos metros de los Tribunales –en una de las calles más transitadas de la zona– se produjo el segundo intercambio de disparos entre los asaltantes y la Policía, esta vez, con refuerzos. Una de las balas impactó contra el auto del testigo. Otras dos, en cambio, alcanzaron en una pierna a la jueza laboral Alejandra Dagnillo, de 60 años y titular del juzgado número 63. Ezequiel Allende, de 40 años, y prosecretario del Juzgado Civil Número 9, también fue herido en la pierna. Ambos quedaron fuera de peligro, aunque en el caso de Allende tuvo que ser intervenido para quitarle el proyectil. “Duró unos pocos minutos, pero podría haber sido una masacre. No se entiende cómo se tirotean cuando hay tanta gente alrededor”, completó Norberto, parado en la misma baldosa en que había sido asistida la magistrada.
“Por suerte, varios de los que pasaban por la calle se refugiaron en el local. Si no, no sé qué hubiese pasado”, indicó a PáginaI12 el dueño de Espacio Jurídico, horas después del tiroteo, mientras Gendarmería recién empezaba con el peritaje balístico con ante la atenta mirada de la Policía de la Ciudad, uno de los protagonistas de la persecución. La librería quedó en medio de los disparos.
En pleno tiroteo, una de las cubiertas de la EcoSport fue alcanzada por una bala de la Policía de la Ciudad. Los asaltantes decidieron que era tiempo de abandonar el vehículo y corrieron por avenida Corrientes. Uno de los tres ladrones volvió a doblar en la calle Uruguay y se escondió en un edificio. Una fuente de la Policía de la Ciudad aseguró que “el asaltante, vestido de jean, remera y una herida en su brazo, subió por escaleras hasta el cuarto o quinto piso”. Después de unos minutos, según la versión policial –luego de repasar las cámaras de seguridad– el hombre salió con una bermuda, una remera de otro color y un trapo en su brazo”. No se supo nada más de él.
Los otros dos ladrones también siguieron su camino por Uruguay, pero en sentido contrario. Ambos llegaron hasta la calle Sarmiento y robaron una Peugeot Partner a un fletero. Ahora, el escape era nuevamente por auto en pleno Microcentro.
Al cruzar la avenida Corrientes, por la calle Paraná, se desató una nueva furia de balas. Decenas de policías de la Ciudad (“estaban civiles, en motos y varios patrulleros”, relató un empleado de la pizzería ubicada en la esquina) volvieron a intercambiar disparos con los ladrones que conducían el auto robado. La balacera fue tal que, un par de horas más tarde, la Gendarmería aún seguía marcando con cartón el casi centenar de cartuchos y vainas derramadas en el asfalto y en los vidrios del café Bonafide.
“Los tiros duraron varios minutos. Se escucharon varias ráfagas, casi sin freno”, dijo Gustavo, diariero de la esquina de Paraná y Corrientes, y agregó que “la gente se tiraba al piso en plena calle”. “Nunca vi nada igual”, completó. Por su parte, Ana, quien trabaja en un teatro de la avenida Corrientes, relató que varias personas ingresaron a la sala para refugiarse de los disparos. “Cerré la puerta del teatro, esperé a que se calmara un poco todo para que la gente saliera sana y salva. La gente estaba desesperada, no sabían si estar agachados, parados. Era una lluvia de balas, escuché como 50 disparos.” Varios pasajeros del colectivo también tuvieron que estar cuerpo a tierra: algunos de ellos grabaron con su celular imágenes del tiroteo en plena calle.
Uno de los dos ladrones huyó en medio del tiroteo, mientras que el otro, de 27 años, resultó herido con varios impactos en el tórax. Una vez que se fue la ambulancia –llegó más tarde que algunos móviles de televisión– el hombre fue trasladado al Hospital Argerich y permanece internado en terapia intensiva.
La causa quedó a cargo del juez en lo Criminal y Correccional 10, Fernando Caunedo, quien decidió que el peritaje lo lleve a cabo la Gendarmería Nacional. Ese estudio deberá determinar, entre otras cosas, de qué armas surgieron los disparos que hirieron al ladrón, la jueza y el empleado judicial.
Al cabo de varias horas, los agentes de tránsito de la Ciudad empezaron a retirar las cintas de peligro de la avenida Corrientes, aunque en los tres cruces de disparos aún no podían pasar ni los autos ni los transeúntes. Uno de los tantos curiosos que se acercaban a la zona le preguntó a un policía si hubo muchos tiros, a lo que el uniformado asintió con la cabeza. “¿Y no les importó toda la gente que camina por acá?”, cuestionó. No tuvo respuesta.
Informe: Jeremías Batagelj
Publicado en:
https://www.pagina12.com.ar/94163-esquivando-balas-en-plena-hora-pico
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