25 de febrero de 2018
Aumento del dólar, de la inflación y de los déficit comercial, cambiario, fiscal y de cuenta corriente
La información de variables clave del primer mes del año ofrece un panorama inquietante acerca de su proyección. El histórico talón de Aquiles de la economía argentina es el sector externo, que está acelerando su deterioro.
Por Alfredo Zaiat
Los datos que se conocieron en estos días confirman que enero 2018 inauguró un año económico muy complejo: presión cambiaria impulsando el dólar arriba de los 20 pesos, fuerte aumento del déficit comercial, profundización del desequilibrio de las cuentas públicas, persistencia de las tensiones inflacionarias y debilidad de la producción industrial, además de otros factores con impacto negativo en la economía local, como la suba de la tasa de interés internacional y la sequía que afectará el volumen de la cosecha de soja y maíz. Así el año económico comenzó con una serie de indicadores que desmiente la realidad virtual construida en la Jefatura de Gabinete para ser repetida por el resto de los funcionarios, hasta por el propio Mauricio Macri, sin evaluar que así no lo están cuidando y provocando el hit del verano.
Macrilandia
La “Carta de Jefatura #9-Un ciclo de crecimiento sostenido” es el manual económico de Macrilandia. El Presidente afirmó de corrido, sin tropezarse con las palabras, el mensaje central de ese documento: que la economía está creciendo bajando la inflación, el déficit fiscal, el gasto público y los impuestos “como nunca antes en los últimos 100 años”, sin dar precisiones que permitan certificarlo, aunque lo que seguro se sabe es que ese período fue el pactado para una inédita deuda emitida por el gobierno. Los datos de principales variables de enero deberían incomodar a los economistas que escribieron ese documento de propaganda oficial. Son tan contundentes para dejar expuesta la existencia de una crisis, si se utilizaran los mismos parámetros de analistas conservadores para evaluar la situación económica durante el gobierno anterior, como inquietante su proyección.
Panorama
El cuadro económico de enero 2018 presenta una aceleración en la velocidad del proceso de deterioro que el dato de actividad positivo del 4,1 y 4,5 por ciento interanual presentado por ITE-Germán Abdala y la consultora Orlando Ferreres, respectivamente, no permiten disimular.
Déficit comercial.
El saldo negativo en el primer mes del año fue de 986 millones de dólares, según informó el Indec, multiplicándose por diecinueve respecto a enero de 2017. Para el año pasado, el gobierno había estimado en el Presupuesto un déficit de 1866 millones de dólares y terminó siendo de 8471, uno de los desequilibrios más elevados de la historia. Este año apunta a superarlo. La consultora Radar afirma que el bajo dinamismo de las exportaciones (-0,4 por ciento en cantidades en 2017) es una señal negativa en un contexto de profundización del déficit externo, para concluir que durante 2018 las ventas al exterior seguirán mostrando un desempeño modesto en términos agregados. El Presupuesto estima un rojo comercial de 5600 millones de dólares pero con el dato de enero pasado las proyecciones lo ubican en un piso de 10.000 millones. La apertura importadora (alza de 32,1 en enero 2018 en comparación al mismo mes del año anterior) está haciendo estragos en sectores sensibles de la industria nacional, y como las exportaciones no acompañan ese dinamismo (suba del 10,7 por ciento), el déficit de la balanza comercial se ha descontrolado. Es la consecuencia de la eliminación hasta de mínimas normas de administración del comercio exterior junto a una decisión deliberada de entablar una relación subordinada y desigual en el comercio internacional. Esta política inocente para terminar como novio/a desilusionado/a queda en evidencia cuando Estados Unidos ratifica la elevación de aranceles que obturan el ingreso a su mercado del biodiesel argentino (unos 1200 millones de dólares anuales), y avanza en limitar las importaciones de acero (más de 200 millones de dólares en ventas argentinas el año pasado), afectando al Grupo Techint, y aluminio (cerca de 450 millones de dólares), alcanzando al Grupo Aluar.
Déficit cambiario.
Las compras netas de dólares, las transferencias de divisas al exterior y el saldo neto de la cuenta turismo sumaron 4463 millones de dólares en enero 2018. Esta intensidad de fuga de divisas es máxima en lo que va del gobierno de Macri y ya se ubica en los niveles récord del kirchnerismo. Las compras de billetes en términos brutos sumaron 2894 millones, participando 1.050.000 personas en el mercado cambiario, universo que sigue ampliándose. En el Balance Cambiario del Banco Central se informa que el ingreso de dólares para especular en las finanzas locales (inversiones de cartera) fue de 533 millones en enero pasado. Es el monto más elevado para ese mes desde el 2001 y fue 233 por ciento superior al registro de enero de 2017. El último reporte de Fide advierte que el Gobierno se interna cada vez más en una lógica de valorización financiera y desregulación de los mercados cambiario y financiero en un contexto de déficit de la cuenta corriente y de fuga de capitales, que superan cada mes los récord previos. El Banco Central está alentado una veloz dolarización de la economía, al eliminar casi todas las regulaciones del mercado cambiario hasta disponer la insólita medida de autorizar las operaciones de compraventa de billetes en cualquier comercio (supermercados, hoteles, kioscos) a partir del 1° de marzo, previa inscripción en un registro oficial. Así aumentará aún más el volumen operado, que en enero totalizó 51.994 millones de dólares, máximo histórico en la plaza cambiaria, superando en 4 por ciento el nivel del mes anterior. La sangría de billetes del rubro turismo al exterior es continua y creciente. En el primer mes del año, la salida bruta sumó 1567 millones de dólares, casi 10 por ciento superior al mismo período de 2017, tendencia que si se mantiene superará los 10.700 millones de dólares de las compras netas de la cuenta “Viajes, pasajes y otros pagos con tarjetas”.
Déficit fiscal.
El rojo de las cuentas públicas está aumentando pese a los dibujos que distribuye el secretario de Hacienda con cargo de ministro, Nicolás Dujovne. El déficit de enero fue de 25.889 millones de pesos, un impresionante incremento de 366 por ciento respecto de igual mes del año pasado. Este impactante desequilibrio tuvo su origen en el fortísimo pago de intereses y capital de la deuda, que trepó a 29.818 millones de pesos, 226 por ciento más que doce meses atrás. El resultado fiscal operativo (sin contabilizar el pago de intereses) fue superavitario en 3929 millones de pesos, saldo que se obtuvo con un importante recorte en la obra pública del 40 por ciento. En Hacienda aseguran que el comportamiento fiscal de enero fue inusual por el pago extraordinario de intereses de deuda, por lo tanto prometen que no habrá desbordes en las metas previstas para este año. Lo cierto es que durante el gobierno de Cambiemos, pese a las declaraciones de sus funcionarios y de las alteraciones metodológicas aplicadas primero por Alfonso Prat-Gay y después por Dujovne, el déficit de las cuentas públicas se ha incrementado. La ortodoxa consultora Economía & Regiones calculó que limpiando el cambio de metodología que contabilizó los ingresos del FGS-Anses, provenientes de rentas sobre activos del sector privado, como ingresos primarios, y restando los ingresos por blanqueo, el déficit primario habría subido de 4,0 por ciento (2015) a 5,8 por ciento (2016) y 4,5 por ciento (2017) del PIB.
Déficit de la Cuenta Corriente.
El desequilibrio global de las cuentas externas (comercial, de servicios y de capital) fue negativo en 1947 millones de dólares en el primer mes del año, cuando en enero del año pasado había sido de 677 millones. El alza del 190 por ciento en el déficit de Cuenta Corriente es uno de los indicadores más preocupante de la actual dinámica de la economía local. La historia argentina enseña que sus grandes crisis fueron disparadas por el déficit de la Cuenta Corriente que los acreedores dejaron de financiar. Un reciente estudio del Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (Cifra-CTA) indica que el déficit de cuenta corriente trepó a un máximo de 4,9 por ciento del PIB en 2017, superior al 2,8 por ciento del 2015 y a los registros de la década del ‘90.
Inflación.
El índice de precios al consumidor del primer mes del año fue de 1,8 por ciento, y el mayorista describió un fuerte salto de 4,6 por ciento, refutando así los análisis de laboratorio de los técnicos del Banco Central que aseguran que en la era Macri las devaluaciones tienen cada vez menos impacto en los aumentos de precios. Las estimaciones de la inflación en febrero se ubican por encima del 2,0 por ciento. El Cifra-CTA realizó un aporte sustancial en su informe para poner en contexto la propaganda oficial acerca de la evolución de la inflación. En 2017 el aumento del nivel general de precios, medido a través del IPC Provincias de Cifra, alcanzó el 27,2 por ciento promedio anual. Se trata de un nivel inferior respecto al registrado en 2016 (41 por ciento) pero superior al de 2015 (26,5 por ciento). Con excepción de la inflación en 2014 (del 38,7 por ciento por efecto de la devaluación) y de 2016 se trata de la inflación más elevada desde 1991. La meta de inflación del 15 por ciento que quiere imponer el gobierno en la negociación paritaria ya fue descartada en todos los análisis acerca de la evolución de los precios para este año, lo que refleja que esa cifra sólo está en función de recortar el salario real de los trabajadores, como ya fueron bajados los ingresos de los jubilados con el magro aumento de 5,7 por ciento a partir de marzo, cuando les hubiera correspondido 14,5 por ciento con la anterior fórmula de movilidad.
Producción industrial.
El año comenzó flojo en la industria. Tras avanzar un mezquino 1,8 por ciento en 2017, la industria retrocedió 0,6 por ciento en enero respecto a igual mes del año pasado, de acuerdo al reporte mensual de la liberal Fiel. Para la Unión Industrial, el saldo del año pasado fue todavía más magro: apenas el 1,0 por ciento. El dato de enero impulsó a los economistas de Fiel a concluir que la recuperación de la actividad ha perdido dinámica y difusión sectorial. La industria es la actividad que genera mayor empleo formal en la economía. La evolución del sector dependerá de la marcha de la economía de Brasil y de la recuperación del mercado interno, que se verá resentida por la presión del gobierno de negociar paritarias a la baja respecto a las previsiones de inflación. A nivel de tendencia, Fiel indica que en julio de 2017 la producción ajustada por estacionalidad había alcanzado el mayor registro de los últimos meses para luego alternar sucesivamente avances y retrocesos, deteriorando los indicadores que dan cuenta de la consolidación de la recuperación. Destacan que los sectores productores de bienes de consumo, en especial no durables, seguirán estancados en los actuales niveles por la caída del ingreso real previsto para el primer semestre. Concluye así que el crecimiento poco dinámico de la actividad industrial se prolongará en los próximos meses.
Plazo
El año económico comenzó profundizando los desequilibrios macro que economistas ortodoxos y heterodoxos advierten como preocupantes. Ambos tienen un diagnóstico similar y coinciden en que el actual sendero es insustentable y que sólo sobrevive con un endeudamiento creciente. La diferencia sustancial es que los militantes de la ortodoxia están reclamando un ajuste más contundente, al resumir la cuestión en el nivel del gasto público y del déficit fiscal. No es sencillo eludir esa trampa porque es el discurso dominante, pero la crisis económica de Cambiemos es más compleja que el estado de las cuentas públicas. El histórico talón de Aquiles de la economía argentina no es el déficit fiscal, sino el sector externo, que mes a mes empeora cada vez más. La deuda, que crece a un ritmo más rápido que el ciclo iniciado en 1976, es el único salvavidas del programa económico, pero el financiamiento externo e interno tiene un horizonte temporal limitado, plazo difícil de determinar pero que está más cerca que ayer.
alfredozaiat@gmail.com
Publicado en:
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