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jueves, 30 de noviembre de 2017
La salud mental de Carrió, una cuestión de Estado, por "info135" del 29-11-17
29 noviembre, 2017
Atrás quedaron las sonrisas que acompañaban todas y cada una de sus sorprendentes declaraciones. Atrás quedaron aquellas justificaciones de “y bueno, ella es así”. Por eso, hoy son cada vez más los funcionarios del Gobierno nacional que no sólo llegan a la conclusión de que Elisa Carrió traspasa delicados límites, sino que se plantean seriamente cuál es el estado de salud mental de quien obtuvo la mitad de los votos en las legislativas de octubre en Capital Federal.
Las histriónicas imágenes de la diputada con una beba de plástico –a la que bautizó como “Republiquita-, o acostada debajo de un automóvil, se sumaban a expresiones que una y otra vez llegaban a rozar el mal gusto.
Pero para quienes están cerca de Carrió, todo cambió cuando se encontró el cuerpo sin vida de Santiago Maldonado y lo comparó con Walt Disney, en referencia a la leyenda urbana de que sus restos fueron congelados. Días antes había lanzado que “hay un 20 % de posibilidades que este chico esté en Chile”.
Pero el colmo de la tolerancia hacia la legisladora se quebró cuando en la mesa de Mirtha Legrand interrumpió a Carlos Zavalla, primer comandante del submarino ARA San Juan mientras hablaba sobre la muerte de su hijo, para decir, muy risueña: “Ah, mi ambición es que hagan arroz con champiñones en mi velorio”. Y minutos antes, había señalado que “hay algo que ni el ministerio ni el Presidente pueden decir, que es, que el acontecimiento es irreversible”, al sostener que los 44 tripulantes del navío “están muertos”.
“Lilita no está en su eje”, dicen cada vez con mayor insistencia en Cambiemos. Y no falta quien va más allá y destaca que “es evidente que Carrió tiene un trastorno personal; la omnipotencia la domina y a veces dice cosas fuera de lugar, sin dimensionar el impacto que esas palabras tienen”.
Esa preocupación se traslada al terreno político, y en el oficialismo muchos se preguntan si la incontinencia verbal de la diputada no se terminará convirtiendo, más temprano que tarde, en un arma de doble filo, porque cada vez que abre la boca amenaza con resquebrajar los vínculos que intenta enhebrar el Gobierno con la oposición parlamentaria.
¿Un ejemplo? Hace 20 días precipitó un final accidentado de sesión en la Cámara de Diputados, cuando calificó de estúpidos a los legisladores progresistas en general y a Margarita Stolbizer en particular, por negarse a tratar un proyecto para facilitar la donación de alimentos. “Me tienen harta”, exclamó Carrió y se retiró del recinto bajo el abucheo generalizado de la oposición.
Anoche mismo, durante una cena multitudinaria destinada a recaudar fondos para el instituto Hannah Arendt, que ella preside, Carrió trazó un perfil sobre ella misma: “A mí me matan y después me aman. Cuando me aman, duermo, y cuando me matan también duermo porque sino, me acosan. Tenemos una relación fluctuante de amor y de reconocimientos. Después se enojan conmigo, estoy loca, dejo de estar loca, soy la más lúcida, la menos lúcida, la más gorda. Se dice de mí. Pero he tenido el reconocimiento y el respaldo de millones de argentinos aunque no me voten”.
Publicado en:
https://info135.com.ar/2017/11/29/la-salud-mental-de-carrio-una-cuestion-de-estado/
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