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sábado, 29 de abril de 2017

Florencio Randazzo y la unidad en torno a sí mismo, por Ignacio Campos (para "infobaires24" del 28-04-17)



por Ignacio Campos

   El tren de Florencio Randazzo llegó a la estación del lanzamiento de campaña casi vacío. Cuando esperaba contar con un grupo de intendentes del conurbano, apenas logró acercar a Juanchi Zavaleta y algunos otros de la provincia. Ni el Chino Navarro, ni Julián Domínguez, que aspiran a los honores de una diputación arrebatando votos al justicialismo, fueron de la partida. Tampoco hubo dirigentes sindicales que sustentaran el apoyo del MASA. Randazzo habló en el NH City Hotel del centro porteño. Poco antes, en la casa de Juan Cabandié, Máximo Kirchner e intendentes representativos más Fernando Espinosa, acordaron avanzar hacia una lista única de unidad que represente al peronismo en su recuperación política para conducir la rebelión de un pueblo que rechaza ser entregado y saqueado.

   Randazzo, preocupado por la falta de peso de su propuesta, habló por primera vez en mucho tiempo. Insistió en un discurso sin mayor peso argumental, flojo en su armado de propuestas, en intentar un camino a las paso dentro del arco del peronismo. Para él jefe de los trenes en el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, el camino consiste en ir contra la corriente mayoritaria del peronismo, enfrentarla a ella para ganar con las corporaciones imagen de político potable, y buscar finalmente más apoyo en el afuera (medios de comunicación mediante con estructura de Cambiemos y el Frente Renovador). El objetivo es un peronismo disminuido que el representaría dando un reconocimiento de silencio a Cambiemos, lo convertiría en un político ideal para la confirmación del estado de cosas que pretende Mauricio Macri. Verónica Magario, Martín Insaurralde, Jorge Ferraresi, Gustavo Menéndez, Walter Festa, Leo Nardini y Ariel Sujarchuk, Fernando Espinosa y otros, muchos de los cuales creía de su lado, no están en esa sintonía.

   En el peronismo de la unidad con Máximo Kirchner y Verónica Magario, se analiza que la jugada de Randazzo –que no se hacía ver sino con Massa o Vidal, como si hubiese pasado a la clandestinidad- salió mal. Al recibir información de consultoras que le decían que no tenía votos directos de nadie, que su alejamiento de la política durante más de un año y medio, había mellado profundamente su posibilidad de éxito en crear un polo favorable a su candidatura. A esto se le une que muchos votantes comienza a manejar una idea: Randazzo al titubear y no aceptar su candidatura a gobernador de Buenos Aires en 2015, impidió que Scioli fuera presidente y logró que Macri ganará ese cargo.
Quejas de bandoneón

   Posteriormente, se resguardó abandonando la acción política, en la falsa suposición de que la gente lo esperaba como al mesías redentor. Pero no era así, al crecer Scioli en la consideración de miles de peronistas y aliados potenciales, fue cayendo su nivel de aceptación pública. De ahí que en su triste discurso del viejo hotel City, insistía en una “queja de bandoneón” que pretende ir a las PASO del peronismo.
  Entre las chanzas que se le hace en el peronismo, una de ellas sugiere su presentación en dos internas posibles: una la de Macri siendo que su perfil es casi el de un aliado. Y su tono de aliado bienpensante va también con el que se precisa para hacerlo en el Frente Renovador. Si se trata de un cargo para no caer en la soledad de los rezagados, puede contar con ello junto a Macri o a Massa pero, por lo visto, buscando convertirse en una cuña para la unidad del peronismo, llegaría a resolver el capítulo de ego que suele tener un funcionario que no eligió los mejores caminos para perpetuar sus intenciones de ampliar su base de sustentación sin ofrecer a cambio absolutamente nada.

      Randazzo tiene una trayectoria interesante como funcionario, fue Jefe de Gabinete de Felipe Solá en Buenos Aires. Antes tuvo un cargo similar en la Secretaría General de la Gobernación con Eduardo Duhalde, presidió el Consejo Deliberante en Chivilcoy. En la provincia de Buenos Aires promovió un tema que lo emparenta con Cambiemos: el voto electrónico.
Llegó a publicar en diarios su adhesión al sistema. También hay controversias respecto de quienes lo apoyan. Es el caso de Chino Navarro, hoy cercano a la ministra Carolina Stanley, y a Randazzo pero que durante el proceso electoral en 2015, dijo algo que hoy mueve a risa.  “No nos conduce ni Randazzo, por más que descalifique a Scioli, ni nos conduce Scioli, contando sus bondades. Nos conduce la Presidenta”.  Hoy Navarro se alinea con Randazzo que ahora plantea que está dispuesto a “escuchar a todos”, dijo que incluso a los legisladores que se reunieron con Máximo. Son ellos los que ahora no van a escucharlo. Randazzo cerró su intervención expresando que “Vamos a las Paso, sí o sí”. Por cierto, como se señaló, tiene varios espacios políticos para hacerlo y él lo expresó: Randazzo por eso dijo que “quiero ir a las PASO contra quien sea”.  Navarro dijo ahora: “Nosotros creemos que la unidad tiene que ser consecuencia del voto de la gente; no hay unidad construida por dirigentes”. Y tiene razón, una lista de unidad del peronismo y un frente político amplio que se presente como opción, tendrá el masivo voto de la gente y no precisará de la apertura de instancias pintavotos, que quieren un peronismo amañado afin a las necesidades políticas de Macri y María Eugenia Vidal, con los que tiene diálogo florido Florencio Randazzo. No sería ni la primera, ni la última vez que un dirigente que tuvo una actuación destacada en un punto de su carrera, se vuelque a mercantilizar su suerte para alcanzar un cargo como prebenda para mantener un status social.

Publicado en:
http://infobaires24.com.ar/florencio-randazzo-la-unidad-torno/

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