Arriba: Daniel Filmus supera a los demás postulantes antes de definir las candidaturas.
Las encuestas le sonríen a Filmus
Los primeros números ponen por delante al sector que impulsa un frente amplio que integre a otras expresiones progresistas, encarnado en la candidatura de Daniel Filmus, que incluso aparece desplazando a Martín Lousteau.
Por Fernando Cibeira
Cuando la competencia en la provincia de Buenos Aires prometía acaparar los reflectores de la marquesina electoral, de un día para el otro la puja en la Capital Federal tomó nueva relevancia con la particular “interna en la general” que plantea Cambiemos con las candidaturas de Elisa Carrió en la lista oficial y Martín Lousteau como muletto. La jugada podría estrechar todavía más las posibilidades del peronismo en un distrito históricamente complicado. Frente a eso, las estrategias son dos. Un sector formado alrededor de la actual conducción del PJ porteño impulsa un frente amplio que sume a otras fuerzas del progresismo capitalino –con el doble objetivo de sumar votos de izquierda y no peronistas–, mientras que otro, con eje en La Cámpora, cree que debe priorizarse el liderazgo de la ex presidenta Cristina Kirchner para fortalecer el perfil opositor, con lo que deja afuera a las fuerzas que no integran el Frente para la Victoria. La última encuesta, cerrada el viernes, muestra a Daniel Filmus como el candidato mejor posicionado, incluso en condiciones de desplazar del segundo lugar a Lousteau. Filmus forma parte del primer sector.
Víctor Santa María es el presidente del PJ porteño. Desde hace un tiempo viene trabajando con la Corriente de la Militancia de Filmus y Gabriel Fuks y el Movimiento Evita de Jorge Taiana por el armado de una propuesta amplia, en la línea del “frente cívico” del que habla Cristina Kirchner. Ya realizó encuentros con sectores que se habían alejado del peronismo, como el que encabeza el ex jefe de Gabinete Alberto Fernández, y los “papales” del senador Fernando “Pino” Solanas y el legislador Gustavo Vera. También con líneas de la centroizquierda porteña, como el de los economistas Claudio Lozano e Itai Hagman y el socialista Héctor Polino, además de otros que ya integraban el FpV, como Forja del radical Gustavo López.
Tienen en preparación una propuesta de 30 puntos como eje programático. Entre otras cosas, allí se plantea el fortalecimiento del mercado interno, de las pymes, de las políticas de memoria, verdad y justicia; se propone una reforma impositiva progresiva y las paritarias libres, y se pronuncia en contra del ciclo de endeudamiento externo y de la flexibilización laboral, entre otros ítems. En uno de sus últimos puntos, el borrador en discusión propone: “Avanzar en la construcción de un gran frente, que incluya a todos los sectores sociales y políticos interesados en la construcción de un país más justo.” Esa convocatoria, amplísima, abarca un generoso abanico de posibles aliados ubicados a la izquierda de Cambiemos y sus satélites. Por ejemplo, Unidad Popular, la fuerza de Lozano, aprobó esta semana la idea de aportar para “una propuesta transversal por la emancipación”. Forja se pronunció el jueves en igual sentido.
En el Patria
Pero no todos miden la amplitud con el mismo criterio. El miércoles pasado se reunieron alrededor de una larga mesa en el Instituto Patria los diputados Nilda Garré, Juan Cabandié, Carlos Heller y Axel Kicillof, el bloque de legisladores porteños que encabeza Carlos Tomada, los dirigentes y los posibles candidatos Mariano Recalde y Gabriela Cerruti, todos ellos representantes de líneas del kirchnerismo duro como La Cámpora, Nuevo Encuentro y Kolina, más miembros de otras fuerzas integrantes del FpV, como el PC, el Frente Grande y el Socialismo para la Victoria. Discutieron la necesidad de generar un armado que plantee una frontal confrontación al modelo macrista, del que no podrán participar quienes hayan votado propuestas del oficialismo –hasta ahí todos de acuerdo– pero tampoco quienes no reconozcan el liderazgo de Cristina Kirchner. Esta exigencia es la que deja varios excluidos, especialmente en la centroizquierda porteña.
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“Lo pusimos como condición para evitar que en nuestras listas resulten electos legisladores que después votan distinto a lo que proponemos como partido, algo que ya nos pasó”, explicó uno de los participantes del encuentro en el reducto kirchnerista. Reconocen que su fortaleza depende en buena medida de si la ex presidenta va o no como candidata en la provincia de Buenos Aires. Mientras tanto, planean seguir con los actos y reuniones en busca de –ellos también– redactar una propuesta a la que puedan adherir quienes deseen sumarse al armado. En el encuentro del Patria no se habló de candidaturas. “Esto recién arranca”, expresaron. Igual, se sabe que Cabandié desea renovar su banca en el Congreso.
Los números
En ambos sectores sostienen que es posible acordar una lista de unidad pero que tampoco sería un drama no ponerse de acuerdo y que el asunto se resuelva en las PASO de agosto. En la semana ya se había conocido un sondeo de Analogías que ubicaba mejor a Filmus que a Cabandié en una eventual primaria y, el viernes, la consultora CEOP, de Roberto Bacman, difundió un trabajo, ya con Lousteau como candidato. La encuesta ubica a Carrió con el 37,7 por ciento, segundo a Filmus con el 19,3 por ciento y a Lousteau tercero con el 19 por ciento. El escenario además mide a Graciela Ocaña -sería candidata por Cambiemos pero en la provincia–, quien obtiene un 5,6 por ciento pero también a Alberto Fernández –que se sumaría al armado peronista– con un 4,1 por ciento.
El trabajo distingue entre quienes se identifican como oficialistas –un 44,3 por ciento– y quienes como opositores –un 35,8 por ciento–, pero dentro de ellos también a quienes conforman el “núcleo duro” de oficialistas y opositores y a quienes orbitan en la periferia. En ese tipo de estudios el grupo de Santa María, Filmus y Taiana justifica su armado “amplio”. Argumentan que una lista sin homogeneidad peronista puede atraer un porcentaje del electorado que se siente inclinado a votar por Lousteau y que algunos referentes progresistas servirían para morderle simpatías a la izquierda dura, que mantiene cerca de un 10 por ciento de potenciales votantes.
Queda por resolver cómo complacer las aspiraciones de todos, en una cosecha que se calcula en unos tres diputados y seis o siete bancas de legisladores. En caso de ir a una primaria, por ejemplo, los dos primeros lugares de diputados serían para los ganadores y el tercero para quien pierda. Todos del peronismo. En tanto, para la lista de legisladores imaginan la posibilidad de llevar más de una boleta, con la posibilidad de ahí sí acomodar a los aliados en lugares expectantes.
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