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jueves, 16 de junio de 2016

LAS BOLSITAS DEL SEÑOR LÓPEZ, por Adrián Corbella






Está bien indignarse con un caso de corrupción como el de López, que lamentablemente salpica a un montón de gente y organizaciones que no tienen la más mínima relación con el caso. La indignación y la bronca es igual o mayor en aquellos militantes políticos que tienen una familia y un trabajo “normales”, que no han ocupado jamás un cargo político y que no se han llevado de la política ni siquiera el mítico choripán –que siempre te venden en los actos, y bastante caro-.

Sin embargo esta indignación no impide asombrarse por las debilidades en el análisis de la realidad que muestran muchas personas que no logran escapar de los bombardeos mediáticos.

Uno puede suponer que el señor López, que manejaba contratos de obras públicas, seguramente ha cobrado coimas. Esas coimas le fueron pagadas por EMPRESARIOS PRIVADOS que le daban dinero a él para que les permitiera obtener ganancias extraordinarias a costa del Estado. Seguramente por cada dólar que tiene López hay un empresario privado que se quedó con una sobreganancias diez, veinte o treinta veces superior a ese dólar, a costa del erario público.

Es decir que mientras la sociedad está embobada siguiendo “Las bolsitas del señor López”, el Congreso trata una ley de blanqueo de capitales que permitirá a esos empresarios que hicieron negocios inconfesables con el Estado “blanquear” sus ganancias ilícitas. El propio López, si no hubiera sido descubierto el martes, habría podido blanquear esa plata a nombre de un familiar el jueves… y sería un hombre probo y decente que podría mirar con la frente bien alta a la sociedad… Bueno, pero a no desesperarse López: todavía está a tiempo de "arrepentirse", acusar a algún otro, y entonces quedar libre... ... ...

Mientras el Estado encarcela (con razón) a un ex funcionario corrompido, ese mismo Estado blanquea, perdona y transforma en hombres de bien (sin razón) a los empresarios que lo corrompieron y que se llevaron ganancias muchísimo mayores.

El árbol tapa al bosque.

Así estamos.





Adrián Corbella

16 de junio de 2015

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