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miércoles, 23 de diciembre de 2015
EL EFECTO K, por Adrián Corbella (para "Mirando hacia adentro")
Axel Kicillof esta vinculado a la letra K por su apellido, y por su doble condición de keynesiano y kirchnerista. Ministro de Economía de Argentina (20-11-13/10-12-15) en la última etapa del gobierno de Cristina Fernández , Axel es atípico desde todo punto de vista. Sencillo, orador didáctico y con un aspecto más apropiado a un astro de Hollywood que a un economista, se ha dado el lujo de convocar a una multitud cercana a las diez mil personas, en un parque público, para hablar de economía, apenas diez días después de haber dejado el cargo de Ministro. En un mundo donde los responsables del área económica son las personas más odiadas de cada sociedad, Axel es una “rara avis” que brilla con luz propia. ¿Quién es, entonces, Axel Kicillof?
Axel Kicillof nació en Buenos Aires el 25 de septiembre de 1971, en el seno de una familia argentina de clase media de origen judío (unos dicen que el apellido es oriundo de Bulgaria y otros de Rusia). Hizo sus estudios secundarios en el Colegio Nacional Buenos Aires, una institución estatal centenaria y de elite, seguramente la escuela de mayor prestigio y nivel académico del país.
Estudió economía en la Universidad de Buenos Aires (UBA) obteniendo el título de Doctor en Economía con una calificación de diez. Su tesis doctoral refleja mucho del personaje. Muchos aspirantes a doctores eligen para su Tesis un tema poco conocido, lo que deja a sus evaluadores en condiciones de inferioridad. Kicillof se sumergió de lleno en un área manejada por todos : “Génesis y estructura de la Teoría General de Lord Keynes”. Aprobó con la nota máxima
Tiene una lista muy larga de publicaciones entre las cuales se destacan los libros "De Smith a Keynes: siete lecciones de Historia del Pensamiento Económico. Un análisis de las obras originales" (2010) y "Fundamentos de la Teoría General. Las consecuencias teóricas de Lord Keynes" (2008). Como los títulos de sus obras lo indican, es un economista heterodoxo neokeynesiano, es decir cercano a economistas norteamericanos como Joseph Stiglitz o Paul Krugman.
Su nombramiento en 2013 desató una rápida campaña en su contra del grupo mediático Clarín, que se había transformado en el verdadero “partido político” de oposición al kirchnerismo. A Kicillof se lo acusó de muchas cosas. De entrada dijeron que era “oriundo del marxismo” (como si “Marxismo” fuera un lugar geográfico, una ciudad), realizando estos insignes periodistas una declaración de tono claramente macartista. Judío, peronista y “marxista” (keynesiano en realidad), el ministro tenía además todo el estilo de un Rockstar juvenil (aunque es de 1971, tiene hoy 44 años que no aparenta) lo que le generó las más dispares críticas de parte de los medios de comunicación “independientes” (que eran en realidad militantemente anti Cristina Fernández). Muchas veces se le hicieron denuncias simplemente inventadas, como cuando se lo acusó de cobrar un sueldo millonario por asesorar a la empresa estatal Aerolíneas Argentinas, aunque pronto se demostró que hacía esa tarea ad honorem. Estas críticas lo llevaron a tener que soportar insultos cuando viajaba con su familia en un ferry de turismo en dirección al vecino Uruguay. Pero estos insultos, que sólo se dieron en esa ocasión, se compensan con la popularidad que ostenta en otros sectores de la población. Es común verlo en vaquero y remera negra, en concentraciones políticas del kirchnerismo, o haciendo las compras en su barrio como un vecino más.
En sus dos años como ministro tuvo algunos logros importantes. Logró que la inflación, que venía aumentando cuando el asumió, fuera mostrando una tendencia decreciente en todo el 2015 –al menos hasta que asumió Macri y cambió todas las políticas que se venían realizando-. Diseñó el programa “Precios Cuidados”, acuerdo con empresas productoras y vendedoras de bienes de primera necesidad (alimentos sobre todo) para que ofrecieran una serie de productos a precios bajos, lo que estimulaba a los productores de productos con precio liberado a moderar sus aumentos para poder vender.
También fue un éxito el Plan PROCREAR, programa de créditos estatales baratos para la construcción de viviendas populares, que además de resolver un problema muy importante como es el de la casa propia, estimuló una actividad económica muy generadora de trabajo como es la construcción.
Otro de sus logros fue la dura lucha contra los fallos de la justicia de New York a favor de los Fondos Buitres. Y si bien no se logró un cambio del fallo del anciano juez norteamericano, la lucha del gobierno argentino contra esos carroñeros internacionales provocó cambios en la legislación que regula las finanzas mundiales tanto en la ONU como en el FMI. En muchos medios comenzó a llamarse a esta nueva arquitectura financiera internacional Doctrina Kicillof
El domingo 20 de diciembre el exministro concurrió a Parque Centenario a dar una charla al aire libre criticando los planes de ajuste que está llevando adelante, por decreto, el gobierno de Mauricio Macri. La convocatoria se había hecho principalmente por las redes sociales Facebook y Twitter, y por celular vía WhatsApp. Con su estilo desenfadado y su sonrisa de rockstar habló de economía durante dos horas ante unas diez mil personas, que lo interrumpieron frecuentemente al grito de “Volveremos”. Es difícil saber cual será el futuro político de Axel Kicillof, hoy diputado nacional, pero su ejemplo demuestra que la economía no tiene que ser necesariamente una serie ininterrumpida de ajustes y medidas antipopulares.
Hace pocos días, el periodista Luis Majul, opositor al gobierno de Cristina Fernández y oficialista de Mauricio Macri, publicó un libro titulado “El Final. De la locura a la normalidad”. Para la gente que piensa como Majul la “normalidad” serían economistas neoliberales que endeudan a los pobres para beneficiar a los ricos. ¿Qué sería para ellos la “locura”?... La locura serían pensamientos como los de Axel Kicillof.
Locura sería un gobierno que se negaba a endeudarse y que pretendía ir pagando todas las deudas que le habían heredado los “normales”. Locura sería un índice de desocupación del 5%, el más bajo en décadas. Locura serían altos niveles de consumo popular. Locura sería un salario de 20 dólares diarios que duplicaba el de Brasil y triplicaba el de México. Locura sería repatriar más de mil científicos y construir un satélite de comunicaciones nacional. Locura sería abrir nuevas universidades en zonas suburbanas.
El objetivo de un Ministro de Economía, en Argentina o en cualquier parte del mundo, debería ser que el mayor número de personas posible vivan de la mejor manera. Axel Kicillof actuó según esos preceptos, y lo hizo en una Argentina que a lo largo de 2015 pagó cash, no refinanció sino que pagó, más de 10.000 millones de dólares de deuda externa, pese a estar inmersa en un mundo que no logra aún salir de la crisis del 2008.
Majul celebra en su libro el final de esta "locura", y no es el único que lo hace en el submundo del periodismo “independiente” argentino…
¡Qué vivan los locos!
Adrián Corbella,
23 de diciembre de 2015
SE HA PUBLICADO UNA VERSIÓN EN INGLÉS, con algunas modificaciones pensando en un público que conoce poco de la situación argentina
La "version en ingles" la cual es tuiteada casi diariamente, ha tenido mucha acogida tanto en Norteamerica como en Europa.
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