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jueves, 4 de junio de 2015

#Ayotzinapa: Crónica de una represión anunciada, por Alejandra N. Rodríguez (para "Somos el medio" del 03-06-15)



Foto: Prensa Ayotzi


Estatales, Federales y Ejército agredieron a normalistas y padres de familia de Ayotzinapa
por Alejandra N. Rodríguez
Junio 3, 2015




Libramiento Tixtla-Chilpancingo, Guerrero, 3 de junio del 2015.- Alrededor de las 11:40 de la mañana normalistas de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa y una comisión de padres de familia de los estudiantes desaparecidos, se dirigían a una manifestación en Chilpancingo. En su camino, a la altura del libramiento Tixtla-Chilpancingo, en el punto conocido como el túnel, agrupamientos de Policías Estatales, Federales y Policía Militar, les negaron el paso hacia su destino.

Dicha acción desató el enojo de padres y normalitas que pidieron hablar con los responsables del operativo. Un poblador —que por seguridad no quiso dar su nombre— de Tixtla, municipio que alberga Ayotzinapa, fue el intermediario entre los comandantes del operativo, lo recibió el oficial Bravo que coordinaba a la Policía Estatal y le dijo: “sabemos que esto ya está desatado, pero hay que llegar a un acuerdo”. Desde el inicio de la negociación uno de los comandantes, que dirigía el operativo, portaba un lanza granadas lleno de cartuchos.

En la segunda negociación la comisión de padres, un alumno de Ayotzinapa y un representante del Centro de Derechos Humanos José María Morelos y Pavón hablaron con el comandante quien les comentó que no era su intención agredirlos y que no quería una confrontación, una madre de los normalistas desaparecidos le respondió: “Si tienen palabra cúmplanla y no nos agredan”. El comandante pidió 10 minutos para desalojar y al cabo de las 12:15 prometió la retirada.

Cumplido el plazo —el intermediario para el diálogo— el habitante de Tixtla fue llamado por los estatales, al regresar con la parte contraria anunció que los estatales sólo accederían a desalojar el libramiento si los normalistas se quitaban la capucha y si permitían que subieran los policías a los autobuses que los transportaban para revisar sus cosas por individual. La condición no fue aceptada.

Cristina Asensio Bautista señaló de cara a los estatales: “Yo doy la vida por mi hijo, por eso me les puse enfrente. Yo no sabía que era un delito ser estudiante, porque por eso se lo llevaron”.

Los normalistas atravesaron el túnel en un camión de cartón para protegerse de los estales, y éstos respondieron lanzando gas lacrimógeno. Los estudiantes a su vez se protegieron con piedras, mientras los padres y madres de los desaparecidos se resguardaban. Continuó el enfrentamiento entre normalistas y policía. Las nubes de gas cada vez eran más intensas y los policías avanzaban de su punto inicial.

Como resultado de este enfrentamiento resultaron varios heridos, el más grave es un normalistas que fue lesionado en el pómulo derecho por un proyectil de gas lacrimógeno.

El enfrentamiento duró aproximadamente una hora, donde las detonaciones de gas lacrimógeno eran una constante. Los policías municipales avanzaron a la par que la Policía Federal que salió de entre los cerros que rodean al túnel, al ver esto los normalistas se replegaron y corrieron a refugiarse a los autobuses que los transportaban. Los estudiantes fueron perseguidos por varios metros por lo policías, ya sea a pie o en motocicletas.


Publicado en:
http://www.somoselmedio.org/article/cr%C3%B3nica-de-una-represi%C3%B3n-anunciada#sthash.mJnFaXIj.BjuaJaoE.dpuf

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