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domingo, 17 de mayo de 2015

"El juez Griesa está en desacato con los bonistas", por Genaro Grasso (para "Tiempo Argentino" del 17-05-15)



Barry Herman es un especialista en reestructuraciones de deuda soberana de la New School of Social Research, en Nueva York. Participa, además, de la Initiative for Policy Dialogue, que preside el Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz.
Consultado por Tiempo Argentino, Herman se mostró favorable a la propuesta de un marco de reestructuración de deuda propuesto por la Argentina en la ONU.

–¿Cuál es su opinión del fallo del juez Thomas Griesa y sus posteriores órdenes?

–Mi impresión es que la decisión del juez fue una sorpresa para la comunidad de abogados y que una de las nuevas cláusulas sugeridas por la International Capital Markets Association (IMCA), que representa al sistema financiero, básicamente sostiene que el juez está equivocado. Yo no entiendo por qué las Cortes de Apelaciones y la Suprema Corte fueron tan pasivas. La sentencia de Griesa no fue favorable al interés de un funcionamiento aceitado del mercado de deuda soberana en Nueva York.

"Hasta ahora, los buitres no han ganado un centavo, pero están dispuestos a sentarse y esperar".

–¿Es un problema potencial para otros países?

–Tanto las nuevas cláusulas recomendadas por ICMA como la ratificación del Fondo Monetario Internacional, lo cual implica que las apoyaron los directores ejecutivos de EEUU, Gran Bretaña, etc., dicen cómo preferirían que las cláusulas pari passu sean interpretadas. Cualquier juicio futuro en un caso como el de NML versus Argentina podría citar este apoyo. Sin embargo, hubo una gran cantidad de Amicus Curiae hacia las Cortes de EE UU y al final decidieron no tenerlos en cuenta.

–¿Está la Argentina en default? ¿Es correcto que Griesa la haya considerado en desacato?

–La Argentina realizó los pagos de intereses a los bonistas en los tiempos acordados. Pero la Corte no permitió al Bank of New York Mellon de transferirles los fondos y, al mismo tiempo, no logró pagarle a los buitres, dado que la Argentina no lo aceptó. Dado que los bonistas del canje no recibieron su dinero, bien podría decirse que Griesa está en desacato con respecto a los derechos de los acreedores a recibir los pagos de interés.

–¿Las nuevas cláusulas de acción colectiva resuelven el problema?

–He oído de parte del profesor Mitu Gulati, de la Duke School of Law, que hay formas de saltear estas cláusulas colectivas. Dudo que una solución puramente contractual pueda resolver el problema de los fondos buitre, pero hay que tener en cuenta que los países deudores no sólo les deben a los bonistas. La mayoría de la deuda griega hoy está en manos de países europeos, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional. Las soluciones contractuales no ayudan en estos casos.

–¿Cómo ve el accionar de los llamados fondos buitre?

–Estos grupos están tratando de explotar la oportunidad de hacer algo de dinero en una inversión de alto riesgo. He escuchado cómo ellos sostienen que hacen funcionar más eficientemente al "mercado" al explotar las oportunidades de hacer dinero. Pero no hay ningún teorema que conozca en la economía que diga que si hay una oportunidad de hacer dinero, eso necesariamente sirve a un objetivo social. Además, bajo las típicas leyes de bancarrota, lo que los buitres están haciendo es imposible porque está prohibido por la ley. Por lo tanto, la oportunidad sólo existe porque no hay ley global de bancarrota bajo la cual organizar un escape soberano a la insolvencia.

–¿Cuál es el costo para los países en desarrollo?

–Hay dos tipos de problemas en el caso de los fondos buitre. Uno es como el de la Argentina, donde los deudores privados litigan contra los acreedores. El otro es cuando el Estado vende sus derechos a inversores privados que luego llevan a la nación deudora a la justicia (como en el famoso caso de Donegal contra Zambia). Un monto menor de dinero pero contra un país mucho más pobre. De hecho, Gran Bretaña cambió la legislación  luego del caso Donegal para prevenir ataques  a los países subdesarrollados.

–¿Este es un problema económico o político?

–Es un dilema de ambas naturalezas. Escribí al respecto un trabajo en el que sostuve que a principios de los '80, los países centrales tenían miedo de que una reorganización de la insolvencia de los deudores soberanos tuviera efecto en los balances de los bancos comerciales y por lo tanto los empujaban a realizar créditos acordados que resolvieran el problema. Cuando la forma característica de deuda pasó a ser la emisión de bonos, esto cambió.

–¿Qué opina del debate actual en Naciones Unidas para la creación de un marco legal?

–El problema en las discusiones de las Naciones Unidas es que no hubo acuerdo para empezar el debate para la creación de este marco, que se tratará en septiembre del próximo año. El G77 tenía los votos para adoptar la resolución sin depender de los países del Norte, y por lo tanto, los países acreedores boicotearon la iniciativa. En su mayoría fueron los países latinoamericanos los que participaron en la discusión, pero Brasil, México y Singapur consideraron que este proyecto no iba a ningún lado sin las naciones del Norte y el FMI en el recinto. EEUU, y en menor medida Gran Bretaña, se excusan diciendo que es un problema de competencia, ya que las Naciones Unidas son un foro de negociación de tratados, pero en realidad el problema es que no tienen la capacidad de controlar el marco.

–¿Qué debería hacer la Argentina en su litigio con los buitres?

–Hasta ahora, los buitres no han ganado un centavo, pero están dispuestos a sentarse y esperar. Si hubiera algún activo argentino para embargar, ya lo habrían hecho. Un punto adicional a tener en cuenta es que las cortes de Gran Bretaña dijeron que EE UU no tiene jurisdicción sobre sus bonos, por lo que la Argentina podría emitir bonos bajo Ley Londres. Entiendo que, incluso si Griesa pide bloquear toda deuda bajo Ley Argentina, su fallo no debería ser acatado en Buenos Aires. La gran limitación en la Argentina es cómo regularizar el acceso a los mercados de capitales, ya sea emitiendo deuda o recibiendo financiamiento institucional, como puede ser el de China, o del banco de los BRICS.
Colaborador de Stiglitz

Desde la Initiative for Policy Dialogue (IPD) de la Universidad de Columbia, comandada por el Premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, la preocupación sobre los problemas de endeudamiento en los países soberanos ha sido una constante. Por ello, Stiglitz junto con Guzmán editarán en 2016 un libro llamado “Deuda”, dentro del cual un capítulo ha sido escrito por Barry Herman, titulado “Hacia un marco legal multilateral para la recuperación de la insolvencia soberana”.

Herman trabajó más de 30 años en Naciones Unidas. Fue codirector de la Task Force on Debt Restructuring y Sovereign Bankruptcy por cinco años y miembro de la Advisory Board of Social Justice in Global Development.

Herman es un conocedor de las dificultades de los países en desarrollo para resolver sus problemas de deuda y de los problemas que enfrenta cuando se plantean reestructuraciones.

Publicado en:
http://www.infonews.com/nota/200360/el-juez-griesa-esta-en-desacato-con-los-bonistas

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