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domingo, 8 de marzo de 2015

Entre la avalancha destituyente y su rechazo, por Victor Hugo Morales (para "INFOnews" del 02-03-15)


Los últimos días de Venezuela han transcurrido con una normalidad, si se quiere aparente, sin que fuera advertido ningún tipo de desorden, a pesar del perpetuo intento de golpe derechista que han sobrellevado Hugo Chávez y Nicolás Maduro. En el atestado Boulevar de la Sábana Grande no se percibían los conflictos desatados por la detención del alcalde Antonio Ledesma acusado de formar parte de una de las tantas conspiraciones desvanecidas desde 2002, cuando llegaron a deponer a Chávez por 47 horas. Entonces, fueron las embajadas de Estados Unidos y España, y los medios de comunicación dominantes en el país los grandes promotores de lo que Modesto Guerrero suele llamar "una revuelta de ricos", título homónimo del libro que narra los episodios de febrero de 2014.
Trece años han transcurrido de aquel intento de golpe y todos fueron iguales. Aquella vez brindaron en los jardines del palacio de gobierno los dueños de los canales de TV más poderosos junto a los norteamericanos, la cúpula eclesiástica y los políticos neoliberales, hasta que irrumpió el pueblo chavista y las copas cayeron sobre los canteros y los caminos de piedra.

"La música y los cantos son propicios para alentar que la revolución bolivariana está viva y que el pueblo unido, ya se sabe".

La peatonal de la Sabana funcionaba a pleno como el paseo de compras de cualquier ciudad del mundo. Pero eso ocurría en esa calle Florida de Caracas, en el centro este de la ciudad. Si el viajero da una vuelta por Altamira por la emblemática plaza dominada por la derecha política de la ciudad, el clima eternamente primaveral de la capital bolivariana se convierte en un presagio de tormenta, sobre todo si se detecta algún seguidor del chavismo, denunciado por su vestimenta o una osada expresión política.
La noche del viernes, en el Teatro Nacional, hubo un homenaje sinfónico al cantaautor Alí Primera, un hombre que dejó 200 composiciones muchas de ellas de tono revolucionario que influyeron en la Trova Cubana. Fue Chávez quien le dio un nuevo impulso a la leyenda de Ali, cantando "los que mueren por la vida no pueden llamarse muertos", y desde entonces la devoción por aquel hombre de los setenta es un desafío poético y musical que templa el ánimo de los luchadores del sueño socialista.
Varios artistas de altísimo nivel y la Orquesta Sinfónica Municipal de Caracas, fueron acompañados con voces, palma y consignas favorables al gobierno, pero las arengas tenían el mensaje de los que intuyen que algo está pasando.
No al golpe en Venezuela, la lucha sigue, y Chávez vive, eran consignas para nada casuales, que rebotaban en la cúpula y los palcos y salían hacia la calle para llegar hasta la Plaza Bolivar, más allá de Asamblea Nacional y la corte electoral.
Antonio Ledesma fue detenido al cabo de una investigación que tiene detenidos desde septiembre a golpistas formados en Colombia por el gentil Uribe. Incriminaron a Ledesma de tal manera que los sitios designados para la protesta resultaron tan escuálidos como Chávez llamaba a esas manifestaciones de la derecha. La mujer de Ledesma es la madre de la esposa del ministro de Turismo, Andrés Izarra y, pese al anuncio de aquella sobre la renuncia de su yerno, el funcionario sigue al pie del cañón, muy cerca siempre del presidente Maduro.
El gobierno sabe que en el exterior se hace difícil defender esa decisión de encarcelar a un alcalde opositor. Pero sabe también que nadie que viva afuera puede conocer el grado de golpismo que anidas en el espíritu de la derecha neoliberal. Y se preguntan cómo se hace para defender la democracia, si la táctica debe ser siempre esperar hasta el último momento cuando los hombres elegidos por los pueblos, son confinados a alguna isla para que no molesten más.
Cualquiera que intente comprender lo que pasa en Venezuela debe buscar el libro Wiki-Media Leaks, de Sebastián Lacunza y Martín Becerra. De la página 207 a la 250, se lee una versión inobjetable de lo que sucede en este país. Escrito sobre la base de los documentos de la embajada de EE UU que descubriera Julian Assange, ese libro debería ser insoslayable para evitar que los juicios sobre Venezuela se tomen, de un lado y de otro, como de quien vienen. El asesinato de un preadolescente por un policía de Tachira, si bien tuvo una reacción positiva de las autoridades, llevándolo ante la justicia en los primeros instantes después de ocurrido el hecho, es otro capítulo preocupante porque son esas muertes, como aquellas 43 del año pasado, las que sostienen la desordenada y violenta prédica de la derecha. La calma que sobrevino después de la captura de Ledesma, escenificada de una forma muy distinta a como la contaron los medios opositores en Venezuela, es, no obstante, sintomática. Venezuela vive entre la avalancha destituyente y su rechazo. Y encara así un nuevo año de elecciones legislativas.
Siempre la derecha cree que va a ganar, y perdió más de 20 veces en este siglo pero esta vez se tiene la sensación de que los partidarios de Maduro, también lo sospechan. El golpe maestro de los medios de producción en las góndolas, la falta de algunos productos, las colas, y la probable deserción de los que apoyaban pero la manta del socialismo aún no llega a cubrirlos, da ínfulas a los opositores. La falla en ellos es la misma de siempre. Al convencerse de la derrota del gobierno frente a la suma de la oposición se desparraman detrás de los intereses egoístas que caracterizan a su ideología. El último parte es que nadie vaya a cantar por la zona de Altamira,"los que mueren por la vida no pueden llamarse muertos". En todo caso, este domingo a la mañana repitieron en el Nacional el concierto del viernes. La música y los cantos son propicios para alentar que la revolución bolivariana está viva y que el pueblo unido, ya se sabe.

Publicado en:
http://www.infonews.com/2015/03/02/mundo-188058-entre-la-avalancha-destituyente-y-su-rechazo.php

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